Él, mi padre (Capítulo 18)
Solo buscábamos tenernos….
Capítulo 18
La nueva normalidad
En la mañana siguiente, me despierto antes que papá y me levanto. Voy a la cocina a preparar el desayuno mientras él seguía durmiendo. Estoy preparando unas tostadas , yogurt, frutas y un jugo. Se abre la puerta de la cocina y entra papá solo en boxer. “Buen día” me saluda y me da un beso en la boca. Yo sigo en lo mío. Me siento observado por papá hasta que siento que se pone detrás mío. Ya sentía su bulto en mis nalgas y empieza a frotarlo contra mi. “Quieres desayunar?” Pregunto. Papá me responde: “Si, pero antes…” y me baja mi pantalón y me mete la verga. Me corre a un lugar despejado del mueble de cocina, con sus manos me empuja quedando mi abdomen apoyado, abre mis piernas y me empieza a embestir. “Que rico” digo con voz cachonda. Papá se afirma de mis hombros y le da más fuerte a las embestidas. Siento cómo su pija está muy ancha, la saca de mi culo, me da vuelta y me empuja hacia abajo dejándome de rodillas. La mete en mi boca mientras yo me pajeo, afirma mi cabeza y empieza a acabar. Yo empiezo a botar mi leche que cae toda al suelo. Me levanto y papá me mira con cara de pervertido. “Te dije que te iba a acostumbrar a mi verga” dice. Yo lo abrazo con mis brazos en su cuello y lo beso. Nos vamos al comedor y desayunamos mientras vemos TV.
En la tarde papá me dice que vayamos al mercado porque debemos comprar varias cosas. Nos preparamos y nos vamos al auto. Papá andaba con una polera negra que se le ajustaba a su pecho, marcando sus pectorales y se puso pantalón corto beige donde se podían notar sus piernas formadas y con vellos. Yo me puse una camisa y un pantalón corto. Cuando vamos en el auto camino hacia el mercado, papá me dice: “que lindo te ves hoy”, yo respondo: “tú también, cualquiera se antojaría”. Papá agarra mi mano y la lleva a su bulto. Ya lo sentía creciendo. “Me ayudas?” Dice papá. Yo le desabrochó el pantalón y salta su verga desesperada por el boxer rojo que la tenía atrapada. Se la empiezo a mamar en el camino. Papá iba fascinado manejando. Se la dejo de mamar porque ya íbamos a llegar. Papá se arregla en pantalón y nos bajamos. Cómo se la estaba chupando, papá quedó semi erecto entonces su pantalón corto dejaba ver un gran bulto. “Esperemos que baje mi verga”, “No, ojalá alguno disfrute de mirar ese bulto” digo. Papá me sonríe y avanza. Cuando vamos pasando por los pasillos veo que papá agarra una que otra mirada, pero reconocía cuando iban hacia su bulto. En un pasillo, papá se agacha a mirar unos precios y se pone a leer, yo estoy atrás mirándolo, veo su culo formadito y se alcanza a ver parte del elástico del bóxer rojo que llevaba. Me encanta mirar a los hombres cuando eso ocurre. Cerca nuestro hay un hombre de mi edad con su mirada clavada en el culo de papá. Yo me doy cuenta y me agacho al lado y con mi mano acaricio la espalda de papá bajando lentamente hasta llegar al culo y le doy un apretón rápido. Papá se pone a reír y se levanta. Deja ver su gran bulto y miro de reojo a nuestro observador. Él clava su mirada en el bulto y medio abre la boca del asombro. Papá me susurra: “tranquilo, que no doy más con eso aquí abajo”. Yo le digo: “cuidado que nos están mirando”. Papá se da vuelta y el joven se pone rojo, se da la vuelta y desaparece de nuestra vista. Ambos nos reímos y seguimos.
Salimos del lugar, nos subimos al auto y papá me da un beso corto pero lleno de lengua. “Vamos, pero en la casa te voy a follar bien duro, dale?” Yo asentí con mi cabeza y le mando una mirada cachonda. En el camino fui con mi mano en su verga, estuvo dura todo el camino mientras se la sobaba. Cuando llegamos a casa, papá agarra las cosas rápido, entramos a la casa, me agarra de la cintura y me lleva al comedor, me saca la camisa muy rápido, yo le saco su polera. Me saca el pantalón y la ropa interior y me sienta en la mesa. Agarra mis piernas y las levanta muy alto, tiene mi ano a su disposición y empieza a meter su lengua. Es la sensación más rica que mi padre me chupe el culo y mi hoyo, me encanta. Luego le tira hacia la orilla, él se baja el pantalón y me empieza a embestir tan fuerte y tan rico, papá venía tan caliente del mercado que era un animal. Follamos en el comedor mucho rato.
Pasa la tarde estando juntos hasta que llega la noche. Papá no se acuesta tan tarde porque trabaja así que nos vamos a la habitación. “Bebé, recuerda que mañana me levanto temprano”, me dice con tono de ternura. “Lo sé papá, nos debemos dormir”. Nos acurrucamos en la cama y papá me besa, siempre sintiendo que me quiere comer la boca. Me susurra: “No puedo contra esto, te molesta?” Y siento que su verga ya la tiene parada de nuevo. “Dámela” le digo y lo beso. Ahí estuvimos cómo una hora follando en su cama, hasta rendirnos y dormir placenteramente.
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