Él, mi padre (Capítulo 30)
Una cabaña con invitados….
Capítulo 30
La escapada de fin de semana
Papá llega ese día en la tarde, se le ve con sueño y cansado. Habíamos tenido una noche muy intensa. Me saluda y da un beso en la boca. Lo veo contento mientras prepara algo para cenar. Cuando estamos en la mesa, nos ponemos a conversar. Ya finalizando la cena, me preparo a lavar los platos y en la cocina papá se pone detrás mío y me aprieta contra él. Se acerca a mi oído y me dice: “amor, mañana temprano iremos a la cabaña de un amigo, nos invitó, te gustaría ir?” Yo respondo: “por supuesto, contigo voy donde sea”. Papá me besa el cuello y me da vuelta, me besa la boca y dice: “la pasaremos muy bien, lo prometo”. Yo continúo en lo mío y papá se va a la habitación. Cuando termino voy hacia el y se había quedado dormido. Estaba solo en boxer en la cama así que aproveché de observarlo. Me sentía el hombre más suertudo con tener a mi lado ese hombre que además era mi propio padre. Me acuesto sin meter ruido, lo abrazo y me duermo a su lado. Por la mañana, papá me pide que arregle un bolso para ir. Se ve muy contento. Subimos al auto y nos vamos.
Era aproximadamente hora y media de viaje, salimos de la ciudad y entramos a un lugar con bosque, cerca de un lago. Llegamos a una cabaña muy bonita y veo que hay dos autos estacionados. No entendía muy bien que podía ser, así que pregunto: “amor, quien está?”. Papá me mira con ojos de felicidad y dice: “está Javier y Pablo, con ellos fui al viaje de la otra vez y quedamos en juntarnos”. Yo conocía solo a Javier, y bastante bien, pero Pablo creo había escuchado de él.
Nos bajamos del auto y al tocar la puerta abre una mujer, bastante bonita. “Hola, Carlos! El debe ser tu hijo!”, papá sonríe y dice: “Si, Esteban”. Ella se acerca y me abraza. Yo estaba algo descolocado, no tenía idea quién era. Nos hace pasar y caminamos hacia una terraza. Llegamos al lugar y veo a Javier, tan guapo como siempre, otra mujer que estaba cerca de él, y un hombre, asumiendo que era Pablo. Todos nos miran y saludan a papá muy efusivos. Javier se me acerca y me saluda con un abrazo bastante apretado. Él dice: “Esteban, te presento a mi esposa, Sofía, ellos son Pablo y Romina.” Sofía se me acerca y me saluda, luego Pablo y el me mira de pie a cabeza, yo me puse nervioso, y el me da un abrazo. Pude sentir su perfume con un olor muy rico. Pablo dice: “tu papá nos ha hablado mucho de ti”. Papá dice: “el es mi orgullo” y todos sonríen sintiéndome avergonzado. La junta era con sus parejas. No era algo que veía venir. Empiezan a armar una barbacoa para almorzar. Veo como las mujeres hablaban mucho, se veían muy amigas. Por otro lado en el asadero estaban los tres machos. Yo estaba sentado en una banca con un libro, pero me puse a observar. Pablo tenía una barba bien marcada, su cuerpo era ancho, como si ejercitara antes, pero ya no era su prioridad. Tenía unos brazos bastante grandes y peludos. Y por su camisa se podía ver que también tenía vellos en el pecho. Andaba con un pantalón corto que podía ver sus piernas también con vellos. Sentí que algo me estaba encendiendo en mi interior. Se veía bien apetecible. Pude notar que Javier me miraba bastante, hasta que me hace gesto con la mano para acercarme. Me acercó donde estaban y me dicen que se nos una. Pablo dice: “así que este es Esteban, del que me hablaron en el viaje”. Yo respondo: “Papá, así que andabas chismoseando sobre mi?” Los tres se ríen. Javier solo dice: “solo dijo cosas buenas de ti” y yo sonrío. Estaban bebiendo cerveza mientras cocinaban. Papá me pide que lo acompañe adentro, yo le hago caso y vamos al interior mientras todos estaban afuera. Entramos al lugar y papá me agarra de la mano y me lleva al baño. Entramos rápido y cierra la puerta. Papá me besa apasionadamente y luego pregunta: “cómo te sientes?” Yo le digo: “bien, aunque no esperaba ver a tantas personas”. Papá me abraza, me agarra el culo y dice a mi oído: “amor, la pasaremos súper, no te preocupes” y luego agrega: “recuerda que aquí somos padre e hijo” y me da un beso pequeño. Salimos del baño y volvemos al lugar.
