Culeando a mi tía borracha con ayuda de mi mamá
Esta es la historia de como perdí mi virginidad con mi tía borracha con la ayuda de mi mamá .
Durante mi niñez y adolescencia vivía con mi mamá y mi tía, ellas eran muy abiertas en todo sentido, siempre las vi desnudas, me bañé con ellas, dormí con ellas, ya era algo normal, aunque cuando fui creciendo fui teniendo morbo sobre ellas y sintiéndome excitado al verlas, claro que para ellas era normal y no les importaba mucho, esta historia fue de una de las muchas veces que mi tía llegó borracha a casa, era una casa humilde, teníamos solo una habitación con dos camas, en una dormía yo con mi mamá y en la otra mi tía, para ese momento yo tenía unos 14 años, mi tía llegó a la casa tambaleándose de lo borracha, ella era una mujer ya en sus 46 años, con cuerpo de señora aunque con unas tetas grandes caídas que me encantaban, solía tomar muy seguido todos los fines de semana, mi mamá y yo la sostuvimos y la llevamos a su cama, mi mamá le quitó los zapatos y yo le estaba quitando un vestido corto que tenía puesto, en ese momento me di cuenta de que ella no traía ropa interior, eso me excitó mucho, yo tenía una pantaloneta corta y se notaba mí elección, sutilmente le toqué la vagina peluda mientras mi mamá la acomodaba, en ese momento la sentí humeda, y me di cuenta que estaba escurriendo semen, la habían dejado llena de semen donde estaba tomando, mi mamá vio que yo la estaba tocando y que tenía una ereccion, ella se rió y no le vio nada de malo, me dijo que si quería sorovechara que ella estaba borracha y no se iba a acordar de nada, eso me excitó mucho, así que le abrí un poco las piernas a mi tía que ya estaba desnuda, yo me quité lo que tenía puesto y la penetré lentamente, nunca antes había tenido sexo, pero lo había imaginado muchas veces con alguna de ellas dos, inmediatamente sentí muy caliente su vagina y muy lubricada por el semen que ya había, ella tenía la vagina muy amplia por haber culeado tanto toda su vida, pero para mi fue demasiado rico sentir eso, mi mamá me estaba viendo desde la otra cama, creo que a ella también le excitaba esa escena, porque nos estaba mirando muy concentrada, era mi primera así que no tardé mucho en venirme, dejé mi semen adentro de ella acompañado de todo el resto de semen que ya tenía ahí, saqué mi pene y tenía muchas ganas de orinar, aunque ya me hubiera venido igual seguía muy excitado, quería cumplir con la fantasía que siempre tuve de orinarle encima, así que no dudé en hacerlo, comencé a orinar en su vagina y sus piernas, luego sus tetas y su boca, mi mamá me vio pero no dijo nada, le hizo gracia que yo me orinara encima de mi tía, a mi tía no le iba a parecer raro al despertarse porque ella muchas veces se había orinado y hasta cagado en la cama estando borracha por darle pereza pararse ya que nuestro baño quedaba fuera de la casa en el patio, así que en la noche nosotros hacíamos nuestras necesidades en una tina en la misma habitación y al día siguiente la vaciábamos afuera. Continuando con la historia, luego de que terminé de orinar ya me fui a acostar al lado de mi mamá, desnudo y un poco agitado, seguía con mi pene parado así que me masturbé antes de irme a dormir, mi mamá dijo que eso era normal, que había sido una buena primera vez y que podría hacerlo de nuevo las siguientes veces que mi tía estuviera borracha. Al día siguiente mi tía se levantó de su cama humeda, olía a orines, fue a la cocina desnuda donde estábamos mi mamá y yo, nosotros nos miramos pero no dijimos nada, a ella no le pareció raro despertarse llena de semen y oliendo a orines, ya era la costumbre.
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