Fetichismo y no fetichismo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leslyna.
Tuve la oportunidad de conversar con una doctora especializada en Psiquiatría y experta en los temas del fetichismo. Le platiqué mi caso referente a mi peculiar gusto por las sedas y satines como mi única vía de satisfacción sexual, y me dijo que yo era una mujer entre cerca de un millón que tenía esa pasión sexual por la seda, que aunque es un objeto inanimado se desprende de los modelos fetichistas que actualmente se conocen.
Me explicó detalladamente: “Al fetichista se le identifica como una persona con una alteración sexual, lo que antes se calificaba como una perversión sexual que supuestamente son las personas que encuentran satisfacción sexual con un objeto inanimado el cual sustituye o complementa en una relación sexual. Entre las más conocidas son atracción por los zapatos o por las prendas íntimas como bragas, medias, brasieres y corsés, en su mayoría, según estadísticas, el 90% de los fetichistas son hombres, un conglomerado grande de hombres se inclinan por los zapatos de tacón alto ya sea que lo vistan las mujeres o simplemente tocar y morder las zapatillas, igual sucede con la ropa íntima, se inclinan a disfrutar las prendas generalmente ya usada por alguien y no tanto por su textura y apariencia se excitan por lo que se deja impregnado en la prenda como aromas corporales y/o residuos de su intimidad. Otros fetichistas que se puede confundir con el travestismo son los que se excitan al ponerse prendas femeninas, se desconoce de mujeres que al vestirse de hombres tengan la misma excitación, la diferencia con el travestista es el fetichista encuentran satisfacción sexual al verse envueltos en una imagen femenina y por ello eyaculan cuando terminan de vestirse de mujer totalmente, el travestista desea permanecer con la vestimenta e identificarse como mujer el tiempo que le sea posible, e inclusive el salir a la calle con esa vestimenta pero no le interesa sexualmente la ropa que lleva puesta, solo la utiliza para su apariencia femenina.
Hay teorías en que dicen que las mujeres raramente tienen problemas de fetichismo ya que los objetos deseados son aquellos que utilizan para masturbarse como vibradores, penes artificiales, chorros de agua en el baño, etc. Son objetos para estimularse pero no son objetos que sustituyan a alguien que es el fin del fetichismo.
En la actualidad las mujeres de hoy se masturban con esos objetos pero no dependen sexualmente de ellos, siguen su vida sexual normal con su pareja ya sea hombre o mujer.
Tu caso es totalmente raro, ya que esa atracción por las sedas y satines la posees desde tu infancia, Posiblemente después de tu adolescencia tu mente no pudo identificar la necesidad de relación corporal con otra persona, sino que ya lo había ocupado esa necesidad la seda desde tu temprana edad, ya que como me dijiste: deseo mil veces acariciar mi cuerpo con la seda o una tela sedosa a acariciar una piel humana aún siendo de mujer que es mas delicada y suave.
Con referencia lo tuyo es un caso parecido al que analizó Gatian de Clerambault a pricipios del siglo XX, referente a 3 mujeres que sintieron una atracción pasional por las telas en especial las sedas y una necesidad cleptomanía de adquirirla por medio del robo. Sin describir los casos concluye lo siguiente:
“Debemos señalar que en los casos de perversión que he descrito existe un absoluto predominio de uno de los sentidos: el tacto, tocar y rozar la piel con la textura de la tela”, pero esa pasión la refuerza con actos cleptomaníaticos, pues las tres mujeres manifestaron que incrementaban su deseo sexual al robar la seda.
Claro esta, no has sentido el impulso a robarte la seda quizá porque en aquellos tiempos solo la gente pudiente podía adquirir la seda y eso para las mujeres de bajos recursos que amaban la seda, les simbolizaba la conquista de lo que mas adoraba, como el amante que se sube al balcón de su amada y se la roba, en este caso su amate de ellas era la seda.
Un día me citó en su consultorio, no había ningún paciente y me pidió que entrara a un cuarto y que después esperara sus instrucciones.
