Enzito, mi goloso sobrino gordito
Descubro el secreto morboso de mi hermano y me como un rico culito.
Hola, foro. ¿Cómo están todos? Espero que muy bien.
En esta ocasión les contaré cómo descubrí el secreto más grande de mi hermano y cómo lo usé a mi favor para saciar mis apetitos sexuales más oscuros.
Antes que nada me presento, mi nombre es Gonzalo, tengo 34 años y soy de Uruguay. En mi vida nunca fui constante en casi nada, excepto en el ejercicio y el deporte, es mi pasión verdadera y puedo pasar horas en el gimnasio. Nunca fui muy aplicado en nada excepto en esto, por esta razón cuando finalicé mis estudios decidí empezar la licenciatura de educación física, ya que era lo único que podía finalizar.
Obviamente, tengo un muy buen físico, mis abdominales están marcados además de que me mantengo siempre depilado, soy de tez blanca, pelo negro y mido 1.80. Siempre trabajé en gimnasios hasta que un día, una compañera me propuso ir a trabajar a un colegio privado donde ella estaba dando clases y acepté de inmediato porque el sueldo en relación con la cantidad de horas era muy bueno.
Me tenía que encargar de los chiquilines pero con el correr del tiempo la situación para mí se fue tornando muy incómoda, cada vez peor. Los pequeñitos tomaban su clase y yo los miraba, miraba sus culitos, tanto de las niñas como de los niños, aunque yo siempre había sido hetero, por primera vez me sentía interpelado por tanta carne tan nuevita e inocente.
Durante las clases me la pasaba con la verga dura mirándolos y aprovechaba cada momento posible para darles una palmadita disfrazada como si fuese de aliento, pero en realidad era de lujuria y degeneración. Llegó un punto en que me pajeaba en el baño y oía a los niños en el water contiguo, era una situación super excitante pero que decidí ponerle un fin ya que si alguien me agarraba masturbándome en el baño de un colegio, iba a tener un problema monumental y por eso decidí irme de ahí.
Este esporádico paso por ese trabajo me abrió un mundo que yo desconocía. Nunca fui constante en nada como ya lo comenté, así que menos que menos lo fui en el amor, siempre estaba soltero pero nunca solito, siempre había alguna mujer por ahí pero eso ya me había dejado de interesar desde el contacto con tantos niñitos…
Comencé buscando en foros y encontré muchos relatos de sexo, mis favoritos eran los de padres que se acostaban con sus hijas, me hacían excitar muchísimo, era realmente una delicia. Me excitaba muchísimo imaginando esas situaciones sucias y degeneradas, a punto tal de que me dieron ganas de tener una hija para comenzar una familia llena de incesto y perversiones.
Un día leí un relato buenísimo en el que un tipo contaba cómo engañaba a su hijita con un dulce para que se la chupe. Me calenté muchísimo con el relato, la paja que me hice cuando lo leí fue espectacular, mi pelo se manchó con mi eyaculación, también mi tablet; después de tanta excitación decidí ponerme en contacto con el escritor de ese relato vía Telegram para que me cuente más, la decepción llegó cuando me dijo que nada de eso había pasado, que fue todo fruto de la imaginación.
-¿En serio no fue real? Parecía tan verdadero… – Le comenté por TG muy decepcionado.
-Sí, o sea no tengo ni hija. Ojalá algún día pueda tener mi familia incestuosa, pero no todavía, jeje. – Me respondió el tipo.
Pasaron unos minutos y me llega otro mensaje del tipo este
-¿Oye, intercambiamos CP? – Preguntó.
Yo no entendí que era eso de “CP”, así que le pregunté.
-Eh, no. ¿Qué es eso?
-… ¿En serio no sabes qué es? – Me preguntó desconcertado el escritor.
-No, no sé. – Le respondí.
-Ahhh, bueno, veo que eres un iniciante. Toma, que lo disfrutes… cuando tengas tú algo me pasas, ¿sí?
