Enamorada de una niña, encontré a mi futuro esposo
Mi deseo por una niña hermosa, me lleva a ser descubierta por alguien tan pervertido como yo y juntos disfrutamos de esta inocente criatura.
Hola me llamo Telma, y actualmente tengo 38 años, soy alta rellenita, de cabello castaño claro y ojos color miel, labios carnosos, tetas grandes (operadas) y una cola voluminosa actualmente vivo en ciudad de buenos aires pero mi historia inicio en la provincia de Santiago del estero, argentina, en aquel momento,hija única de una familia común y corriente, mis padres muy metidos en la política desde siempre, yo con las mismas intenciones, hasta que conocí a Rodolfo cuando tenía 14 años, el tenía no menos de 60 años, era el portero de nuestro edificio y un día en que no había luz y baje por las escaleras me lo encontré en la oscuridad, yo sentí sus manos que me recorrían todo el cuerpo, solo sentía miedo y asco pero no podía gritar, el pánico me paralizó, hasta que con sus hábiles dedos separó mis labios y acaricio mi clítoris, el miedo me abandono y me entregué a ese placer nuevo que nunca había sentido, él hizo tan bien su trabajo que me hizo alcanzar mi primer orgasmo solo con sus dedos, cuando se me aflojaron las piernas caí sentada en uno de los escalones, senti que me desvanecía cuando de repente la luz regreso y le vi la cara a mi amante inesperado, pero el se espanto, pensó que era mi madre a quien estaba manoseando, y rápidamente abandono la portería pensando que yo lo iba a acusar.
Pero no fue así, yo aunque muy confundida disfrute de sus caricias, a la semana al ver que todo seguía normal decidió volver, y yo quería más, siempre más, con frecuencia me metía en su casucha y me entregaba a él en cuerpo y alma.
Tal es así que dejaba que haga de mi lo que quiera, entregándole mi cuerpo a varios amigos suyos por pedido de él, para los 18 años ya me había pervertido al máximo, estaba llena de morbos y fetiches que el me había inculcado y aunque lo había hecho con varios compañeros de clase, ninguno me calentaba tanto como los viejos, esos que se desesperan por manosear y comerme entera, y que tienen las ocurrencias más aberrantes, me convertí en una adicta a los viejos y sus perversiones.
Pero todo dió un giro cuando empecé a colaborar en una unidad cívica de un pueblito cercano, en esta casa que se usaba para promover nuestro partido político, siempre se repartía alimentos, ropa y juguetes.
Había una chica de 20 años, que venía con sus dos hijos una nena de tres y un nene de meses a buscar la bolsa con alimentos, nos hicimos amigas y me contó que sus hijos vinieron porque se prostituye con los camioneros en la ruta, pero su niña es la que siempre se llevaba mi atención, ellos eran muy humildes, siempre vestía solo con una remerita y bombacha, muy sucia la pobre, era muy sociable y cuando venía, no se bajaba de mis brazos, un día estaba sentada en mis piernas y al ver a su hermanito tomando la teta me dió a entender que ella también quería, yo le decía que no, que yo no tenía leche, y cuando la mamá salió a fumar un pucho, la nena seguía intentando chupar mi teta, obviamente mi primer reflejo fue quitarla, pero el contacto de sus manitas en mis tetas pudo más, la solté y simplemente deje que ella haga, le costaba sacarme el corpiño así que la ayude sacando la teta por debajo y por fin pude sentir su succión, no duró mucho porque obviamente mis tetas no tenían leche.
Fue algo tan morboso que realmente me movilizó, sin darme cuenta empape mis calzones y verla ahí prendida con su carita sucia y tierna a la vez, provocaron un vuelco en mi vida, desde ese día esperaba con ansias que llegue su madre, ella ya no me pedía que la amamante, pero siempre jugábamos y mi mayor disfrute era llevarla a hacer pis y luego limpiarla, fetiche que me dejaron los viejos pervertidos, lo segundo nunca me tocó pero también lo habría disfrutado.
El tema es que un día estaba franeleando con uno de mis viejitos cuando llegó su mujer y me tuve que escabullir, ya venía caliente y eso me dejó peor, estaba decidida a llegar un poco más lejos con la pequeña Matilde, yo sabía que ese día era especial en la unidad cívica porque venía un concejal que había hecho una donación de ropa y juguetes, y estaría lleno de gente. Mi idea era aprovechar tanto tumulto de gente y llevar a la nena al baño que se entra solo por mi oficina y aprovechar para acariciarla y talvez me animaría a lamer también, total con todo lleno de gente la mamá que no es muy atenta, nos podemos encerrar solas en la oficina.
