DÁNDOLE LA LECHE A MI PRIMA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Riéndose con una risita de nenita, mi prima les explicaba así:
-"Ay, noooo, yo quise decir que me diera la leche que él siempre me dá, que es riquísima!!!" -y se reía haciéndose la muy nenita pero con una maliciosidad cochinamente puerca..!
María, mi hermosa y adorable primita de doce años, había llegado a casa para quedarse a vivir con nosotros, pues algo que no viene al caso contar aquí para no perder tiempo, hasta casa la había traído.
María, es una hermosísima niña de escultural y despampanante belleza completa. Tiene 12 añitos, pero tiene un modito de hablar como una nenita de…cinco. Cinco, o tal vez…cuatro! Pero un modito de esos donde de lejos te das cuenta, que no engaña a nadie. O sea: "Todo teatro", como dice el bolero…je!
Yo, un chico de 16, estaba en mi más exuberante momento orgánico -por decirlo de alguna manera-, donde mis calenturas sexuales me tenían a full con mi producción seminífera.(Mas delicado, no puedo hacerlo).
Ahora, si lo quieren más directo y tipo barrio, les diría que estaba yo, más lechudo que una higuera, y que hasta por los poros me salía la lechota.
Ya, desde que la María llegó a casa, la afinidad entre ambos, fue plena. Yo, apasionado por las cuestiones de la dominación femenina y todos esos rollos que desde mis 10 años vengo estudiando en el internét, a mis 16, ya estaba hecho todo un sumisito empedernido. ¡Obvio!: sólo en teoría, y en mis imaginaciones. Jamás lo había puesto en práctica, ni con ninguna chica ni mujer aún. Todo, en mi prolífica mente de machito sumiso.
Por eso, cuando llegó la María, mi deslumbrante y hermosa prima doceañera,en seguida comencé a tramar mis planes para comportarme ante ella como un servil varón a ella rendido, aunque sin esas exageraciones grotescas del porno, obvio!!!
Pensé -me acuerdo-, en cuánto llegó mi prima:
-"¡Ayyy, si ésta lo quisiera…podrá tener en mí, a su más servil alcahuete!!!"-pensé-.
Desde su llegada comencé a servirla y a ofrecerme contínuamente para que me ordenase lo que ella desease que yo le sirviese, y mi hermosa primita…¡aprovechó!
Y comenzó a ser tan gorda y exagerada mi manera servil hacia ella, que se reía a veces, y nos reíamos cómplices los dos. obvio, cuando mamá andaba en casa -cosa muy rara pues sus actividades la mantienen prácticamente el día entero fuera de casa-, cuando mamá estaba presente, decía, nos comportábamos muy formalitos, y éso era como algo que los dos asumíamos maliciosamente, pues con ello, estábamos dando por sabido, que lo que hacíamos…"era cosa cochinita", digamos…jejeje..! Pero en cuantito quedábamos solos, ya mi hermosa primita comenzaba a aprovechar, y yo…comenzaba a ser "su esclavito".
Siempre, desde mis siete u ocho años, yo comencé a prepararme yo mismo mis desayunos y meriendas. -¡Y ahorita es cuando viene la cosa "sustanciosa" de este relato!: Desde el primer día en que llegó la María, yo comencé a prepararle sus desayunos y meriendas.
-"María..? ¿qué deseas tomar..?" -Fué la primer pregunta ese primer día…me acuerdo.
-"Mmmmmmh…LECHE! dáme leche..!" -fue su respuesta-. Y ese día, inocentemente y verdaderamente "pulcro" en mi servicio…le llevé, como me lo había pedido: leche.
Ahora…el siguiente día nomás -me acuerdo como si fuera hoy-, en la taza, y antes de echar la leche…pues…eché…"mi leche"! sí: me hice en la taza una hermosa paja que me hizo descargar una acabada de película, y luego, encima de la misma, eché la leche hasta llenar la taza, revolví bien, y…¡a llevarle la lechita a mi prima!!!
Con la más cochina de mis cosas pensando en mi mente esperando vera comenzar a tomar, esperaba el verla en éso, y cuando lo hizo…luego de unos segundos exclamó con una carita por demás risueña y felíz.
-"Mmmmmh, primito..! parece que hoy te esmeraste mucho mejor , porque esta leche está mucho, pero mucho más rica que la que me diste ayer!!!"