En ese momento mi teléfono recibió 16 videos, los mejores videos que vi en mi vida…
Una nena abierta de piernas desnuda y tocándose, otra rubiecita chupándola hasta hacer acabar a su padre en la boca, un chiquilín sentándose en la verga de un tipo, entre otro tipos de video de sádico “caldito de pollo”, aprendí que así podía encontrar en los recovecos remotos de internet, este tipo de contenido delicioso y prohibido.
Me abrió un mundo de posibilidades y mi nivel de pajero aumentó por mil. Cuestión que ingresé en varios otros foros de este asunto hasta que un día sucedió lo totalmente inesperado…
Un usuario dejó un link de Mega para descargar contenido, eran muchísimos archivos de este tipo, había de diversas etnias, chinos, unos rubiecitos rusos hermosos, latinos muchos también, muchos brasileros. En una de esas carpetas de contenido delicioso encontré una gay, ufff era una delicia ver cómo tragaban todo, eran unos angelitos del coito, se movían mucho mejor que las niñas y aguantaban mucho más.
No se dan una idea de la hermosura que había en esos archivos, el primero que vi fue de un niñito rubio que lloraba con el falo de quien imagino yo sería su padre, todo dentro de su pequeñito culito, o sea un señor todo peludo que estaba desgarrando el recto de ese nenito que no llegaba ni a los 8 años, el siguiente que abrí era de un niño con rasgos mexicanos aparentemente que estaba siendo cogido por una verga muy blanca, obviamente era alguien que pagó para hacer eso. Así fui pasando todo lo que me había encontrado, un nenito tomando la leche directo de la pija de quien juzgo yo sería su hermano mayor o un primo.
Yo ya no podía más, hasta acá había llegado, mis piernas temblaban muchísimo del altísimo nivel de excitación en el que me encontraba, abajo de mi cama tenía un masturbador masculino con forma de culo con agujerito de vagina y ano, lo agarré desesperadamente junto a un sobrecito de lubricante de unos condones que me había sobrado de una otra oportunidad, lubriqué mi verga rápido y se la introduje toda entera por el orificio anal. Mi verga estaba apretadísima en esa silicona calentita y no aguenté más de dos movimientos hasta que la llené violentamente de leche, saqué mi verga y esparcí toda la leche que mi pija había escupido por mis abdominales hasta mi boca, me tragué un poco de mi propio semen mientras embadurnaba mi torso con mi lechazo y acariciaba mis pezones.
Me quedé echado todo sucio en la cama por varios minutos como si de mi primera paja se hubiera tratado. Seguí mirando videos, uno más rico que el otro, hasta que llegué a uno que me dejó heladísimo y perdido… era él, mi pequeño sobrinito Enzo de 11 añitos mamándosela a un tipo, se la estaba comiendo toda y mis ojos estaban más abiertos que nunca, entré en pánico total.
En el vídeo estaba mi sobrinito de 11 escasos años felando el verga de un hombre velludo que yo no sabía quién era, porque lo único que se veía eran sus manos ya que estaba el tipo sentado y Enzito mamándola de rodillas, hasta que el tipo se viene en la boquita de Enzo; fue en prácticamente el último fotograma que apareció el brazo de quien se la estaba dando a chupar, era nada más ni nada menos que la mano de mi hermano Manuel, su padre, lo identifiqué por un tatuaje que tenía de una fecha “3-5-12”, el día que nació Enzo, era el tatuaje que yo mismo había acompañado a mi hermano a hacerse hace 11 años atrás.
Enzo es un niño hermoso de dulces 11 añitos, blanquísimo, su pielcita nueva sin ningún tipo de marcam ni vello tiene unos ojos azules preciosos, un pelo castaño bastante prominente y enrulado, está gordito, esa grasa corporal le hizo tetitas de nene y un culo redondo espectacular, aparte de una pancita gorda que sobresalía y unos cachetes preciosos.