Pero resulta que habían usado mi oficina para guardar todos los juguetes, así que después del acto ya no tendría la privacidad que buscaba, ni bien la vi a Tami me acerque a charlar, el concejal incluso se sacó una foto con ella y sus hijos, yo estaba indignada de como trajo la nena, la tenía con una remera rota y vieja y la bombacha más vieja que encontró, cuando alce a la niña sentí su olor a sucio, me sorprendió que Juan Carlos, el concejal, no soltará la niña al sentirla tan sucia, claramente Tami quería dar lástima para que le regalen más cosas, pero como el acto estaba por comenzar debía actuar rápido le ofrecí a la nena ir al baño y con ese pretexto la pretendía encerrar en mi oficina, la mamá me dijo que la nena ya estaba aprendiendo a limpiarse sola que la deje ir al baño nomás, pero le dije a la madre que quería buscarle a la nena unas Bombachitas por qué estaba sucia y tenía olor a caca, entonces nos dejó ir.
Entramos en la oficina y cerré con llave, la hice parar en mi escritorio y le pedí que busque un juguete en la bolsa yo me pare detrás de ella y acerque mi cara a sus nalguitas, realmente apestaba y eso me volvió loca, agarre un pack de 3 bombachas y le dije que la iba a cambiar, la nena seguía revolviendo juguetes y cuando baje la bombacha me encontré su colita redondita y más blanquita que el resto de su cuerpo, muy sucia, con pedacitos de papel higiénico pegado, también la cola súper irritada, no pude soportarlo más y le dije que la iba a limpiar, lami sus nalguitas con papel y todo, metía mi mano derecha debajo de mi pantalón y mientras me masturbaba fui por más, le dije a la nena que se agache un poco así la limpiaba mejor, me di cuenta que le ardía la cola, le prometí ser suave, y se puso en cuatro patas en el escritorio, la imagen era hermosa, esa conchita de labios regordetes un poco abierta por la posición y su culito súper irritado y sucio, su olor era penetrante, empecé por la conchita, y sentí que tenía restos de pis, y cundo llegue a su cola, el éxtasis me invadió, la concha me chorreaba, nunca había sentido nada así, era todo junto, su olor, su sabor, el riesgo de que alguien nos encuentre, el hecho de que sea tan bebé, por dios era lo más exitante que hice en mi vida, la cola se la lamía suavecito por qué le dolía y se quejaba, pero cuando le lamía la concha no se quejaba y hasta creo que le gustaba.
Pero todo se desvanece cuando escuché una puerta que se cerró, era la del baño, Juan estaba parado frente a nosotras, yo entre en pánico como esa primera vez, no podía emitir palabra alguna y mis piernas no reaccionaban para huir de esta situación, el también estaba impactado, pero lo que hizo me tranquilizó, saco su pija que recién acababa de guardar y me la acerco, yo incrédula me fui acercando y hasta meterla en mi boca, el hizo parar a la nena y la beso en la boca a pesar de que le chorreaban los mocos, mientras yo se la chupaba, si la sostenes bien, me la cojo, me dijo; hay mucha gente la van a escuchar, le contesté; entonces me hizo parar, y me bajo los pantalones que ya tenía desabrochados, me la clavo de un solo empujón, su pija no era grande, es más, es un poquito más pequeña que lo normal y mi concha estaba chorreando flujo, aún así me dolió por lo dura que estaba, era como meterme una fierro duro en la concha, la hice agachar a la nena de vuelta y sin querer se le escapó un gas en mi cara, la nena se rió y yo acabe como una condenada, me moje hasta las rodillas, Juan seguía bombeando, me dolía pero por suerte no duró mucho hasta que acabo, la nena nos miraba entretenida, José agarro la bombacha de la nena y me la metió en la concha a modo de tapón, y me dijo que la guarde, que otro día iba a venir a buscarla.
Nos acomodamos un poco la ropa y salimos, la nena no dijo nada y todo siguió su curso, con José empezamos a vernos, y si bien no era un vejete como los que yo frecuentaba, si era todo un pervertido, me llevaba 23 años y estaba casado, pero teníamos encuentros semanales dónde el me especificaba lo que quería y yo lo complacía, hicimos muchas perversiones juntos, me vestía de bebé para darme la mema con su orina y luego de tomarla me cambiaba los pañales y me cogía, cosas así muy perversas, pero nunca hablamos de la nena, era como algo tabú, hasta que llegó el día que la cruzamos a la mamá en la ruta, primero dudamos de levantarla así que hicimos un plan, mientras él estacionaba en una estación de servicio yo fui a charlar con ella.
Si quieren saber lo que sucedió después espero sus comentarios
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