Sentí,un placer orgullosamente enorme!!! Y ya, a partir de entonces, comencé a servirle la leche con las leches que me saltaban dentro de la taza cada vez que iba a darle leche y me pajiaba dentro. Y como mis calenturas por ella iban día tras día por ella creciendo y yo era ya un portento de lechudo , mis eyaculaciones eran cada dí más abundantes, y cada vez era más MI LECHE…y menos, la leche -leche, digamos.
-"Primito!!!eres una verdadera maravilla sirviéndome esta leche!!! cada día, te sale más exquisita!!!" -Me decía-.
Yo, cuidando siempre de que ella no me viese hacer lo que hacía, iba siempre a un lugar de la cocina donde podía ocultarme con la taza para descargar en ella mis acabadas, y luego, complementaba con la leche llenándola.
Pero…ay! ¡cada día me salía más leche por la verga en mis pajas, y cada vez iba más arriba la cantidad de semen y quedaba menor espacio para complementarlo con la leche verdadera! ¿Qué
hacer..? -pensaba- ¿tiro algo y dejo sólo un poco y echo leche para que no resulte tan escandalosamente abundante mi leche sobre la otra???-pensaba-.
Pero mi retorsimiento mental era tan grande, que decidí darle tal cual me saliese, y comencé a llevarle tazas, que eran casi todito semen, con casi muy poco de leche.
-"Primito!!! eres un prodigio, muchacho!!! Cada día mejor lo tuyo!!!" -Decía la María-.
Pero una mañana… cuando me lo había pasado toda la noche oliendole unas medias bien sudadas a la María, y unos calzones también de ella y no había querido pajiarme para no desperdiciar leche, esa mañana -me acuerdo-, cuando me pajié sobre la taza…Ayyyy!!! QUEDÓ REPLETA! Y no sólo repleta, sino…que estaba como una crema y temblaba como una gelatina blanquísima!
-"¿Y ahora qué hagoooo???" -pensaba yo entre indeciso y por demás avergonzado con la sóla idea de irle a la María con esa cosa!
-"No! no puedo ser tan cochino, de llevarle ésto..!" -pensé-. Y ya, me disponía a echar toda aquella inmundicia al lavandín y echarle mil litros de agua para que se fuera por los caños, cuando oigo la voz de la María reclamándome:
-"Primiiiitooooo!!! ¿para cuándo esa leeeecheeeeee????"
Quedé estupefacto con el tazón aquél en la mano temblando "su contenido" cual un flan, y…juntando coraje y ayudado por mi cochinéz…salí hacia la mesa donde mi hermosa primita esperaba sonriente.
Despacito, deposité aquel tazón ante ella que lo miraba como quien mira al manjar más apetecible, y aquéllo…no era sinó: un tazón repleto de semen!!! ¡De puro semen!!!
-"Mmmmmmmhhhh!!!" -Exclamaba mi primita mientras con la cuchara sacaba cual si fuese una crema las cucharadas más cargadas de aquéllo, engulléndoselo y poniendo aquellas caras con los ojos cerrados y expresando al hacerlo, el placer más "acabado"…(nunca mejor aplicado el término…).
Ya devorado todo, hasta con los dedos limpiaba el interior del tazón, chupándoselos uno a uno.
-Primito…en adelante, quiero que me des, só -la -men -te…ÉSTA LECHE!!!" -decía, mientras, con el dedo, señalaba el interior del tazón, ya vacío.
Yo, ardía en una especie de orgullo cochinamente erótico, mientras pensaba:"A ésta, tengo que cojérmela y no sólo darle así como le estoy dando, mi leche!!!" -pensaba-.
Esa tarde -me acuerdo-, la María me calentó más que nunca teniéndome para ella meta y meta servirla y hasta haciéndome a cada rato cosquillas y mil cosas más, hasta que al anochecer…me hizo lamerle los pies!!! reíamos cómplicemente en tal cochinada dominante, y estando ambos solos…me dice:
-"Primito…vamos a la cama, que quiero más leche como la que me diste hoy, pero esta vez…me la vas a dar…"directo de donde sale..!"
Ay..! la muy puerca de mi primita sabía todo yá, y yo me creía que lo ignoraba!
Con la más cochina y maliciosa de sus miradas, guiño y una morisqueta, me hizo ir con ella hasta la cama, y mientras íbamos. la muy zafada bailaba con los brazos bien en alto marchando conmigo a lo que iría a ser, la orgía más deliciosamente intensa que contaré después, si comentan rico.
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