Por otro lado, mi hermano tiene 38 años, es un hombre delgado, no tiene el cuerpo trabajado como el mío pero simplemente se mantiene, es bastante velludo y de tez blanca, con el pelo marrón. Manuel siempre fue muy serio, todo lo contrario a mí, él es abogado penalista y siempre parece que está en un velorio porque su cara es siempre muy seria. Un hombre intachable que, ahora me entero, no es lo que parece. La mamá de Enzo los abandonó cuando el nene tenía 3 meses de nacido y se fue a recorrer el mundo con otro tipo, nunca más volvimos a saber de ella, mi hermano se hizo total cargo de su hijito dándole siempre lo mejor… aunque nunca me imaginé que también le estuviese dando verga por la boca.
Tenía que acercarme a ellos, quería una explicación, por qué encontré ese video pero no podía simplemente ir a la casa de ellos y decir nada porque, obvio, ¿de dónde saqué yo ese archivo? No sabía qué hacer, esa noche no pude dormir intentando crear una estrategia para acercarme y estuve helado por la situación, me gustaba morbosear con el tema pero el tema este estaba en mi propia familia, era increíble.
Pasaron los días y lo único que se me ocurrió fue inventar un cortocircuito por el cual había que cambiar los cables de la casa y hasta nuevo aviso no tendría electricidad en mi apartamento.
Cuando le comenté la situación a Manuel, él accedió a refugiarme en su hogar que compartía unicamente con su pequeño Enzito. Quería encontrarlos en un momento ideal, agarrarlos con las manos en la masa para unirme yo también, estaba decidido: me lo quería coger a Enzo, el tema era cómo.
Llegué a la casa de mi hermano quien me recibió de brazos abiertos pero siempre recalcándome que sólo sería por unos días, obviamente yo le afirmaba eso. En ese momento salió Enzito, mi gordito hermoso, estaba más lindo que nunca, con un pantalón deportivo que le marcaba todo el culo gordo que tenía y una camiseta que marcaba sus tetitas de niño rechoncho.
Me excité sólo de verlo, temblaba un poquito y lo saludé:
-Hola, Enzito. – Saludé timidamente.
-¡Hola, tío! – Dijo contento y me beso con esos labios tiernos de 11 añitos que ya saben chupar pija.
-El tío se va a quedar unos días, Enzo. ¿No te molesta, no? – Preguntó Manuel a su hijo.
-No, obvio que no papi.
Bueno, tranquilamente pasó esa noche sin ningún altercado, mi propósito era agarrarlos con las manos en la masa y poder acceder a cogerme a Enzito, pero nada. Pasaron los días y cero, ni rastro.
En esos momentos ya me estaba aburriendo de estar ahí en esa situación, esperando algo que más iba a llegar. Fui a ducharme, después de un bañito rápido, fui a poner mi ropa en el lavarropas pero justo encuentro en el lavadero ropa sucia de Enzito, entre ellas un slip de líneas verdes y azules que era de él, estaba sucio, estaba usado, ahí estuvo el culito de mi sobrinito precioso, no pude resistir, lo tomé y me lo llevé a la nariz, tenía olorcito a culo, a su culito gordo. Mi verga en ese momento se puso como un trozo de madera, se hincharon todas mi venas de la pija, lo lamía y lo olfateaba, lo lamía y lo olfateaba, quería enterrar mi cara en el culo de mi sobrino con sobrepeso de 11 angelicales años que ya le comía la pija a su papá hasta el fondo.
Tomé ese trozo de tela babeado por mí, liberé a mi verga de su apretada prisión y procedí a ponerme el calzón de mi sobrino en la punta de la pija para pajearme con él, quería eyacular toda mi leche en esa prenda tan intima de él.
A mi mente vinieron todas esas imágenes sucias, de mi sobrinito atragantado con la verga de su padre, como movía su leguita sobre la cabeza de la pija de Manuel, como acariciaba con su lenguita hasta que su propio padre le soltase chorros y chorros de esperma lleno de sus propios hermanitos que Enzito se tragaría con mucho amor.
