De rodillas ante tí
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Corsten.
Desde el momento en que desperté me encontraba nervioso, tal vez inseguro por conocerte unas horas más tarde. No podía dejar de pensar en nuestra conversación de anoche por chat. Me parecía increíble haber empezado hablando de cosas sin importancia y terminamos y desahogándonos juntos. La imágen tuya que me describiste, de pié frente al ordenador enfundada en tus botas altas, los panties de cristal bajados por debajo de tus caderas y una pierna subida clavando el tacón sobre el asiento de la silla del ordenador era suficiente para provocar que mi pantalón vaquero se llenase y tuviera que taparme con el abrigo mientras iba en el autobús a tu encuentro…
Llegúe a mi parada y me dirijí al bar que habíamos concretado para conocernos. Ni tan siquiera nos habíamos mandado una foto por lo que tendría que reconocerte porque llevarías unos zapatos marrones oscuros de tacón alto y unas medias claras con líneas muy finas verticales. Pensamos que las descripciones físicas serían suficiente, pero esa información serviría para estar seguro y no meter la pata en caso de duda.
A medida que me acercaba al bar mi erección era aún mayor, hasta el punto que no sabía como iba a disimularlo al conocerte. Sólo me tranquilizaba pensar en nuestra conversación la noche anterior, y saber que si te dabas cuenta eso te pondría cachonda a tí también. Entré en el bar.
No había mucha gente así que dudaba si habías llegado, pero si, allí estabas con un café y mirando tu móvil. Desde la puerta podía ver como ibas vestida perfectamente. Blusa blanca, falda marrón y tus piernas luciendo las medias tal y como me las describiste. Me quedé un momento mirándolas embobado y creo que hasta entorné los ojos, por lo que cuando levantaste la mirada me cazaste y sabías que era yó. Ya no podía dar marcha atrás, pero la verdad es que hubiera sido uno de los errores más grandes de mi vida si lo hubiera hecho. En ese momento mi corazón iba a 1000 por hora y no tenía ni puñetera idea de que decirte al saludarte. ¿Qué le dices a alguien que no conoces y con quien te has citado sólo para satisfacer tus fantasías sexuales? Un "Hola" y un par de besos bastaron.
Qué sensación tenerte frente a mí y pensar "tú eres con quien ayer…"
Estábamos muy cortados los dos, no sabíamos qué decir y hablamos de verdaderas tonterías. Por la conversación eso parecía cualquier cosa menos un encuentro sexual. Que si el trabajo, que si gastamos el dinero en esto o en lo otro… A tal punto llegó la cosa que hubo silencios incómodos, pero cuando esto ocurría yo podía ver tus piernas cruzadas por un lado de la mesa y como jugabas con tu zapato. Eso me hacía recordar por qué estábamos allí y a su vez mantenía mi erección que era prácticamente constante. Traté de dirigir la conversación a nuestro propósito pero la verdad es que tu no me seguías el rollo así que llegué a pensar que no te había gustado. Le eché un par de huevos, me acerqué a tu oído y te dije "No puedo dejar de pensar en cómo debe ser tener tus pies en mi boca…" Ahí me sonreíste por primera vez de verdad y creo que fué lo mejor que pude hacer. Me dijíste: ¿por qué no me has dicho eso antes? Definitivamente estábamos super cohibidos los dos. ¿Vamos a otro sitio? dijiste.
En 20 minutos de taxi estábamos llegando a tu casa. Menudo viaje me diste, uno a cada lado detrás en el coche, y tu seguías jugando con tus zapatos mientras me mirabas, aún tímida, y yo me ponía enfermo. En mi vaquero ya se podía ver un círculo mojado…
Ya en el ascensor te echas sobre mí y mientras me metes la lengua me agarras el paquete y me dices al oído: ¿vamos a hacer todo lo que hablamos anoche guapo? A lo que yo te contesto: "Esta noche vas a ser mi Diosa…" Iba a meter mi mano debajo de tu falda y justo llegamos al 5ª, qué putada!!
