Fetiche, deseo y fantasía cumplida.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JORE.
A los 14 años comencé a sentir mucho interés por las prendas íntimas que utilizaba mi hermana. Tangas, vestidos de baño.
La textura de estas prendas me hacia excitar. Así que empecé a probarme una que otra y sentía mucha excitación y si me miraba al espejo mucho mas.
Después con el tiempo los brujean ajustados, los pantalones chicle, minifaldas,
Toda prenda que se ajustara bien al cuerpo y diera fuerte excitación y placer.
Pero solo me las ponía en casa cuando estuviera solo.
Al pasar el tiempo el placer se fue desvaneciendo y deseaba algo mas con que lograr mayor excitación.
Así que mi fetiche cambió, acostumbraba a subir a la azotea de mi casa, desnudo, en épocas de verano para sentir el aire tibio o fresco rozando mis nalgas y mis testículos, me abría las nalgas y me ponía en la dirección del viento para sentir como acariciaba mi culito esa ráfaga de viento y en invierno cuando la lluvia era suave corría a la azotea para sentir correr la lluvia por mi cuerpo y el viento frío atravesar mi entrepiernas, abriendo mis nalgas para que el viento acariciara mi culito.
De vez en cuando bajo lluvias torrenciales entregaba como si fuera un rito religioso mi cuerpo desnudo a las fuerzas de la naturaleza, sin temor a los rayos y a los truenos.
Todo esto en las noches por temor a ser visto por vecinos, aunque dentro de mí deseaba que alguien me observara en semejante estado de lujuria.
Con el tiempo volví a recordar la fascinación que sentía al ponerme prendas de vestir femeninas, pero ya había superado algo esa etapa. Solo deseaba sentir mi cuerpo desnudo completamente. Se me ocurrió buscar solo un tipo de prenda, ombliguera de telas suaves y sensuales ajustadas al cuerpo.
Logre encontrar algunas que ya mi hermana no usaba, me probé varias y solo guarde aquellas con las que sentía mas excitación.
Una roja de cargadera fina que me llegaba 4 dedos por encima del ombligo, una negra enteriza que llegaba hasta dos dedos por encima del ombligo, ceñida bien al cuerpo y un chaleco gris que solo llegaba hasta el estomago, con un diseño en forma de “ V” invertida al frente y se cerraba con dos botones. Además me encontré unas botas de cuero negras, que llegaban hasta 3 dedos por debajo de la rodilla, que tampoco volvió a usar mi hermana. Con esas prendas puestas, me veía al espejo y me excitaba al máximo.
Ese era mi fetiche favorito. Cuando estaba solo en casa o en la noche cuando todos dormían me ponía esta indumentaria, pero desnudo del ombligo hasta las rodillas y subía a mi azotea a disfrutar mis fantasías.
Era excitante, sentir toda esa adrenalina corriendo por mi cuerpo, cerraba los ojos y me imaginaba que alguien me miraba. A veces era tanta la excitación que eyaculaba sin siquiera tocarme o masturbarme.
Por lo general me masturbaba, metía objetos por el ano y terminaba en un estado delirante.
Con el tiempo el éxtasis fue mermando y comencé a desear salir de esa forma por las calles y sentir el aire fresco o frío en mis genitales y en mi culo. Una excitación indescriptible me embriagaba al pensar en ese tipo de aventura.
Durante varias noches decidí salir, obviamente vestido normalmente, para observar el ambiente de la ciudad, caminaba muchas cuadras o calles, mas o menos 1 hora de recorrido y descubrí que en la semana era muy poca la gente, muy pocos vehículos en circulación y comercios abiertos a esas horas.
Pero no me atreví a concretar mi deseo. Hasta una tarde en que me tome unas cervezas y el subconsciente me traicionó. Comencé a planear como cumplir mi deseo esa misma noche, tome las prendas y las empaque en una bolsa, me puse una sudadera o bombacha, sin pantalón interior, unos tenis, me puse la ombliguera roja y sobre ella una camiseta negra y salí a la calle mas o menos a las 11:00 pm (23 horas).
Por la cantidad de cervezas que tome, no me acordaba que era viernes, había mucha gente de farra por las calles, entonces me dirigí hacia las avenidas mas alejadas del centro o zona comercial, mas bien hacia una zona industrial.
Llegue a una avenida de más de 5 kilómetros de longitud, con 4 calzadas de ida y venida con un ancho de más de 40 metros entre acera y acera. En un tramo de la avenida solo había industrias, en otro tramo terrenos baldíos y zonas verdes y en otro Urbanizaciones cerradas, en la mitad del recorrido estaba la estación de policía principal de la ciudad, era una noche de verano, viento fresco, muy concurrida por vehículos que circulaban a alta velocidad que a su paso dejaban una ráfaga de viento que me excitaba.