En ese momento ensucié todo, muchísimo semen quedó en el slip de Enzito pero mucho cayó en la puerta del lavarropas también. Me quedé varios minutos en esa pose, creyendo que estaba solo, hasta que…
-¿QUÉ CARAJO ESTÁS HACIENDO? ¿PIRASTE O QUÉ TE PASA? – Gritó furioso Manuel.
-No, disculpá, perdón es que… – Me enredé en ese momento.
-¿Qué estás haciendo con el calzón de mi hijo? ¡TE VAS DE MI CASA ANTES DE QUE TE ROMPA LA BOCA! – Me insultó fuertemente Manuel.
En ese momento ya me había enojado por sus faltas de respeto y no vi otra opción más que jugar con su mismo juego. Me violenté, lo agarré del cuello y lo arrinconé en una de las esquinas del lavadero y le dije:
-No te hagas el defensor de las buenas costumbres, basura. Yo sé que te estás cogiendo al pobre Enzo, lo sé porque lo vi y tengo pruebas. No jodas conmigo.
Mi respuesta fue tajante y MUY agresiva, Manuel se alteró muchísimo, al principio quiso pegarme pero después terminó llorando y pidiéndome por favor que no diga nada, que lo de ellos es amor y no simplemente lujuria.
Después de una larga conversación, logré que Manuel se tranquilizase y le pregunté:
-¿Cómo surgió que vos y Enzo empezasen a hacer esto?
-Sentía continuamente que me provocaba, hasta los 7 años que no aguanté más y lo violé, era continuo. Lo abusé tanto que llegó a gustarle y después nos hicimos novios. – Confesó Manuel.
Todo lo que contaba era turbio y morboso, me encantaba.
-Quiero probar. – Le dije en seco.
-¿QUÉ? Ni se te ocurra, Enzo es mío. – Dijo Manuel.
-No sé si sabés Manuel pero te tengo de las pelotas, no estás en posición de negarme nada.
Fue ahí que me empecé a enojar porque Manuel no quería compartir conmigo a Enzito pero visto que no tenía otra opción, tampoco me preocupé pues sería cuestión de tiempo.
Yo me volví a mi casa con la promesa de que Manuel pensaría al respecto. Una semana después de este violento altercado, mi hermano me mandó un mensaje para pedirme que me pase por su casa y al llegar me recibió de brazos abiertos.
-¡Hola, hermano! ¿Cómo estás? – Dijo amistosamente Manuel.
-Hola, bien, ¿y tú?
-Bien por suerte, quiero decirte que ya hablé con Enzo…
-¿Y, qué pasó? – Pregunté con ansias.
-Enzo accedió pero estando yo presente. – Me dijo serio Manuel.
-Bueno, está bien. Yo no tengo problema.
En ese momento pusimos fecha para el encuentro, sería en la casa de ellos el próximo sábado por la noche. No sé, algo me olía mal en ese momento… pero no sabía distinguir si era por los nervios o qué
Llegó ese tan esperando sábado a la noche, eran las 19:30 y hoy caminaba en una tarde noche nublada hacía la casa de mi hermano y su novio, que también resultaba ser su pequeño hijo de 11 añitos…
Toco timbre y me responden
-¿Quién es? – Atendió Enzo.
Ya en ese momento de oír la voz de mi futuro bebecito me erectó toda la verga el saber que había accedido a tener sexo conmigo.
-Hola, soy yo… yo, el tí, tío Gonza. – Dije tartamudeando de miedo.
En esos momentos mi cuerpo tiritaba de nervios, fueron segundos pero hasta que Enzito abrió parecían horas, en ese momento escuché la llave dar vueltas y al abrise la puerta lo vi, era Enzito el que me recibió con una tanguita negra deliciosa y nada más, su pequeña pijita estaba comprimida en la parte delantera de una tanga pequeña, nunca pensé que me iba a recibir así, recordando que es casi imposible ver para adentro de la casa desde la calle debido a un jardín que se tiene en la parte delantera.
