Compartiendo y cumpliendo fantasías
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día cualquiera, en un lugar cualquiera; apareció un mensaje en mi bandeja de entrada.
El mensaje en sí no era demasiado impresionante, pero sin duda tenía algo que llamaba mi atención.
No era como los demás, el remitente en cuestión se dirigía a mi con respeto y curiosidad.
Pensando dentro de si: "Chicle y pega ésta vez"
Curioseando en su perfil ví un número de celular con la misma clave de mi ciudad y sin dudarlo un sólo momento, mandé un mensaje sin saber lo que aquel texto desataría días mas tarde.
Una platica hasta las 3:30 de la mañana y el principio de una relación perversa.
Un hombre mayor para mi,con una diferencia de edades de 14 años, su rostro encerraba demasiados misterios y una mirada imponente que me dejaba sin habla me ponía un tanto nerviosa.
Hablábamos de todo tipo de temas nada en especial para ser sincera, aunque jamás me aburría su presencia.
El día que hablamos de sexo fue raro, él decía que yo tenía mucha mas experiencia en el BDSM, lo que él no sabía es que sólo tenía la teoría y no la práctica.
Siempre tímida, nunca expresé lo que realmente quería hacer y siendo realista no iba por el mundo pregonando que quería que me sodomizaran.
Así que en mi mentecilla perversamente criminal y sádica; imaginaba todos los escenarios para ser torturada y ponerme al límite.
Jamás había encontrado a alguien con quien me gustara tanto hablar de esos temas y exponerme a que él intentara hacerlo.
Yo le había contado sobre una idea que taladraba mi cabeza y él era ni mas ni menos que la persona indicada para contarle por primera vez que deseaba tanto penetrarlo y lo imaginaba sometido ante mi, inclinando su trasero como si de reverencia se tratase, con una mordaza que le llenara bien la boca y un collar que le recordara en cada momento quien era su dueña.
Él aunque un tanto sorprendido por mi confesión, lo tomó con total naturalidad y me dijo algo que jamás esperé.
Él: Me gustaría mucho que lo intentaras, el siguiente mes salgo de viaje y traeré algunos juguetes para hacerlo.
Yo: Es enserio!!!??? Dejarás que te penetre con un strap-on
Él: Claro, nunca lo he hecho pero contigo siento mucha confianza y quiero que lo hagas.
Los juegos pasaron, yo le decía en nuestros encuentros que él me lo terminaría rogando.
Pediría a gritos que le metiera ese hermoso juguete negro.
Y realmente yo me encuentro deseosa de tenerlo bien agarrado de la cintura con el ano dilatado pidiendo a gritos.
Los días pasaban, él había llegado de viaje y trajo no sólo el strap-on, también traía un regalo para quien de hoy en más sería su linda GatitaBDSM666, dejemoslo sólo en su gatita, Un plug de gatita, un collar morado para mí y un hermoso collar negro para él.
El juego se ponía ahora mucho más interesante, ambos nos destrozariamos en la cama, de eso no había por que dudar y así sucedió.
Hicimos un ritual de iniciación en donde él me bautizo como su gatita y yo lo bautice a él como mi pequeño gatito.
Y como todos los gatitos se lamen entre sí, él comenzó a darme unos deliciosos lenguetazos que hacian doblarme de placer, gemir y voltear los ojos.
Era su turno de someterme y yo estaba tan contenta y metida en mi papel de gatita que sólo maullaba pidiendo más de esa suave y tersa lengua, hasta que en un momento me tomó por sorpresa y me amordazo dejándome silenciada por completo.
Su lengua me hacia temblar de placer, mi corazón estaba a mil por hora.
Sus caricias eran incesantes y no necesitaban permiso para merodear mi cuerpo, rasguñar mi piel sensible a su tacto, marcar su territorio en mi espalda, hacerme perder el último aliento.
Perdí y era mi turno de la revancha
Me puse el strap-on, comencé a besarlo, a juntar su cuerpo con el mío y hacerlo uno solo.
Rozaba el strap con sus huevos y sentía que le gustaba demasiado.
Apretaba ansiosa sus nalgas, lo tumbe en la cama era mi momento de saborear su néctar y comencé ni mas ni menos que en ese ojete sensible y ansioso por mi.
Lo besé y lamí como nunca antes.
Disfrute tanto sus contracciones, su olor, su delicioso sabor, subí por sus huevos dejando saliva a donde pasara mi lengua, metí de golpe su pene erecto y lo succione como jamás lo habia hecho.
Lamía su capullo delicadamente, bajaba de nuevo a sus huevos y volvía a su delicioso ano que me estaba volviendo loca y quería comerlo.
Tomé el lubricante que usaba conmigo para intentar hacerme fisting y con un poco introduje por primer vez mi dedo, una sensación deliciosa dominó mi mente.
Al fin lo había conseguido.
Se sentía tan calentito, suave, apretaba tan rico su esfinter, mi dedo era su prisionero, simplemente fue adictivo y cada vez le entraba más y más y más mi dedo.
Era tiempo de amordazarlo y someterlo como se debía.
Las manos atadas, su collar y la mordaza para que NO hiciera ningun ruido que me distrajera de lo que estaba haciendo.
Estaba jugando con mi gatito y era momento de llevarlo al limite aruñandolo, mordiendolo, permanecer encima de él llevando el ritmo de las que ahora eran mis penetraciones.
Sentí estremecer todo dentro mio, ahí venía el primer orgasmo de muchos que tuve en esa sesión mojando su estomago pues el squirting que me hizo tener mojó las sabanas, la alfombra.
Todo a su paso estaba empapado de mis mieles y ese era su premio.
Aún no logro penetrarlo y hacerlo mío con el strap-on.
Sé que me lo pedirá rogando y eso se los contaré en el siguiente relato en donde les voy a contar cómo lo sometí.
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