Fer I
Esta es la historia de mis primeras aventuras y encuentros, desde que era niño..
Ese día no teníamos clases, seguramente fue un sábado, yo estaba muy emocionado porque pasaría el día en casa de mi amigo Tony, quien era muy divertido y popular en la escuela, era la primera vez que me invitaba un compañero de la escuela a convivir con él. Mi mamá me llevó a media mañana, condujo 15 minutos desde mi casa a la de Tony pero a mí me parecieron 15 horas, al llegar yo bajé solo del auto y toqué el timbre, Tony y su mamá salieron a recibirme, mi madre dijo adiós desde dentro del vehículo y se fue, así que entramos a la casa.
—¿Te gustaría comer algo, Fer? —Me preguntó la mamá.
—Justo mi mamá me dio de desayunar antes de venir, Laura. Muchas gracias.
—¡Muy bien! Pues me parece que ustedes tienen mucho qué jugar el día de hoy, así que deberían empezar. Lleva a Fer a tu cuarto, Tony.
—¡Vamos! Es arriba.
Al llegar a su cuarto yo me quedé impresionado, tenía todos los más nuevos juguetes que se anunciaban en la tele y un consola Nintendo 64, él era el niño más afortunado a mi parecer.
—¿Te gustaría armar una pista de carros?
—¡Claro que sí! —Contesté.
—Yo voy a bajar esos tramos de pista de la repisa de arriba, mientras tú busca otros que están en el clóset del lado derecho al fondo.
Mientras sacaba los tramos de pistas encontré una bolsa negra.
—¿Y eso qué será? —Preguntó Tony en voz alta mientras abría la bolsa.
Dentro había un par de casetes, eran películas porno.
—Creo que mi hermano decidió esconderlas aquí ¿Alguna vez has visto una película para adultos, Fer?
—Una vez desperté a media noche, fui a la habitación de mi mamá pero antes de entrar me di cuenta que ella estaba viendo películas en las que se dan muchos besos y se abrazan desnudos, tenía una pierna levantada y con su mano se rascaba entre las piernas, como que la desesperaba mucho esa picazón.
—Yo he visto a mis papás abrazarse así muchas veces, es muy divertido verlos. A mi papá le encanta sujetar a mi mamá por la cabeza y meterle su pene en la boca… —Yo me quedé helado ante esa información.
—¿De verdad tus papás hacen eso? ¿No es malo hacer algo así?
—No creo, se ve que les gusta mucho hacerlo.
Tony puso una de las películas en el reproductor, al empezar mostraba clips de las actrices que aparecían en la película, todas desnudas, haciendo rebotar sus senos y sus nalgas, y pasando sus dedos por sus vaginas.
—Algunas no tienen nada de pelitos ahí. —Dijo Tony extrañado.
—Pon pausa. Estos deben ser los labios menores y estos los mayores, ¿Ves el clítoris por algún lado? —Recién habíamos tenido nuestra primera clase de Educación Sexual, y aunque las ilustraciones de los libros eran claras, no se comparaban con una imagen tan real.
Tony reinició el video, una mujer semidesnuda recogía flores en un campo mientras un leñador musculoso y con jeans muy entallados la observaba, el leñador sacó su verga del pantalón para sobarla y la mujer seguía agachándose y mostrando su trasero ¡La verga del leñador era enorme!.
—¿Verdad que ya se te puso dura? —Me preguntó Tony.
—¿Qué?
—¡Tu pito! A que ya lo tienes duro.
Bajé la vista y noté que se notaba un pequeño bulto en mi pantalón deportivo. —Pues creo que sí. —Le respondí algo avergonzado.
—¡A mí también! —Exclamó mientras se bajaba los pantalones para mostrarme su verguita dura que le levantaba los calzones al igual que a mí mi pantalón. Se acercó y pellizcó mi pene por encima de mi ropa.
—No está bien que hagas eso. —Le reproché.
—No pasa nada. No te va a pasar nada malo ni te va a lastimar, ya lo he hecho también cuando invité a venir a Manuel y también cuando vino Carlos.
—¿Carlos Ortega de quinto año? ¡Pero si va dos años adelante que nosotros! ¿Cómo es eso que vino a tu casa?
