Dulce inocencia VI: Traje de baño poco apropiado

Finalmente el relato más esperado de esta antología espero lo disfruten, no se olviden de votar el siguiente.
Antes que nada quiero agradecer a todos aquellos que dieron sus sugerencias para próximos relatos, ya falta poco para terminar esta antología y como siempre les dejo las siguientes opciones, se aceptan sugerencias con estos relatos también, a su vez les quiero agradecer el apoyo al último relato, esto ahora me da la libertad de hacer relatos un poco más suaves por así decirlo, ahora si sin más disfruten.

• Cazando una rajita
• Enséñame tu pene papi
• Terapia de hermanos
• Vengan a mi casa
• Clase de Natación

Cada vez que voy a una piscina publica mi único objetivo es encontrar nenitas con trajes de baño reveladores, en una ocasión había una preciosa nena pelirroja peinada en chonguitos, piel blanca y unos ojazos marrones, no se veía mayor a tres años, vestía un top rosado con linares blancos y un bikini con un pequeño tutu de bailarina, pero mi sorpresa fueron sus nalguitas comiéndose ese pequeño y rosado traje, al ver que se encontraba sola decidí tomarla de la mano y llevarla hasta el baño donde sin más me saqué la verga y la coloque frente a ella ordenándole que la lamiera, la pequeña zorrita comenzó con su felación mientras yo estrujaba y acariciaba esas pequeñas nalguitas, no pude contenerme y agarré su cabeza y metí mi verga hasta el fondo descargando todo mi esperma en su pequeña garganta. Luego de eso la levante, acomodé su traje de baño y comencé a mamarle ese culito y su pequeña rajita, mientras sobaba su pequeña pancita, sin poder contenerme le inserté hasta el fondo mi verga en su ano tocando lo más profundo de su cavidad anal, la nena respiraba fuerte mientras soltaba lágrimas y yo la embestía, al final me dejé llevar tanto que terminé llenándole el culo de mi caliente esperma dejándola desmayada en el baño con su boca y culo rellenos de mi corrida, le tome varias fotos y la dejé a su suerte, pero luego de una hora de no verla salir decidí volver entrar al baño y me encontré con un hombre de unos 35 años embistiendo su verga en esa rajita virgen mientras la nena solo lloraba y gritaba, repentinamente me dio una erección y procedí a masturbarme en el baño al lado de ellos, al terminar el hombre simplemente metió a la nena en una maleta y salió como si nada, desperdicie mi oportunidad de tener a una zorrita en traje de baño para mí solo.

