El Incubo del Internado – Sangre Nueva 10-1
Brat sigue sometiendo a sus hermanitas a sus deseos carnales, pero ahora aparecerá la linda vecina….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Matias es un baboso, realmente me asustó por nada, pero me dio un mensaje importante, pues al llegar con el director, este me dijo algo: mi papá tuvo un problema serio, así que tenía que regresar a casa; pensé que era una emergencia, aunque el director me aseguró que no era el caso, nadie estaba herido, por lo que fui más tranquilo, parece que estaría fuera del internado un par de días, lo que era bueno, hasta bromeo diciéndome que tenía “suerte”, lo cual era cierto, porque no había probado lo del ritual que hice, ahora podría comprobar lo que ocurriría, así que esperaba que al llegar, las cosas estuvieran mejor con Lizy, o al menos eso deseaba. Tomé algunas cosas y salí, agarré un camión, fue como 1 hora de trayecto, pero no me importó, estaba contento por no tener que tomar varios camiones, al llegar una mujer se me acerco, wow, era una preciosidad de cabello oscuro, un cuerpo de infarto, como todas las que había ahí alrededor del director, pero de piel trigueña, esta se me acercó y con una voz extraña me dijo:
Hola soy Mia, vengo de fuera, tu conocer al Director Jay, le puedes dar esta carta – me dijo la sensual mujer, pero me perdía en las enormes tetas que se le veían, las cuales parecían a punto de romper la tela del sujetador, me daban ganas de mordérselas.
Por desgracia no se quedó a recibir respuesta, se fue así como llegó, y me tuve que apresurar para llegar a la casa, donde me esperaba mi madre, quien al verme suspiró contenta, pues no me tardé tanto como imaginó, pero eso era lo de menos, ella necesitaba irse, aunque antes me avisó: tu papá tuvo un problemas con el montacargas, otra vez, quieren ver si es por borracho o porque no le dieron mantenimiento al equipo, esto se tardará un poco, tengo que llevarles las notas de cuanta cerveza a comprado en estos días. Mamá como siempre cuidando a su bodoque, papá, ah, que lastima, se fue casi corriendo pensando que podría ayudar en algo, sin darme muchas indicaciones mas que “cuida a tus hermanas”, aunque eso me gustó, podría tardarse, lo que me dejaba la casa sola con ambas, algo que estaba deseando, y me fui a meter, pero en la entrada se hallaba Lizy esperándome.
¿Qué pasa? Sigues teniendo pesadillas donde te violan las sombras – le dije un poco malicioso mientras entraba, por lo general ella me diría de cosas, aunque desde que hice lo del talismán, que por cierto llevaba colgando, pero guardado, ella me evitaba, aunque esta vez fue diferente.
Ah, no, sigo con sueños raros, los he investigado en internet, eh encontrado cosas interesantes, existen muchas teorías sobre lo que me sucede, aunque me siento extraña, hace unas noches todo cambio, jejeje – me dijo y se alejó de mi corriendo.
Eso me gustaba, algo en el aire cambiaba, casi podía darme cuenta que Lizy estaba en celo, jejejeje, quizás también era diferente porque al entrar una de mis viejas compañeras de la escuela me vio y me saludo, Jesica, hija mayor del vecino, un tipo creyente de muchas cosas, pero no era metido en nada, casi entrando en lo políticamente correcto, pero sin llegar a ese extremo, jejeje, es lo contrario a mi viejo, el un trabajador honrado, viudo, su primera esposa le dio a Jesica, la segunda, que fue mi maestra en primaria, le dio a un par de chicos que son tan babosos, los tiene muy consentidos, dejándoles como un par de inútiles. Pero dejando eso de lado, ahí estaba su hija mirándome como si no me conociera, y me saludo amablemente, aunque tenía una reputación de piruja pues muchos decían que fácilmente se dejaba besuquear y otros que lamia vergas detrás de la escuela por unos billetes, no me consta nada, pero se quedó mirándome con cuidado cuando iba a cerrar la puerta y se me acercó a decirme:
Eres o te pareces – me dijo ella y realmente se había puesto linda, tiene poco menos de 1 un año que yo, con 15 años recién cumplidos, creo, se le estaban marcando deliciosamente las tetas en la ropa, su carita como la de una muñeca, sus curvas desarrollándose, carajo, era seguro que muchos tarados se le pusieran prendidos al verla, aparte tenía una combinación que me encantaba, largo cabello negro y piel bien clara, con una carita de muñeca perfecta, labios rosas.
