Él, mi padre (Capítulo 33)
El desvío….
Capítulo 33
El desvío
Cuando despierto en la mañana veo a papá junto a mi, me estaba observando dormir. Papá me sonríe y me hace cariño en la cara. Estaba muy tierno. “Te amo, lo sabes?” Me dice. Yo me acerco y le doy un beso. “También te amo, y lo sé.” Me lancé a sus brazos marcados. Papá es un hombre exquisito. Es tan guapo, tan cariñoso, tan caliente. Nos levantamos y nos vestimos. Papá me agarra las nalgas y me besa antes de salir de la habitación. Cuando salimos de la habitación vemos a Pablo en el comedor. Papá lo saluda y yo también. Pablo me miraba mucho y yo solo le sonreía. Conversamos un rato hasta que papá indica que nos vamos. Papá sale a dejar las cosas al auto y en eso Pablo se me acerca y me dice: “ojalá se repita pero con más tiempo”. Yo lo miro y le agarro su bulto pero no responde. Papá entra y justo sale Javier de la habitación. Ahí es donde nos empezamos a despedir y ellos también ya iban a volver a sus casas. Nos subimos al auto y partimos.
En el camino, papá llevaba su mano en mi pierna mientras manejaba. Yo lo miraba embobado. De repente toma un desvío de la carretera y veo que avanzamos por un camino de tierra. “Donde vamos?” Pregunto. Papá se ríe y dice: “Ayer no te pude dar lo que querías bien así que busquemos un lugar donde descargarnos” yo al escuchar eso me pongo a reír y le digo: “me encanta la idea” con felicidad. Paramos en un lugar donde se notaba que nadie pasaba. Estábamos en medio de la nada prácticamente. Papá detiene el auto y me empieza a besar. “Hagámoslo aquí en el auto” dice. Yo me bajo y papá también, me apoya contra el auto y me besa apasionadamente. “Eres lo más rico que existe” y me sigue besando. Yo me empiezo a bajar mi pantalón y papá abre la puerta trasera. Me acuesto en la silla de atrás y papá me empieza a mamar mi verga que ya estaba ancha y gruesa. Me tira de la cintura dejando mi culo un poco al aire y levanta mis piernas y me lame todo mi culo con desesperación. Yo estaba disfrutando cada segundo de ello. Agarra su verga y me la mete sin compasión. Estamos follando tan rico y el auto no paraba de moverse. Luego me saca del auto y me tiene en sus brazos, vuelve a meter su verga y yo estoy apoyado al auto. Me la mete y yo empiezo a gemir muy fuerte. Ambos estábamos disfrutando y papá dejaba que hiciera todo el ruido que quisiera. Mis gemidos eran fuertes de todo el placer que estaba sintiendo. “Ay! Que rico” lo repetía mientras papá me daba embestidas fuertes y con su cara cachonda. Estábamos sudando. Papá me mete al auto y el entra conmigo. Me sienta y el se pone frente a mí. Yo estoy con mis piernas entrelazadas con el. No teníamos mucho espacio, pero si el suficiente para que me siguiera follando. El auto se movía y movía y nosotros ahí dando a la culeada. Yo de tan excitado que estaba me corro y lanzo chorros de semen que caen en mi pecho. Papá al verme correr me da fuerte y acaba dando un grito de placer. Papá me levanta un poco y el baja su cabeza y se traga toda mi leche que estaba esparcida por mi abdomen.
Nos arreglamos para seguir nuestro camino a casa, pero antes de subir al auto, papá se acerca a mi y pone sus manos en mis mejillas y me dice: “eres lo mejor que tengo, me encanta todo de ti”. Yo me sonrojo y le digo: “te amo, papá, tú también eres lo mejor que tengo y amo que quieras satisfacer todo lo que quiero.” Nos besamos y subimos al auto. Ponemos música y seguimos nuestro camino.
Al llegar a casa, sacamos nuestras cosas del auto y entramos. Papá va al dormitorio y se pone ropa más cómoda. Sale de la habitación y se va a la cocina para preparar algo para cenar. Yo ordeno las cosas tranquilamente hasta que papá está listo. Nos sentamos en el comedor y comemos. Al terminar, nos vamos al sofá de la sala y papá prende la TV. Nos sentamos y yo apoyo mi cabeza en su pecho. El día fue tan pesado el viaje que me empiezo a quedar dormido. Papá me levanta con sus brazos y me lleva a la cama. Me acuesta y me comienza a sacar la ropa hasta quedar en boxer. Yo me acomodo en la cama y veo que papá se saca su ropa y se acuesta, me abraza y me da un beso. “Te deseo tanto” me dice. Yo lo abrazo y le doy un beso más largo y romántico.
Por la mañana, despierto antes de la alarma y veo a papá durmiendo. Bajo la ropa de cama y ahí le veo una erección que me ponía a mil. Papá siempre se ve tan sexy en su ropa interior y con ese fierro tan grande entre sus piernas me volvía loco. Yo bajo y lo saco con cuidado y lo empiezo a mamar. Papá despierta y me dice: “quiere desayunar amor?” Yo me saco el pene de la boca y le digo: “quiero leche de desayuno”. Papá sonriendo me dice: “tome toda la que quiera”. Yo sigo en mi mamada y papá me agarra la cabeza con fuerza para follarme la boca. Veo cómo sus músculos se marcan en su cuerpo y su sudor tan exquisito. Papá me detiene la mamada y se levanta. Me agarra del brazo y me lleva al baño. Abre la ducha y nos metemos juntos. Papá me empieza a besar el cuello bajo el agua y luego me da vuelta, se agacha y me lame el culo. Se levanta y pone su pija en mi ano y la mete. Al sentirla yo empiezo a gemir de placer muy fuerte, no aguantaba tanto placer en mi cuerpo, ambos gemíamos en el baño. Sentía cómo su abdomen estaba pegado a mi espalda junto al agua que recorría nuestros cuerpos. Sentía el sonido de las cachetadas que daban mis nalgas con su pelvis. Se sentía maravilloso. Papá me acaba dentro y cuando termina me da vuelta, agarra mi pija y me masturba, yo estaba tan caliente que le acabo en la mano. Papá con mi leche en su mano la empieza a lamer en su mano, luego nos besamos y seguimos en la ducha.
Papá se arregla y pone su ropa de trabajo, yo ayudo a arreglarlo, le acomodo la corbata y le digo: “eres tan rico”. Papá me abraza, agarra mis nalgas y dice: “tu también, pero no me tientes más que no puedo llegar tarde hoy y mira cómo me tienes” mirando hacia abajo y veo que ya se le está erectando de nuevo.
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