Deseaba desnudarme lo más pronto posible, pero al ver que los vehículos transitaban con las luces altas y su luz iluminaba todo a su paso me entro un poco de temor y al mismo tiempo un morboso y excitante deseo de ser visto que me puso el corazón a latir a mil. Embotado algo mis sentidos entre el licor, la ansiedad, el deseo, el miedo y la lujuria. Observe al otro lado de la avenida si de pronto pasaba gente y se podía ver algo con detalle, aunque en mi estado podía estar perdiendo la perspectiva y la capacidad visual.
Ya en ese estado de ansiedad me deje llevar por la excitación y me quite la bombacha, la camiseta y me puse las botas. Guarde lo otro en la bolsa y comencé a caminar en un estado delirante, la sensación era espectacular, sentir el aire, las ráfagas de viento producidas por los vehículos parecían un huracán en mi pene y en mis nalgas, cada paso era como un peldaño al cielo, la luz que salía de los faroles de los vehículos producían unas sombras enormes de mi figura en la acera y me excitaba mas y mas, pero las sombras desaparecían de forma abrupta, una tras otra, era como una especie de sicodelia lujuriosa.
En algunos tramos había arbustos que me hacían pensar que entraba en un bosque y al lado derecho de la acera había vallas con arbustos que protegían las empresas industriales del sector. Se escuchaba el paso de los vigilantes y el caminar de los perros guardianes (Rottweiler y Pastores Alemanes) que los acompañaban, uno que otro sentía mis pasos en la acera y ladraban fuertemente, yo me detenía con el corazón casi a punto de salirse del pecho y sentía temor y al mismo tiempo una emoción indescriptible. El trayecto era largo y parecía que nunca iba a terminar. En algunas partes la acera terminaba y había unas entradas de la vía a los parqueaderos de las empresas. Entre excitación y miedo me detenía y observaba que no hubiera vigilantes, algunas casetas de vigilancia estaban vacías entonces pasaba rápidamente y el ruido de las botas me hacia pensar que pondría en alerta algún vigilante y la sensación de que podrían soltar algún perro en persecución, me ponía mucho mas excitado.
Logré cruzar la zona Industrial y entré en la zona verde, una zona en completa oscuridad solo se iluminaba cuando algún vehículo pasaba cerca al sector.
La confusión y sensaciones encontradas, mi estado de excitación a veces me parecía que en la oscuridad se veían sombras y creía ver sombras humanas, la luz de los vehículos iluminaba mi cuerpo semidesnudo y al ver hacia las zonas baldías creía ver movimientos, pensé que algún individuo corría tras de mi, otra vez la excitación y el miedo eran abrumadores. Aceleraba el paso hasta que llegue a la zona más delicada o peligrosa al menos para mí. La estación de Policía, muy bien iluminada y con garitas de vigilancia con varias patrullas parqueadas en la entrada y muchas motocicletas, buses, camiones antimotines y de transporte para los agentes, en los patios internos de la estación.
Antes de llegar a ese punto tuve que cambiar mi vestimenta pues no iba a cambiar una noche de FANTASIA por un calabozo, por estar haciendo escándalo público o estar haciendo actos impúdicos en la vía pública según las normas y códigos civiles y de policía.
Camine por mas de 200 metros y volví a cambiarme de vestimenta. Aún sabiendo que en la dirección que yo iba podría pasar un contingente policial en caso de alguna emergencia y que por cumplir esta fantasía estaba arriesgando muchas cosas personales.
Pero al fin de cuentas fue más el deseo que el miedo y continúe caminando y dejando que mi mente lujuriosa siguiera imaginando cosas.
En el fondo deseaba encontrarme a alguien por esos lugares y que al verme así, tuviera deseos lujuriosos, pero en esa zona tan alejada era como algo difícil de encontrar.
Llegue a una zona en donde la avenida se cruzaba con otra vía hacia otra ciudad, esa vía llevaba a un puente que pasa sobre un río y bajo ese puente pasa una carretera Nacional.
Me dirigí hacia esa vía menos concurrida y la cual tiene amplias zonas verdes a lado y lado. En la margen izquierda corre el cause del río y por ese lugar empecé a caminar disfrutando la fresca ventisca que se produce en las cercanías de los ríos.
Toda esa situación me volvió a excitar al máximo, me sentía libre como nadie, mis pensamientos volaban con ideas locas y deseos locos de lujuria, mi pene se puso tieso y me comencé a masturbar con locura, me metía los dedos en mi ano, me tendí de espaldas sobre el pasto en un estado de excitación extrema.