Entramos en tu casa y me sirves una copa de cava. Tomaste buena nota porque anoche te dije que me encanta. Me llevas a tu habitación y me dices: "Mira, esta es la silla donde ayer me masturbé mientras chateábamos" Te metí la lengua. El sabor de tus labios era algo parecido a fresa. Riquísima…
Tal vez fuí demasiado descarado cuando abrí el armario de tu ropa pero tenía que hacerlo. Me maravilló abrirlo y ver un zapatero repleto de todo tipo de calzado, sandalias, zapatos cerrados planos, de tacón, 2 pares de botines de tacón alto, otros de esos que tienen abertura en la puntera para mostrar los deditos etc No faltaban también varias botas de piel.
Yo creo que al ver mi cara sabías lo que deseaba, que era cogerlos en mis manos. Me dijíste: "Puedes olerlos si quieres cariño. De hecho me gustaría que lo hicieras…" Casi ni era consciente de que me estabas tocando la polla por encima del pantalón pero cuando me dí cuenta te agarré la mano y la apreté fuerte contra ella. Aquello fué delicioso. Uno a uno me los acercaba, los olía, los tocaba por dentro etc. El olor me ponía aún más duro, sobre todo el olor de los más usados, donde se confundía el olor del cuero y el olor a usado… Mientras, tu ya me habías desabrochado el cinturón y el pantalón y tu mano jugaba bajo mi boxer. Tu mano resbalaba y no se cómo no me corrí en ese preciso instante.
"¿Tendrás que elegir un par de ellos para lo que viene ahora no?" me dijíste. A lo que yo contesté: "No, prefiero los que llevas puestos porque tendrán tu aroma ahora mismo" Me diste la mano, resbaladiza después de tus juegos en mi boxer, y me llevaste al borde de la cama. Te sentaste en el borde y me arrodillé ante tí. "¿Sabes? Ayer antes de masturbarnos juntos estaba tan mojada que casí podía oler mi sexo. Quiero todo lo que me dijiste ayer…"
Frente a tí podía ver tus piernas, preciosas envueltas en ese par de medias, porque esta vez llevabas medias hasta el muslo. Podía intuirlo al mirar bajo tu falda. Cruzaste las piernas y dijíste: "Demuéstrame cuánto me adoras…"
Acerqué mi cara a tu zapato y tras observarlo de cerca comencé a besarlo empezando por la punta y siguiendo por los laterales… Mmmm sentir el cuero en mi boca y a la vez ver tu tobillo tan de cerca era super excitante. Las líneas de las medias lo hacían parecer un manjar envuelto para regalo. Lo besé, lo acaricíe y pronto estaba lamiéndolo… Mi lengua recorría tu gemelo arriba y abajo y tu pie se arqueaba levantando la puntera del zapato y apuntado el tacón hacia mí…
Tu cara era de placer, y la mía de algo superior al placer, por lo que cogí tu otro pié y lo puse en mi paquete. No tuve que decirte nada cuando ya estabas jugando con tu zapato sobre él arriba y abajo. Frotando la suela contra él de vez en cuando clavando tu taconazo, eso me provocaba momentos increíbles.
