Deseos Profundos 3° – Brote de lujuria
Después de despertar del desmayo en una camilla del hospital, Jeremías se dará cuenta que no todo lo que lo rodea es siempre normal o profesional, ya que siempre existe una mínima oportunidad de que surja un brote de lujuria .
Fue un día muy extraño para mi la verdad, las situaciones que me estaban pasando física, mental y emocionalmente me hacían estarme preguntando si acaso la mayoría de todos los chicos de mi edad pasaban por estas mismas situaciones, después de decirle a Oliver lo que necesitaba de la farmacia y ver su cara de interrogación por no comprender por qué le pedía eso, una enfermera entro a la habitación
- Enfermera: – Joven Jeremías, le traigo la ropa que traía puesta cuando llego al hospital, la doctora Carmen me comenta que ya no es necesario que este aquí, ya está dado de alta –
- Oliver: – Bueno, esas son buenas noticias, aun así, me dejas con la duda del porque me pediste eso… –
- Luego te explico Oliver, por lo pronto necesito cambiarme para poder irme a mi casa a descansar, así que necesito que salgas con la enfermera –
- Oliver: – Claro! –
Oliver se acerco a la puerta mientras la enfermera lo estaba esperando, al cerrar la puerta comencé a cambiarme quitándome la bata del hospital y poniéndome otra ves la ropa que traía puesta por la mañana, me percaté que todavía en mis pantalones había restos de las enormes eyaculadas que solté en el baño de la escuela
- Espero que nadie le haya tomado importancia a las manchas para que no me lleguen a preguntar –
Al terminar de cambiarme salí hacia el pasillo y me dirigí a la sala de estar donde ya me esperaba mi madre, el pasillo estaba completamente limpio y el olor a alcohol característico de un hospital se impregnaba en mi nariz, pasado unos cuantos minutos llegue a la habitación de atención al cliente, al voltear a dicha habitación me encontré con la enfermera de hace un momento, me acerque a ella y le entregue la bata que me había quitado en la habitación
- Disculpe, aquí le traigo la bata, muchas gracias
- Enfermera: – Gracias por venir a entregarla, aunque la hubieras dejado en la camilla, no pasaba nada –
- Lo sé, pero preferí mejor traerla conmigo para poder dársela, y así se evitar darse una vuelta innecesaria –
- Enfermera: – Mira que buen muchachito, bueno muchachote porque ya eres todo un hombrecito –
- ¿Por qué lo dice? –
- Enfermera: – Ay no necesitas hablarme de “usted”, me puedes tutear no pasa nada
- Una disculpa, es que, al usted, bueno… tu ser una trabajadora, le muestro respeto por educación y por su labor –
- Enfermera: – Se te agradece tu educación y tu respeto, aunque… eso me lo puedes faltar cuando quieras nene –
Eso ultimo me dejo con los ojos de plato, no entendía el porqué del comportamiento de la enfermera
- ¿Disculpa, porque me dices eso?
- Enfermera: – Tu porque lo crees?… quien crees que fue la encargada de ponerte la bata que traías puesta hace rato? –
- ¿Fuiste tu?
- Enfermera: – Obvio nene, me gusta el cuerpo tonificado que tienes, te ves muy bien –
- Ah… bueno pues muchas gracias, aunque si siento algo de vergüenza el que me haya visto en boxers –
- Enfermera: – No te preocupes, es nuestro trabajo aquí en el hospital, y debido a que no estabas consciente de lo que pasaba a tu alrededor, nos vimos en la tarea de cambiarte la ropa, bueno eso era algo que según la doctora Carmen iba a hacer desde un principio –
Eso me dejo mas helado, el saber que la mama de Oliver me iba a ver semi desnudo por ponerme la bata, los escalofríos fueron bajando por mi espalada y una ligera reacción comenzó a aparecer en mi amiguito, la ventaja es que la enfermera estaba de espaldas hacia mi
- ¿Y fue ella la que siempre me cambio al final? –
- Enfermera: – No, fui yo, me encomendó que te fuera a cambiar la ropa por la bata debido a que llego un paciente que había sufrido una fractura en el brazo y debía atenderlo, así que al final yo te tuve que cambiar, pero la verdad, es que estoy agradecida por ese suceso-
- Emm porque lo dices?
