Depurando la técnica: Ultraje cotidiano de bragas en casa de Alicia.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Manuelillo.
Alicia y yo somos grandes amigos, ella posee una casa de dos plantas muy amplia y habitualmente (1 vez por mes) suelo alojarme en su casa tras alguna salida, paseo o mera distracción, de tal forma que desde la 1ª vez que olí sus pantis, vi en cada futura visita una posibilidad (casi obligada) de sustraer un rato su ropa interior sucia (y limpia si había oportunidad) con el fin de gozar por una noche mi fetiche secreto; sin embargo había que mejorar el procedimiento si es que quería prolongar mis beneficios sin que ella lo supiese.
Las primeras ocasiones repetí la formula improvisada, despertar en plena madrugada, bajar las escaleras descalzo y sustraer algunas prendas del cesto, llevarlas a la cocina que está a unos pasos y ahí masturbarme con ellas, sin embargo la posibilidad de alguien bajando por las escaleras y descubrirme de frente sin posibilidad de ocultarme era algo latente que tenía que solucionar. La confianza en mi persona era alta, de tal forma que podía ir y venir sin mayor problema en gran parte de la casa, así fue como deje mí accionar con sigilo y me deje llevar con naturalidad:
Yo – Voy al baño
Alicia – sí, pásale
Di media vuelta al baño, observé el cesto de ropa, levante un pantalón que estaba hasta arriba y saque las primeras panties que encontré a la vista, las metí en mi bolsa del pantalón y fui al baño, regresé a mi lugar con ella como si nada, aunque tenía una celeridad en mi corazón; después de un rato, a la hora de dormir me dirigí a la habitación de huéspedes donde yo dormiría esa noche y escondí debajo de la almohada esa rica braga; previo a dormir nos despedimos deseando las buenas noches y me excuse para bajar por un vaso con agua, repetí mi operación, ya sin nadie en el primer piso, y pude sustraer otro par de braguitas para disfrutar la noche; ya en mi habitación, con la puerta cerrada, a sólo 3 metros de mi amiga comenzaría mi placer culposo.
Espere unos 20 minutos hasta que mi amiga y su abuela estuvieran dormidas, entonces saque las 3 prendas que me acompañarían esa noche; una braguita ya muy desgastada, con una de las costuras ya rotas, sin embargo poseía una gran cantidad de flujo vaginal reseco, llevaba ya un par de días en el cesto seguramente; una vieja conocida, ese cachetero rojo de encaje que tan rico había estado la última vez y finalmente otro sexy cachetero negro, totalmente con transparencias, costuras moradas y moñitos del mismo color a los costados y al frente, con unos delicados corazones brevemente dibujados por doquier; mi verga estaba al full al ver tan sexys detalles, ver el flujo que tenía y que me saborearía en unos instantes hizo que la verga apretada en mis boxers comenzará a dolerme pues exigía ser sacada para mirar de frente esas ricas delicias.
Me despoje de mis boxers, tome mi verga totalmente erecta y comencé a jalármela duro pero lentamente, la braga desgastada tenía un olor muy intenso por los días que tenía, era rica pero no le ganaba a la de corazones que si bien tenía menos flujo, era más reciente, de fluidos frescos y que además había sido mordida por la rica puchita de Alicia, la textura era suave, sin duda se sentiría rico si la deslizaba en mi verga, eso lo haría hasta el final.
El cachetero rojo, era nuestra segunda ocasión juntos, creo que comenzábamos una buena relación; esta vez era muy tenue su aroma, sin embargo nuevamente el placer estaba en la parte trasera; el culo de mi amiga parecía ser el de mejor relación con este cachetero; olía a su trasero, ligero pero contundente, mi verga estaba bien dura y mi mano la apretaba con mayor fuerza.
Comencé a intercalar entre el excitante cachetero rojo y el sexy cachetero de transparencias con corazones, a uno le olía el culo y al otro la puchita de Alicia, era difícil escoger sólo uno, por un lado veía el culo grande de Alicia empinandosé para abrocharse los zapatos, expandir ese rico hoyito que seguro debía tener y una vez de pie, aferrando entre ese par de nalgas morenas y bien dotadas el cachetero rojo de encajes; por otro lado imaginaba esos dulces corazones aprisionados entre sus ricos labios vaginales al caminar, sofocándose en el metro, tibios tras orinar y transparentando ese rico sexo que seguramente Alicia debía tener.
Para estas alturas mi pene estaba super caliente y deseaba liberar todo el frenesí de sensaciones que despertaban las braguitas, sin embargo quería un último goce antes de correrme así que comencé a frotar la braguita negra de corazones sobre mi glande, la deslice rápido cuál bolero lustrando unos zapatos, hasta que mi cuerpo se estremecía y sentí que ya me era imposible contenerme, olí el culo de la braguita roja una última vez y me corrí en el piso, evite manchar las bragas pues sabía que el semen reseco al otro día dejaría una mancha extraña, sobre todo en la negra transparente, y eso podría haberme delatado.
Dormí como un bebe, relajado y feliz, aunque al despertar sentí la necesidad de despedirme de las bragas con otra masturbada, así que me hice una más y antes que todos despertaran baje a devolverlas a su lugar. El día transcurrió igual y tan felices como siempre….
Hay más historias y peripecias nuevas que les contaré pronto, espero sus comentarios y si tienen esta misma afición o algo similar no duden en mensajearme para compartir historias y demás, saludos y hasta pronto!
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