Él, mi padre (capítulo 2)
Capítulo 2 sobre las historias con mi padre.
Capítulo 2
Mi compañero
El día de la graduación mi padre se vistió con el traje más hermoso que hacía notar todos sus atributos físicos. Se veía espectacular y me enorgullecía verlo así y el a mi también, ambos íbamos muy bien vestidos.
En el evento todo transcurrió normal, durante el cóctel después de la graduación, se acerca un compañero que no éramos tan amigos en realidad, me saluda y pregunta: “¿es tu padre?”,a lo que respondo con un “si”, le presenté a mi padre y él le da la mano y lo mira fijamente. Mi compañero Marcos también le gustaba el deporte, de hecho nos parecíamos mucho físicamente, mi padre lo saluda y me dice “no conocía a este amigo tuyo” a lo que dije: “no, pero tenemos muchos gustos en común”. Mi compañero es abiertamente gay, pero no venía al caso decir eso en ese momento.
Pasa el rato, yo conversé con mis compañeros y en un momento voy al baño, ahí me encuentro a mi compañero Marcos en el urinario y me dice: “invítame a tu casa un día a jugar videojuegos”. Nunca había visto el interés pero acepté. Quedamos en que iría el fin de semana.
Dos días después, Marcos me escribe por el celular diciendo que va a mi casa. Le dije que llevara traje de baño para usar la piscina también. Al llegar a mi casa, entra y nos sentamos en el sofá. Marcos pregunta por mi papá y justo aparece por el pasillo. “Hola Don Carlos”, dice entusiasmado a mi padre. Mi papá responde amorosamente al saludo. El venía con una polera manga corta blanca que hacían ver sus fuertes brazos, abajo usaba un buzo gris que nuevamente le hacía ver un bulto grande, yo ya lo había visto, pero Marcos se sonrojó un poco y lo noté nervioso. Mi papá nos pregunta si nos meteríamos a la piscina y mi compañero responde que si, pero que nos metiéramos los tres. Mi papá acepta pero dice que nos preparará algo para beber y comer. Vamos camino al patio y mi papá queda mirando fijamente a Marcos, el sale y se sienta en una silla que hay al lado de la piscina, ambos miramos hacia afuera por la ventana grande de la cocina y mi papá y yo miramos a Marcos ver cómo se saca la ropa para quedar en traje de baño tipo boxer ajustado negro, con su cuerpo tonificado por el deporte. Mi papá me dice: “me recuerda cuando yo tenía su edad, le deben llover las pretendientes”, a lo que respondo: “los pretendientes quizás”. Mi papá me sonríe y me dice que vaya a la piscina. Al salir yo me meto al agua y veo que al rato sale mi papá con cositas para comer y unas bebidas. Marcos le dice que entre al agua y mi papá se saca la polera y se baja el buzo gris quedando en una sunga blanca que el tiene. Marcos se quedó en silencio mirándolo fijamente, mi papá se acomoda su bulto frente a nosotros lo que me dio ese escalofrío de placer y Marcos no le sacaba la vista de encima. Mi papá estaba con lentes oscuros, y dice, tomaré sol un poco. Marcos se da vuelta a mirarme y lo veo sonrojado, pero de la nada pregunta: “y tú mami?” A lo que tuve que explicar que ella no vive con nosotros y que estaban separados. Marcos sale del agua y se acuesta en el suelo para tomar sol junto a mi padre. Se ponen a conversar sobre la vida mientras yo seguí nadando.
Salgo de la piscina para ir al baño, le digo a mi papá que voy a comer algo y entro. En unos 15 minutos que regreso miro por la ventana hacia afuera, las persianas estaban medio abiertas así que no se podía ver bien hacia adentro. Veo a Marcos sentado al lado de mi papá en las sillas de playa y ambos conversando, mi papá le sonreía a Marcos y él le decía cosas, obvio no podía escuchar nada, pero algo llamó mi atención. Miro hacia la sunga de mi padre y veo que el se la acomodaba muy seguido y le sonreía a Marcos, ambos se veían muy cómodos hablando y Marcos miraba de reojo el bulto de papá que sentía se estaba volviendo más grande. Veo como Marcos clava su mirada en el bulto de papá y el pone la mano encima de su bulto y lo acaricia, Marcos se muerde el labio inferior disfrutando del espectáculo que papá le estaba ofreciendo. Yo me calenté y empecé a tocarme, el bulto de mi padre era evidentemente más grande y veo que se pone de pie y se le marca el pene hacia el costado marcado en la sunga. Yo no podía creer lo que veía, me calentaba mucho ver eso pero sentía muchas dudas… “mi papá es gay?”, “le gusta Marcos?”. Seguí observando la situación y mi papá está frente a Marcos y queda en una posición donde solo puedo verle de espalda. Marcos sigue sentado y veo que en su sunga también hay una carpa gigante y está sonrojado. Yo decidí salir al patio y mi papá rápidamente se lanza a la piscina y Marcos se tapa con su toalla la entrepierna. Yo me lanzo al agua y me acerco a papá, le pregunto: “cómo la estás pasando?” Y me dice: “excelente hijo, tu amigo me cae muy bien, por qué no se queda a dormir y así juegan hasta tarde? Ya están de vacaciones”. Yo, con duda, decido seguir la situación y le pregunto a Marcos: “oye, quieres quedarte a dormir?”, Marcos sin dudar responde: “por supuesto! Avisaré a mi casa que no volveré hoy”.
Luego de un rato de bañarnos, mi papá decide salir y cuando sale del agua Marcos lo mira otra vez, detenidamente, mientras papá se seca con la toalla y puedo ver esa sunga blanca húmeda que le marca su bulto ya no erecto, pero que el secaba y sacudía con los movimientos de su mano. Entra y luego salimos ambos de la piscina para ir a cambiarnos ropa.
Creo que esa noche iba a descubrir cosas que me iban a hacer cambiar completamente la imagen que tenía de mi padre, aunque quizás yo estaba sobre pensando e imaginando cosas, pero quería ver que podía ser capaz Marcos para corroborar todo lo que me estaba imaginando.
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