El Moy
Recogí un perrito, en una tormenta..
Esperando el transporte público, sentadita en la parada del colectivo… Es medio día, pero está nublado! «¡Chingadamade! No traigo suéter y no alcanzo a regresar por uno… «
Pienso en voz alta mientras veo el cielo, y miro también a ver si ya mero viene el transporte… Algo llama mi atención.
Una ciudadana, que viene también a esperar el colectivo; se ha detenido a tirar su basura, pero se contiene… Está mirando hacia una caja de cartón… Levanta la mirada y tiene una expresión de dolor.
-¡pinche gente!- exclamó, mientras guardaba su basurita en el bolso… – ¡tiraron una camada!- dice, grita de hecho.
Entonces me dejé ir a ver qué miraba… Efectivamente, cinco perritos, recién nacidos aparentemente; sólo uno con signos de vida. Lo recogí, no lo iba a desamparar… Y sí, todos sus hermanitos muertos ya.
Se me olvidó que tenía cosas qué hacer, empezó a llover, tomé al superviviente, me vuelvo a buscar a la muchacha… Ya no está… En fin, me encamino a paso veloz a la clínica veterinaria.
Sigue lloviendo, un poquito más copiosamente; llegamos al establecimiento, el médico está terminando una consulta. Esperamos turno… Siempre es esperar… Caigo en cuenta de que perdí mi cita médica, es a donde me dirigía en primer lugar.
– buenas tardes!- saluda el señor doctor.
– buenas doc! Acabo de recoger a éste angelito, todos están…
– pobre criatura! – exclamó mientras me recoge al perrito para examinarlo.
A saber cuánto tiempo lleva abandonado, y la mamá? Pobre de ella también… Maldita gente!! Terminó el chequeo, está bien, sólo mal alimentado, pero nada grave.
– te lo vas a quedar o me lo ibas a dejar?
– no doctor, yo me lo quedo.
– Bueno, aún hay que ayudarle.
Me indicó como atenderlo, ya que a ésa edad no pueden hacer del baño solos… En fin, todas las indicaciones…
– esteee… Mmmm… Doctor, yo tengo leche, sería posible compartir mi leche con él?
El médico está escribiendo, parece que las indicacione… Deja lo que hace y me mira fijamente…
– drogas?
– no.
– alcohol, medicamentos?
Negué con la cabeza.
– haa pues entonces no hay ningún problema – dijo y siguió escribiendo, continuó dándome indicaciones ahora a mí. Nada de cerdo, nada de condimentos… Nada de nada.
– comprale en la farmacia un bibi para prematuros, yo aquí no tengo insumos… Le das dos onzas cada dos horas… Como es leche materna, será a libre demanda… Igual que un «cachorro humano».
Una semana después, tuvimos consulta de rutina. No hay gente, qué bueno, así me desocupa pronto.
– buenas doc! Tenemos cita.
– buenas tardes, señora… Présteme al bodoque. ¿Ya tenemos nombre?
– Moy.
Lo examina, y está en perfecto estado, más activo, contento… Mimado, lo tenía dormido, me lo entregó despierto con tanta testereada jajaja.
Me lo entrega y lo abrazo, lo tengo en el mostrador, pero el perrito está inquieto, con su carita buscando mi pecho… El médico se da cuenta… Y se ríe.
– le das pecho?
– … Esteee…
Me mira directo a los ojos – porque te está buscando, y tiene hambre…
– … Esteee… – trago saliva – pues sí, la verdad, he visto que hay señoras que crían sin problemas a sus animalitos…
– ningún problema, mientras no le des el pecho sucio a tu otro bebé… Dale de comer, por mi no se detenga… – dice mientras termina de escribir y guarda su… Nuestro expediente y me observa cómo intento acomodarme para amamantarlo…
– sabes qué, señora? Sí necesito ver cómo lo alimentas, porque por como veo que lo sujetas, me parece que crees que puedes cargarlo como humano… Y no es así.
