Diario de un fetichista.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Sixx.
Martes, día 6 de enero
Hoy subí a la terraza de nuevo después de haber oído ruidos en ella,
efectivamente una de mis vecinas había tendido su colada y entre varios pantalones
vaqueros, camisetas con lemas escritos y sujetadores con relleno, estaban las braguitas que tanto morbo me daban. Había varios tangas de diversos colores, rojos, azules, negros… pero de entre todas esas prendas interiores destacaban unas braguitas rojas de encaje.
Mire a mi espalda para asegurarme de estar solo y rápidamente las cogí y las guarde en mi bolsillo mientras abría la puerta del trastero. Una vez a salvo de miradas en el trastero saque las braguitas, las olí, las lamí y me desnude por completo luego me las puse imaginando cuando la usase mi vecina, seria como tener mi polla cerca de su coñito. Termine masturbándome mientras olía y lamia la parte algodonada de la parte delantera, dejándolas debidamente colgadas antes de volver a casa.
Sábado, día 10 de enero
He pasado 3 días sin satisfacer mis deseos y ya siento un agudo hormigueo por mi interior así que este medio día he vuelto a subir en busca de ropa interior, pero esta vez solo había pantalones y camisetas en el tendedero de otra de mis vecinas, he vuelto a casa con la intención de volver cuando escuchase ruidos, pero en todo el día no ha subido nadie.
Domingo, día 11 de enero
Esta mañana temprano he subido a la terraza y por fin encontré mis tan ansiados trofeos. tan solo había un par de tangas, pero el fuerte deseo de satisfacer mis ansias fetichistas y mis 4 días de abstinencia me produjeron una fuerte excitación. Como en días anteriores me cobijé en mi trastero y me masturbe lentamente acariciando la prenda. Cuando hube terminado y me disponía a salir al abrir mi puerta vi a mi vecina recogiendo la colada, rápidamente cerré la puerta y luego la entreabrí un poco para poder ver que no estuviese mi vecina, entonces salí con el tanga en mi mano, pero mi vecina había recogido la colada, de modo que tuve que deshacerme de el airándolo por unos de los laterales de la terraza, "Cosa del viento" pensé que mi vecina habría pensado al ver que le faltaba un tanga.
Viernes, día 31 de enero
Hoy ha pasado lo que tanto temía, ¡me han pillado!.
Después de tanto tiempo teniendo mis encuentros furtivos con las braguitas de mis vecinas de forma secreta hoy salía de mi trastero un poco despistado y no me di cuenta de que una de mis vecinas estaba ordenando su trastero. Al verme rápidamente reparó en las braguitas que colgaban de mi mano, yo la saludé y continúe mi marcha dispuesto a volver a mi casa abochornado, pero mi vecina me llamó: "Javier". Mi corazón palpitaba, casi podía oírlo resonar en mi pecho,
me gire y con la boca completamente seca no pude articular palabra.
"¿Que llevas ahí, puedes mostrármelo?". Completamente pálido permanecí inmóvil y mi vecina prosiguió. "Esas bragas son de Julia, ¿verdad?, llevaba tiempo sospechando que alguien robaba ropa interior, pero no imagine que fueras tu."
Por fin pude articular palabra y como es evidente mi primera palabra fue un
"Lo siento María." con la mirada hacia el suelo.
María es una mujer de 37 años, casada con un hombre de 35, un camionero nacional.
Ella es bella y atractiva, muchas veces al masturbarme con sus braguitas me imaginaba como debía ser su culito respingon y como de caliente debía sentirse su coñito.
Entonces ella, esta tarde se acercó a mi, levanto mi cara con su mano y me dijo sonriente "Ven, vamos a dejarle esto a Julia en el sitio, antes de que se entere". Juntos devolvimos la prenda al tendedero correspondiente y cuando ya me sentía aliviado por la comprensión de María ella me cogio del brazo y me dijo casi susurrando "¿Que diría tu madre o la propia Julia si se enterase de tu afición?".
De nuevo palidecí y ella continuó "Tranquilo, no diré nada pero tendrás que comprar mi silencio, dime también has usado braguitas mías?".
Si" le conteste pensando que me esperaba una bronca.
"Vaya y dime, ¿alguna vez lo has hecho con estas?"
María se desabrocho el apretado pantalón vaquero y se lo bajo hasta las rodillas dejándome ver sus braguitas, entre asombrado y excitado conteste,
"alguna vez si las he cogido.", "¿Y que pensabas mientras lo hacías?."
Cada vez más excitado conteste, "En ti y en como debía ser tener sexo contigo."
Ella se subió los pantalones, se acerco, me rodeó con sus brazos y me dijo,
"Estás muy excitado, ¿te gustaría follarme?." Tras lo cual llevó mi mano a su trasero.
Esta noche debo bajar a su casa a las 10 para que ella guarde silencio, mañana escribiré en mi diario lo que ocurra.
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