Ahora es momento de ponerlos en contexto, me llamo Alejandro tengo 19 años, mido 1.74 y mi verga mide 14 cm nada fuera de lo normal exceptuando que me encantan los trajes de baño, esa anécdota sucedió cuando yo tenía 15 años, lamentablemente nunca se dio una oportunidad así en la vida ni nunca supe que fue de esa nena pelirroja y el señor. Aunque las oportunidades abundan en todos lados pues ahora tengo una hermana menor de 4 años víctima de mis perversiones, Anya es una nena un poco enojona, piel blanca ojos cafés, castaña peinada en dos coletas no tiene tetas, pero si una deliciosa pancita, sus carnosos muslitos son mi alimento diario y su culito apenas está en desarrollo, un poco grande para su edad. Desde que Anya nació supe que no tendría que preocuparme por tener que cazar una zorrita en traje de baño pues desde pequeña comencé a manosearla y a dejarla chupar mi verga para que se acostumbrara a la leche, a los dos años le di su primera penetración anal y al año siguiente por fin la desfloré como es debido, aunque todo esto haya provocado que se volviera una pequeña ninfómana que necesita el pene de su hermano al menos 2 veces al día y claro mi fetiche por los trajes de baño combinado con una hermosa hermana nunca pudo ser mejor. Un día mientras salíamos a una piscina de la ciudad Anya vestía un traje de tirantes muy delgado que solamente cubría sus pequeños pezones y su rajita, dejando a la vista su barriguita y sus pompitas, la pequeña puta se paseaba por toda la piscina para que los niños y adultos la vieran atónitos. Anya se sentó sobre mí y yo con una gran erección comencé a rosarle su pequeña vagina mientras acariciaba su barriga con mi mano izquierda y pellizcaba sus inexistentes pezones con mi mano izquierda, mientras ella soltaba pequeños gemidos nuestras lenguas se entrecruzaban en un largo y apasionado beso, sin perder tiempo saqué mi miembro totalmente erecto y lo coloque suavemente en la vagina de esa ninfómana de cuatro años, el ruido de sus pequeños y carnosos muslos rebotando no tenia precio, mientras algunos niños observaban el cariño de dos hermanos yo me aseguraba de pellizcarle sus pezones y jalarlos como si los fuera a arrancar, así estuve hasta soltar una gran carga de esperma en el útero de Anya, mi hermanita con la cara totalmente roja cubierta de saliva y lágrimas procedió a lustrar apropiadamente mi verga hasta dejarla bien limpia, luego de esto tragó todo su esperma sin reprochar y se fue a jugar con el pezón derecho completamente rojo y un montón de semen escurriendo por sus piernas, todos quedaron anonadados de ver a una nenita de esa edad con un traje prácticamente invisible y con sus piernas cubiertas de semen. Al salir de la piscina me fui apretando fuertemente la nalga de mi pequeña amante, ella se fue solo con su traje sin nada más la excitación de ser vistos y reconocidos nos obligó a entrar a un callejón sucio donde cargué a Anya y le destrocé su apretado culo con una embestida tras otra mientras ella se orinaba en ese sucio callejón. Al final mi nena no podía dar más y Sali cargándola del callejón dejando su pequeño traje de baño lleno de semen y orina en el callejón. Al llegar a casa nos recibió nuestra madre, no es sorpresa que ser criados por una pervertida y exhibicionista profesional nos terminara orillando a esto, mi madre acostumbra a estar desnuda en casa, aparenta ser una oficinista y ama de casa normal, pero que tan normal es tener sus tetas un tatuaje con la frase “madre chupavergas” o en el vientre “perra encelo”, en sus muslos “depósito de semen”, “PRÉÑAME!!!” y en cada una de sus enormes nalgas tiene escrito el nombre de uno de sus hijos. Una madre exhibicionista lo suficientemente normal para dejarse embarazar de su propio hijo, mi madre Victoria no paraba de insistir en que ya era hora de ponerle sus tatuajes a Anya y perforarle su pezón izquierdo justo como la zorra de su madre, pero todavía no me animaba a hacerlo pues disfrutaba más de exhibirla. La siguiente salida era a un parque acuático y mi linda Anya ahora usaba un traje de baño negro de dos piezas, un pequeño top que solo papaba sus pezones y una tanguitas negra que cubría su puchita, pero dejaba ver su ano al descubierto, junto a sus lentes oscuros parecía una pequeña zorra diva, en esta ocasión nos metimos a una alberca bastante onda ahí nos comenzamos a besar como amantes y procedí a meter el vibrador favorito de mi madre en la rajita de Anya, dejando a la deriva su pequeña tanguita negra, ahora era mi turno de disfrutar de esos deliciosos pezones mientras bombeaba mi verga en todo su culito preescolar, haciéndola gemir levemente mientras algunos niños pasaban y nos veían, estuvimos nadando y metiéndonos a diferentes toboganes, todo mientras Anya tenia el vibrador ahora en su culito relleno de esperma, la muy coqueta paseaba con su diminuto traje dejando expuesto su enorme vibrador atrayendo las miradas de chicos y grandes mientras movía esas nalgas, antes de irnos fuimos a la alberca de olas para recibir mi ultima mamada del día, el reto de Anya era no dejar caer ni una gota de esperma para no ser descubiertos, cosa que aproveché para agarrarla de las coletas empujarla hasta alcanzar a meter toda mi verga hasta su garganta, mi amada lloraba mientras luchaba por tragar hasta la ultima gota de mi semen, pero la muy zorra se vengó limpiándose con su bikini y soltándolo en la alberca, en pánico lo único que podía hacer era cargarla y salir de la alberca lo más pronto posible, fuimos a ducharnos, pero como no tenia ropa tuvo que salir tapada con una toalla, hasta que la muy puta se la quitó y salió desnuda caminando por el parque con ese enorme vibrador metido hasta el fondo de su intestino, las personas quedaban sorprendidas y rápidamente llamaron a la seguridad, pero ahí cargué a Anya y con su toalla salimos del parque a toda velocidad solo para terminar con una enorme erección que la raja de mi hermanita tuvo que pagar. Las vacaciones de primavera llegaron y yo estaba recibiendo una de las mamadas de mi madre, esa hermosa mujer de cabello largo negro, piel clara y bien dotada, pero había un problema pues mi madre estaba en sus días fértiles y no podíamos coger por lo que ella me sugirió ir a una playa nudista con Anya, ella tenia el conjunto perfecto, al día siguiente llegamos los dos a la playa yo completamente desnudo y Anya solo con tres curitas que cubrían sus pezones y su rajita, procedimos a disfrutar del mar mientras las miradas a nuestro alrededor se hacían mirar, posteriormente nos sentamos en la arena y comencé a frotar mi verga entre sus piernitas mientras acariciaba esa deliciosa barriga, las personas pasaban de lado intentando no voltear, pero era evidente que a mas de un hombre comenzaban a tener una erección, Anya con la cara toda roja me gritó “YA METE TU JODIDO PENE EN MI RAJITA DE una vez!!!”, primero le di una nalgada en su nalga izquierda, sonó tan fuerte y su nalga quedó completamente roja mientras ella soltaba unas lágrimas, ahora procedí a encajar mi verga en su rajita y arranqué sus curitas dejando sus pezones erectos totalmente expuestos, mientras recorríamos la playa aprovechaba para asomar a mi pequeña zorra con la cara perdida y una verga en su estrecho coño a la playa normal, atrayendo la vista de más de un pervertido que comenzaba a tener una erección, más de uno intentó acercarse y ese fue el momento en el que desaparecimos, no sin antes dejar mi semilla en ese pequeño útero, Anya comenzó a orinarse en la arena, dándoles un espectáculo a todos los mirones, Anya quedó exhausta y aproveché para perforarle su pezón izquierdo con uno de sus aretes, mi pequeña lloró, pero entendía que era para su bien, le compré un helado y luego de nadar completamente desnudos por un rato volvimos a nuestra casa, esa misma semana mi mamá por fin llevó a Anya a tatuarse su pequeño glúteo con su nombre “Anya” decorado con corazoncitos, luego de eso Anya tenía un tatuaje nuevo cada semana, nos excedimos un poco al tatuarle “Amante de las vergas” en su cachete derecho y “Vagina lista para preñarse” en su vientre junto a unas flechas apuntando a su vagina acompañadas de la frase “bolsa de semen personal” en cada uno de sus muslitos, estoy pensando en ponerle más tatuajes y porqué no dejarle una marca de ganado como a las vacas. Quedan muchas historias por contar como el exhibicionismo los tres juntos o como mi madre y yo violamos a una vecinita menor que Anya luego de que nos la encargaran, ahora con los tatuajes de Anya el exhibicionismo y los trajes de baño son más divertidos.

Este relato es completamente ficticio y dichos acontecimientos no deben ser replicados, nuestro único fin es entretener.