Él, mi padre (capítulo 4)
Capítulo 4 sobre las historias de mi padre.
Capítulo 4
Sin pudor
Cuando ingreso a casa sigilosamente por una puerta que queda al costado, llego al patio, podía mirar por una ventana hacia la sala y no había nadie, abro la ventana y entro cómo un ladrón, siento ruido, cómo si dieran cachetadas que provenían del pasillo. Aproveché que la puerta de la cocina estaba abierta y salgo al patio y voy directo a la ventana que da al baño. Mi corazón seguía latiendo fuertemente y decidí mirar hacia adentro. Veo a mi padre con su pantalón abajo dejando ver todo su culo apretado, seguía con polera, y delante de él estaba Marcos dándole la espalda también con su pantalón en el suelo, mi padre le estaba dando pija a Marcos por detrás, ambos sudados y sonrojados, Marcos tenía una cara de placer y dolor, mi papá lo tenía agarrado del pelo y Marcos tenía la espalda curvada pegado a la pelvis de mi padre. Mi papá en ese vaivén rápido hacía que su pelvis chocara con el culo de Marcos y luego suelta el pelo con una de sus manos y la lleva a la cintura de Marcos para apretarlo más contra su cuerpo. En eso le suelta el pelo y con el brazo lo agarra del cuello y lo lleva contra él y le dice al oído: “esto querías probar perrita, se que te gusta”. Marcos empieza a gemir cómo una verdadera puta respondiendo un apasionado “siii”. Mi papá le da al vaivén muy rápido y veo cómo su culo se aprieta sin soltarlo y gime fuerte, asumo que lo dejó lleno de leche en en ese culo que pude ver cómo salía el pene aún erecto del culo de Marcos, ambos estaban extasiados de placer y le dice: “límpiate que ya llegará mi hijo”.
Decido salir de ahí y me escapo por la puerta trasera y corro hacia el mercado para comprar lo que debía. En el camino sentía confusión, asombro, calentura, estaba lleno de sensaciones en mi interior que no sabía que hacer con todo eso que había visto entre ayer y hoy. Solo pensar en mi padre, tan varonil, tan guapo, solo lo veía con deseo. Marcos estaba disfrutando del placer de tenerlo y eso me daba algo de celo pero quería seguir viendo más.
Vuelvo a casa y cuando entro ambos estaban actuando cómo si nada hubiese pasado entre ellos. Mi padre cocina mientras Marcos y yo estamos viendo TV y conversamos.
Pasada la tarde llega la hora de despedir a Marcos y mi papá le dice: “ ven cuando quieras, eres bienvenido”. Marcos sonríe y dice: “vendré a verlos pronto”. Se despide de ambos y se va.
Pasan los días y no noté nada extraño en el actuar de papá. Cada vez que lo veía cambiarse ropa me daban ganas de lanzarme contra él y tocarlo y que me hiciera lo que ví la semana pasada.
El viernes mi padre vuelve temprano a casa, cómo siempre, pero esta vez llega con un amigo del trabajo. Veo entrar por la puerta a mi padre en traje, siempre se viste así para trabajar, pero para mi sorpresa, su amigo también está en traje y tiene un bolso en la mano. Es un hombre alto, muy apuesto, con su camisa ajustada dejando ver su cuerpo trabajado. Se veían muy sexies ambos. Su amigo me ve y dice: “ el es tu hijo del que hablas?”, mi padre asienta y el me dice: “soy Javier, tu padre habla maravillas de ti”. Yo me sonrojo y saludo. Mi papá me dice que van a almorzar y luego quieren piscina para relajarse porque la semana ha estado pesada. Nos ponemos a almorzar y luego deciden prepararse para ir a la piscina. Mi papá me invita y le digo que iré más rato. Subo a la escalera y me voy a mi habitación. Pienso en lo maravilloso que son ambos hombres y decido bajar cómo en media hora a observar. Voy a la cocina y miro por la persiana hacia afuera. Mi papá estaba con Javier bebiendo cerveza y ambos estaban sentados conversando. Los miré y veo a papá que estaba en traje de baño tipo bóxer azul y su amigo tenía de los mismos pero verde limón. Ambos se veían contentos y aproveché de mirar el cuerpo de su amigo, un hombre con el cuerpo tonificado, un poco de vello en el pecho, bronceado y unas piernas gruesas y duras. Su paquete era muy llamativo, al igual que el de papá. Se veían sus bolas marcadas y eso me empezó a excitar. Decido ir a prepararme para salir a la piscina.
Ambos hombres en mi casa me tenían muy prendido, así que decido ponerme una sunga negra para pretender mi físico.
No pensé lo que vendría después.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!