Disfraz para ser cogida

sus manos me tocaron, una por atras para acariciar mi cola y otra por delante tomando firmemente mi pene, me acariciaba muy suave y me sentía mareado, al borde del orgasmo, ella lo percibe y me prohíbe acabar.
Hola.a todos, mi nombre es yozuga, o sea , ese es mi nombre artístico, ya que me gusta mucho el anime y soy cosplayer hace varios años ya, casualmente mi primera vez y mi primera transformación cosplay van de la mano y se las quiero contar.

Todo comenzó por una de las primeras comicon de buenos aires, el problema es que mis padres no me dejaban faltar al colegio para asistir entre semana, cuando menos gente asiste.

Escuché a unos amigos que contaron sobre un consultorio médico que no tiene problema en dar certificado para presentar en la escuela y después de averiguar dónde quedaba fui a probar suerte, después del colegio y todavía con el uniforme fui a ver al médico que quedaba a una 10 cuadras de mi casa, el lugar parecía una casa de familia, bastante antigua y algo deteriorada, al entrar había una sala de espera muy pequeña con dos sillas, un escritorio que se asemejaba más a un banco de escuela con una notebook encima.

Allí se encontraba una chica de no más de 30 años, de entrada me encantó su apariencia, tenía un vestido corto negro y un estilo dark muy marcado, era de tez clara algo gordita y con un trato muy distante.

Mientras esperaba me hizo algunas preguntas de rutina y de la nada afirmó que yo quería un certificado para el colegio, primero dude y después le di la razón, ella se sonrió y me explicó que decirle al médico para que me dé el certificado, allí su trato fue mucho más ameno y claramente cómplice, yo no me había percatado pero entre nuestra charla su vestido se había subido y se veía su ropa interior negra que adornaban sus blancas piernas, ella notó mi miraba y no cerró las piernas, es más creo que hasta la abrió un poco más, lo que me puso muy caliente y nervioso, encima se abrió la puerta del consultorio y salió un paciente así que seguía yo.

La mujer que salió estaba embarazada de algunos meses, el médico un viejo , delgado y alto me hizo pasar inmediatamente, yo no sabía cómo disimular la erección y Silvia sabiendo lo que provocó no reparó en mirarme el bulto que yo me tapaba disimuladamente con las manos, mientras ella sonreía divertida, le dije lo que me aconsejó la recepcionista y luego de revisarme la panza en una extraña camilla, ya que era cortita y tenía estribo para revisar mujeres embarazadas, me diagnóstico con gastroenterocolitis.

El problema es que me dió solo por 24 hs y yo quería ir los 3 días que duraba el evento, así que al otro día enfile de vuelta al médico, ella lucía una calza negra también y se le marcaba su cola bien gordita, inclusive no era difícil adivinar su ropa.interior, que se hunde en sus carnes suaves, me preguntó por qué volví y le conté, entonces ella otra vez volvió a decirme que decirle al médico, pero me advirtio que me iba a revisar más profundamente, ella me avisaba bajito porque había otra persona más esperando, también una mujer embarazada, y resulta que luego supe que el consultorio era de ginecología y lo que más hacian eran abortos, ya que en ese momento todo era muy ilegal, lo que me llamó la atención es que ella me dijo que me iba a acompañar dentro del consultorio así me hacía otras preguntas, yo proteste porque me iba a ver en paños menores y ella bajó la tensión diciendo que pondría un biombo.

