Cornudo por mi novia virgen 2
Ella tiene que aprender a complacer con su boca.
Pasaron algunas semanas mi abuelo nos dejaba estar solos en su casa en algunas ocasiones nos espiaba otras veces solo se iba estaba contento por lo que hizo mi novia y ya no quería entrometerse entre mi novia y yo.
Mientras tanto mi novia y yo nos empezábamos a explorar el uno al otro.
Ya le quitaba la blusa en la casa de mi abuelo, íbamos una vez a la semana solo para poder probar sus lindos pechos, le besaba por todas partes pero aún no me dejaba meterle la mano mas allá de la cintura, estaba siendo paciente no quería apresurarla mucho, ella me masturbaba algunas veces.
Yo empecé a sugerirle que me hiciera una mamada, ella me dijo que no sabía cómo se hacía, yo le decía que podíamos aprender juntos.
Poco a poco me provocaba insinuaba que lo iba hacer pero solo fingía y no tocaba mi polla con su boca.
Hasta casi los 8 meses de andar de novios por fin la convencí de darme una mamada, fue algo torpe al principio solo chupaba mi glande y no pasaba de ahí.
En mi barrio tenía un amigo dos años mayor que yo, era un tipo tan virgen como yo, a él le gustaba mi novia nunca me lo decía, pero ambos nos llamó la atención cuando aún no se volvía mi novia.
El también tenía novia una chica de su edad con la que apenas llevaba un mes, me contaba lo que hacían e incluso un día me dijo que mostraría a su novia haciéndole sexo oral si yo le mostraba a mi chica haciéndome sexo oral.
No quería admitir que Carolina nunca se a metido más allá de mi glande dentro de su boca.
Le dije que lo pensaría, un día mientras teníamos nuestras sesiones de sexo, Carolina llevaba un short muy corto, le había quitado la blusa y el sostén, le acariciaba sus pequeños pezones rosas con mi boca, ella daba pequeños gemidos, estábamos sentados en la cama de mi abuelo.
Carolina con una de sus manos acariciaba mi pene, intentaba meter mis manos debajo de su shorts, pero ella siempre me quitaba decía que no estaba lista.
Después de casi dos horas, ella se inclinó para chupar la punta de mi pene y alternar para usar su mano, sabía cuándo estaba a punto de correrme, ella se volvió experta en hacer pajas.
Este día en particular había prolongado mi erección más de lo común.
Carolina: -que tienes mi amor, ¿no puedes correrte?
Sabía cómo provocarme, aparecía saber que quería decirle algo.
Yo: -Si, quiero correrme en tu boca.
Carolina: -solo lo hice una vez no me gustó mucho mi amor, te corriste y no me avisaste.
Fue mi error al ser primeriza no supo cómo reaccionar, así que me estaba costando convencerla de hacerlo de nuevo.
Yo: -solo esta vez.
Carolina: -no se…
Continuo con mi erección un par de minutos más cuando en medio de la lujuria dije:
-recuerdas a mi amigo Daniel.
Carolina: si, el que es mayor que tú.
Yo: -si, el me dice que quiere verte haciéndome una mamada y a cambió el me mostrará su chica dándole una mamada a el.
Esperaba que ella se enojara Carolina se quedó tiempo pensando y me ponía nervioso porque tenía mi pene en su mano, pero al contrario de eso me dijo la respuesta más ingenua y caliente del mundo.
Carolina: -buena idea amor, así me muestras como su novia le hace una mamada y yo puedo aprender a complacerte mejor.
Instintivamente mi pene se puso más duro y tuvo pequeños espasmos.
Carolina: -te calienta la idea de que alguien más me vea haciéndote una mamada.
Aceleró el ritmo de su paja, estaba dispuesta a hacerme correr, me masturbaba mientras su boca rodeaba su boca alrededor de mi glande, estaba a punto de correrme cuando quitó su boca y empecé a eyacular en su mano.
Carolina: -te gusto, a ver qué tanto te corres cuando tu amigo nos vea. Ya quiero ver el vídeo de la novia de tu amigo para aprender hacerte mamadas, cuando eso pase te dejare correrte en mi boca y me comeré todo.
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