En casa de mi amiga Karen (Oslo) 5

Ella se subió las bragas que había mojado con sus flujos.

La ama de llaves se había corrido tres veces desde que yo empecé a contemplar como el padre de Karen la cogía. No se habían desnudado.

Él lentamente sacó chorreando su gruesa y rosada polla de la vagina de aquella mujer de pechos voluptuosos, y yo admirado por el potente y grueso cuerpo del padre de Karen y por aquella erótica escena, eyaculé sin remedio dentro de mis calzones.

Ella se subió las bragas que había mojado con sus flujos y, dándose la vuelta se arrodilló delante de él mirándole a la cara fijamente.

El padre de Karen sonrió maliciosamente y le metió la punta de la verga en la boca de la ama de llaves y le dijo algo en noruego. Ella se tocaba las grandes tetas por encima de su uniforme mientras chupaba con los ojos cerrados.

El padre de Karen se dejaba hacer con los brazos en jarra e inmóvil, a la vez que ella movía su cabeza hacia delante y hacia atrás engullendo aquella formidable polla. Era gruesa y venosa, con glande rosado.

Entonces oí como alguien subía por las viejas escaleras que hacían mucho ruido, y yo me escondí en el baño rápidamente dejando la puerta casi cerrada para mirar.

Desde allí vi pasar a la madre de Karen que se plantó en la puerta del dormitorio, y como petrificada, se quedo mirando la escena en la que su marido le daba verga en la boca a la ama de llaves.

Contemplé como se empezó a desnudar mientras se acercaba a ellos, y al llegar dónde estaban, el padre de Karen la cogió por la cintura y la besó en la boca, a la vez que le daba de mamar a la ama de llaves completamente vestido y con la camisa abierta hasta la mitad de su barrigón redondo y duro.

Entonces el padre de Karen sacó su polla de la boca de la ama de llaves y le dijo algo en noruego. La doncella se subió las bragas y salió pitando del dormitorio.

Aquel señor blanco, casi imberbe, barrigón, dotado y muy fuerte, fue siendo desvestido por su mujer. Ella ya estaba completamente desnuda. Su coño era castaño y sin depilar y, al igual que su marido, las areolas de sus generosos pechos eran grandes y sus pezones duros y empinados por la excitación.

Primero le desabrochó el cinturón para liberar aquella gruesa y gran polla, cayendo los pantalones a sus tobillos. Después estiró la goma de sus slips para bajárselos hasta abajo. El padre de Karen se apoyó en ella torpemente para quitárselos de encima pero eran tan gruesas y fuertes sus piernas que impresionaba verlo intentando safarce de ellos y su cintura quedó marcada por los interiores.

La madre de Karen lo abrazó por dentro de la camisa de botones, y él cogiéndole la nuca, llevó su boca a la de ella hundiendo la lengua  y la besó con autoridad. Ella apenas podía rodear aquel perímetro de vientre y…

Continuará…

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