Creampie Inesperado
Uno de mis orgasmos favoritos.
Esta historia la escribo para ti, acordándome de nosotros. Me gusta mucho recordar una vez en especial, yo acababa de mudarme a mi nuevo departamento, aún no acomodaba por completo mi recámara y me estaba quedando en el otro cuarto de manera provisional las primeras noches. Tú y yo ya habíamos pasado una que otra tarde y noches juntos, la pasábamos realmente bien.
Esa vez te invité a mi departamento un rato durante el día, comimos algo, pusimos una película y en seguida empezamos a comernos a besos. Ya habíamos tenido sexo unas cuantas veces antes, así que ya sabíamos un poco dónde y cómo nos gusta y eso hacía aún más rico todo al momento de tocarnos. Comenzamos con unos besos muy ricos y apasionados, sentir tu lengua contra la mía me excitaba fácilmente y tus dedos acariciando mi vulva me dieron ganas de bajarte el cierre y sacarte la verga para llenarla de saliva y acariciarla despacio y suave con mis dedos. Mientras te masturbo, observo una gota de líquido preseminal salir de tu verga, no me pude contener y la tuve que limpiar con mi lengua.
Ambos nos excitamos tanto que me volví a subir en ti y me acomodaste para penetrarme. Tu pene tiene la forma y tamaño perfectos para tocar mi punto mas sensible en esa posición (y en otras), mis piernas se debilitaban de tanto placer y solo podía quedarme quieta mientras tú te movías a un ritmo delicioso, me penetrabas una y otra vez y yo te sentía empujándome por dentro tan rico, que sentía como mis jugos escurrían por tu pito y mis nalgas, estábamos mojados y empapados de placer y mientras eso sucedía yo pensaba en lo delicioso que se sentía el roce de la piel de tu verga con mi interior, qué rico que me cojas sin condón y sentir cada textura de ti en mis entrañas con el más mínimo movimiento.
Me tenías tan mojada encima de ti, recuerdo que me agarrabas las nalgas, las abrías y tu pene entraba un poco más en mí y al mismo tiempo te comías mis tetas completas, ambos sentíamos delicioso y me tenías como una puta brincando sobre ti, no me podía contener de placer y comencé a hablarte sucio (coño me encanta provocar y que me provoquen con palabras, que me reten, que me den ordenes o me humillen, decir porquerías, me gusta sentir un creampie de riesgo sin consecuencias, me vuelve loca rogar por semen aun sabiendo que no me lo darán, es parte de mi fantasía y fetiche). Te decía que me tenías tan excitada que no me aguantaba las ganas de que me llenes de leche. Verdaderamente no podía contener mis ganas de llegar a un orgasmo y al mismo tiempo sentirte llenar mi vagina con tu semen. Nada más rico que provocar. Yo te pedía y casi te rogaba que me preñes, pero me decías que no por miedo a cagarla y eso se me hacía aún más rico, pero a mí no me importaba, yo sólo quería sentirte terminar en mí y bombear tu semen muy dentro de mí. “Por favor lléname de leche, no sabes las ganas que tengo de sentir que terminas en mí sin condón, me tienes bien abierta, lléname de leche, ahh, dame tu semen por favor”. Jaja, hubieras visto tu cara mientras te hablaba así. No sé quién de los dos estaba más excitado y perdido, pero al menos yo me sentía en las nubes y de lo más puta. Tú sólo me decías que no y yo seguía rogándote y hablando sucio mientras me sostenías fuerte.
Sentía tus manos grandes separando mis nalgas, tu verga caliente y mojada entrando y saliendo de mi vagina que estaba palpitando de placer, tu glande me golpeaba por dentro, y por fuera tu anatomía rosaba mi clítoris, estaba llegando al orgasmo cuando miré tu cara, escuché tus gemidos y me penetrabas más rápido, estaba esperando el momento en que te salieras de mí y sacaras tu leche. Pero sentí cómo no pudiste aguantar más y terminaste adentro de mí. Todo se sentía más caliente, más mojado, más resbaloso, yo tampoco me quité, no nos importó y me seguías culeando ya con tu semen adentro y terminaste de llenar cada rincón de mi vagina de tus fluidos, hasta que escurrió. Me quedé con muchas ganas de dormirme con ese creampie adentro, pero me tuve que enjuagar porque no estoy tomando ningún método anticonceptivo.
Qué rico. No sé si nos volvamos a ver, pero me gusta recordar a detalle nuestros encuentros y ahora comencé a escribirlos. Este ha sido uno de mis orgasmos favoritos porque no esperaba que te atrevieras a llenarme, eso lo hizo más rico, mucho placer, mucho reto y mucho atrevimiento en un encuentro…
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