Híjole, ahora si estas para una buena revolcada, si tuviera a los compañeros cercas haría que me pagaran la apuesta, que ibas a estar bien rica – le dije mientras me acercaba y la saludaba de beso.
Oye, pero tú sí que te pusiste bien, en la escuela eras el chico flaco que todos los bravucones podrían molestar si no fuera por tus bromas, el payaso de la clase, pero ahora – me dice Jesica mirándome, pues aparte me puse más alto.
Mm, pues que te digo, estoy en el internado del diablo, ahí las cosas son bien rudas – dije mientras me subía la playera dejando ver que se me marcaba el vientre, y eso le puso roja, hasta se mordía el labio, casi podría jurar que también se mojaría.
¿Qué creen que están haciendo? están muy chicos, digo, usted, espera, eres tu Bartolomeo, no te había visto en meses, espero que te hallan corregido – decía el vecino el señor Figueroa mientras llegaba alarmado, aunque notando mis cambios.
Señor, sí señor, la disciplina en el internado militar es tremenda, no me di cuenta de mi cambio hasta ahora, señor, el otro día fui por una práctica a la playa por mis buenas notas por ejercicios especiales, señor – le dije algo burlón, sabiendo que ese santurrón no entendía los sarcasmos.
Buenas notas, y la apariencia, vaya, me llamas señor, mm, ya veo, con que eso podría ser lo que se necesita, luego hablamos, buenas tardes soldado – dijo el señor mientras jalaba a su hija, aunque esta pronto al ser llevada a la fuerza se subió la falda dejándome ver su culo apenas cubierto por una linda prenda de algodón morado, que cubría de forma sensual esos cachetes traseros.
Eso fue delicioso, ella poco caso me hacía antes, a pesar que le coqueteaba, pero ahora hasta me ofrecía el culo, era delicioso, siempre soñé con poderle romper el culo en una buena agarrada de nalgas, también quería morderle las tetas o hacer que me la mamara, si bien que era una viciosa de lo peor, quizás podría tenerla bien empalada, o eso pensaba, aunque es que éramos de los chicos problemas de la escuela, pero estoy hablando de mas, lo que era importante era ver que sucedía con mis hermanas, así al entrar que cosas, apenas llegué a mi cuarto, pude escuchar algo, una de las 2 se iba a bañar, lo que me hizo ir a prender las cámaras, que suerte la mía, se trataba de Meg, quien no perdía tiempo, se desvestía y se fijaba en ella misma frente al espejo, tentándose un poco su cuerpecito como si quisiera entender algo, aunque se agarraba las tetillas, o se miraba la vulvita, se veía inquieta, sobándose su pequeña figura, de una forma sensual, me puse caliente de verla, y en otras ocasiones me hubiera comenzando a jalar la verga soñando con que se la encajaba, pero en esta ocasión era diferente, por lo que me saqué toda la ropa, quedando en bóxers, y salí a su encuentro, casi parecía una invitación cuando encontré su toalla en la entrada. Quería agarrarla por sorpresa, así que fui sigiloso al entrar, detalle que tenia perfeccionado, y la vi, esa chiquilla no aprendía, seguía encharcando todo, aunque se estaba en ese momento por untar jabón y eso me calentó, por lo que entré, para llegar a su lado mientras jugaba y le dije en forma de regaño.
Meg, que te han dicho de poner la cortina de baño vas a mojar todo – le dije con una visible erección, que la hizo ruborizar.
No me quedé ahí, rápido me fui a meter con ella a la tina, donde vio mi verga parada, y debo decir, ella se me quedó mirando algo asustada, como si quisiera quejarse, aunque era obvio que le gustaba mi presencia, pero yo me adelanté y comencé a tallarle por todas partes, siendo bastante cuidadoso con su vulva, aunque aparte le di un beso bastante apasionado, lo cual le calmó un poco, y le dije:
Mamá nos dejó solos, papá tuvo otro accidente con el montacargas, vamos a estar juntos toda la noche – solo con esas palabras ella cambiaria, de algo asustada a una especie de gatita en celo, que pronto se entregaba a mis manos, dejándose besar, incluso acomodaba su coñito para dejarme tomarlo.