Finalmente fue mi turno ella tomó asiento frente a mi, sus preguntas eran directas y poco comunes, se referían a mi sexualidad y mi relación con mis padres y lo que pensaban ellos, mientras tanto yo me encontraba con el pantalón y el boxer enrollado en los tobillos y en cuatro patas, por momentos me distraía sentir la respiración de ese hombre tan cerca de mi cuerpo, especialmente cerca de mi ano y mis testículos, parecía que me examinaba muy de cerca, luego nos interrumpió para avisarme que me aria una ecografía, me mostró un aparato cilíndrico y bastante talgo, sentí como me untaba lidocaína en el ano, luego de unos instantes ya sentía todo el trasero adormecido, el doctor procedió a meter el aparato y lo movía muy suavemente aunque yo no sentía dolor, luego de un rato contarle todas mis intimidades a Silvia, empecé a sentir extraño, la sensibilidad estaba volviendo y sentía muy de a poco como ese aparato entraba y salía casi todo de mi ano, sentía un ardor y un fuego, le avisé al médico y en solo unos segundos más terminó el estudio, me indico dos pastillas por día, las cuales me las dió en un frasco y con la premisa de tomarla después de comer y siempre a la misma hora y que cuando termine de tomar todas vuelva o si sentía calores inesperados.

Cuando salí Silvia me contó que también iría a la comicon así que como yo asistiria solo la invite a ir conmigo, ese dia fue excelente estuvimos de un lado para el otro todo el tiempo, solo paramos al mediodía para comer algo y seguimos, bailamos en una de las máquinas y terminamos sudando mucho, me pareció lo más sexi del mundo e intenté besarla, pero ella se apartó, me confesó que le gustan más las mujeres que los hombres, pero lo que más ama es que las personas le obedezcan, lo cual se notaba por su carácter directo y estricto, me dijo que me vengo portando muy bien y que quizá tenga suerte.

Me sentí humillado pero lo entendí, viajamos en colectivo y tren hasta llegar al consultorio, que resulta ser también su casa y de su padre, el doctor. Era de noche y la calle estaba vacía, una vez en la puerta me hizo un ofrecimiento que no pude negar, me invitó a hundir mi cara entre sus nalgas y respirar su aroma, yo me quedé de piedra, no sabía qué contestar, entonces ella lo afirmó y acepte inmediatamente, me arrodillé en la calle, y en la puerta de su casa cumplió su fetiche , aspire su aroma, el cual era más a sudor que otra cosa y ella entró a su casa intempestivamente, yo algo atontado me incorporé aún sin creer lo que hice, empecé a caminar cuando de la casa me llaman, solo se veía la mano de Silvia con algo en la mano, cuando me acerque entendí todo, me estaba regalando su sucia ropa interior, ni bien la agarre me dijo que siga tomando las pastillas y volvió a cerrar.

Me masturbe, no sé cuántas veces oliendo esa bombacha negra.

Algo que no me explico es porque tome estos comprimidos de dudosa procedencia, si yo realmente no estaba enfermo, pero volví al consultorio a las 3 semanas ya que sentía estupor en ocasiones, calores y sensaciones raras, se me erecto el pene de la nada, además de que me masturbaba todo el tiempo, había bastante gente en la sala de espera y me dijo que estaba complicado que me atienda ese día, le contesté que yo solo quería devolver su ropa interior y ver si conseguía algo más, ella se rió en mi cara y cambió el tema, me preguntó si tomé las pastillas, y cuando le conté que si, una sonrisa perversa se dibujó en su rostro. iniciando una larga insistencia para que me caracterice de Yosuga, ya que mi físico muy delgado y blanco, además de mi diminuta nariz le hacían creer que quedaría igual, usando un uniforme de pollera a tablas blancas y chaleco, ella quería maquillarme y todo, pero me negué, le conté de los calores y ella me dijo que era momento de tomar de a cuatro los comprimidos, y que vuelva otro día así hablaba con el médico, me dijo que podía ir en cualquier momento que sienta la necesidad de ir, abrió una puerta y entro un ratito a su casa cuando volvió me mostró, tenía su ropa interior blanca en la mano, me dijo en el oído que estaba un poco manchada, pero que solo me la daría si le permitía vestirme como ella quería, volví a negarme y me retire extrañado por su pedido.

