El demonio neón
Lo que pasa cuando una mente fracturada deja salir sus fantasías .
Si quieres disfrutar esto como se debe, tienes que saber un par de cosas de mi. La primera es que soy un hombre transexual. El uso de testosterona me ha dado bastante vello y un poco más de musculatura. Aún así, conservo unas enormes tetas DD que escondo bajo camisas holgadas y mi jugosa y peluda vagina, que es la verdadera protagonista de este relato.
La segunda es que crecí constantemente traumatizado. Lo suficiente para que mi personalidad se fracturara en cinco partes, pero no tanto para que eso sea un trastorno. Cuatro de ellas son masculinas, pero la que es femenina me ha convertido en un adicto a la pornografía -legal, bastardo- más sucia y degradante.
Apenas cumplí la mayoría de edad, tuve un novio que tomó cientos de vídeos y fotos mías actuando como la zorra ninfómana que más amo ser. Por ello, amo los vídeos caseros con etiquetas de mi ciudad, porque anhelo encontrarme allí, exhibido y degradado por él.
Me masturbo compulsivamente explorando las categorías Ddlg, agegapping, CNC y freeuse. Me deleitó especialmente con los videos grupales que sobre estimulan las vaginas, los anos y los pezones de las actrices y que incluyen cogidas furiosas por todos los agujeros.
Me encantan las nalgadas y bofetadas. Me gusta ser usado vaginal y analmente hasta orinarme encima y estoy mojado sólo de pensar en que alguien me llene con un enema y me obligue a aguantarme hasta hacerme un desastre encima.
Como te dije, soy tan adicto a la pornografía como a masturbarme. Paso horas haciéndomelo y los dildos y vibradores no son suficientes. Me he rellenado el coño y el ano con botellas plásticas, frutas y verduras de todo diámetro. Espero expandir mis agujeros hasta el prolapso. Me froto el coño agresivamente hasta dejarme los labios hinchados. He empezado a explorar mi uretra. Me aplico vacío en clítoris y pezones, para luego colocarles pinzas de presión.
A lo mejor has pensado en invitarme a prostituirme. Ya lo hago, pero al ser un oficio como cualquier otro, tengo que ser profesional y considerar que si desato mis fantasías, habrá ineptos que pensarán en no pagarme. Y debo admitirlo: ni las cientos de vergas que he recibido a cambio de dinero satisfacen el enorme deseo que me quema.
Si te gusta lo que lees, dame consejos. ¿Qué más debería hacerme? ¿Cómo más debería explotar este cuerpo para convertirlo en la putita inútil que siempre debió ser? Si me das muchos consejos ricos, te cuento lo que pasa cuando tomo el control del cuerpo y lo visto con faldas muy cortas, sin nada debajo para hacerlo pasear por las calles en la noche.
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