En ese mismo instante ella se volteo a verme y mostrándome una cara picarona mientras se mordía el labio inferior me dijo
- Enfermera: – Porque pude ver que estas bien preparado para la acción –
Al terminar de decir eso su mirada bajo a mi entre pierna y al fin entendí que al cambiarme se percató del tamaño que tenía me verga
- Oh… ya sé a qué te refieres, enserio una disculpa –
- Enfermera: – No tienes por qué disculparte, soy yo la que te debe felicitar por tan buen paquete que te cargas, de hecho, es el primero que veo de ese tamaño así en su estado flácido –
Ella comenzó a acercase a mi mientras notaba en su mirada excitación pura, yo me intente alejar un poco, pero me tope con un escritorio y en ese momento ella pego su cuerpo junto al mío, puso su mano izquierda sobre mi pecho y la comenzó a dirigir a mi cuello, mientras su mano derecha bruscamente la puso en mi verga apretándola fuertemente, no sabia que decir, pase de verla tan tranquila y entregarle la bata a que me estuviera manoseando, sin embargo, me gustaba el momento
- Enfermera: – ¿Parece que tu amigo está comenzando a despertar, es que acaso necesita atención?
- Yo… bueno, no sabría decirte… emm… –
- Enfermera: – Oh es que acaso de te comenzó a parar cuando te dije que te vi en boxers?
- Yo… no, bueno… –
Ella apretaba mas mi verga y podía sentir como las venas corrían la sangre que lo hacían palpitar mas y mas
- Enfermera: – Mmm… ya lo sé, te gusto la idea de que la doctora Carmen te hubiera visto mejor en ves de que yo lo hubiera hecho, cierto?
- Emm… claro que no… –
- Claro que sí, porque al momento que dije su nombre tu verga dio un ligero brinco de emoción, no te culpo, ella tiene un buen cuerpo, un culo prominente y unas grandes y jugosas tetas –
Después de eso, la enfermera se acerco a mi cuello y comenzó a besarlo y lamerlo, su lengua recorría toda la parte derecha de mi ser mientras su mano apretaba mas y mas mi verga semi erecta
- Enfermera: – Te gustaría ver esas maduras y gordas tetas de MILF que se carga la doctora verdad?
- No… claro que no –
- Enfermera: – No sabes mentir bien muchachito, han de estar llenas de rica leche esas enormes ubres de la doctora, leche sabrosa y muy nutritiva para que te acabes de criar –
Su mano paso de ahorcar mi pene a agarra mis bolas que estaban fabricando semen por las cosas tan cachondas que decía la enfermera
- Mmmmh… así como estas enormes bolas que te cuelgan, han de estar bien hinchadas de leche, que necesitan ser descargadas… no te gustaría botar esa leche en las tetotas de la doctora mientras te hace una rusa con chupada incluida –
- No sé porque dice esas cosas de la doctora Carmen –
- Enfermera: – Porque si, todo en el hospital se la quieren comer, hasta las enfermeras, igual que yo, solo imagínate… poner tu cara en medio de esos enormes globotes que se carga la doctora, saborearlos y chuparlos hasta que te den todo el néctar que guardan dentro, se me moja la panocha de solo pensarlo
- ¿Y quién dice que ella todavía produce leche?
- Enfermera: – Es una teoría que tenemos los trabajadores de aquí, y me pone muy cachonda el solo pensarlo –
El decir eso, su mano se poso sobre mi cierre y comenzó a bajarlo lentamente
- Enfermera: – Ando bien cachonda, el olerte y sentir tu cuerpo mientras te agarro este fierrote que te cuelga y hablamos de la zorrita de la doctora… me dan ganas de darte unas buenas mamadas chiquitito –
Sali del trance porque recordé que mi madre me estaba esperando en la sala de estar, quite la mano de la enfermera de mi cierre y la termine por alejar de manera repentina, mientras ella evitaba caerse, yo me subía el cierre de mi pantalón y fui saliendo lentamente de espaldas hacia la puerta un poco nervioso
- Uff… eeh mira lo tarde que se ha hecho, yo me tengo que ir porque necesito terminar mis asuntos de universitario, ya sabes, tareas, proyectos y cosas así… emm pero gracias por tu ayuda “bucal” con mi miembro pero no será necesario… y que padre historia la de la doctora… espero que tu y tus colegas resuelvan sus dudas sobre si los pechos de ella contienen o no leche, que tengas buen día y gracias por ayudarme –
- Enfermera: – Tan pronto te vas, cuando las cosas se ponían buenas… pero, en fin, no te preocupes, si llegas a tener un problema hormonal, con gusto puedes venir al hospital y te atiendo personalmente –
- Gracias… emm lo tendré en mente –
- Enfermera: – Bueno, pero no lo pienses tanto, ¿okey?… Ah y por cierto me llamo Teresa, pero me puedes decir Tere si así gustas –
