Cenicienta Fetichista
Como inicié en el fascinante mundo del Fetichismo Sexual de Pies .
¡Hola! Mi nombre es Star, y es la primera vez que escribo en esta categoría de fetichismo de pies…
Afuera de la bodega, a través del pasillo que conectaba con el local se escuchaba a la gente, que ignorante de lo que sucedía dentro, buscaba zapatos para comprar. Sin embargo, dentro la temperatura subía cada vez más y más…
La lasciva mirada de aquel hombre maduro se centraba en mis pies, y sus manos con gran habilidad recorrían las plantas mis pies, desde las puntas de los dedos, hasta el talón; llenándome de sensaciones muy placenteras y de una gran excitación…
-Mamita, estás buenísima y tienes unos pies hermosos… ¡Como quisiera besarlos!…- Dijo arrobado el vendedor de calzado
Sin mediar palabra levanté mi pierna derecha, ofreciendo mi pie a sus labios que ya estaban ansiosos de proceder a saciar su antojo, me miró a los ojos y gustoso comenzó a lamer mis dedos, uno a uno…
Su lengua se sentía deliciosa, húmeda y suave. De pronto, no sé cómo ya que tenía cerrados mis ojos, casi la mitad de mi pie estaba dentro de su boca, abrí mis ojos y pude ver como desfrutaba como si mis pies fueran un manjar único…
Lamía y succionaba mi pie con los ojos cerrados completamente absorto, ése hombre ahora revelado como todo un auténtico fetichista…
Frotaba mi pantorrilla y deslizaba sus manos sobre el muslo hasta llegar muy cerca de mi entrepierna, donde parecía haber un volcán a punto de entrar en erupción.
-Déjame probarte las zapatillas, pero ahora quiero que sea mi verga la que disfrute de recorrer tus hermosos pies calzados con ellas… ¿Me dejarías?- Dijo con voz llena de deseo tal vez pensando que me negaría.
Se puso de pie, y yo misma desabroché su pantalón, su sorpresa fue mayúscula cuando vió que no sólo yo había accedido a su petición, sino que estaba casi desesperada por sentir su verga erecta frotándose sobre mis pies…
Inmediatamente, en cuanto él sacó su verga erecta, yo la tomé y comencé a masturbarla, su verga era tal y como las que me gustan y son capaces de hacerme enloquecer de placer, grande, gruesa y venosa…
Se contuvo un poco, y visiblemente excitado, me pidió que detuviera un momento la masturbación que yo le estaba prodigando para acomodarme en la silla, que era algo así como una amplia poltrona con reposabrazos…
Me posicionó casi como si me recostara sobre ésa amplia butaca, bajando hasta quedar con mi cuello apoyado sobre el respaldo y con la cadera al borde del asiento, luego flexionó y levantó mis piernas, que así posicionadas, quedaron a la altura de su pecho…
Observó durante algunos segundos completamente estático, disfrutando de la visión de mis pies calzados en ésas hermosas zapatillas, de verdad quería verme en ellas, supongo que le excitaba aún más si mis pies calzaban unos tacones sexys… ¡A mi también!
De verdad lucían hermosas en mis pies, que estaban ahora por completo a merced de ése hombre fetichista para satisfacer sus más candentes deseos y fantasías, yo me sentía toda una Diva Fetichista con esos tacones y con ese hombre prendado a mis pies.
Yo estaba muy excitada, y no creia poder soportar un segundo más la privación de una buena verga como la que estaba ahí para mí, necesitaba por lo menos mamar ésa verga, que como ya he expresado antes, lucía en verdad espectacular.
-Dámela!…- Sólo atiné a decir debido a la excitación del momento, mientras abrí y separé mis piernas mostrando mi vulva totalmente humedad y palpitante, apenas cubierta por un pequeño triángulo de tela de encaje de la diminuta tanga que llevaba puesta…
Él se aproximó a mí sin prisa y acercó también a mí su verga erecta y tumefacta… Yo me apoderé de ella y la comencé a masajear con mis manos.
Luego de masturbarlo así por algunos minutos, le pedí que se colocara de forma tal, que yo pudiera continuar haciendo lo propio, pero ahora usando mis pies para darle placer…
Así, usando mis pies, yo comencé a acariciar su verga cada vez más dura, él solo suspiraba y dejaba a mis pies hacer su muy excitante y placentero trabajo…
Mis pies recorrían de arriba a abajo su hermosa verga mojada por líquido preseminal, era tanto que ya resbalaba por las zapatillas, humedeciendo y lubricándo el espacio entre la planta de mis pies y las plantillas de las zapatillas.
-Quiero cogerte!…- Me dijo en voz baja, lo noté tan excitado que no pude negarme…
Bueno, ¿Y a quien se le niega una buena cogida?. Especialmente cuando se es tan puta como yo, y cuando se está tan excitada como yo en ése momento…
-Soy tuya!… ¡Cógeme como tú quieras!…- Le dije entre gemidos calientes.