Mm, eres una buena niña, verdad Meg – dije mientras sentía como ella misma se iba ensartando.
Mm, soy la putita de mi hermano, mm, siempre quiero tu verga dentro, mm, te extrañaba mucho Brat, mm, ahora dame con todo, rómpeme el coñito AH – me decía de una forma pervertida que daba gusto, comenzando ella misma a cogerse con mi verga, queriendo apuntar su coño contra mi verga, deseando introducirse.
Era una locura, pero me encantaba, lo estaba pasando de maravilla, jamás esperé esto, pero lo iba a disfrutar, mi linda hermanita Megan, de solo 6 años se entregaba a mí, moviéndose ella sola, clavándose mi verga mientras me lamia el pecho, pues era bajita para darme besos directamente, a menos que se soltara un poco, y debía hacerlo, quería probar sus labios, y su lengüita jugaba con la mía dejándose hacer de manera deliciosa, entrando en una pequeña lucha que dejaba a ambos satisfechos, pues lo hacía demasiado bien, por lo que le iba metiendo los dedos en su culito igual que la vulva de tal forme que le estaba haciendo una penetración doble, a lo cual le hizo verme con un gesto sorprendido, antes de morderse los labios, creo que tuvo un orgasmo.
Te gusta verdad, eres mi pequeña putita – le dije antes de pegarla a mí.
Si hermanito, soy tu putita, mm – se quejaba mientas se adormilaba un poco, parece que fue demasiado para ella sola.
Quería seguir, pero no podría, justo en ese momento escuchaba a Lisy llamarme, por lo que curioso por su reacción, me salí con Meg de la tina, y así como iba, apenas secándola un poco, salí del baño para que nos viera, cosa que casi no ocurre porque bajó a ver qué pasaba en el patio, y yo rápido fui a dejar a la chiquilla en su cuarto donde la acurruque en su cama, dejándola desnuda, aunque notaba que su conchita estaba roja, un poco abierta, pero ella al sentir que me alejaba, me detenía y le dije que yo la cuidaría esa noche. Luego de eso mi otra hermana me vería entrar luego a mi cuarto desnudo, diciéndome que tapara mis “miserias”, pero al girarme y mostrarle todo, le dije que esto era lo que quería, dejándola roja, mientras me iba a vestir un poco, no sabía que estaba pasando con ella, era obvio que el talismán fracaso, no se entregaba como Meg, me rechazaba, corría, se alejaba, solo en veces volvía a ser la gatita en celo que me gustaba, pero desde la maldición supe que había estado teniendo pesadillas, incluso fuero con el psicólogo de la escuela, un fracasado, diciendo que tuvo algún trauma, que atribuyeron al espanto de la bruja, no le dieron mayor importancia, aunque realmente la maldición estaba ahí presente, ahora se suponía que yo debía tener el control sobre ella, pero realmente, no sabía qué hacer, todo era un poco problemático, después de esa noche me di cuenta que la brujería no era cosa para tomar a la ligera, en eso tenía razón Vero, me confié, además ignoraba que debía hacer, así que me vestí cómodo y fui a ver qué cenábamos, seguro mamá dejó algo congelado, y no me equivoqué, en esta ocasión eran unas pizzas, de las más baratas, por lo que las acomodé en el micro, y llamé a las niñas, para ese momento ya estaba anocheciendo, pero solo llegaría Lizy, quien me veía algo inquieta, y usaba un vestido de una pieza rosado, que no le había visto en meses, le quedaba algo chico, pero se le estaban marcando muy bien las tetas, y apenas le cubría la falda, a veces se le veía un calzoncito rosado, marcándole el coñito aparte al moverse de cierta forma el culo terminaba expuesto.
Meg se quedó con sueño, hoy tuvo muchas cosas que hacer, así que no despertará – dijo Lizy muy seria mientras se ponía a mi lado.