El peque me recibió en su casa con la tanga y sus pechos al aire, eran hermosas esas tetas pequeñas y blanquitas de mi gordito, las quería llenar de besos, chuparlas, mamarlas con todas mi fuerzas.
-¡Qué hermoso estás, Enzito!
En ese momento, Enzo se río y me dio un abrazo poniéndose de puntitas para alcanzarme por la diferencia de estatura, me dio un besito en la boca y me agradeció.
-Jiji… gracias, tío, pero por favor ahora no me digas Enzito, decime Enzita y tratame como una nenita. – Me pidió Enzo, ahora Enzita.
En ese momento casi me hago pis encima, no puedo describir con palabras la divina sensación de que tu sobrino de 11, previo a que le vayas a reventar el culo a pijazos, te pida que lo trates como mujer y que esté super regalada. No sé si dimensionan mi nivel de excitación en ese instante, apenas podía moverme de tan dura que la tenía.
-Ufff, seee bebita. Sos hermosa, Enzita, mi sobrinita linda. – Le dije mientras le di un besito en la boca, sin lengua y sin nada, pero piquito al fin.
Después de eso, aparece Manuel todo desnudo en frente mío y me saluda como sin nada, me sorprendí de verlo así aunque ya se la había visto en el vídeo, también cuando éramos chicos pero eso ya no cuenta, la tenía bastante grandota.
-¿Qué pasa hermano? Andá sacandote la ropa, jaja, ¿o sos un conservador encubierto? – Preguntó Manuel entre risas.
-Ya, ya me saco. – Dije tartamudeando.
Inmediatamente me despojé de todas mis ropas excepto mi bóxer rojo el cual ya dejaba ver la tremenda erección que tenía mi verga. Ni cuando vi ese tipo de pornografía prohibida por primera vez se me puso tan tiesa.
Cuando me quité toda la ropa, Enzita me miraba y estaba imaginando cómo le pasaría la lengua a cada uno de mis abdominales, puedo decir que hasta me sentí un poco acosado por el niño.
-Sentemonos a charlar un poco, Gonza. – Dijo Manuel.
-Eh, sí… – Respondí un poco desconcertado, todo era muy fuerte para mí.
-Así que te querés coger a mi hijita. – Murmuró Manuel mientras miraba a Enzo y le hacía coquillas.
-Sí, está muy rica. – Respondí como un idiota avergonzado.
-No sabés lo que es…
Enzo me miraba los abdominales fascinado, ya no disimulaba nada, me estaba devorando con la mirada.
-¿Qué pasa, nena? ¿Te gusta mucho el tío? – Le preguntó babosamente Manuel al peque.
-Mmmm, sí papi.
-Mirá que el tío también le gustan chiquititas como vos.
-Ninguno de mis otros amigos tiene tan lindo el pecho, papi. – Comentó Enzo.
En ese momento miré con los ojos bien abiertos a mi hermano buscando una explicación…
-Emm, te cuento, con unos amigos tenemos un grupo de personas atraídas por menores, a nosotros nos gustan los menores y disfrutamos con ellos. Cualquier otro diría que somos unos degenerados asquerosos pero, no. Dar amor es algo normal, ¿no? – Preguntó Manuel buscando complicidad.
Yo le respondí lo que él quería oír, para mí soy un degenerado asqueroso y me encanta ser así de guarro e inmoral.
Resulta que mi hermano presta a Enzo para que otros tipos tengan sexo con el nene y él tiene relaciones con los hijos de esos otros de grupo. Fue una confesión muy fuerte, jamás me hubiera imaginado algo así. Mi hermano era un degenerado y me encantó saberlo, definitivamente es algo de familia.
Mi verga explotaba, fue ahí cuando Manuel agarró la cabeza de Enzito y empezó a restregarsela por mi verga, con mi boxer rojo que ahora empezaban a salir varios puntos mojados por mi propio pre seminal.