- Emm pues un gusto conocerte Tere, nos vemos –
Lo nervios ya no los podía controlar mas y me fui casi trotando, camine tan rápido como pude mientras evitaba que la hinchazón de mi verga fuera tan notoria, gracias a Dios o el destino que nadie mas llego en ese momento y nos atraparan, que puta vergüenza hubiera pasado, mientras despejaba mi mente a unos cuantos metros se encontraba la puerta que conectaba a la sala donde me esperaba mi madre
- Dalia: – Bebé, al fin llegaste, se me hizo raro que tardaras tanto en salir si Oliver me comento que ya te estabas cambiando –
- Oh es que, me puse a pensar que… que buena mamá tengo porque habías dejado tu trabajo por venir a verme –
- Dalia: – Oww cariño, ven aquí mi nene –
Mi madre me jalo hacia ella mi me dio un abrazo fuerte y cariñoso, mi cara quedo entre sus enormes pechos mientras ella los movía de un lado a otro, pude oler su aroma corporal mesclado con su perfume que me penetraba hasta el cerebro, el sentir en mi cara aquellos melones me hacían sudar de los nervios y mi amigo volvía a levantarse de nuevo, mi mama puede seguir un buen rato así, pero puse mis manos sobre sus hombros y me solté se su agarre
- MAMÁ… que haces, ya no soy un niñito para que me estrujes así contra ti –
- Dalia: – Siempre vas a ser mi bebito pequeño, y lo hice porque me dio ternura lo que dijiste hace un momento, una madre siempre va a estar ahí para sus hijos, no importa lo que pasé, siempre tendrás mi apoyo mi amor, ten la confianza de decirme todo –
- Muchas gracias, mamá por tu apoyo… y una disculpa si me moleste ahorita, es que todo esto que me acaba de pasar me deja con la cabeza volando –
- Dalia: – Lo se mi amor, pero ya nos vamos a la casa para que descanses –
- Eso espero mamá, eso espero –
Al ver el reloj que estaba en la pared de la sala me di cuenta de que faltaban 10 minutos para las 2 P.M., así que me di cuenta de que tenía buen par de horas en el hospital, al mismo tiempo salió la doctora Carmen junto con Oliver de una de las puertas de las oficinas y se acercaron a nosotros
- Carmen: – Muy bien Jeremías, dado que te encuentras bien y debido a que los estudios que te tomamos no muestran ningún problema mayor, ni algún problema craneoencefálico por el golpe al caerte cuando te desmayaste, te doy el visto bueno para el alta médica –
- Gracias doctora –
- Carmen: – Aun así… los estudios arrojaron unos números extraños por los análisis que tomamos de muestra –
- Dalia: – Y eso es malo doctora? –
- Carmen: – No, estos números son ajenos a la situación que vivió su hijo hoy por la mañana, estos números son de otra área que necesito revisar mas a fondo, aun así, cualquier cosa que descubra le hago una llamada señora, mi hijo conoce a su hijo y podemos estar en contacto –
- Dalia: – Me parece bien doctora! –
La doctora venias su tableta con los datos que arrojaron los estudios, su mirada reflejaba dudas y preguntas que necesitaban respuestas, mi mente comenzó a enlazar que esos números se podían deber a los dolores que sufría en mis testículos, pensé lo peor y supuse algún tipo de cáncer, aunque traté de olvidarlo y seguir con mi día
- ¿Entonces ya me puedo ir a mi casa, doctora? –
- Carmen: – Así es, ya estas dado de alta, no es necesario que estés más tiempo aquí, puede irte –
- Dalia: – Gracias doctora, por todo, por llamarme, por atender a mi bebé… –
- Carmen: – No se preocupe señora, para eso estoy, es mi trabajo, estoy para servirles en lo que necesiten –
- Dalia: – Bueno pues… debido a lo que me acaba de decir, que le parece si usted nos acompaña un día de estos a comer en mi departamento –
- Carmen: – No podría, seria abusar de usted –
- Dalia: – Para nada es abuso, me sentiría más que alagada que fuera, así nos podemos conocer mejor las dos, ya que su hijo a veces va a la casa a jugar videojuegos con mi nene, lo puede acompañar un día y podemos comer los cuatro juntos, ¿Qué le parece? –
- Carmen: – Bueno… lo tendré en mente, pero no aseguro nada señora – –
- Bueno, de algo sirvió que me desmayara mamá, tal vez conozcas otra amistad –
- Dalia: – Verdad que si amor –
Mi madre se despidió de la doctora y yo también, estaba tan cansado de todo lo que había pasado en el día que me fui caminando directo a la salida del hospital, mientras mi madre me seguía el paso, al llegar a la puerta y abrirla, Oliver me llamo antes de que me fuera
- Oliver: – Jeremy espera… –
— CONTINUARA —
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