—Vino a visitar a mi hermano pero él no había regresado de entrenar así que se metió a mi cuarto a ”jugar” pero realmente me mostró como jugar sexy, él así le dice.
Tony se arrodilló frente a mí y bajó mi pantalón, yo estaba muy nervioso, emocionado y excitado, no sé ni cómo me sentía, pero me temblaban las piernas, mi estomago y demás entrañas habían abandonado mi cuerpo y la cabeza me daba vueltas.
—¡Guau! ¡Qué padres tus calzones de dinosaurios! ¿Viste que los míos tienen un dragón? —Dijo Tony mientras sujetaba mi pene y lo movía de un lado a otro.
—¡Mira cómo le está chupando la concha a esa mujer! —Me sorprendió la película. —Y se ve que ella lo disfruta.
—Pues es que se siente muy rico, mira.
Tony puso mi pene en su boca y lo succionó, yo sentí unas cosquillas de lo más placenteras y deseé que él nunca quitara su boca de mí. Después se lo metió un poco más pero sacó su lengua para lamer mis bolitas al mismo tiempo, yo ya no aguantaba esas cosquillitas, así que me separé de inmediato.
—¿Te lastimé?
—No, pero se sintió muy raro, me dio cosquillas.
—Al principio sí es lo que se siente, pero intenta relajarte vas a ver que te va a gustar más.
Tomó mi mano y me condujo a la cama. —Acuéstate boca arriba. —Me indicó. —Y solo trata de estar calmado.
Tony separó mis piernas y se recostó panza abajo entre ellas, de esa manera le quedaba muy cómodo, sentí la humedad de su boca rodeando mi pito de nuevo, era la mejor sensación en el mundo, de vez en cuando abría más su boca para sacar su lengua y lamer mis huevitos, a mí se me arqueaba la espalda con esa sensación. Después me empezaron a dar ganas de orinar —Espera tantito, Tony, creo que quiero hacer pipí.
—Eso es lo que se siente después de un tiempo, deja que te la chupe un poco más, y si sientes que se te sale, tú solo relájate.
Tony siguió afanoso su labor, pasaba su lengua desde abajo hasta la punta, luego lo sujetaba con sus labios y los succionaba un poquito, lo iba metiendo un poco más en su boca con cada succión y una vez adentro movía su lengua para todos lados, eso era lo máximo. Me dieron cosquillas de forma más intensa cada vez, mi cuerpo se empezaba a retorcer y sentía que me pasaba electricidad por todo el cuerpo, me quería encoger pero Tony no apartaba su boca de mi verga y me sujetaba fuerte de las nalgas para que no se lo sacara de la boca, yo me quería hacer pipí en ese momento pero Tony no me dejaba, así que tuve que relajarme y ceder, ya no podía combatir esa sensación, mi cerebro se apagó y por un momento solo pude sentir y no pensar, me recorría una energía por toda la columna que hacía remolinos en mi cola y las piernas me temblaban vueltas locas, no podía escuchar, abrir los ojos, o sentir nada, todo mi cuerpo se estremecía desde mi pene hacia todo mi cuerpo, me encontraba de lado jadeando como si hubiera jugado una carrera, y Tony seguía con su cabeza en mi entrepierna dando dulces lengüetadas en la cabecita de mi pene.
—¡Eso se sintió fantástico! ¿Tú has sentido algo así?
—Nunca había visto a nadie, pero mi mamá tiene un aparato que hace vibraciones muy fuertes, dice que es para dar masajes, yo a veces lo agarro sin que se dé cuenta y lo pongo a vibrar en mi pito, y después de un rato creo que siento lo mismo que tú sentiste ahorita. Carlos me dijo que se siente así porque somos niños, que cuando crezcamos nos van a salir pelos por todo el rabo y que cuando se siente lo más rico sale una leche del pene, me dijo que su papá se la ha dado a comer desde que puede recordar, así que no creo que sepa mal.
En ese momento, en la tele, el leñador aventaba chorros por su verga de un líquido blanco y espeso sobre los senos de la recogeflores.
—¡Ya quiero ser grande!
Qué ricas experiencias. Aunque no sé quién es más afortunado, si Fer por vivir ello, Tony por poder disfrutar con tantos compañeritos o Carlos que al parecer desde pequeño le han mostrado cómo sentir placer.
Descubriremos qué tan putitas fueron.