Entonces el momento que había esperado durante años, me la iba a chupar un nene y ese nene era mi sobrinito el gordo más lindo de todos.
-Uffff, seee bebita hermosa comela toda, comela, comela. – Decía babosamente mientras Enzito estaba concentrado en la felación.
-Glu, glu glu, glu, era lo único que se escuchaba.
Enzito era una mujer hermosa en ese momento, ponía sus labios para cubrir sus dientes y no lastimar mi verga y su padre le empujaba la cabeza con los dedos metidos entre sus pequeños rulitos.
Yo seguía nervioso pero estaba disfrutando de la garganta de mi sobrinita, la más puta de todas.
Mi hermano y yo nos pusimos de pie y Enzito se metió ambas vergas en a boca, aún recuerdo su lenguita pequeña pasando por la cabeza de mi pija y me derrito. No podía creer que por fin mi pija estaba en la boca de un chiquilín aunque la chupaba como una puta de largos años de experiencia.
Enzito se puso de pie, ahí pensé que me iba a pedir que lo penetre pero no, me invitó a bajar al sótano junto a su padre…
-¿Querés conocer nuestro nidito de amor, tío? – Preguntó Enzito con una voz totalmente aflautada, casi fingiendo femineidad.
-¡Vamos, vamos! – Dije yo hambriento de sexo.
Veía como esas nalgas blancas preciosas de sólo 11 tiernos añitos se tragaban esa tanguita negra y ahora se iban a comer mi flor de pija.
Enzito se paró sobre la cama y me llamó, estábamos ambos a la misma altura, yo con los pies en el suelo y él sobre el colchón me abrazó y me dio un rico beso con lengua, con gusto a pene, a mi propio pene que me lo chupó majestuosamente.
Los pequeños brazos gorditos de Enzo me abrazaban mientras me daba muchos besos por la cara.
-Mirá, tío, acá mi papá me violó por primera vez. – Comentó Enzo.
La soltura de cuerpo con la que hablaba Enzo del tema era cautivante, era como hablar con una puta sucia y barata, pero era mi pequeño sobrinito el gordito.
-¿Ah, sí bebé? ¿Y te dolió? – Pregunté morboso.
-¡Sí, mucho! – Respondió Enzito entre muchas risas y una sonrisa de oreja a oreja.
Lo seguí besando en el cuello, en la boca, en los pechos y en todos lados. Mientras tanto, Manuel se sentó totalmente desnudo y erecto en un sillón que había ahí y fumaba un cigarro de marihuana.
-¿No venís, papi? – Preguntó duvitativo Enzito.
-No, bebita. Disfrutá del tío como a vos te gusta, yo me quedo acá mirando el espectáculo como vos sabés que me gusta. – Respondió Manuel.
En eso me reí, le sonreí esperando una explicación.
-¿Te acostás con otros tipos mientras tu papá tu mira, sobrinita linda? – Le pregunté curioso.
-Ji, ji, ji, ji… ¡Sí! – Me respondió Enzito entre risas.
-¿Ah sí? ¿A quién?
– Ji, ji, ji la semana pasada estuvo acá Román… – Me comentó Enzito.
Román era uno de los mejores amigos desde hace años de mi hermano, él venía a casa a jugar con Manuel cuando éramos unos botijas, el tipo ahora estaba casado y con hijas, literal Enzito era la amante del flaco ese.
Me giré lentamente y lo miré sorprendido a Manuel, él me respondió con una mirada cómplice y una sonrisa degenerada.
Ufff, en ese momento estaba convencido de que tenía que dar un espectáculo con Enzo. Procedí a quitarle esa pequeña tanguita y vi por primera vez su penecito, tan diminuto y chiquito, esos huevitos lampiños, un culazo gordo y hermoso, le pedí a Enzo que se dé la vuelta, quería verle el ano, abrí sus nalguitas y ahí estaba, el tesoro que siempre quise de un pequeñito, su asterisco, bien cerradito sin ningún tipo de pelo, sin nada, todo rosado y del mismo color todavía.