Me pasó a la oficina, adentro del local. Entonces me senté en una silla frente al escritorio, el se sentó del otro lado de éste. Al principio me dió vergüencita, pero igual me dió como morbo y al final, es el veterinario, es el médico de «mi bebé»…
Para ésto, yo llevaba camiseta de tirantes y es más cómodo. Me acomodé al perrito, me saqué la glándula mamaria y la estimule un poquito para que saliera la leche, que al olfatear mi Moy se prendió al pezón, con mucha avidez…
– mi amor el señor doctor va a pensar que no te doy de comer! – le decía a mi perrito mientras lo acariciaba.
Instintivamente me comencé a mecer un poquito, se me olvida el mundo cuando tengo bebés en los brazos, a la hora de amamantar… Cuando no me detono y… Bueno… Eché una mirada al doctor, quien estaba absorto, viendo a mi perrito comer, de pronto, al parecer se dió cuenta de que lo estaba observando.
– a esto me refería – dice mientras se levanta de su silla y se coloca unos guantes de látex – ésa no es una posición natural – continúa acercándose, se para justo frente a mí… – temo que se broncoaspire, así le das normalmente?
– como hago home-office normalmente le doy acostada, o un poquito recostada en el sillón…
– ok, bueno al parecer se acopla bien… – dijo, mientras sin mediar palabra, me toca la mama…
Hace un poco de presión en la carne de mi pecho, dice que para checar si está respirando bien…
Yo me hago mensa, pero estoy sintiendo raro su invitación, me siento como invadida en mi espacio personal… Pero me gusta, sí… Me está gustando… Y de pronto la succión de mi perrito se siente diferente, ya está… Llegamos a la etapa de que las succiones se sienten más…
Se me acerca demasiado, aún con el pretexto de cuidar al perrito… Debido a esto la otra mama se me empezó a llenar, en cualquier momento se derrama, necesito cambiarme al perrito de lado. El veterinario, de plano se arrodilló… Para ver mejor, pero sento todo el pack en mi pierna jajajaja me hace gracia, pero no expreso nada…
– ya mi amor, te voy a dar la otra – le digo mientras le saco el pezón, tiene su boquita llena de leche, incluso derramada por su comisura…
Protesta mientras me lo cambio de lado, aún tiene hambre, es un perrito de raza grande… Tengo la cara del señor doctor casi pegada a la piel de mi seno y aún con la ropa todavía en su lugar, la energía se siente. Y yo siento raro… Intrigada estoy, sí, pero me sigo haciendo la ingenua… Hago movimiento discreto para intentar chocar con su cara, también tengo que moverme en la silla para calmar un poquito el calor en mi vulva… Que ya me lastima un poquito…
Me guardo la teta y me saco la otra ya para dársela al perrito, entonces el médico se cambia para mirar… Yo estoy muy excitada, entonces intento que nuestras miradas se crucen… De cuando en cuando me muevo y mi teta choca con su mejilla; de cuando en cuando él presiona un poquito mi carne para ver… Como que le acomoda la carita al perro.
De pronto siento un frotamiento raro en la teta desocuada… Es el médico, me frota con su mejilla, me manosea con su mejilla… También siento el pack un poquito en mi pierna… Me quiero morir! Voy a intentar que se me baje el tirante… Sutilmente… Y funciona, un par de movimientos sutiles…
El médico se da cuenta, me ve el pecho aún dentro de la ropa, me mira a los ojos; me doy cuenta de su cara de pervertido… No sé que mirada le di… Pero entonces ya lo tenía chupando y besando y restregandose por encima de la ropa… Después ya no había ropa, tenía a nuestro veterinario mamando la otra glándula también… Se despegó violentamente, para entonces mi perrito ya estaba dormido,ya no mamaba… Lo tomó de mis brazos.
– ven pequeño, préstame a tu mamá un momento – le dice mientras lo coloca en una caja, con todo el cuidado… Me mira, me indica sentarme en el escritorio, al que hace espacio… Me coloca encima y me come la boca, me recorre todo el cuerpo con las manos… Me recuesta, me saca lo que puede del pantalón, porque llevo botas… Se saca el miembro duro y caliente… Me mira a los ojos…
– no me tengas piedad – le digo, ya no puedo esperar más!
Y me embiste, con violencia, sin piedad, sin tregua… De repente me dolía, pero no quería que se detuviera… Sigue embistiendo y de cuando en cuando se acerca a beber leche… Me exprime las glándulas mamarias y le encanta ver el reguero de leche por todos lados…
Y ya porque tengo que dormir.
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