Llegué y estaba una cama muy grande con cortinas transparentes y la colcha y las sábanas eran de raso montecarlo color rosa, con hermosos cojines de la misma tela, por un altavoz me dijo que me desnudara y me metiera entre las sábanas, accedí a ello y mi corazón palpitaba aceleradamente, inmediatamente al sentir la sedosidad que me envolvían esas sábanas empecé a excitarme de placer, me decía la doctora por el altavoz que me tallara los senos con la tela, siguiendo sus instrucciones mis senos se rigirizaron totalmente, después que me tallara suavemente mi ingle con la sábana hasta deslizarla en mi clítoris y proseguir con el tallado pero con mas intensidad, mi cuerpo empezó a responder ante las delicias de la seda, con mis movimientos las sábanas producían el sonido clásico de las sedas y eso me produjo más placer, en ese momento no quería parar, gritaba que quería mas y mas y me frotaba la tela con más intensidad. La doctora monitoreaba con un aparato mi intensa excitación de mi cuerpo, por último me pidió cuando estaba en mi punto más alto del placer y a punto de sucumbir en un orgasmo que introdujera la tela hasta lo más interno de mi vagina; como mi vagina estaba totalmente dilatada, la seda se deslizaba divinamente acariciando mis paredes vaginales, nunca había experimentado esa sensación de sedosidad interna, al llegar a mi punto “G” sentí el más sublime de los orgasmos, sentía como la sábana de raso se mojaba de un líquido que nunca me había salido. Fueron varias secuencias de orgasmos siniguales y totalmente devastada de placer, desvanecí quedándome totalmente dormida.
Al final la doctora me dijo que me vistiera y me fuera para que en otra sesión me dijera sus conclusiones.
En la siguiente sesión hizo lo mismo me llevó a la cama con sábanas de raso y me pidió que hiciera lo mismo, pero cuando yo estaba en pleno trance de placer con las sábanas, ella se metió desnuda en el aposento. Lo que admiré de ella era su figura tan linda y maravillosa, me abrazó tiernamente, me besó pasionalmente y sentí su piel muy suave y sedosa, y me dijo: “sabes a mi también me gusta la seda y mas me gusta tener una mujer tan bella como tu a mi lado”, te invito ha hacer el amor conmigo y con nuestras sábanas de seda.
Ese día fue muy lindo, jamás pensé que podía tener relaciones sexuales con alguien y ese alguien fue mi Doctora Psiquiatra, aunque puedo decir si no estuvieran presentes esas sábanas ultrasedosas difícilmente podría hacerlo con ella.
Quedé sumamente agradecida por tener esa oportunidad con ella, pero me hizo saber que solo lo hizo para experimentar mis emociones sexuales, pero me confesó que disfrutó planamente la relación sexual y la vivió intensamente.
En una última sesión me dio los siguientes resultados:
• Tu pasión por la seda nació de ti y morirás con ella.
• Tienes hipersensibilidad en tu piel a las cosas sedosas que se traducen en estimulación sexual que se concentran mayormente en tus genitales.
• Los atributos que tiene las sedas y las telas como el raso y las gasas transparentes coinciden con tus deseos sexuales.
• No entras en el estereotipo de los fetichistas tradicionales ya que tu placer es por los atributos mismos de la seda y no por la sustitución de una persona por un objeto inanimado.
• Cuando practicaste el sexo sola con las sedas y las sábanas de raso, tu pasión se desbordó intempestivamente, tus orgasmos fueron duraderos y de gran intensidad, tus latidos de tu corazón se aceleraron al máximo,. En cambio cuando practicamos el sexo las dos, tus orgasmos fueron menos intensos, a pasar de que te ví en el video como te frotabas el ano y la parte baja de tu clítoris con la sabana de raso para aumentar tu placer. En conclusión diré que cuando lo hiciste sola con las sedas hiciste el amor y conmigo solo practicaste el sexo.
Por todo esto que te mencioné, te aconsejo que sigas tu vida normal, tu placer de la seda no te va a aislar del mundo si lo manejas de una manera muy intima, aprovecha ese intenso amor por la seda para que seas una gran diseñadora de modas, en especial dedícate al diseño de Vestidos de novia ya que en ellos esta muy presente la seda y los rasos que adoras, esas prendas serán tus pasiones o tus amantes por toda la vida.
No dejes de tener amigos, pero en especial amigas, si notan algo raro en ti o que te cachen frotándote tus genitales con la tela de uno de tus vestidos de novia, revélale tu pasión, creo que las mujeres podrían comprender más tu afición por la seda que los hombres, ya que ellos lo encausarían a la morbosidad.
Con amor Leslyna la amante de la seda
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