Ah, ya veo, entonces solo somos nosotros 2, jejeje – me reía de manera perversa, no llevaba el talismán, así que deseaba probar mi suerte con ella (la piedra).
¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? Es asqueroso – me decía con una de sus clásicas frases.
Pero bien que te gusta, no me digas que no, ahora escupe, que mamá estaba preocupada por tus pesadillas, y me dices que estas cosas cambiaron, ¿Cómo? – le dije con malicia mientras le servía de cenar, a lo que ella aceptaba sumisa y eso que siempre era bien exigente.
No importa, ya no me violan las sombras, estoy bien – me dijo roja, aunque notaba que algo le pasaba, giraba la vista, nuevamente sentía su olor a celo.
Siempre tan odiosa, o me dices o no te voy a querer mas, y bien que quieres un poco de mi, jajajaja – le dije cambiando un poco la estrategia, lo cual llamó la atención de ella mirándome inquieta, mordiéndose el labio, pegando entre si sus piernitas, por lo que agregué: si me dices las cosas te daré un premio.
Es que desde hace unos días, deje de soñar esas cosas, pero sigo siendo visitada en noches por algo, un sueño y me hace el amor, pero no entiendo porque tengo eso, la verdad me siento extraña, no puedo dejar de pensar en eso, me la mete y yo gimo, lo beso, me hace sentir rara, le jala las tetitas, me toca donde quiere y yo le digo “mi amor” – me decía y se puso roja, lo cual era divertido, se tapo la cara alejándose.
Era yo ¿verdad? – le pregunte haciéndome el astuto, acercándome a ella, para acorralarla contra la mesa, quedando a mi alcance, lo que le dejo inquieta.
Deja eso, no sé porque me pasa, pero ahora eres tu quien sale en mis sueño, le dije a mama que estoy bien, pero ahora estoy soñándote a ti, violándome, metiéndome la verga hasta el fondo y yo lo pasaba bien, se que debe haber un error – me dijo apenada y avergonzada.
Chiquita, muy a tu pesar, estas maldecida por ser odiosa, aunque no quieras creer en esas cosas, lo estas, y para tu desgracia soy el único que puede salvarte, hable con la bruja, si, la encontré en el mercado, está bien fea, ahora se como liberarte – le decía sintiéndome el ganador.
En serio, hermanito, hare lo que quieras, pero quiero dejar de sentirme rara, todo esto no me gusta, dímelo – me dijo y me sentí ganador.
Mira, no sé de esas cosas, ni que fuera brujo, pero las sombras regresaran y te harán cosas peores, la bruja se enojó mucho, aunque si quieres que se queden fuera de ti, tendrás que aceptarlo, vas a ser mi mujercita, de nadie más, te vas a guardar para mi, así que acéptalo, al menos yo te quiero mucho, así que está bien, que importa que seamos hermanos, ahora serás mía – le dije con malicia y algo en ella pareció cambiar.
Entonces seré solo tuya – me dijo en un tono extraño de voz como si se diera cuenta de algo.
No me importó nada más, solo que algo parecía cambiar dentro de Lisy, por lo que la tomé de la cintura, la acerqué a mí, la fui a besar, y ella me acepto de alguna manera, disfrutando de meterle la lengua hasta el fondo, así mismo de agarrarle el culo , el cual iba sobando con mucho cuidado, pues me daban una ansia que se marcaba en mi pantalón, luego de eso me separé, quería ver cómo reaccionaba, se me quedó mirando sonrojada, mientras respiraba agitada, la tenía. Cerré las cortinas, me puse a ver la televisión, ella me siguió, se puso a mi lado viéndome de una forma que jamás lo había hecho, esperaba que tomara la iniciativa, puse una película que me gustaba, pero no le presté atención, era mi momento de aprovechar, la tomé de la cintura para comenzar a besarla, y ella se dejaba hacer, llegando a sentir como me dejaba abrirle las piernas, sobando así su coñito lampiño, aunque seguía vestida, lo cual la incomodaba un poco, pero al mismo tiempo le hacía sentir tan bien, en serio es que tenía todo el control en ese momento, ella se sentía rara, pero eso me excitaba mucho mas, en ese instante pude enloquecer un poco, me sentía tan caliente que no pude evitarlo, necesitaba meterle la verga hasta el fondo, por lo que la fui atrayendo, dejándole que sintiera todo, le jalé la mano para que sobara mi erección, ella se sorprendió diciéndome.