Con el culito de Enzo abierto por mis manos introduje mi nariz entre sus nalgas y empecé a olfatear, aspiraba ese culito como un loco, tal vez de manera inconsciente buscaba olor a mierda pero no lo encontré, sólo encontré un olor a jaboncito suave de crema, a pulcritud, a un culito preparado porque sabía lo que le esperaba.
-¡Qué rica conchita tenés, bebé! – Le dije morbosamente a Enzo.
Saqué mi lengua y se la introduje en el culo, lamía todo el hoyo de mi nenita.
-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay, tío! ¡Ay, tío! ¡Mi vaginita, tío! – Decía Enzo mientras se retorcía de placer.
Intensifiqué la penetración que mi lengua realizaba en el recto de mi sobrino, penetraba todo, toda mi lengua gorda estaba en el culo de mi sobrinito entrado en carnes.
Después de chupar ese orto como era debido, me recosté en la cama para que Enzo me la mamase también. Abrí mis piernas y entre ellas se ubicó mi sobrinito para seguir chupandola, ahora mucho más tranquilo y excitado.
-¡Uffff, seee, así bebita, así mi princesa! Yo te daba el biberón cuando eras chiquita y ahora te voy a dar de nuevo la leche. – Le decía morbosamente a Enzo.
El único sonido que emitía Enzo era con su boca rellena con mi pija, en ningún momento dejó de mamarla y gemía con todo dentro. Mientras Enzo se deleitaba chupándola, yo acariciaba mis pezones con la mano derecha y con la izquierda tocaba las tetitas gordas de mi sobrinito.
-¡Qué rico la chupás sobrinita! ¡Pensar que yo te tuve en mis brazos y ahora entre mis piernas!
Enzo la dejó de mamar después de varios minutos, con toda su carita ensuciada con su propia saliva de tantos movimientos salvajes que hizo, me pidió que se la meta.
-Tío, quiero verga, tío. – Me dijo jadeando Enzo.
Abrió sus nalgas gordas y cerdas, para sentarse y cabalgarme. UFFF, la sensación eléctrica por todo el cuerpo que sentí cuando mi verga entró en el recto de mi sobrino fue inigualable, yo ya había probado el sexo anal pero esto fue mil veces mejor.
-¡OOOOOHHH, OHHH! ¡PUTA! ¡SEEE, ASÍ PUTA!
-AYYYYY, TÍO, TIITO, ES MUY GRANDE TÍO, SEEEEEE.
Enzo estaba totalmente poseído, se transformó en una ninfómana sucia y asquerosa. Con el guri cabalgándome la pija me sentía espectacular y su carita de goce era total, fue ahí que decidí propinarle un buen cachetazo por puta.
-¡PERRA! – Fue después de eso que le pegue en la cara con toda la mano abierta.
-¡Ayyyya, tío, me duele!
-¡CALLATE, PUTA DE MIERDA! – Después de ese grito le el segundo cachetazo
Enzo lo único que hacía era cabalgarme más y más fuerte cada vez que yo le pegaba. En el tercer golpe, me quedé con la mano en su carita y lo que atinó a hacer Enzo fue a chuparme los dedos como si de una pija se tratara y hacía gemidos con mis dedos en la boca.
Cambiamos de pose y lo puse en cuatro, se la volví a incrustar toda, siempre a pelo, nuestros cuerpos eran uno solito mientras mi hermano, el mismo papá de Enzito, se tocaba con el espectáculo gratuito que le dabámos.
-¡GORDA PUTA, GORDA PUTA! – Le gritaba a Enzo mientras acariciaba sus senos de nene gordo.
-Ayyya, tío me duele mucho, me estás matando…
Para qué me habrá dicho eso, mi cuerpo y mi mente entraron en un frenesí de testosterona que me hicieron reventar a vergazo limpio el ya destruído ano de mi sobrinito de 11 tiernos años.
