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Fetichismo, Gays, Incestos en Familia

Coquito 2.0

Coquito, un hermoso nene de ocho años, muy servicial o obediente….

Seguí admirando a Coquito sentado en la mesa, preparándome para lo que sería nuestra aventura al día siguiente…

Con dedicatoria especial a mi amigo J-Rosse.

¡Hola!, queridos lectores, les traigo la continuación del primer relato «COQUITO»

Para más detalles, consulten en mi perfil la primera publicación.

Les agradezco a todos por el apoyo recibido, y espero disfruten del siguente:

 

… A la mañana siguiente, el ruido de mi hermana alistandose para su trabajo me despertó.

Coquito se encontraba a mi lado, en la cama, en posición fetal, completamente desnudos los dos, sonreí al recordar la noche que compartimos.

Salí de la cama, y cubrí a Coquito, para que pudiera seguir descansando, no sin antes, darle un beso en la espalda, y apretar una de esas dulces nalguitas.

Me vestí y dirijí a donde mi hermana

– Sofi, ¿necesitas algo? – Pregunté para calmar su angustia y asistirla en cuidar de Coquito.

– Ay Cesar, por favor, voy tarde, cuando despierte Coquito lo llevas a donde la tía –

– Tranquila, puedo quedarme con él, no me molesta, es muy obediente –

– ¿Héctor?, ¡Ja!, si tú lo dices –

– En serio, yo conozco a mi sobrino, así que tú tranquila, yo lo cuido –

– Ay Cesar, bueno, le pediré a tía que les traiga de comer, ¿va?, ya me voy, adiós, cualquier cosa me escribes… – y sí, la plática fue corta.

Sofi salió apuraba de la casa y me aseguré de cerrar muy bien la puertas y demás entradas, hasta le pedí un taxi para que saliera lo más rápido posible

Me devolví a la cama, Coquito seguía bajo un sueño profundo, mi bebé, tan lindo, envuelto en la frazada azul que tanto le gusta, dándome la espalda, en la misma posición, él mirando a la pared.

Levanté la frazada, y me quedé admirando sus nalguitas, grandes y suaves, me quité la pijama, quedando totalmente desnudo, y me coloqué a su lado, acaricié su espalda, subí mis dedos por sus hombros, sus brazitos, bajé por su cintura, su piel tan suave, su olor a niño, puse mis manos en su trasero, hacía círculos con mis yemas, mi erección se hacía presente, dirijí mi miembro a su rajita, esa colita seguía húmeda, por la actividad de anoche.

Dezlice mi miembro entre sus nalguitas, Dios, se sentía tan bien, no pude evitar meter mi mano por abajo de él, para abrazarlo y acercarlo a mí, le acaricié su pequeño pene, estaba erecto, pero él seguía dormido, me masturbé entre sus nalgas hasta venirme, lo llené de espeso semen, y así quedamos

Después de unos minutos, despertó

– Tío, buenos días – decía mientras se reestiraba sobre la cama

– Buenos días, Coquito, ¿dormiste bien? – Le preguntaba mientras el nene se giraba para quedar frente a mí,

– Sí, tío, pero me pica un poco la colita – Decía el nene, dirigiendo su manita derecha a su rajita, rascandose una nalguita

– Qué es tío – Me preguntaba llevándose su manita a la nariz, manita embarrada de mi semen

– Es leche, amor, si lo pruebas te dará muchas energías, pero debe ser sólo de la mía –

– Uhmm – decía mientras llevaba su manita a los labios

– ¿Y por qué sólo tuya?, Uhmm, no sabe mal –

– Pues debe ser mía porque yo te amo mucho, y con nadie más debes hacerlo, te amo, ¿sí? –

– Sí tíoooo – Respondía el nene mientras me daba un abrazo

Yo le correspondí de la misma forma, mientras poseía sus labios, y mis manos recorrían su espalda.

– Muy bien, Coqui, debemos levantarnos, bañarnos, y vamos a donde la Tía –

– No quiero – Decía haciendo pucheritos

Pregunto: ¿Quién podría resistirse a semejante berrinchudo?, nadie, ¿verdad?

– Amor, debemos ir, o la tía tendrá que venir y pues luego ya no se va, y yo quiero que estemos solos tú y yo –

– Bueno, pero me compras dulces –

– Ya qué – le respondía yo, y él con su característica sonrisa de vencedor

Nos dirijimos los dos (aún desnudos) a la regadera, disfruté enjabonarlo, lavarle los pies, tallar su espalda, recorrer cada parte de él, lavar su pequeño miembro, llevar el jabón a su rajita, mi pene ya estaba muy erecto, él sonreía mientras lo sujetaba, le pedí moviera sus manos, después que lo probara, sin objeción obedeció, inexperto, mamaba de mi verga, mientras mi dedo medio se hundía dentro de él, era glorioso, pero no quería venirme de nuevo, así que lo alcé y sujetandolo con mis brazos nos besamos, bajo el agua del baño.

