Él, mi padre (Capítulo 25)

Nos observan….

Capítulo 25

Mis deseos de verlo

Esa noche habíamos dormido muy bien. Para la mañana siguiente, papá me despierta con un beso y me acaricia.

“Te gustó lo de anoche?” Me pregunta. Yo lo miro y digo: “Me gustó, y a ti?” Papá me sonríe y dice: “me encantó amor, vi cómo sentías tanto placer y eso me prende”. Yo me tiro encima de él y le acaricio el pecho. Papá me miraba con pasión. “Me gustó que me mirabas cuando me follaban, siempre me sentí tuyo, y quiero hacer lo que quieras y puedes pedirme lo que sea con tal de satisfacerte”. Papá me mira y dice: “amor, hay alguna otra cosa que quieres satisfacer conmigo?”. Yo pongo cara de cohibido y no respondo. Papá me insiste y dice: “Pídame lo que quiera”. “Lo haré” respondo.

Papá había reservado una excursión a una playa privada especial para parejas. Así que nos preparamos para ir.

Papá se pone una sunga negra chiquita que hace que se le vea un bulto grandote y muy marcado hacia el costado, yo estoy feliz porque usa esa sunga. Luego se pone un pantalón corto de lino blanco que se puede ver la sunga marcada. Arriba usa una camisa blanca que lo hace ver muy guapo. Yo me pongo una polera negra y debajo un bañador blanco con una sunga azul marino que se trasluce. Papá está muy contento que tendremos un día para nosotros. Cuando salimos de la habitación, bajamos al primer piso y nos espera el asistente que nos pilló a punto de follar a penas llegamos, nos mira y nos sonríe. Papá le indica que vamos al tour y él comenta que será el conductor y nos llevará al lugar. La otra pareja que debe llevar no llega al lugar y nos vamos los tres solos.

En el camino en la van, voy con mi padre abrazados cómo cualquier pareja. Vamos con algunas cosas para pasar el par de horas que estaremos ahí. Yo le meto la mano bajo la camisa a papá y nos besamos con pasión. El asistente nos mira por espejo retrovisor. Él andaba con gafas de sol negra, pero yo sabía que nos miraba. Yo empiezo a bajar mi mano para llegar al bulto de papá y se le empieza a sentir cómo se le erecta de a poco. El asistente toma el espejo de forma sutil y lo baja para apuntar a nuestras entrepiernas. Yo sigo con mi juego y le muevo el elástico del pantalón para ver lo que hay debajo. Papá se deja tocar por mi sin importarle y me empieza a besar. Desabrocho la camisa y vamos abrazados así todo el camino: papá se acerca a mi oído y susurra: “bebé, no se si aguante todas las horas así” y se ríe. Cuando llegamos al lugar veo una playa hermosa y sola, era para nosotros dos esa orilla, no era muy grande, pero era muy paradisiaca.

Nos bajamos del auto y papá trata de acomodarse su verga por mis juegos. Bajamos las cosas y el asistente nos dice: “los esperaré aquí por si necesitan algo y hasta que volvamos al hotel. Ambos respondemos: “ok, gracias!”. Bajamos a la playa, ponemos unas toallas en la arena y papá se saca la ropa quedando en su sunga, mostrando todos sus atributos. Yo hago lo mismo y nos metemos al agua. Disfrutamos un buen rato ahí, nos bañamos, nadamos un buen rato hasta que que me canso y yo salgo del agua primero. Miro hacia el auto y veo al asistente que nos vigila desde más alto. Mi papá sale del agua y puedo observar todo su cuerpo mojado, su sunga muy ajustada al cuerpo, sus piernas húmedas marcando sus músculos, e intentando secarse el pelo con sus manos.  Me acerco a él, lo tomo de la cintura y lo beso, “eres tan exquisito, amor” le digo, papá me agarra mi cara y me da un beso largo y pasional. Yo le agarro las nalgas duras que tiene y después le meto la mano derecha por delante y le agarro su verga. Papá me mira con felicidad y dice: “amor, no aguantaré a llegar hasta el hotel”. Yo lo miro con deseo y le digo: “no tenemos que esperar a llegar allá” y le sigo sobando su verga hasta que crece, saco mi mano y papá queda con una erección pero su verga no cabe completamente erecta ahí por el tamaño de la sunga. Le doy la mano y vamos hacia las toallas. Me acuesto y papá se acuesta sobre mi, nos besamos mientras restregamos nuestros bultos. “Quieres hacerlo aquí?” Pregunta papá, “pensé que nunca lo preguntarías” respondo, y le vuelvo a agarras sus nalgas para sentir todo su cuerpo pegado al mío.

Papá se pone de lado y yo bajo y le saco la verga entre la sunga, veo que está toda erecta, venosa y gruesa y empiezo a darle una mamada. Papá pone su cara de placer máximo. Luego me toca el bulto y empieza a agarrarmelo fuerte. Me pone boca abajo sobre la toalla y se pone encima mío, se tapa con la toalla, sube con su brazo mi pierna, agarra su verga y me la empieza a meter. Me empieza a dar embestidas suaves, pero se pone más rápido. Miro de reojo al asistente que está lejos de nosotros y nos está mirando cómo follamos. De los movimientos por la penetracion, se cae la toalla y queda en evidencia que estamos follando. Papá me mira y dice: “nos verá”. Yo respondo: “no importa”. Y papá sigue en su mete y saca. Lo doy vuelta, y me pongo encima de él. Sigo con mis sentones en su verga, me empiezo a pajear rápido y papá me acaba adentro, mientras yo acabo en su pecho.

Pasamos el rato en la playa hasta que llega el momento de irnos. Arreglamos las cosas y papá solo se pone la camisa abierta, quedando solo en la sunga abajo. Yo hago lo mismo y me pongo solo la polera.

Volvemos al asistente y nos subimos al auto. El asistente no dice nada pero mira a papá con cara de cachondo. En el auto de vuelta, veo que el asistente vuelve a mover el espejo retrovisor para apuntar al bulto de papá. Yo pongo mi mano ahí y se lo sobo. Papá me sonríe, me abraza y me dice muy despacio al oído: “cual es tu plan? Quieres que nos vea?” Y yo me acerco a su oído y le digo: “quiero que te lo folles pero quiero verte hacerlo”. Papá me mira, me da una mirada lujuriosa, me besa apasionadamente y seguimos el camino de regreso al hotel.