-¡AAAAAAAAAHHHHGGGGG! ¡AAAAAHHHHGGGG!
Mientras mi cuerpo sonaba como látigo contra el cuerpo de mi sobrinito, él gemía como una verdadera trabajadora sexual.
-¡¡¡¡¡AHHH!!!!! ¡RECIBILO AL TÍO BEBÉ! ¡A TUS PRIMITOS! – Grité mientras soltaba violentos y calientes chorros de leche en el ano de mi propio sobrino.
Mi sobrino hermoso, el mismo que yo esperé en el hospital el día que nació, que lo tuve en mis brazos durante sus primeras horas de nacido, ese mismo nene me cumplió mi sueño más grande.
-¡Qué rico tío! Vamos a tener muchos hijitos. – Me dijo risueño Enzito.
-Sí, mi nenita, acá te los dejé bien adentro. – Le dije asquerosamente mientras acariciaba la gorda panza blanca de Enzo.
Toqué las tetas de Enzo por última vez y separamos nuestros cuerpos, estábamos totalmente empapados de sudor. Tuvimos una sesión de sexo muy fuerte, mi verga todavía seguía hinchada aunque bajando la erección.
Enzo después de la separación de nuestros cuerpos, abrió sus gordas nalgas e hizo fuerza, sacó toda mi leche de su tracto rectal y arrodilladito como si de un perro se tratase, sacó su lengua y empezó a lamer mi semen, el mismo con el que lo había preñado, mientras me miraba a los ojos. Después de tragarla toda se paró Enzo cerca mío y me dijo:
-Qué rica lechita tenés, tío.
-Toda para la conchita de mi princesa. – Respondí con un beso en su boca toda sucia.
-¿Vamos a tener muchos hijitos, tío? – Preguntó Enzo con mucha traviesa inocencia.
-Sí, mi nenita. Muchos hijos, vos los vas a tener en tu panzota y yo me los voy a coger también. – Respondí suciamente.
Enzito me dio un beso y fue ahí cuando Manuel, todo sucio de su propio semen se nos acercó.
-¡Qué exhibición, hijita! – Exclamó Manuel.
-¿Te gustó papi? – Preguntó Enzo con mucha malicia.
El chiquito sacó su lengua y empezó a limpiar el cuerpo mugroso de su padre lleno de semen, lamió todo, todo, todo. Olfateaba los sobacos de Manuel y los lamía, Enzo era una guarra como pocas.
Yo pedí permiso para usar la ducha, me fui a higienizar mientras Enzo, una puta insaciable, ahora estaba cogiendo con su padre, me duché, quité todo el semen y transpiración de mi cuerpo con el rechinar de la cama de fondo.
Después de 10 minutos, al salir veo a Enzo tumbado en el piso y siendo meado por su padre, él abría la boca mientras salpicaba toda la orina amarillenta y hedionda de Manuel y Enzo se tocaba sus tetas mojadas por el pis de su propio padre.
Me quedé apreciando el sucio espectáculo hasta el final. Procedí a despedirme después, había tenido mucho sexo, me dejó muy cansado pero desde ese día tengo a un putito de 11 años a mi disposición, viene a mi casa y tenemos nuestra intimidad, fumamos marihuana y jugamos a nuestros jueguitos excitantes.
Espero que les haya gustando este relato, no olviden de dejarme sus comentarios. Un abrazo a todos.
Me gustaría ver ese video
Excelente la manera como narras..,muy excitante
comosigue
UFFFF… Simplemente ¡FENOMENAL! Quiero estar en contacto contigo…
Delirante quedé cuenta mas
Wow, la verdad que me encantaría ver también esos vídeos que te llegaron. Espero que tu historia sea real porque no tuve como no acabarme unas cuantas veces. También soy de Uruguay y quería comunicarme contigo.
Como me puedo comunicar contigo, también soy de Uruguay y me encanta estos relatos, y más si pudiera tener acceso a esa página web que te pasaron.
Más caliente no podía estar tu relato, espero que las aventuras continúen