Comenzando como cornudo 3
Nos juntamos con los vecinos para beber algo, y al parecer uno de ellos está interesado en mi pareja.
Continuando con el relato anterior…
Pasó una semana desde aquel suceso, David nunca supo que yo estuve ahí en ese momento.
Conocí a los vecinos, entre ellos a Miguel, el cuarentón, conversamos en ocasiones y lo pude conocer un poco más.
Miguel es un hombre maduro, no es feo a mi parecer, es robusto, alto, diría que 1.80. y tiene panza, es velludo, tiene brazos fuertes. Cabello corto, barba espesa y cuidada con unas cuantas canas, ojos color café, trigueño, Se dedica a administrar un bar. Tiene una personalidad fuerte, seguro, parece un hombre inteligente con temas amplios de conversación.
Tiene una novia como de su edad y un hijastro veinteañero que viven con él.
Cada cierto tiempo me encuentro a don Miguel cuando saco la basura del depto., uno de esos días me saludó.
Miguel: hola vecino ¿cómo está?
Yo: hola hola, ¿bien y usted?
Miguel: bien hijo, ¿cómo está David?
Yo: bien, fue a trabajar.
Miguel: ah que bueno, el otro día lo encontré en mi bar con un grupo de personas, ahí lo saludé.
Yo: ahh sí, sus compañeros de trabajo, si me había contado.
El: sí, ¿te parece si tomamos algo hoy en la noche, con David y mi familia? Es viernes y sería bueno compartir un trago.
Yo: emm si, sería bueno, creo que a David también le gustaría, le preguntaré.
Me comunique con David al rato, y aceptó con facilidad.
Llegó la noche y tocaron la puerta, era Miguel y su novia Sofía, una mujer esbelta, cuarentona también, cabello castaño claro, con grandes atributos que enseñaba con un escote revelador.
Yo: hola buenas noches.
Miguel: hola vecinos, ¿cómo están para hoy? Trajimos un whisky.
Yo: genial, nosotros tenemos cervezas y picadillo, estamos listos, ¿y su hijo no viene?
Miguel: no, esta donde la novia, tal vez en otro momento quiera venir. ¡Pero la pasaremos bien igual entre nosotros!
Yo: está bien, es una lástima, supongo que en otra ocasión lo conoceremos.
Pasó el rato, estábamos un poco ebrios ya, había música en la tv, luces cálidas, ambientación, solo pasamos el tiempo conversando y jugamos cartas. hasta que Sofía nos preguntó:
¿Ustedes son pareja?
Miguel: eso no se pregunta mujer.
Sofía: solo quería salir de la duda, se ven bien como pareja.
David me miro y respondimos que si éramos pareja.
Sofía: ay que lindo es el amor, ni se les nota que son gays.
David: bueno yo soy bisexual.
…
ahí comenzó una conversación incomoda entorno a los gustos y sexo, respondiendo preguntas también, gracias a las copas.
Sofía: permiso, tengo que ir al baño. Discúlpenme.
Miguel: ¿les puedo preguntar algo intimo?
David: si claro, ya estamos en confianza.
Miguel: ¿cómo es el sexo anal? Personalmente nunca lo he hecho y a esta mujer no le gusta, bueno ninguna con la que he estado.
Vi gestos en don miguel de estar bastante atento a la respuesta de David.
David: bueno, es muy rico es sexo anal, el ano a diferencia de la vagina es más apretado, entonces se siente mejor porque aprieta más la verga al entrar, es diferente por completo
No me molestaba la respuesta desinhibida de David, siempre ha sido abierto a hablar sobre temas sexuales con otras personas o amigos.
Miguel se quedó pensando y comentó:
Suena interesante la verdad, me gustaría probarlo en algún momento. Si no es con esta mujer tendrá que ser con algún maricón jajaja (ese había sido un chiste incomodo).
David rio fingidamente y yo también, noté como le incomodo la última palabra al referirse a los homosexuales.
Sofía volvió y cambiamos de tema.
Pasó el rato, ya eran las 1 de la madrugada y se había acabado el alcohol.
David se ofreció a comprar más en alguna tienda cercana y Sofía le quiso acompañar para que no fuera solo.
Mientras yo me quede solo con miguel.
Miguel: oye quería contarte algo.
Yo: cuénteme don miguel.
Miguel: bueno es un tema delicado, y ahora que sé que son parejas, creo que debería contarte.
Yo: dígame con confianza.
Miguel: bueno, como te lo digo… vi a David cogiendo con una mujer aquí, el día de la mudanza.
Yo: ¿cómo?
Miguel: estaban en el balcón, yo justo iba saliendo a tomar aire al mío (balcón) y los pude ver por un agujero entre las tablas que los dividen.
Yo: ah… emmm
El: parece como si no te importara…
Yo: no es eso, es que ya lo sabía.
El: ya veo… disculpa la imprudencia.
Yo: No sé si deba contarle esto, pero tenemos una relación un tanto abierta. De vez en cuando probamos cosas nuevas.
El: ah entiendo, disculpa, no era de mi incumbencia. – ¿entonces no te importa si tu novio coge con otra persona?
Yo: no es tan así, existen reglas y pues es algo nuevo… ¿pero creo que depende no?
Miguel: comprendo, ¿crees que yo pueda algún día probar algo así?
Yo: emm, ¿a qué se refiere?
Miguel: bueno, no te importaría si me cojo a David, ¿cierto?
La conversación tomó un sentido extraño, mi vecino me estaba diciendo que quería coger con mi novio. Lo que me proponía me estaba gustando, incluso se me estaba endureciendo el pene, pero era descabellado.