"Bájate el pantalón" me dijiste. Dicho y hecho. Allí estaba mi tremenda erección bajo el boxer ya empapado. Con el arco de tu zapato empezaste a frotar mi glande a lo que yo respondía con lamidas desde la punta de tu otro zapatos hasta tus rodillas. Tus piernas cada vez se abrían más y llegaste a subirte la falda para que yo pudiera ver al completo tus muslos y el encaje de las medias. Espectacular…
"Chúpa mi tacón, vamos!!" Lo cogí por el talón con una mano, levanté tu pierna y me introduje en la boca. Mi lengua lo recorria arriba y abajo, lo succionaba y lo lamía. Mi otra mano recorría esa misma pierna hasta donde podía llegar por dentro de tus muslos. Tu carne estaba caliente…
Tu seguías jugando con tu otro pié en mi polla. Lo ponías debajo de mis pelotas y con la puntera apretabas habia arriba…
Con el tacón me bajas el boxer y ahora tu zapato roza directamente con la carne de mi glande, la suela, el arco, el tacón… El líquido preseminal envuelve tu zapato haciéndolo brillar y yo me decido a descalzar tu otro pié. Necesito comérmelo…
Al quitar el zapato despacio voy viendo tu pié, al arco, el empeine, y finalmente tus deditos apretaditos con las uñas pintadas. Tu mueves los dedos tratando de separarlos bajo las medias y yo me llevo tu zapato a mi nariz. Mmmmm olor increible a piel y a tí… Me excita mucho así que meto mi naríz hasta dentro. Me encanta… deseo ese olor, deseo oler tu pie. Me lo acerco a mi naríz y lo huelo por encima, por la planta… lo levanto y meto mi naríz debajo de tus dedos. Ufff esto es aún mejor. Es algo indescriptible, algo sensacional, algo que quiero hacer mío. No puedo evitarlo y me lo meto en la boca entero sintiendo la media en mi lengua…
Una mano en tu gemelo, otra en tu empeine y lo dedos de tus pies dentro de mi boca moviéndose deseando ser lamidos, chupados, succionados. Aún con tu pié en mi boca tú bajas tu media lo suficiente para que yo pueda terminar de bajarla hacia mi boca suavemente, despacio, acariciando tus piernas… Tus rodillas y gemelos están mas frías que tus muslos, me gusta… Llego hasta abajo y tu media esta ya en mis labios, alejo tu pie y media llena mi boca. Tu te incorporas, la coges, y me la das a oler. Luego me la atas al cuello como una correa para tenerme controlado.
Ahora tu pié desnudo brilla por mi saliva que lo envuelve, uno a uno tus dedos son succionados por mi boca pretendiendo extraer su sabor. Mi lengua los recorre, se mete entre ellos y mis ojos te miran fijamente mientras sigo arrodillado. Tus ojos también me miran, se entornan y denotan placer, mucho placer…
Tu dedo gordo del pié se mueve dentro de mi boca y llena mi mejilla, yo lo lamo arriba y abajo y tu descalzas tu otro pie para frotarlo sin zapato contra mi polla ya desnuda y jugosa. Agarras mi glande con los dedos y aprietas hasta pellizcarlo, creo que me voy a correr… Tu lo sabes y por eso ahora empiezas a frotarlo arriba y abajo sabiendo que la lycra de la media te sirve para darme aún más placer y con el otro pié empiezas a frotar mi pcara, estás muy cachonda y también deseas correrte… Lo metes de nuevo en mi boca, entero, y me obligas a trabajarlo con la lengua con más fuerza. Lo metes, lo sacas, y haces que mi lengua lo recorra por debajo, no dejando ni un resquicio sin ser lamido hasta el talón.
Agarro tu pie con la mano para hacer más presión contra mi polla y lo froto arriba y abajo, tu media se empapa de mi jugo.
Estaba tan excitado que no era consciente de que tu estabas jugando con tu clítoris por debajo de la braga y cuando te miro a los ojos me dices: "Vamos cabrón!! Córrete en mi pié…"
Siento una explosión de placer entre mis piernas que me hace abrir la boca y tu pié sale de ella bañado en mi saliva… Tus jadeos se juntan con los míos y tus piernas tiemblan. Ahora tus dos pies, uno desnudo y otro aún con la media, están sobre mi polla acariciándola y cubriéndose con mi sémen caliente… tus deditos se llenan de él y frotan mi falo apretándolo fuerte como queriendo extraer todo su jugo…
Me miras, te miro, y de tu boca sale "Esto no es más que el comienzo, quiero todo lo que prometiste…"
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