FIDELIO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Paula.
A veces surge en nuestras conversaciones el tema bondage, sometimiento, sadomasoquismo como algo ludico y a la vez seductor, pero siempre las ideas y las fantasias quedaban ahi en el olvido.
Los otros dias un amigo nos invito a la inauguracion de un pub/restaurante, que segun el tendria atracciones distintas a las que los demas lugares de distraccion ofrecian y accedimos a ir.
El local esta ubicado en una zona residencial de la ciudad, es una casa antigua reformada con el objetivo propuesto.
En la planta inferior lo que antes oficiaria de living-comedor, ahora era un restaurante, con una barra muy grande de marmol negro y bancos altos de cuero negro para las personas que les gusta ocupar ese sitio en el pub. En la sala contigua habia mesas tambien de marmol negro y butacones de cuero del mismo color, las paredes estaban pintadas de color blanco inmaculado y colgaban de ellas fotografias antiguas, en otro extremo del salon habia una tarima donde tocaba una banda musica clasica.
Una gran escalera de madera marmol blanco asomaba sobre un rincon de la sala la cual se dirigia al piso superior.
El aire del restaurante era de principios del siglo XX.
Nos sentamos en una de las mesas ubicadas sobre un ventanal en la cual teniamos una vision muy amplia del restaurante. Las personas que se encontraban alli estaban muy elegantemente vestidas y tenian aspecto de ser gente perteneciente a la clase alta de la sociedad.
Nos sirvieron la cena y todo transcurrio sin contratiempos, una velada tranquila con gente educada y previsible.
Luego que sirvieron el postre, comenzamos a notar que algunas personas se dirigian al piso superior, nuestra curiosidad pudo mas que la prudencia y tambien subimos.
Nos encontramos con un largo corredor en el cual habia mas de seis puertas ubicadas en forma lineal que daban el aspecto de ser la entrada a habitaciones, no se escuchaban voces, ni musica, no habia indicios de que estuviese habilitado ese piso.
Martin discretamente abrio la primer puerta y parecia vacia, entonces entramos en ella encontrandonos con un lugar muy espacioso pintado de color rojo oscuro, almohadones grandes de cuero esparcidos sobre el piso que contrastaban con el blanco del moquete.
El suave sonido de musica estilo new age se escuchaba en la habitacion, iluminada tenuemente por velas ubicadas en los rincones de la sala hasta ese momento vacia.
Cuando disponiamos irnos, entraron cuatro parejas y se sentaron en los almohadones, nos miramos y decidimos quedarnos para ver que sucedia.
Al cabo de un rato, una pequeña puerta que comunicaba con otra habitacion se abre y dos parejas entran.
Los hombres eran altos de aproximadamente 1.80 m, uno de ellos negro y el otro con el cabello casi blanco de tan rubio que era. Vestian solo un short negro de cuero, tenian el torso desnudo y una mascara tambien de cuero cubria sus rostros.
Las chicas eran muy bonitas, una de ellas tenia el cabello color cobrizo, piel muy blanca con pecas, pechos firmes y nalgas grandes; la otra tenia el cabello negro azabache que le llegaba hasta la mitad de la espalda, ambas tenian puesto un enterizo corto de cuero rojo, medias largas con portaligas del mismo color y los ojos vendados con un pañuelo de seda negro.
Una de las parejas se queda parada en una esquina de la habitacion, al tiempo que la otra se acomodaba en el centro del circulo que los espectadores formabamos.
La musica sono mas fuerte junto al chasquido del latigo que pego fuertemente sobre las nalgas de la chica de cabello negro, dejando ella escapar un pequeño quejido de dolor.
Aprete fuertemente la mano de Martin y lo mire como queriendo saber que haciamos, si nos quedabamos o no. Martin me sujeto la mano y me dice que nos quedemos haber que pasa.
El joven rubio continua pegandole a la joven en las nalgas hasta dejar las marcas de la fusta en ellas, nadie hablaba, solo se escuchaba la musica y la queja de ella.
