comenzando como cornudo 2
¿has deseado ser cornudo? Yo también y me atreví a experimentarlo. Esta es una historia real de cómo me hice cornudo para disfrutar ver a mi pareja coger con otros hombres, mientras yo no puedo hacer nada, este es el comienzo de una historia excitante. .
David es un hombre guapo, tiene cabello castaño claro y corto, mide 1.78, tiene vello corporal en brazos, piernas y pecho, tiene un cuerpo trabajado, Espalda ancha, brazos fuertes y manos con venas marcadas, es bastante varonil.
tiene una personalidad gentil, es amable y a veces un poco torpe. Incluso diría que ingenuo y un tanto sumiso conmigo.
Yo tengo 28 y él 26 por lo que podríamos decir que las decisiones mayormente las tomo yo o en conjunto.
Continuando con la primera parte…
Pasaron los días y David y yo estábamos más unidos que nunca, le dije que si en algún momento quisiera cogerse a alguien solo tenía que pedirme permiso o avisarme para estar al tanto, él dijo que todo bien, que no me preocupara porque estaba a gusto conmigo.
Todo fluyó con normalidad, pasó un mes aproximadamente y queríamos cambiarnos de casa, ya que solo arrendábamos y él quería algo más cerca de su trabajo.
Conversamos con una corredora de propiedades que tenía a disposición un departamento en un edificio con las características que deseábamos.
La señorita que trabajaba allí nos citó para mostrar el lugar, pero en ese momento yo no podía ya que tenía que trabajar, pero David tenía libre por lo que tenía que ir solo.
Llegó el día y todo bien, le pregunté por whats. a David que tal el lugar, y me contaba que estaba hermoso todo.
Yo: ¿sí?… ¿y la tipa también?
El: pues sí, fea no es, es joven, diría que unos años mayor que nosotros.
Yo: cuidado con cogértela, que te corto los huevos.
El: jaja que cosas dices bebé, estás loquito.
Yo: que bien, bueno, cualquier cosa sobre el lugar me avisas.
Me estuvo enviando fotos del lugar y nos gustó a ambos, decidimos arrendarlo.
Llego la noche y le pregunté:
¿Cómo estuvo tu tarde?
El: todo tranquilo, fuimos a notaria a firmar el contrato de arriendo y pues nada, podemos mudarnos mañana si quisiéramos.
Yo: ah, pero mañana también trabajo, es domingo y no creo que me den permiso tan encima.
El: en ese caso podría empezar yo solo y pues llevo lo que alcance.
Yo: es buena idea, gracias amor, te lo recompensaré.
Al día siguiente sentí un poco de cargo de conciencia, teníamos todo embalado pero algunas cosas eran pesadas por lo que decidí al medio día hablar con mi jefe para poder retirarme antes, a lo que accedió diciendo que tendría que recuperarlo con otro día.
Llegué contento a la antigua casa, comencé a subir cajas al auto, David no se encontraba allí, por lo que supuse que ya estaba en el nuevo departamento.
Me Dirigí al lugar, saludé al conserje y tomé el ascensor.
entré con cautela para sorprenderlo, pero el sorprendido fui yo cuando escuché ruidos extraños provenientes de la habitación principal.
Escuchaba unos gemidos de mujer, eran gemidos agitados y rápidos como si lo disfrutara y doliera al máximo,
Quedé sorprendido, pensé que seguramente era la puta de la corredora de propiedades y David.
No quise interrumpirlos, más bien me pegué a la puerta y me bajé el pantalón para hacerme una paja.
Cada grito de ella, cada gemido de él, era un placer para mis oídos.
El: ¿te gusta puta?
Ella: si papi, dame todo, métela toda
El: así será, te romperé la vagina con mi verga
Ella: ¡uuyy!! ¡Sí! ¡Por favor!!
Yo me estaba haciendo la paja de la vida, mi pene estaba muy duro y venoso, mis sentidos estaban concentrados en aquellas voces, mientras mi mente imaginaba como se la estaba cogiendo.
Ella: ¡uff! ¡Así dale, que rico!
Esta puta estaba disfrutando con el pene de mi hombre.
Golpearon la puerta, sorprendido me subí el pantalón y me escondí en otra habitación.
David y la puta también se detuvieron enseguida y a ver quién tocaba, abrí mi puerta ligeramente para ver qué pasaba, David estaba solo con un short, sin zapatos ni camiseta.
Cuando abrió la puerta se presentó un vecino, un hombre mayor como de 40 y tantos años:
El: hola vecino, soy Miguel, vivo en el departamento de al lado, supe que eres nuevo así que quería darte la bienvenida.
David: hola, muchas gracias, disculpe que esté así, estaba haciendo algo de ejercicio.
Miguel: no te preocupes hijo, es normal, estás en tu hogar.
David: ah pues sí, soy David, mucho gusto.
*le estrechó la mano*
Miguel: Un gusto también, nos veremos a menudo, y bueno, podríamos tomarnos algo en algún momento para compartir como vecinos.
David: si claro, mi pareja estaría feliz de conocer a los vecinos del lugar, muchas gracias.
Miguel: está bien, no te molesto más, sigue con lo tuyo, nos vemos.
David: adiós, que esté bien.
David cerró la puerta y se quitó el short, abajo no traía ropa interior, y se quitó la polera, se tocaba el pene para endurecerlo otra vez y entró a la habitación.
David: ven aquí perra, quiero cogerte en el balcón.
Salieron del cuarto, él la llevaba en brazos montada sobre su torso.
Se escupió en la mano para darle un golpe en la vagina procediendo a masturbarla,
Ella claramente gemía como puta.
Esta vez podía ver lo que hacían.
Ambos mirando hacia el paisaje mientras él metía su pene por detrás.
Ella comenzó a hacer gemidos de orgasmo, el tomo de su cabeza, se quitó el condón y le metió su pene a la boca dando unos gemidos.
Seguramente dando acabadas y soltando la leche.
Estuvo un rato presionando la cabeza de la puta contra su ingle.
Ella bebió todo, le limpió la verga con la lengua y el término el acto golpeando con su pene la cara de ella.
Se levantó del suelo, se dieron un beso y ella entró al baño.
Yo acabé en el momento exacto cuando él acabó, solté chorros de mi pene que cayeron en el piso.
Él se quedó un buen rato desnudo tomando aire, apoyado en el balcón. mientras ella se vestía y se iba del lugar.
Yo me quedé un rato en esa habitación pensando que haría ahora, que decisión tomar y como usaría esto a mi favor más adelante.
Acababa de presenciar lo que quería, pero al fin y al cabo era una infidelidad.
esta historia es 100% real y sucedió hace poco, así que estaré actualizando este relato.
Gracias por leerme.
Dejo mi correo por si alguien desea platicar:
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