Terminamos de asearnos, lo vestí, y antes de salir le mencioné que no debía contar nada a nadie, él sin chistar asintió, y salimos, llamé a Sofi para decirle que salíamos, y también a la tía para que no viniera, que nosotros íbamos.

En el trayecto, pasamos a un OXXO (Tiendas de conveniencia aquí en México).

Al hacer fila para el pago, me percaté que el chico de la caja (joven de unos 19 años aproximadamente) miraba de reojo a Coquito (debió ser por ese pans gris tan ajustado que llevaba, hacía que resaltaran sus grandiosos glúteos, o la playera azul, que acomodaba tan bella figura), yo sentí celos, cómo se atrevía, pero el chico me lanzó una sonrisa coqueta, salimos del OXXO y llegamos a casa de la tía, disfrutamos de su guiso y después de un rato nos devolvimos, en el camino de vuelta, me daba cuenta que varios hombres se le quedaban mirando a Coquito, ojos de deseo, no los culpo, si fuera ajeno a él, yo también lo vería con esos ojos, pero él ahora es mío, y estoy ansioso de llegar

Una vez atravesamos la puerta, alcé a Coquito con mis brazos, lo abracé, sujeté y empecé a besarlo apasionadamente (el hecho de mirar a aquellos hombres viendo a mi nene con lujuria, me hicieron desear enloquecidamente a Coquito), él correspondía con el mismo desenfreno, sus manos recorrían mi espalda, le besaba el cuello, los labios, le saboreaba la lengua

Cerramos la puerta y le pedí que subiera a su cuarto, yo detrás de él, lo alcancé y lo cargué, y entrando a la pieza lo arrojé a la cama, él sonreía, y yo empezaba a ser como poseído, y era mi oportunidad, me lancé sobre de él y empecé a besarlo nuevamente, el me seguía el paso, empecé a desvertirlo, primero su playerita, mientras seguíamos con besos, bajé a su cuello, pasé mi lengua por su oreja, él reía y movía, seguí recorriendo su cuello con mis labios, empecé a quitarle el pans, deslizando lentamente esa prenda de su cuerpo, bajé a sus pezones, rositas como fresas, yo los mordía ligeramente, él gemía, quité completamente el pans y quedó con su truza de los avengers, la vista era maravillosa, Coquito nuevamente tan servil para mí, su piel suave y blanca, sus labios rojos, le quité el calzoncillo, y liberé su miembro, lo abrí de las piernas y me coloqué en medio, besé su estómago, seguí bajando, llegué a su verguita y lo metí a mi boca.

– ¿Te gusta, amor? – Le pregunté

– Ah, sí tío, sí me gusta – respondía con gemidos mi Coquito

Seguí chupando su penecito, sus huevitos, dulces, mordía de sus piernas, recorrí con mis labios sus largas piernas, llegué a sus pies, las plantas rositas, los chupé, a él le gustaba, notaba su cara de excitación, le pedí que volteara, y obedecía, subí por sus pantorrillas, hasta llegar a sus enormes nalgas, las mordí, hice círculos con mi lengua sobre ellas, las saboreaba (como cuando se muerde un gran bocado de pastel), con mi nariz, registraba su aroma, hasta llegar a esa rajita, con mis manos, separé cada pompi de mi bebé, y ahí estaba, ese agujerito rosa que me tenía loco, pasé mi nariz por encima, como absorbiendo sustancias, después mi lengua, pasé lentamente sobre cada espacio, tratando de asegurarme de probar hasta el mínimo sabor, Dios, tan delicioso, piel tan suave, y olor tan rico, abrí más y empecé a meter mi lengua, podía sentir cómo con mi lengua follaba ese culito, y cómo mi Coquito hacía palpitar su anito, movía de arriba a abajo mi lengua, le pedí que alzara un poco las caderas, y él tan servil a su tío. Hundí mi cara con todas las fuerzas, después me separé, subí con besos cada parte de su espalda, hasta volver a sus labios, con besos que fueron correspondidos, al abrazarlo, lo volteé de modo que quedara de frente a mí, mientras seguíamos con los besos, llevé mi mano derecha a su verguita y empecé a masturbarlo, rápidamente, tomé el lubricante que había preparado en la mañana, puesto sobre el buró, puse unas gotas sobre mi dedo índice, y lo llevé a su entradita, empecé a masajearlo, qué piel tan suave sentía, lentamente empecé a meter un dedo, él gemía