Hermano, espera, que tienes ahí – dijo un poco inquieta.
La barra que tanto te gusta, o ya se te olvido quien te quito lo virgen – le respondí mientras le besaba el cuello.
Estas así, por mí – me dijo algo inquieta, su voz sonaba como si se calentara.
No le respondí, quería sentirme al, lo cual demostré saqué dejándole desnudita, solo traía un short y una playera, pero en segundos fueron saliendo, quedando a la vista sus tetitas planas, apenas con unos pezones que se veían hinchados, además de su coñito lampiño que se iba mojando, ella se tapo con pena, pero yo estaba cada vez más caliente, me paré, realmente era más alto que ella, y me saqué la ropa, dejando mi verga a la altura de su cuello, pude hacer que se la tragara, pero no quería eso, su mirada me decía que todo menos eso, y debía aceptarlo, si quería que después ella fuera completamente mía, debía ser más calmado en un principio, así que opté por solo sentarme en el sillón y dejar que ella viniera a mí. Y claro que lo hizo, como un animalito asustado, controlado por una fuerza superior a ella se acercaba para que yo me la cogiera, estaba fuera de sí, pero me encantaba, Lizy se dejo abrazar para seguir besándonos, seguro estaba sin saber que creer, su cuerpo de seguro se movía sin que pudiera hacer nada, dejándose sentir por completo, e igual que yo ardía por ese contacto sexual, a pesar de ser hermanos, me buscaba con un gusto cada vez más sensual, dejándose tomar, la besé, acaricie, dejándome sacar una especie de pasión que a ella le encantó, sintiendo nuestros cuerpos libremente, ella se restregaba que daba gusto, podía tentar cada parte, desde el culo hasta la vulva, la cual fui a sobar dándole su gusto, hasta que terminé por penetrar, clavando mi verga hasta donde sabía que podía llegar, así ella me miraba desconcertada, como si algo chocara en su interior, como si se diera cuenta de algo, gimiendo lentamente mientras la iba haciendo mía, sujetando sus formas tan ricas de niña sabrosa, era un deleite tenerla así, sentir aquel cuerpecito tan rico, ella me miraba con cara de no entender nada, en serio, me daba cuenta que era como si nunca hubiera terminado de entender lo que le hice. De repente dejaría soltar un gemido que me hizo calentar mas, empezando a darle algunas embestidas, en las cuales se tallaba mi verga en su interior, lo cual me daba un gusto increíble, ella suspiraba entregada a eso, aferrándose a mí de tal manera que no podía resistirse, e iba escurriendo de tal manera que me daba un gusto increíble, se pegando su cara a mi pecho para que no la viera directamente, lo cual me emocionaba, pues iba sintiendo como sus caderas se movían al ritmo de las mías, dándome a entender que la tenía en mi poder, sensación que me hizo sentir tan bien que me terminaría corriendo en su interior de golpe, sobresaltándola, si parecía que me había orinado, pero cuando escurrió la leche, ella la vio seria.
Entonces soy tuya – me dijo Lizi desconcertada justo cuando la fui a penetrar, logrando que se sobresaltara, pues mi verga estuvo entrando con cierta facilidad, era como si su cuerpo me hubiera invitado a entrar a lo más profundo dentro de ella.
Así es, a partir de ahora me perteneces, Lizy, esta verga es la única que se te va a meter, no tienes opciones, así que acéptalo, me perteneces – le dije mientras empezaba a penetrarla de nuevo.