Cerré los ojos y me quede recostado sintiendo satisfacción de haber logrado esta pequeña fantasía.
Perdí la noción del tiempo y de pronto se me ocurrió mirar la hora, busque rápidamente mi reloj dentro de la bolsa en que llevaba la otra ropa. Presione el botón que enciende el Led del reloj. La 1: 30 AM. Decidí que ya era hora de volver a casa.
Estaba arrodillado de espaldas al río, no me había dado cuenta que al otro lado había un caserío. Me puse de pie y empecé a escuchar gritos, di media vuelta para mirar y había varios tipos vociferando con linternas en sus manos y tiraban objetos al río, me asuste e intente esconderme, pero observe bien que el cause del río era muy ancho como para que pudieran pasar por ese sector, el puente estaba muy lejos hacia el sur y hacia el norte no había puentes cercanos.
Momento perfecto para cumplir otro deseo, otra fantasía, ser observado desnudo y por personas desconocidas, aunque me asaltaba la duda, ellos conocen muy bien esta zona y sabrán como llegar hasta donde estoy, y por la forma de sus actitudes agresivas podrían atacarme y hasta matarme. O en el mejor de los casos llamar la policía y la estación si estaba más cerca del lugar donde yo estaba, que el caserío al otro lado del río.
Me quede petrificado en posición de cuclillas con la mirada fija hacia el caserío, escuchando los gritos de aquella gente enardecida, se escuchaban las piedras que lanzaban al río y hasta lograban llegar algunas a los muros de contención de la canalización del río, empecé a sentir un vacío en la boca del estomago, un frío punzante en el ombligo, sentía palpitar mi corazón en la garganta, sentía que me ahogaba, en mi cabeza también sentía la presión arterial alta a causa de la exaltación, una confusión de pensamientos me tenían alterado.
No sabía si salir corriendo o buscar un lugar donde esconderme.
¿Cómo diablos me metí en este lío? Por cumplir un deseo, una fantasía, voy a terminar quien sabe como.
Mis piernas me temblaban, ya no tenia el reloj en mis manos, con el susto lo solté y empecé a buscarlo sobre el pasto, no lo encontraba, la bolsa con la ropa y las llaves de la casa tampoco estaban. Arrodillado tanteando el piso con las manos en esa oscuridad, el desespero me tenía al borde de un colapso.
¿Ahora qué hago? Me preguntaba, ¿Cómo llego a casa desnudo?
¿Cómo atravieso media ciudad así? Esta fantasía lujuriosa se me convirtió en un infierno.
Me pare y empecé a mover los pies sobre el pasto a ver si lograba patear la bolsa, agarrarla y salir corriendo de allí como alma que lleva el diablo.
En el preciso instante por la vía pasa un camión de 6 ejes a toda velocidad que transportaba 2 contenedores, con sus faroles en alta y sus exploradoras anti neblina encendidas. Quede encandelillado por la luz y expuesta mi desnudes completamente. Para mis adentros pensé. !! NO… esto era lo que me faltaba ¡¡
Al otro lado del río se escucharon fuertes gritos…!! Pinche marica.. Pervertido, maricón de mierda, te vamos agarrar y a meter este palo por el culo…. ¡¡
Ya para ese entonces el susto, miedo y desespero se fue transformando en una especie de excitación y al ver que ya no había de otra y que mi fantasía se había cumplido y llegado a semejantes extremos me deje llevar por la lujuria. Esos gritos e insultos más que darme miedo o pánico me excitaban. Cerré mis ojos y empecé a caminar por el lugar, masturbándome, mostrándoles mi culo, acariciándome todo el cuerpo y excitándome más y más, ya estaban embotados mis sentidos y no escuchaba casi las voces y los gritos. Llegue al clímax, eyacule, me chupe mi semen esparcido en mi mano y el cansancio me hizo perder las fuerzas y termine tirado de espaldas en el pasto. Estire los brazos hacia los costados y mi mano golpeo una bolsa. !! La Bolsa, la bolsa ¡¡ Me senté rápidamente, mire para todos lados ya no veía a nadie al otro lado del río. !! Vienen para acá ¡¡ me imagine lo peor, agarre la bolsa y salí corriendo…!! El hp reloj …¡¡ Ese se perdió. Hay que salir de aquí lo más rápido posible. Atravesé la vía dando tumbos, estas putas botas no me dejan correr. Me las quite, me cambie de ropa, me puse los tenis y emprendí la huida en una carrera frenética.
Mis fetiches, mis deseos y una de mis fantasías cumplida…
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