– ¿Te duele, amor? – le preguntaba mientras seguía introduciendo mi dedo poco a poco

– Ah, ah, ah, hmm…, Sí, tío, un poco – decía con pausas, por sus gemidos tan ricos, de nene dulce

Seguía besando sus labios, nos comíamos las lenguas, y cuando sentí que se acostumbraba…, metí el dedo medio, mi bebé gemía tan delicioso, entre voz de niña y bebé, metía y sacaba mis dos dedos de su esfinter, así una y otra vez hasta que se acostumbró

– ¿Te sigue doliendo, amor? –

– Ya no mucho, Tío – decía mi bebé, así que saqué mis dedos, y empecé a lubricar mi verga, le coloqué una almohada debajo, y alzó más su colita

– ¿Estás listo, Coquito? – Asentía con la cabeza mi niño, con su carita completamente roja, me encantaba mirarlo…

Puse unas gotas de lubricante a su anito, y empecé a frotar mi verga, tomé sus pies y los coloqué sobre mi pecho, seguí frotando mi verga, pero no podía entrar, mi Coquito estaba muy cerrado, empecé a empujar, un poco más fuerte, y le pedí a él también que hiciera como esfuerzo para hacer popó, y así, entre él y yo estábamos logrando la hazaña, entró la cabecita de mi verga, pero él empezó a retorcerse

– ¡NOOO!, ¡AHHH!, ¡TÍOOOO!, ¡ME DUELEEE!, ¡SACALO, SACALO, SACALO POR FAVOOOOR! – El llanto empezó a asomar por sus ojitos, empezó a forcejear para liberarse, pero yo lo sujeté, lo abracé, y empecé a besarlo apasionadamente

– Calma, amor, no pasa nada, no te muevas, no te muevas, no llores, amor, aguanta, ¿sí? – Le decía a mi Coquito para que se relajara

Sentía cómo su esfinter se contraía, apretaba tan rico, Dios, era tan exquisito

Seguía con los besos y las caricias, mientras de sus ojitos caían lágrimas, y pedía a su mamá

– Quiero ir con mi mamá – Suplicaba mi bebé, mientras hacía *sniff* *sniff* con su nariz

Entre abrazos, caricias y consolación, poco a poco fue cediendo

– ¿Estás bien, mi niño? – El sólo asentía con la cabeza, mientras esnifaba la nariz

Yo lo seguía besando, y él me seguía el ritmo, calmó poco a poco el llanto, poco a poco pude moverme dentro de él, se estaba relajando

Empecé un vaivén lento, entraba y salía, primero lentamente, deslizaba mi verga entre sus paredes interiores, era la gloria, mi Coquito empezaba a gemir

– Hmmm, Hmmm – gemía mi niño, sus ojitos estaban humedecidos, pero ya no lloraba, ya no se quejaba, ahora sus labios buscaban los míos

Tomé eso como una señal para seguir con seguridad, empecé a darle embestidas más duras, más rápidas, mi bebé gemía de placer

– ¿Te duele, mi niño?, ¿estás bien?, ¿te gusta? – Le cuestionaba yo

– Hmm, sí, Hmm, tío, sí, Hmm, me gusta – Respondía mi nene con aliento pausado, causa del placer que estaba sintiendo

Seguí con las embestidas, sacaba completamente mi verga y se la volvía a meter

– ¿Te gusta?, esto querías, ¿verdad putita? – Le decía yo en medio del desenfreno

– Ahhh, sí tío, me gusta, se siente rico – Decía Coquito, mientras le sujetaba yo del hombro, y chocaba mi pelvis con sus muslos

– ¡AHHH! PUTITA, QUÉ RICO CULO TIENES, ME ENCANTA, VAMOS, APRIETA COMO LO HACES, DIOS, ME ENCANTA, PÍDEME MÁS, !PEQUEÑA PUTITA! – Le decía mientras lo acomodaba a modo que sus piernas quedarán sobre su pecho con sus brazos sujetandolos.