Ella de manera queda comenzaba a gemir, aunque al mismo tiempo se aferraba a mi cuello para que pudiera metérsela, era un gusto verla así, entregada a mis gustos, ahora su cuerpo se sentía diferente, la fui penetrando de tal manera que pudiera moverme mejor, ella lo aceptaba por completo, e iba entrando y saliendo en un ritmo lento, tratando de recuperar energía, logrando que se quejara un poco, se resbalaba un poco por la corrida anterior, que iba acompañada de sus jugos, pero se aferraba para seguir pegada a mí, haciéndome sentir tan bien, aparte gemía de manera delicada, creo que por primera vez me la estaba cogiendo, ella consciente de que era mía, entregada como mi mujercita, y las otras veces realmente la estuve violando, idea que me fascino, era un gusto como pocos, le estaba dando directamente en su vulva, ella se sacudía de tal forma que me daba un gusto perfecto, en verdad, la estaba pasando de maravilla sintiendo como se abría su cuerpo a mí recibiéndome ahora que sabía que era su dueño, lo estaba gozando, podía sentirlo, su interior me recibía como si me la chupara, siendo algo demasiado vicioso, en medio de un calor que le ahogaba hasta se corrió como si estuvieras orinándose, y me hizo sentir que me venía encima de ella.
Se quedaría dormida con mi verga metida, no se despertaría con nada, era algo delirante, yo quería seguir, aunque ella no se me despegaba, así que me fui a su cuarto, quería hacer algo especial, recordando a mi héroe, el director, la lleve a su habitación, apagué las luces, pero cargué a Lizy abriéndole las piernas, para tener su coñito disponible, con la ventaba entre abierta, se la metí aunque fue en el culo, mientras miraba afuera, como si vigilara que llegara mi mamá, así que se la fui metiendo no toda libertad, al tiempo que le agarraba las tetillas, haciendo una verdadera copia de lo que el jefe Jay hacia principalmente con la prefecta Kim, dándome un gusto que no esperaba, pues si uno se fijara quizás podría vernos, era una locura, en verdad, pero se sentía demasiado bien, estaba controlado por la lujuria, pues le estaba rompiendo ese culito, el cual seguía inconsciente, aunque no me importaba por lo rico que se sentía, era como si me lo succionaran, en verdad estaba siendo un verdadero delirio, me estaba follando a mi hermanita de 9 donde cualquiera podría vernos, le estaba rompiendo, mientras ella seguía adormecida, y le decía en el oído, sin dejar de embestirla con cierta fuerza.
Mírate nada mas, Lizy, eres solo mía, a partir de ahora solo cogerás conmigo, eres mi putita, te voy a dar con todo cuando se pueda, tus agujeros casi me la chupan, y sabes porque, es que eres una tonta que se cree mucho, insultaste a una bruja, ahora por eso tengo control sobre ti, ja, no te voy a dejar nunca, y curiosamente diría: mea usque ad finem; momento en que me terminaría por correrme dentro de ella.
Después de eso la dejaría en la cama, pero seguí caliente, verla desnudita en su cuarto me hacía sentir un calor difícil de resistir, la verga se me ponía bien dura, quería darle con todo, así que me acomodaría para cogérmela ahí mismo mientras eran sus peluches testigo de todo, hasta me daban ganas de meterle una muñeca en su culo, que estaba escurriendo mi última corrida, por lo que me acomodé sobre ella, dejando sus piernas abiertas, con su coñito a mi alcance, dejando mi verga lista, se lo iba a meter, la besé un poco, aunque seguía dormida, le fui sobando como si esperara algo, pero al final no me contuve, necesitaba correrme dentro de ella, la ensarté con todas mis fuerzas, y así estuve dentro, dándole tan duro como podía, mientras sentía en su interior, era como si la vida se me fuera en eso, dándome placer con ese pequeño cuerpo, dándole en su tierno coño que hervía, eso me encendía mas, era como si le impusiera las reglas del juego, donde yo era el rey y podía cogérmela hasta que estuviera arto, cosa que no sucedería, nuevamente me perdía dándole, sintiendo su figurita de niña buena, así me fui a correr en su pequeña vulva jugosa que termino escurriendo, y pude oírle decir:
Que rico hermano, dame todo – fueron sus palabras mientras perdía de nuevo la consciencia.