Yo: primero, usted tiene pareja. Segundo, a él no le gusta ser pasivo y tercero, depende de él si quisiera hacerlo o no.
Miguel: bueno, te estoy pidiendo permiso. Podrías convencerlo.
Yo: no creo que quiera de todos modos.
Miguel: piénsalo un poco, mira.
Se levantó del sofá y se bajó el pantalón hasta las rodillas y me enseñó su pene, el viejo estaba caliente con la conversación y tenía la verga dura. Se la estaba sobando mientras me miraba fijamente a los ojos, como invitándome a acercarme.
Era una verga tan gruesa y venosa, jamás vi un pene tan grueso, tenía la cabeza rosada, el tronco tenía una curva deliciosa hacia arriba, y en la base tenía vellos negros que cubrían sus testículos grandes.
Miguel: seguro a Uds. los maricones les encantaría mi verga ¿o no? Las perras con las que he estado se vuelven locas. -Ven acércate, huele el olor a macho.
No sabía qué hacer, por un lado, me estaba ofreciendo toda esa verga exquisita, pero me estaría sometiendo y dándole la razón. Pero, por otro lado, David se cogió a esa puta y nunca me lo contó a sí que estaba algo molesto con él.
Me acerqué lentamente, le hice caso y olí su miembro viril, el tomo mi cabeza y la restregó contra sus huevos velludos y luego por su pene.
Me abrió la boca sutilmente con su mano, dejando la punta de su pene descubierto en mi labio inferior.
La decisión era mía, lo mire a los ojos y deslice mi lengua por su verga.
Bajó sus pantalones hasta sus tobillos, tomo mi cabeza nuevamente y lentamente fue introduciendo su pene en mi boca. Disfrutando cada momento. Miguel volteó su cabeza hacia arriba mirando al techo, cerró los ojos y dio un gemido profundo.
Yo estaba arrodillado a su merced, me afirme de sus piernas, eran unas piernas gruesas y fuertes, además de velludas.
Prendió un cigarro y comenzó a fumarlo mientras tenía una de sus manos sobre mi cabeza, movía su pene fuera y dentro de mi boca llegando hasta la garganta.
Comenzaba a hacerlo cada vez más rápido.
Miguel: ¿te gusta putito?
Yo asentí con la cabeza.
Miguel: no puedes hablar de tanto pene que tienes atravesado ¿no? – ¿quieres tragarte mi leche?
asentí nuevamente.
Miguel: bueno la tendrás cuando me hagas el favor. –sacó su verga de mi boca. –háblale bien de mi a tu novio y yo me preocupo del resto, saldremos beneficiados los dos, o los tres. Se subió el pantalón.
Quedé arrodillado a sus pies.
Sonó el ruido de las bolsas al otro lado de la puerta y luego el ruido de las llaves abriendo. Estaban entrando. Nos acomodamos bien
volvimos al sofá y seguimos compartiendo con normalidad todos.
Termino la junta, y ellos se fueron a su departamento. Nosotros nos fuimos a la cama.
Estábamos acostándonos cuando oímos a los vecinos coger, sonaba el ruido de la cama chocando con la pared y a Sofía gimiendo como loca.
David: ¿será miguel y Sofía?
Yo: seguro, creo que el ruido viene de su departamento. Debe estar por las nubes.
David: ese viejo, ¿ves cómo se refirió a los homosexuales?
Yo: no fue para tanto, debes entender que es más mayor, de otra época.
David: seguro a ti te gustó.
Yo: que dices, loco.
David: conozco tus gustos Cristóbal, se ve inteligente ese viejo idiota.
Yo: ¡cómo crees! Tiene como 20 años más que yo.
David: si, 20 años más de experiencia, sé que también te atraen los viejos.
Yo: no, solo pienso que debe coger bien, nada más, ¿no estas escuchando a Sofía?
David: seguro como cualquiera, no se te vaya a ocurrir hacer un cuarteto con ellos. Has tenido ideas muy locas últimamente.
Yo: no juegues jajá, ¿un cuarteto? Sabes que no me gustan las mujeres, tal vez un trio. (en tono de burla).
El: bebé, así como estamos está genial, a mí me gustas tú.
Yo: pero para mí no es nada, solo sería una vez y ya, el viejo quiere probar el sexo anal, se nota.
El: pero tú no le pasarás nada. Que él se busque por otro lado.
Yo: ¿y qué tal tú? Podría gustarte, se ve un hombre fuerte, tal vez tenga un pene grande. Podríamos repetirlo como aquella vez.
El: ya deja de hablar tonteras, mejor durmamos.
Yo: Mejor hacemos otra cosa…
estaba caliente con todo lo que había pasado. Así que me acerqué a su entrepierna y comencé a chuparle el pene.
Las luces estaban apagadas, solo escuchaba sus gemidos, y podía tocar su torso desnudo, sus vellos y sus pezones.
él tocaba suavemente mi cabello con una mano y la otra mano acariciaba mi ano por fuera.
escupió en su mano para proceder a meter sus dedos dentro de mi recto, sentía el dolor de aquello, pero al mismo tiempo era placer. Pasaron los minutos, los gemidos cada vez eran más grandes y sentí como su verga se contraía para acabar, sentí y trague apenas iban saliendo uno a uno disparados sus chorros de semen tibios.
Aproveche de masturbarme mientras el aún tenía dos de sus dedos dentro de mi ano y acabe sobre su vientre.
Nos besamos y nos abrazamos.
** Próximo relato el día miercoles 02 de Julio. **
Gracias por leerme.
Dejo mi correo por si alguien desea platicar:
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Espero el siguiente muy ricos espero hagan muchas cosas mas