El fetiche raro de mi primo
Uno de los recuerdos que tengo de mi niñez.
Esto que cuento ya tiene unos diez años. Cuando yo tenía la edad de once años. Vivía al lado de casa de mis abuelos donde se encontraba mi primo mayor Ramón que para ese entonces el tenía quince años. Desde que tengo memoria, diario veía a mi primo, y no había día que no hiciéramos travesuras o cosas por el estilo. Cuándo él entro en la pubertad yo lo imitaba en todo lo que hacía. Al no tener hermanos, Ramón era mi ejemplo a seguir. Me contaba de sus novias, sus primeras jaladas de pito y todo lo que hay en la adolescencia. Era medio popular por que según estaba carita y jugaba fut. Un muchacho normal de su edad. Según yo.
Íbamos seguido a una cancha detrás de nuestras casas a jugar fútbol. A veces jugábamos contra otros chicos del lugar o simplemente solos o con Alejandro quien era mi mejor amigo en aquel entonces. Un día terminamos de jugar, me senté en una de las bancas y Ramón se quedo practicando sus tiros. Terminó y se acerco, nos pusimos a platicar y veo que de pronto su short se comienza a humedecer y su pierna se empieza a llenar de orín. Él como si nada continua platicando y le dije que se hizo pipi. Solo se río y dijo sí. Como si lo hubiera hecho a propósito. Ya en eso me dijo que vayamos a casa a bañarnos, nos fuimos de la cancha antes que llegará alguien.
Habían pasado algunos días de eso y todo normal. Una tarde estábamos viendo una película en casa de mi abuela. Ramón la mayoría del tiempo se quedaba solo porque mi abuela trabajaba cuidando a unos niños. Aquella vez estábamos en la alfombra y sentí algo mojado y caliente, por mis pies. Volteo a ver y me doy cuenta que Ramón de nuevo se había orinado. Su trusa estaba toda mojada y el siguió viendo la película. Le dije que se orino, y nada más contesto, si me ganó. Pero no se cambio durante todo el día, hasta antes que llegará mi abuela se metió a bañar. No le dije nada a mis papás o mi abuela porque los dos siempre nos cubríamos de todo, así que pensé solo había sido un accidente de nuevo. Luego volvió a ocurrir otra vez en un supér mercado. Salimos con mi mamá a comprar y de repente llega un olor a popo, mi mamá pensó que había sido alguien del super, pero en realidad fue Ramón. Me di cuenta por como caminaba y me acerque más a él para comprobar que si era y efectivamente se había hecho caca encima. Mi madre no se dio cuenta de que él había sido. Yo no dije nada al respecto, solo al llegar a casa, el fue a bañarse rápido. No comente nada al respecto, porque no entendía que le pasaba.
Ya después de ahí, creo que dos veces más lo vi orinarse y le pregunte que sucedía. Me dijo que nada, solo se le salía la pipí y ya. Lo deje pasar. Pero otro día, estábamos el y yo en casa de mi abuela. Esos días eran demasiado calurosos, así que únicamente usábamos una trusa cada quien. Ramón casi siempre andaba así porque no le gustaba mucho usar ropa en casa. Esa vez llego Alejandro, como le teníamos mucha confianza, no nos vestimos delante de él y primero vimos una serie para después ponernos a jugar a la guerra. Que era un juego donde nos atacábamos con objetos y al que le cayera en el pecho según moría. Como Ramón era el mayor que tenía más fuerza, nuestro objetivo era matarlo a él. Alejandro y yo nos quedamos en un lado para atacarlo a la par, pero no pudimos y nos ganó. Nos quedamos en el piso tirados reclamándole. De pronto Ramón hace una cara extraña como de estar haciendo popo y empieza hablar como si estuviese pujando. Se empieza a oler el olor a caca, se había hecho popo delante de nosotros. No se podía ocultar, su trusa era de color azul claro, la parte de atrás se lleno de color oscuro, y se hizo un bulto enorme ahí. Alejandro empezó a molestarlo por eso, y yo haciéndome el que no entendía también. Ramón solo se medio molesto, río y dijo que siguiéramos jugando. Alejandro le pregunto si no se iba a limpiar, él dijo que no. Alejandro le empezó a llamar cochino y cosas así, Ramón solo le dije que le valía. Y sí, seguimos jugando a pesar de que mi primo estaba hecho popo. A Alex y a mí, luego nos dio igual, nos habíamos acostumbrado al olor, luego de un par de minutos. Por suerte no batió nada. Alejandro se fue antes que llegará mi abuela. Ramón y yo nos metimos a bañar y al quitarse su trusa, estaba todo embarrado desde la cola hasta los huevos. Parecía como un bebe que se hizo popo. Empezamos a bañarnos y le pregunte porque hacía eso. Me dijo que nada más. Le hice varias preguntas aquella vez y todo me contestaba similar que le gustaba hacerlo.
Desde ahí no quise cuestionarlo ni nada. Siguió haciéndolo una temporada más. Como un año o año y medio siguió con ese gusto, luego dejo de hacerlo. Estos días que lo fui a visitar por el bautizo de su hijo, le recordé el tema, ahora se apena y ríe de eso. Pero nunca olvidaré ese gusto extraño que tenía.
Que excitante, y que libertad la de tu primo de hacerce dónde le de la gana. Yo también lo hubiera toreado mucho, sería muy divertido. Muy buen relato, espero y escribas mas.