Luego de eso me quede dormido, lo hicimos juntos y desnudos, ella se me aferraba de tal forma que no podía resistirme quedando apegado de tal manera que quería seguir cogiéndola, en especial cuando veía sus tetillas junto a mi pecho o su coñito escurriendo mi leche, aunque el gusto me duró poco, pues a mitad de la madrugada algo me levantaría, y me haría buscar donde pudiera. Salí del cuarto de mi hermana, para ir guiado por algo a la habitación de la pequeña, lo que me hizo recordar que ella no había cenado, detalle que me sorprendió, pues era buena comedora, así que me metí para verla y que cosas, algo le hizo Lizy, era difícil de creer o resistir, pero ato a meg con la soga de una bata y la amordazó con un calzón, parecía que la mayorcita quería tenerme para ella sola por esta noche, cosa que me gustaba, pero no iba a aguantar eso, por lo que llegué a rescatarla, y ella al sentirse liberada se me aferró, dejando pegado su dulce coñito a mi alcance, de hecho lo sobaría sin querer por culpa de la oscuridad, que era mucha en ese momento, así que la saqué para que comiera algo.
Meg se me quedaría pegada, y era un gusto tenerla así, junto a mi cuerpo desnudita, buscando consuelo, le daría algunos mimos, sabía que debía ser el hermano tierno en veces, para poder seguir cogiéndomela, y es que ella era más caliente que la mayor, incluso si le metía los dedos en el culo ella estaba contenta, y tenía ganas de que me la chupara, pero eso debía ser de lo último, pues al menos la chiquita aun entendía que los pitos o las vulvas solo eran para orinar, y lo que yo les hacía era algo de adultos. Como fuera el caso la pequeña comería, mientras me explicaba que quería ponerse algo coqueto para estar conmigo, pero antes de decidirse Lizy la sometió, que cosas, en verdad había convertido en eso a mis hermanas, un par de putitas que buscaban mi verga, era un gusto, pero me daba cuenta que debía hacer algo o perderían el control, por lo que tenía que hablar con ambas, aunque antes de eso.
Bien, ya que estamos listos, dame con todo, rómpeme el coñito – me dijo súbitamente Meg mientras ofrecía la vulva ofreciéndose sobre la mesa, dejándome ver como se abría su rajita para que me la follara de inmediato.
Ah, no pude resistirme, así que me acomodé entre sus piernas, le dedique una mirada, algo paraba con Megan, quien parecía esperar porque le hiciera de todo, nos besamos un poco, le tocaba sus tetillas que eran suculentas, me estaban dando unas ganar terribles, a pesar de todo me puse tieso, y ella me lo sobó un poco con sus pies, como si quisiera comprobar que era de verdad, fue algo exquisito, así que empecé a meterle verga con todas mis fuerzas, era un gusto anhelado, le iba dando con todo, aunque no llegaba tan profundo, y ella hacia un gesto de placer que no le conocía, estaba hirviendo de calor, se me aferraba mientras se dejaba azotar por mí, dándole y se me pegaba tanto, en especial cuando me decía sus cosas guarras, que la rompiera, que le diera con todo, que sentía como la abría por completo, era un locura total, porque me encajaba sus uñitas pintadas de rosa, para que no se le saliera mi pedazo de carne, aunque estaba tan estrecha que hasta me dolía un poco, en verdad, no era posible que se sintiera tan bien, pero así era, su vulva me dejaba entrar con cierta resistencia, aunque era de lo más delirante, en serio, sabía que podría cogerme a Meg por siempre y pensaba hacer lo mismo con Lizy. Todo era tan enviciante que no supe cuanto tiempo estuve haciendo eso, pero en el vaivén de mis caderas, terminaría corriéndome hasta inundarle el coño a la pequeña, y ella recibiría eso con gusto, parecía que nos corríamos al mismo tiempo su carita era de placer, estiró sus piernitas mientras seguía ensartada, dejándose ver como una pequeña ramera bastante viciosa, pero que aparte me iba aceptando las maldades que le hacía, aunque no era tan malo, pues si que le fui acariciando todo su delicado cuerpo, dándole sus mimos.