Otra vez innecesariamente acepte sus órdenes, tome cuatro comprimidos cada día, pero al llegar el viernes el fuego salía de mi cuerpo, caminaba al colegio y no tenía como bajar mi erección a pesar que ya me había masturbado en casa, ahí nomás me fui al consultorio, toque el timbre varias veces y cuando me estaba por ir se abrió la puerta, salieron cuatro tipos, eran las 7 de la mañana, y por el invierno aún estaba oscuro, me acerque y volví a insistir, está vez golpeando la puerta.

Ahí si me escuchó y abrió la puerta Silvia, estaba solo con una bata negra de gasa semitransparente, y borcegos bien altos,llegaste justo me dijo y me tomó del brazo metiéndome dentro, me hizo pasar directamente a su casa, todo parecía muy antiguo, como sacado de una película de terror, la luz era tenue, había cocaína y espejos en la mesa también varios cigarrillos de marihuana, lo cual me dió miedo y ganas de irme, cuando quise mirarla bien me planto un beso de lengua exquisito, le dije que venía a buscar su ropa interior y ella abrió la parte inferior de su bata para mostrarme que no tenía, me.volvio a besar y me manoseo la pija que ya estaba de piedra, me dice que si me caracterizo como ella quiere tenía la libertad de hacer lo que yo quiera, sus ojos estaban desorbitados y muy excitada, me dejaras comerte toda, ella con una sonrisa de lado me esbozo “ no sé si te va a gustar pero podés hacer lo que quieras” asentí con la cabeza.

Silvia se se fue inmediatamente a su habitación y volvió con unas prendas me empezó a desnudar lentamente pero me dió vergüenza y me agarre los pantalones, ella abrió su escote sacando una teta hermosa con el pezón marrón clarito, “ chupa bebé chupa “ me prendí desesperado y ella me me siguió bajando el pantalón, una vez desnudo se sacó ella misma la bata para quedar desnuda igual que yo, me vistió con esa ropa, que para mí desgracia me quedaba justo para mí, apretadita y todo, me peino un poco y le pedí que me dé mi recompensa, ella se sentó en un sillón y subió las piernas en los apoyabrazos dejando a mi vista su mata de pelos cortitos y sus labios sumamente rosados e hinchados, cuando me arrodille entre sus piernas sentí mucho olor.

Olor a orina y otras sustancias, ví sus piernas chorreadas de algún tipo de flujo que se secó en la zona interna de su pierna, se prendió un a porro cuando yo luego de tomar valor metí esa vulva en mi boca, tenía un clítoris muy desarrollado y duro, su sabor era salado y ácido, algo fuerte pero sumamente embriagador, lamí cada pliegue y hendidura, bebí todo el jugo que de ella brotaba, sentí como se estremecía con espasmos que me hacían dudar si le gustaba o dolía, al tiempo que bocanadas de humo denso me llegaban de su boca, estaba tan envuelto en el humo que creo que me afectó respirar, cuando intenté comer más abajo me tope con un botón similar a una piedra preciosa, tenía un plus tapando su agujero, intenté sacarlo y ella reaccionó haciéndome levantar, se sentó en una de las sillas y me hizo sentar sobre ella, abrazándola con mis piernas me daba el humo de su porro en mi boca para que lo absorba y luego nos besábamos, me desabrochó el chaleco y se dedicó a lamer como si tuviera tetas, una electricidad recorrió todo mi cuerpo, es decir no quería que lo haga pero me producía una sensación cercana al dolor y el placer, luego de darme el porro para que yo siga fumando, sus manos se deslizaron debajo de la pollera, una por atras para acariciar mi cola y otra por delante tomando firmemente mi pene, me acariciaba muy suave y me sentía mareado, al borde del orgasmo, ella lo percibe y me prohíbe acabar, se unta en los dedos algo de cocaína que estaba tirada en la mesa y me acaricia el culo, ahí es cuando todo se descontrola, sus dedos empiezan a deslizarse sin dificultad por mi recto, y su otra mano hacia lo propio en mi pene, su boca se alternaba entre chupar mi boca y mi pecho, mientras yo pellizcaba los suyos, me sentía mareado no sé si por la calentura o por la droga.