El vaivén continuaba, entraba y salía con toda la rapidez que podía, y con toda la fuerza que podía, le estaba rompiento el orto a mi niño, y a él le encantaba, ya sólo oía sus gemidos, así que me dí el tiempo de sacar mi verga y admirar esa colita, lo cambié de posición y lo puse de a perrito, ufffff, qué belleza, ese niño blanquito en cuatro, hundí su cabeza en la cama, su espalda formaba el arco perfecto, y su trasero… Ufff, esa vista, le pedí que se abriera el culo, y ahí estaba, ese anito tan hermoso, rojo como carmesí, abierto, miraba cómo se abría y cerraba, hundí mi cara y pude saborear ese culo, le dí un escupitajo, preparé mi verga, y se la inserté sin piedad, el pequeño sólo alcanzó a quejarse, pero no me importó, las embestidas fueron duras y rápidas, estaba taladrando a mi propio sobrino, le daba nalgadas, le decía putita, zorrita, y al putito le encantaba, se abría la rajita mientras le penetraba, gemía y gemía

Después de unos minutos empecé a sentir que me venía, pero aún no, así que lo saqué y me pedí que se subiera sobre mí, yo me acosté en la cama, con mi verga hacia arriba

La carita de Coquito había cambiado completamente, ahora lo estaba disfrutando, ése chico que lloró hace unos minutos al ser ensartado ya no estaba, ahora quería tener el control, se dejó caer sobre de mí y empezó a besarme mientras yo recorría todo su cuerpo, bajó a mi pecho, tal y como yo lo había hecho con él, recorria mi cuerpo, y empezó a chuparme la pija, me chupaba los huevos, lo hacía un poco inexperto pero me encantaba, al rato volvió a besarme los labios y se acomodó a modo que su rajjita quedara justo en mi verga, se paró sobre la cama, y empezó a inclinarse, con su manita derecha tomó mi verga y la colocó en su culo, daba pequeños sentones y así lentamente se fue ensartando solo, hasta que mi miembro quedó enteramente dentro de él, yo empecé sujetarlo de sus piernas, para hacerle fácil el subir y bajar, y así fue, mi bebé estaba dándome unos sentones tan excitantes, esa colita tan virgen apretaba tan rico, Dios, era fabuloso, de repente se inclinaba a darme un beso, y volvía a saltar

Yo sentía venirme ya, así que con mi pija en su culo, lo abracé y cambiamos una vez más de posición, él quedó abajo, con las piernas abiertas, y yo en medio suyo, entrando y saliendo, Dios, qué placer sentía, él llegó al punto, empezó a mojar la cama, mi Coquito estaba orinandose, era increíble, no pude resistir más y empecé a dar mis últimas embestidas, mi bebé se relajó tanto que su colita ya no cerraba, estaba completamente abierto

No resistí más, apreté su cintura fuertemente con mis manos, le pedí que abriera más su colita, y en la última embestida, tiré chorros y chorros de esperma dentro de él, gemía como toro y él también con su voz tan infantil, yo seguía taladrando su agujero, mientras mi leche empezaba a salir, seguía moviendome, cada vez más lento

Me incliné hacia él y le dí besos más apasionados, lo abracé y nos pusimos de cucharita, aún con mi pene dentro de él, poco a poco fuí perdiendo rigidez, pero seguía adentro suyo

Después de unos minutos, saqué mi verga de Coquito, me levanté a admirar a mi niño, sobre la cama, y su colita, toda abierta, rojita, con restos de semen escurriendo por sus nalguitas rojas de tantas nalgadas, restos de popó, y un poco de sangre

– ¿Estás bien, mi niño? – le pregunté para asegurarme, no hubo respuesta, noté que había caído en sueño

Tomé unas toallas húmedas y empecé a limpiarlo
Las toallas estaban manchadas de pipí, semen y demás fluidos, empecé a organizar todo

Al cabo de una hora, Coquito despertó, se restregaba las manitas en sus ojitos, lo metí a bañar, y lavarle todo el cuerpo con detalle, aproveché para volver a comerme el culito de coco, mientras me pajee sobre de él, me había dejado seco mi bebé, así que sólo pude orinar sobre y dentro de él

Lo saqué del baño, y lo vestí cómodamente, su truzita de Cars, pans azul, y la playerita de mininos, le di de tomar unos analgésicos y apliqué crema en su colita, él volvió a dormir

Al cabo de un rato me llama Sofi para avisar que quedaría a cubrir turno, y preguntar si todo estaba en orden, yo le dije que Coquito dormía por el largo paseo del día y que sin problemas dedicará a sus labores sin ningún problema.

Coquito despertó ya más relajado, con hambre de dulces (cómo siempre), y con una mayor conexión entre nosotros, a escondidas me decía amor, y en público tío…

Y así, amigos, finaliza esta pequeña serie sobre nuestro amiguito Coquito. Espero el relato haya sido de su agrado, cualquier observación o comentario, será bien recibido en los comentarios

…O, si quieren compartir experiencias, anécdotas o simplemente hacer amigos, escriban a:

Tl: @Sulggh

Mención especial ArtRido.

–

60 Lecturas/16 octubre, 2025/0 Comentarios/por SaulHerdez
Etiquetas: amigos, amiguito, baño, culito, culo, hermana, mayor, semen
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