DE COMO ME COGEN LOS MACHOS QUE ME CONVIERTEN EN PUTITA TRAV

No puedo dejar el sexo duro desde que me convertí en puntita tras..GUS o el gusto que me dio Gustavo cuando me metió la lengua….

No puedo dejar el sexo duro desde que me convertí en puntita tras..GUS o el gusto que me dio Gustavo cuando me metió la lengua…

Generalmente no dejo que me laman la rajita porque eso me desboca y me convierte en una auténtica yegua desatada y sucia. Quiero la mayor cogida: pienso en una doble penetración o el sexo con un equino.

-Abreme en dos, párteme el hoyo. No me saques el chuto y déjalo adentro que resbale en tu corrida hasta que salga solo y me chorree las piernas.

-Mikel, tócame la zorra. Azótame con tu cinturón. Hazme sentir que te calienta usarme como tu puta personal.

QUIERO CHUTO. VIOLENME EN GRUPO. MEENME LA ZORRA.

Recobrar el sentido es muy difícil, porque una vez que pruebas el sexo fuerte lo quieres cada vez más duro. Es una dicción peor que una droga. No puedo dejar de excitarme mientras escribo. ESTOY CALIENTE.

GUSTAVO ME DIO ESE GUSTO

Lo fui a recibir en la puerta del edificio y lo vi bajarse del Uber. Me pareció que se veía mejor que en la fotografía desnudo que mostraba su erección. Me impactó de partida el tamaño de esa verga que pronto tendría en mis labios, en mi boca, en mi garganta profunda como mi ano.

Mientras me adelantaba a tomar el ascensor, sentí su mano que se metió entre mis nalgas cubiertas por el jeans. Sentí que el colaless rojo se me incrustaba en mi ano que despertó de inmediato ante la inminente sesión de sexo marica… Ser maricón. Prestar el poto. Dejar que te la metan… Cuántas veces escuché que me decían eso. Todas esas veces mi respuesta fue positiva. 

Nos desvestimos y nos abrazamos desnudos. Se siente la piel del otro junto a la tuya. Me gusta que me estrechen. Me di vuelta y restregué mi trasero en su verga erecta. No pasó mucho para que me la metiera y un primer paso del glande en mi puta raja. Interrumpí la temprana enculada para bajarme hasta esa hermosa pija y saborear el gusto de su precum. Un gusto salado y dulzón que me pone a mil y me hace engullir la verga hasta la garganta.

Cuando estuvo a punto de regarme con su semen, Gustavo me desprendió de ese juguete y me puso en cuatro. Cuando creí que seria encelado, siento que sus manos abren mis nalgas y siento la suave humedad de su lengua y sus labios que empiezan el ritual del anulingûis.

NOOOOO, POR FAVOR. ESO ME DESCONTROLA, GUS..

OH, NOOOO. ESTOY VOLVIENDOME LOCA. POR FAVOR.

Un orgasmo tras otro en cada lamida se me figuraba ser puta multiorgásmica que se estremecía con cada incursión de la penetrante y curiosa víbora…

No pude soportar y le pedí más y más.

Gus entendió y en vez de meter su verga empezó a trabajar mi esfínter hasta que sentí que su mano había logrado algo que no podía creer: estaba abierto y dilatado a un punto que no había imaginado.

Es el momento de dejar el relato en este punto. Para otra entrega cachonda de mis correrías.

CONTNUARA

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