COMO ASUMI SER PUTA CADA VEZ QUE UN MACHO ME COGIA
Mike me hizo su mujer y me prefería vestida de lencería roja y tacones. El hilo dental de la tanguita metida en mi rajita que él se solazaba en estirar….
¡MIKE, MIKE, tócame la zorra. Abreme de piernas. Méteme el chuto. Déjame tu leche en mis entrañas. Préñame. Méame!
Así lo excitaba a mi macho fornido y potente que me cogía cada mañana y cada tarde de los días en que contábamos con el lugar para dar rienda suelta a la lujuria que ambos llevábamos al límite de lo posible.
-PUTA, ABRE LAS PIERNAS, LEVANTA ESE CULO.
-Lo que tú digas, macho mío. Soy tu puta. Tu perra. Tu Juana Loca caliente.
Una fuerte palmada me dejaron rojas las nalgas y presa de la excitación que me produce la fuerza del macho dominante sobre su puta sumisa y dispuesta a todo lo que le ordenen.
-CHÜPAME LA VERGA.
-Sí, mijito, lo que quieras.
Una bofetada me dejó muda y me apresuré a tragarme esa preciosa pija hasta que la garganta me reclamó…
A pesar de que me dominaba jamás le fui fiel y cada vez que podía iba a la cama con el primer macho que me lo pidiera o que me aceptara.
Claudio fue uno de aquellos que hicieron cornudo a Mike. También Guz, y Tom, un taxista de aplicación que me condujo de vuelta a mi casa y que se dio cuenta de que venìa salida, algo ebria y algo drogada por los humos de la cannabis que llenaba el ambiente de la disco que acogía a todo tipo de ejemplares de la bohemia provinciana que se duplicaba en época de verano.
-La noche es joven aún como para dormir. Le espeté al chofer.
-Así es. ¿Algún panorama en mente?
-Un par de traguitos más, tal vez. Pero no quiero ir a un lugar público.
-Conozco un lugar reservado cerca.
-Ah en ese caso, me dejo llevar, siempre que después me dejes en casa.
Se desvió de la ruta y accedió a un camino oculto entre frondosos árboles. Llegamos a un motel con estacionamiento dispuesto para la privacidad con servicios higiénicos. Una caseta que permitía el ingreso junto con el cobro respectivo se entregaba bebidas y elementos de aseo.
Lo que ahí pasó, por supuesto no se quedó ahí porque compartiré acá todo con ustedes. Además cómo Claudio me hizo ver burros verdes y Guz me hizo gozar de las delicias de su lengua en mi culito abierto, palpitante y deseos de verga.
MIKE, TÓCAME LA ZORRA, TOCA MIS TETAS, METEME EL CHUTO…
Todas las mañanas en la ducha no dejo de invocar lo que me hace suspirar y me transforma en la puta sumisa y lujuriosa… Mike, Mike… Te seré siempre infiel…
CONTINUARÁ
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