Nos sentamos todos a almorzar, contaban muchas historias, nos reímos bastante. Fue una comida bastante agradable. Luego de haber comido y hablado hasta cansarnos, Sofía nos dice que aprovechemos el día y vayamos al lago. Arreglamos las cosas y nos fuimos caminando. Llegamos al lugar y era muy hermoso, arreglamos las toallas, manta y canastos con cosas. Sofía y Romina se sacan la ropa y se acuestan dando la espalda al sol para broncearse. Yo me siento y Pablo dice: “yo me voy a meter al agua”. Se desabrocha la camisa y puedo ver su pecho con vellos y su cuerpo grueso, no musculoso, pero que daban ganas tocarlo. Se veía tan macho que ya sentía que me revolucionaba las hormonas. Se baja su pantalón y queda en sunga tipo boxer color verde oscuro. Marcaba un bulto súper rico. Se veía bien contundente en su entrepierna. Yo clavé mi mirada ahí como embobado. Podía ver como tenía marcado su bronceado y como su culo estaba más blanco, pero hacía verlo muy sexy. Salgo de mi trance de ver tal bulto con la voz de Javier: “te bañas?”. Yo vuelvo a tierra con su pregunta y lo miro, Javier me sonríe con una mirada pícara revelando que sabía lo que yo estaba mirando. Yo respondo algo nervioso: “no, aún no”. Javier se saca su polera, deja ver su cuerpo que yo ya había probado y se queda en su sunga color rojo. Ahí tenía frente a mí dos paquetes de machos que me estaban tentando. Ambos se van al lago mientras papá se empieza a sacar la ropa, dejando su torso desnudo que tanto me encanta, lo miro y le guiño un ojo. Se saca el pantalón y andaba con esa sunga blanca que no deja nada a la imaginación. Lo miro y me muerdo el labio, papá me guiñe un ojo, se sienta a mi lado y pregunta: “te gusta la vista?”, “me encanta”, respondo. Papá se acerca y me abraza solo con un brazo y me da un beso en la mejilla muy paternal. Veo que Pablo y Javier nos miraban. Papá se pone de pie y me dice que entre al agua. Ya papá estaba con sus amigos bañándose y yo me levanto y me quito la polera. Veo como los tres se quedan quietos mirándome. Me doy la vuelta dejando mi culo hacia ellos y me bajo el pantalon, quedando en la sunga negra que a papá le gustaba porque me marca bien el culito. Voy camino hacia el agua y los tres están pegadas sus miradas en mi. Ya entrando, veo que papá empuja a Javier y se ponen a nadar como niños de 10 años. Pablo sigue inmóvil, el agua le llegaba bajo el ombligo. Me acerco a él y le digo: “está algo fría el agua”, Pablo responde: “ya no tanto”. Lo miro fijamente y empiezo a bajar mi vista y puedo ver que bajo el agua se le ve la verga súper marcada en la sunga. Pablo se sonroja un poco y yo me acerco lo suficiente para pasar por su lado y con mi mano bajo el agua alcanzo a rozar su paquete. Estaba durísimo. Pablo me seguía con la mirada. Papá y Javier seguían nadando por otro lado. Yo me pongo a nadar y seguimos un buen rato en el agua. Sofía y Romina deciden salir del sol y se nos unen al rato. Ellas se acercan a sus respectivas parejas y nadan juntos y a veces se daban besos pero muy pequeños y rápidos. Papá se me acerca y me dice susurrando: “amor, quiero besarte”. “También yo” le digo. Papá me agarra el culo por debajo del agua y me guiñe un ojo. Ya llegaba la hora de volver a la cabaña así que salimos del agua y nos preparamos. Los hombres todos se ponen solo su parte de arriba y las mujeres se van con la toalla caminando de vuelta.
Mientras iba de vuelta, veía como Pablo y Javier me miraban disimuladamente. Papá iba adelante conversando con Sofía y Romina. Sentía que quería algo, me estaba poniendo ansioso porque no sabía que podía pasar.
Me encantan tus relatos, cada cuánto tiempo públicas? Me encantaría saber para ser de los primeros en leerlos
Depende del tiempo, pero en estos días publicaré los últimos capítulos 😊
Me encanta espero el siguiente con ansias
Gracias ❤️