Por desgracia todo acabaría un poco mal, pues Lizy llegaría empujándome, para empezar a pelearse con Meg, haciendo una escena de celos, donde tendría que intervenir, y era una locura porque los 3 estábamos desnudos, de hecho me quedé mirando cómo se peleaban por mí, diciendo que esta verga les pertenecía, cosas que eran algo sorprendentes, porque antes yo era un castigo, ahora resultaba que me amaban tanto como para querer ser las únicas con mi cosa enterraba dentro, se trataba de jalar los cabellos, arañarse, parecía que iban a morderse, lo cual me dejó nervioso. Y no sé de donde saldría lo que iba a seguir, pero las tomé a ambas sin que se dieran cuenta, interrumpiéndola, asustándolas un poco, y las llevé a mi cuarto, ahí las aventé al colchón, primero a Lizy luego acomodé a Meg sobre ambas, poniendo sus coñitos uno contra otro, pero en vez de penetrarlas a ambas comencé a aplastarlas un poco contra la cama, luego fui a pegar mi verga contra sus vulvas, tallándose firme en sus botones de placer, masturbándolas con la punta de tal forma que se iban quejando, pues no les gustaba eso, por lo que las hizo gemir un poco al apuntar mejor, siendo un tanto rico, en especial cuando rozaba sus coños, y se notaba en sus caras de guarrillas, que les gustaba, se sonrojaban, cerraban los ojos, querían hacer algo, pero las sometía con pura fuerza, hasta que finalmente ellas se corrieron, pero luego fui yo, y les embarré todo mi semen en las vulvas.
Ahora sí, entiendan esto par de escuinclas, yo no soy de nadie, ustedes 2 me pertenecen, cuando quiera me las voy a coger, para eso están sus coñitos ahora, van a obedecerme o no volveré a cogérmelas nunca – les dije con cierta rabia que no me conocía.
Pensé que fui un tonto, me advertían que no debía ser bruto, Veronica, pero ahora me había impuesto de manera casi grosera con ellas, sentí que fui un estúpido, sin embargo ambas en vez de enojarse como lo hubieran hecho antes, respondieron temerosas, y aceptaron.
No, espera hermanito, es que me dijiste que yo sería tu mujer, por eso me hiciste el amor – me decía Lizy, un poco asustada, inquieta.
Yo soy su putita, el siempre me hace lo que quiere y a mí me gusto – agregó para mi sorpresa Megan sorprendiendo a su hermana.
Carajo, todo lo de la magia era confuso, no sabía qué hacer, pero tenía a mis hermanas en la cama, perdidas en un deseo por mí, eso me encantaba, era algo con lo que siempre soñé, ahora podría disfrutarlas cuando quisiera, la verga nuevamente se me ponía tiesa, en serio, queria gozas de eso, por lo cual les advertiría
A partir de ahora, se van a llevar mejor, porque vamos a estar siempre juntos, yo soy el que manda, ustedes mis mujercitas, y cuando haga falta hasta les hago pansa, y lo van a gozar, entendido – lo dije pensando en todas las guarradas que les haría hacer, verdaderos tríos, las poses, cogerlas con toda las ganas, chuparles las tetas cuando lactaran, era una idea deliciosa meterle la verga a una, mientras la otra me ofrecía el coño, mm.
Nuevamente me dispuse a jugar con sus coñitos, que para ese momento hasta soltaban un olorcito bastante delicioso, uno que me ponía bien tieso, era como si fueran gatitas en celo, dispuestas a entrarle a mis juegos, así que fui jugando para ver a quien se la metía primero, deseando alargar el instante tanto como pudiera, pues aparte ellas me rogaban porque siguiera haciéndolas suyas. Por desgracia para ese momento nos interrumpirían, el timbre sonaba fuera de la casa, sin darme cuenta ya había amanecido, les ordene que se fueran a vestir, mientras yo hacía lo mismo e iba a usar algo para ver quién demonios era, y para mi desgracia, era el señor Figueroa, el bobo vecino, quien como de costumbre, causaba una molestia, pues venía a hablar, estaba muy serio, hasta enojado, carajo, le decía que mi padre estaba ocupado, pero era conmigo, lo cual me termino de asustar, pensando que quizás nos había descubierto…
Muy Buenos tus relatis.
Muy Buenos tus relatos.
muchas gracias, siempre es un gusto ver que la gente los aprecia, y en Halloween pondré historias especiales…