david
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Susyalfi.
Estoy pasando un momento sublime, encontré al hombre de mis sueños un Apolo blanco, rubio, ojos grises, su cuerpo medianamente musculoso es perfecto y está limpio totalmente de piercing, tatuajes u otras sonseras como adorno.
Hace una semana regrese de mi visita a Europa con mi amada Irma y recuerdo como quede embelesada frente al David, de Miguel Ángel, una mole de mármol blanco finamente pulido que simula la piel más tersa que un macho pueda poseer.
Este ejemplar es así, su pecho, su pubis, su culo, todo divino, es mas lo único distinto al David es su sexo, por suerte!!!.
El David tan hermoso con su pequeño pito totalmente envuelto por un cerrado prepucio y sus huevos si bien llenitos están faltos de caída, no merecen estar en tan fabuloso cuerpo, pobre David, cuan grande será su complejo.
Mi muñeco tiene unos huevos divinos, bien formados colgando dentro de un escroto suave y largo, así de ricos y su pija, una tripa casi sin venas, lisa tersa, su prepucio termina debajo de un glande perfecto, rojo, una ciruela perfecta con su orificio y la hendidura que continua por debajo sosteniendo ese frenillo tenso que permite delimitar la terminación de las alas del frigio que a modo de gorra florentina representa esos bordes que dentro de mi actúa como una verdadera sopapa, succionando, resistiéndose a salir de mi estuche húmedo en toda su mucosa desde la vagina hasta el útero.
De espaldas me arrodille y volqué mi cabeza hacia atrás, frente mío y sobre mis labios sus testículos parecían llamar a mi boca, esta acudió de inmediato a tan bello requerimiento y me puse dentro un huevo entero, lo guste y chupe con toda mi pasión, que suavidad que tersura, bien lampiño como todo el, recorrí con mi lengua su perfección oval, mientras sobre mi pera sentía el roce de la cabeza de su preciosa pija,
Por un rato saboree a ese y luego a su vecino, igualmente rico mientras mi olfato percibía un bello aroma y mis ojos contemplaban la oscuridad de su prieto ojete, bien cerradito como con miedo de que viese un orificio que podría haber delatado alguna pasada aventura homosexual.
Ya mi pera no captaba a su pija, señal que se estaba erectando por la suave caricia que recibían sus bellos cojones, era hora de complacer a ese glande como solo él lo merecía, me giro y lo enfrento, imponente su único ojito me mira fijo, como queriéndome atacar, lo hago yo antes y me lo trago completo, mis labios se cierran sobre el cuello de esa preciosa cabeza y mi lengua penetra su pequeño orificio sin resultado positivo pero se baja hacia el frenillo y allí si sufre el primer encabritamiento, desea lucha y la tendrá.
La trago hasta que toca mi campanilla, si bien esta no suena me indica el fin del recorrido y sin dejar de succionar lo repito muchas veces, nada de manos, solo boca, las manos están acariciando esos soberbios huevos preparándolos para que me viertan su contenido, todo, todo su contenido dentro de mi boca.
Siento ese glande hincharse, su ojo habiéndose, para dejar salir un primer disparo directo al paladar, el macho brama, su cuerpo se sacude junto a toda la pija, siento su simiente fluir caliente, densa, a borbotones, mientras mi concha también se estremece y fluye de ella un chorro liquido, caliente, mi primer squirting, un milagro del que pocas hembras pueden gozar, lo sentía yo mientras paladeaba y tragaba su néctar, que al cedérmelo, comenzaba a desfallecer el fuerte y valeroso macho, al tiempo queda debilitado y esa gloriosa poronga dentro de mi todavía, va perdiendo rigidez, la saca, se arrodilla frente mío y me besa con tal pasión que su lengua llega a gustar parte de su propia esencia que todavía retenía en mi boca, fue tanta la intensidad de ese beso que mi concha no pudo menos que festejarlo con otro chorro que le mojo sus rodillas y termino de encharcar la alfombra.
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