COMO ME INICIÉ EN EL SEXO ANAL Y LO DISFRUTO

La decisión estaba tomada, seguiría dando mi culo a todo el que lo pida sin ocultar nada y sin rótulos ni etiquetas: la sexualidad es una y no se separa en matices o compartimentos. Se goza con mente y cuerpo y sin prejuicios. Casi podría decir que había sentido lo que es “hacer el amor” dentro del .
La decisión estaba tomada, seguiría dando mi culo a todo el que lo pida sin ocultar nada y sin rótulos ni etiquetas: la sexualidad es una y no se separa en matices o compartimentos. Se goza con mente y cuerpo y sin prejuicios. Casi podría decir que había sentido lo que es “hacer el amor” dentro del acto de culiar: Alexis, me culiaste con fuerza y delicadez,a pero también con mucha calentura. Es verdad, me rompiste el culo y sangré, pero eso fue porque por fin supe lo que es ser desvirgadoHbía estado jugando con un juguete no destinado al efecto y me dañé el ano. Ese desgarro se acebtuó con tu verga gruesa y larga que al final el tronco era el triple de grueso que el glande—.

Es fácil después saber que hubo un antes y que se fueron dando acontecimientos previos que desencaden esa decisión y que ya no puedes zafarte de ella.

El ano es un órgano extraño. y lo digo porque en investigaciones recientes se ha descubierto que no empezó siendo aparato excretor. Después de leer dicho artículo, empecé a reflexionar acerca de mi fascinación por el culo, y no solo por el culo ajeno, que me pone a mil por horas,  sea un culo femenino o uno, masculino. Este verano he visto más culitos que en toda mi vida. El hilo dental se ha difundido de una manera universal  que hasta las féminas gordas y maduras, se visten con esa diminuta prenda que solo tapa el orificio vaginal y el anal.

A mí el colaless me produce una sensaciòn tan extrema que solo de sentir deslizándose por entre las nalgas se me produce una erección, preludio de un episodio en que debo masturbar el culo o prestarlo para que otro lo use para su goce. Y eso es lo que siento: ser usado como recipiente de semen me pone tan excitado que solo de sentir un roce creo que se me produciría un orgasmo anal.

Veremos una escena de mi infancia en que se explica por qué soy anoadicto. MI madre me lleva al dormitorio que queda cerca del retrete. Me baja los pantalones, cortos usaba en ese tiempo, y me saca las bragas, me abre las nalgas e introduce la cánula al fina de una manguera que conecta con el recipiente que contiene litros de agua tibia jabonosa. Me hace esto cada cierto tiempo cuando se agudiza el estreñimiento y llevo vacrios días sin cagar.

Al principio, fueron calitas que ahora son supositorios. Me emdurnaba el hoyito con vaselina o crema y hundía un poco el dedo antes de insertar el adminículo que me estimularía la funcion excretoria. Pero la verdad es que la primera vez fue raro y doloroso porque estaba muy tenso y mi esfínter se resistía a dejar entrar al intruso.

Un par de nalgadas me hicieron relajar el ano y ¡zas! El supositorio y el dedo se hundieron hasta que en un movimiento involuntario mi esfínter se tragó literalmente el supo…

Acá hago un paréntesis porque es importante que sepan esto los que empiecen a usar el culito para darse gusto: la primera vez que sufrí esta repentina absorción fue cuando empecé mi rutina de estimular mi culito con velas. Eran accesibles y nadie echaba de menos una o dos que mantenía en mi stock masturbatorio anal.

Se me ocurrió sentarme en el cirio. Cosas de la calentura. Y después de estar dándome sentones que me hacían sentir escalofríos placenteros y  que después me deleitarían cuando una verga se apoderara del proceso y me diera esos empujones que nos hacen vibrar y, a veces, llegar al orgasmo. Pues bien ¿o mal? El esfínter succionó la vela y se introdujo totalmente avanzando en los intestinos. Al principio senti goce, pero después empecé sentir miedo de tener que confesar lo que había hecho.

Lo único que se me ocurrió fue sentarme en el WC y pujar, empujar hasta que el esfínter tragón resolvió la situación expulsando al intruso y juguetón cirio y junto con algo de heces se zambulló en el agua del excusado.

Mi madre le indica a su ayudante lo que debe hacer para conseguir invadir mi culo con el agua de la lavativa:

-Sujeta y levanta. Le dice a la sirvienta que la secunda en esta tarea.

Se dirige a mí ahora:

-Aguanta hasta que entre toda el agua.

Siento que, después del dolor inicial que se va convirtiendo solo en molestia, mis intestinos y mi estómago se van llenando hasta casi reventar. Es raro pero después de haberme resistido en el principio, ahora espero esa acción. Ya me da placer cuando se produce y cuando debo evacuar el líquido y el excremento endurecido.

Después siento un gran alivio. Pero también quiero volver a sentir eso. Los elementos escogidos para replicar ese placer fueron gotarios que llenaba con agua y me iba a un lugar escondido y procedía meterme el artefacto que mojaba mi culo. Ya pasado el tiempo, lo que sentía no era precisamente por sentir el agua, sino la penetración lo que empezó a gustarme. En contré cánulas que usaba mi madre para lavado vaginal que era el único método usado para prevenir embarazos en aquellos tiempos. Una pera y se llenaba de líquido y me metía la cánula y mi culo recibía el preciado líquido pre excretorio. Seguí usando ese método por mucho tiempo y me ha ayudado a mantener el estreñimiento a raya. También me sirve para asear mi culo cuando me van a culiar y ahora para que me hagan fisting. Este último tiempo he estado recibiendo puños que se meten en mi raja hasta la muñeca. Todavía no me relajo lo suficiente para dejar de sentir urgentes gana de cagar.

-¡Sácalo, sácalo que me cago! Al sacarlo el guante tiene restos -pocos en realidad- de materia fecal ( mierda para el vulgo).

CONTINUARÁ

De verdad si les interesa esta historias coprofílicas en una próxima entrega les relataré mis aventuras anales y la secuela de anécdotas que me han generado y que compartiré con gusto.

Soy JuanaLaLoca por el sexo anal. Escriban sus comentarios o valoren acá . MI email está abierto a preguntas privadas [email protected]