Me ayudó a ponerme de pie, y luego me giró hasta dejarme de espaldas frente a él, luego me hizo inclinarme sobre la butaca mientras yo apoyaba una de mis rodillas sobre el asiento y colocaba mis manos sobre el reposabrazos de la poltrona, dejando mi cadera elevada y mi respingado culo y nalgas a su entera disposición…
Él lamió mis nalgas completas y me dio un par de nalgadas antes de hacer mi tanga a un lado para lamer mi vulva y anegada vagina, que ya pedía la atención de su lengua a gritos…
Primero metió su lengua deliciosamente mojando aún más las paredes internas de mi vagina, para después prepararla con los dedos, metía uno, después dos, yo ya no aguantaba…
-¡Ya métela por favor!…- Le supliqué entre hondos gemidos de placer y con la respiración muy agitada… Me sentía como toda la puta que soy.
Entonces él me giró y me besó muy apasionadamente, su boca sabía a mi vagina, eso me prendió aún más y me senté de nuevo de frente a él con las piernas flexionadas y muy abiertas, ofreciendo mis pies para que los pusiera en sus hombros, así lo hizo y comenzó por pasar el glande de su hermosa verga en la entrada de mi vagina una y otra vez…
Eso me excitó aún más, cerré los ojos como señal de que estaba lista… Entonces sentí como empezó a penetrarme, mi vagina se abría gustosa al paso de aquella verga caliente, y de repente él empujó con mucha fuerza entrando de un solo empellón…
-¡Ahhh… Que ricoooo!…- Grité, y eso lo excitó más aún.
«-Así me gusta más, me gusta escucharte gritar, y hacerte gemir de placer como toda una puta!…- Me dijo con voz agitada, yo me sentí dominada por aquel hombre maduro que me estaba haciendo suya de manera salvaje.
Sus embestidas eran muy fuertes, rápidas y profundas, me provocaron mucho placer, ¡Sí que sabía lo que hacía ese macho!…
Ya mi extasiada vagina estaba completamente abierta y lubricada, el sacaba su verga completa para después meterla a fondo con toda facilidad…
-Estás buenísima!… Que vagina tan deliciosa tienes!…- Me decía de vez en cuando… ¡Yo, perdí la noción del tiempo y también de las veces que me hizo venirme así!
En eso me sobresalté cuando escuché los pasos de alguien que se acercaba por el pasillo hacia la bodega en la que nos encontrábamos…
-No te detengas!… Estoy a punto de venirme!… Me dijo en un susurro apenas audible mi macho, mientras que continuaba bombeándome muy intensamente.
Escuché casi sincrónicamente cómo los pasos se detuvieron en el umbral de la bodega, justo en el momento en el que la verga de mi amante fetichista estallaba en lo más profundo de mi vagina…
El muchacho, con cara libidinosa y sorprendida observaba mi posición, abierta de piernas con mi vagina expuesta y muy abierta, recibiendo los candentes e intermitentes chorrazos de abundante semen con la que me estaba llenando su jefe, era el mismo que minutos antes había quedado a cargo del local…
No sé si nos había escuchado gritar y gemir, pero a juzgar por la expresión de sorpresa en su rostro, no se esperaba encontrar con la escena que ahora contemplaba con ojos absortos y llenos de deseo…
– Ssssccchhh!!!… No vayas a hacer un escándalo!..- Le dijo con tono apresurado y discreto mi nuevo amante.
El muchacho asintió con la cabeza mientras que su jefe, que después me enteré que también era su padre, se retiraba del inundado interior de mi vagina…
Yo, tan aturdida como estaba solo atiné a ponerme de pie, arreglarme un poco la ropa, tomé mi bolsa en la que puse el par de zapatillas con las que había llegado, y salí de allí calzando mi nuevo par de hermosas zapatillas…
Atravesé el pasillo y el local como una autómata, estaba conmocionada y en estado de «shock», no podía creer lo que había acabado de suceder, aún me estremecía de placer y sentía mis piernas temblorosas…
Supongo que huí apresuradamente tal y como lo hizo la Cenicienta del cuento, dejando repentinamente a mi príncipe aún anhelando el placer que le prodigaba mi compañía, sólo que a diferencia del cuento de hadas, yo lo hice conservando ambas zapatillas de cristal en mis pies…
Y también supongo que otra diferencia sustancial, es que mi historia no era precísamente un cuento de hadas, ni mucho menos, apta para ser narrada a una audiencia infantil…
En cuanto salí a la calle, reparé en que no había pagado por mi nuevo par de sexys zapatillas…
Me detuve, y tuve el noble impulso de regresar a pagar, pero después de unos segundos de pensarlo, concluí en que había pagado, y además bastante bien por mi nuevo par de zapatillas…
Sonreí al pensar en que yo esperaba que mi forma de pago en aquel establecimiento, del que pensaba convertirme en una clienta asidua, no se devaluara y mantuviera siempre un alto valor adquisitivo.
Espero poder narrarles en otros relatos, como fue que pagué por todos y cada uno de los pares de mi colección de zapatillas sexys de tacón alto…
También espero que éste relato les haya gustado, y me encantaría leer sus comentarios y opiniones al respecto.
Hasta el próximo relato!… Besos!, Bye!
STAR
«Sensualidad a Cada Paso»
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!