Retome la razón cuando me dice que ya estaba listo, tres dedos me entraban en culo y los movía suavemente.

A lo lejos escuché que golpeaban la puerta , Silvia me hizo parar y fue a abrir una puerta, su padre estaba encerrado en una especie de vestidor, estaba desnudo y con los ojos tapados con un antifaz de cuero, también tenía sus manos esposadas con grilletes de cuero, me llamó la atención su cuerpo lampiño y su pene delgado muy largo, yo estaba como mareado, me llevaron a la habitación, Silvia me hacía señas que no diga nada, me puso en cuatro patas sobre la cama y a él agachado detrás mío, agotado apoye la cara en la cama aunque estaba mojada y apestaba, escuchaba las indicaciones que Silvia le daba a su padre, le dijo que uno de sus pacientes vino a visitarlo y el tenía que adivinar cual de todos, otra vez su respiración estaba en mi cola , ella preguntaba si adivinaba quién era yo y hasta que no adivino, no soltó sus manos, luego si pude sentir su lengua , fue exquisito sentir sus lamidas, eran profundas y fuertes, mi pene de tan duro me rozaba el abdomen.

Silvia sentada contra el respaldar se sacaba las botas, me ordenó que lamiera sus pies, su olor era repugnante muy fuerte, apesto toda la habitación, aun así los devore como un manjar, sentí áspero en la cola y a mi mente vino el estudio que me hizo en el consultorio, la sensación era muy similar, ese ardor y el movimiento eran iguales, hasta que poco a poco empecé a sentir las embestidas de su cuerpo contra el mío, su sudor me chorreando en mi cuerpo y yo estaba totalmente entregado a sus placeres.

Silvia le exigía a su padre más fuerza y profundidad en los movimientos, lego de unos minutos el que se acostó en la cama fue su padre, primero ella le chupo la pija de su progenitor y después se colocó en cuclillas sobre su rostro, yo miraba atento lo que hacían, ahora las órdenes eran para mí, yo voy a alimentar a papá y vos le vas a vaciar los huevos con la boca me ordenó, está claro? Silvia se sacó el plus anal, ví como una protuberancia salir de su culo y un liquido entre transparente y blanco empezó a chorrear, los gases se hicieron presentes y aún más líquido cayó , ahora con tonos amarronados, el devoraba sin parar, y Silvia me ordenó mamar de la pija de su padre el que al sentir mi boca y mis labios empezó a largar chorros de semen como si fuera una canilla, tomé algunos chorros pero me dió asco y tuve arcadas así que trague lo más rápido que pude sin saborearlo, una sensación rasposa quedó en mi garganta.

Una vez que Silvia entregó toda la carga de semen que esos cuatro tipos le dejaron adentro, luego me hizo subir en ella para cogerla, no fue mucho lo que dure y me hizo quedar adentro suyo como buscando que no se escurra una gota, descanse unos minutos y me pedía más, entonces giró sin dejarme salir de su interior y se movía haciendo mucha presión adelante y hacia atrás, me dijo que tenía permiso de embarazarla, tarde más de 10 minutos y acabe nuevamente, ella siguió moviéndose hasta hacerme doler, y en el baiven de sus caderas acabe por tercera vez, pero ya sin fuerzas, me quedé dormido conforme ella bajaba la intensidad de sus movimientos.

Desperté entre ellos, estábamos todos sudados, me vestí y me escape antes que ellos despierten, me dio mucha vergüenza verme aún con la pollera y el chaleco desabrochado, pero en el camino a casa ya vestido con el uniforme del colegio, me exito todo lo que pasó y también que me veía como una puta sucia y usada, mi cuerpo apestaba a sexo y para ser mi primera experiencia había sido ampliamente superadora…