Luego acaricia su cuerpo con el latigo hasta dejarlo caer fuertemente sobre sus pechos, otro alarido de dolor se oye, este un poco mas fuerte que los anteriores.
De un tiron abre el enterizo dejando su cuerpo desnudo ante todos nosotros, tenia los pezones erectos, con sus dedos los retorcia como queriendo exprimirlos, dejandolos aun mas parados.
Hasta yo podia sentir el dolor que ella experimentaba.
Luego paso su lengua por ellos como queriendo apaciguar el tormento, provocandole a la joven una excitacion mayor, a la vez que con la punta de la fusta acariciaba su rasurada vagina para luego lamerlo ya lubricado por los jugos que emanaba.
No puedo negar que todo ese espectaculo me excitaba sobremanera a la par que me asustaba.
La acosto sobre una mesa abriendole bien las piernas, el se recosto sobre ella mordiendole los pezones tan fuerte que un hilo de sangre corria por sus pechos, el mango de latigo la penetro dejandola sin aliento..
La chica gritaba de dolor, lo cual provocaba en el una mayor excitacion que hacia que metiese y sacase dicho cabo sin piedad como queriendo perforarla, acompañando cada embestida por sus mordeduras.
Los senos de la joven estaban totalmente ensangrentados, le paso la lengua limpiandolos para luego dejarla boca abajo sobre la mesa.
Abrio sus nalgas con sus fuertes manos, el agujero de su ano quedo a la vista de todos, metio su lengua lo mas profundo que pudo, luego tomo una copa de champagne y vertio el contenido de la misma dentro del agujero para luego beber de el.
Sus dedos hurgaron en esa cavidad para dilatarla aun mas, cuando el considero que estaba listo introdujo su pene bombeandola sin parar, podia oirse el golpetear de sus testiculos contra las nalgas junto con el choque de los pechos contra la mesa.
Saco su verga inyectada en sangre y dejo escapar un gran chorro de semen en el hoyo tapandolo con el mango de la fusta.
Luego la tomo de los cabellos la levanto, la mostro como si fuese un trofeo con el latigo coronando su ano y dejaron la habitacion.
Un suspiro de alivio escapo de mi boca, podia ver la ereccion de Martin e Ignacio bajo sus pantalones, por suerte las mujeres simulamos nuestra excitacion.
Despues de unos minutos, la otra pareja paso al centro del circulo.
La chica tenia las manos atadas a su espalda, se paro delante de todos nosotros con las piernas abiertas, su compañero manoseo su cuerpo por todas partes, introduciendo los dedos en todos su agujeros, primero la boca, luego retiro un poco su ropa y toco su vagina, despues su ano para finalmente saborear los jugos.
Desprendio uno a uno los botones del enterizo, al tiempo que iba dejando caer cebo de vela, cada vez que tocaba la piel la joven apretaba la boca como una mueca de dolor.
Una vez desnuda, acerco la vela a los pezones pudiendo todos aspirar el olor a carne quemada.
Arrimo la vela a los vellos pubicos derramando mas cebo caliente, chamuscandolos.
Para aliviar el ardor, le paso hielo seco por los pezones, abrio sus labios vaginales e introdujo un cubito en su agujero tragandoselo este como si fuese un bocado.
Un suspiro mezcla de dolor y alivio exhalo la joven.
Luego de jugar con las velas, tomo dos pinzas de metal colocandoselas en los pezones y otra mayor en la abertura de su vagina la cual se abrio como una gran grieta.
La chica gritaba de dolor, pero no parecia compadecer a su victimario, todo lo contrario.
Primero metio sus dedos, para luego dar paso a la mano dentro de esa cavidad la cual entraba y salia sin obstaculos.
Los gritos de suplicio se fueron apaciguando y ahora parecian gritos de placer, arrodillandose sobre la alfombra con las manos apoyadas en el suelo, el le abrio su ano y fue introduciendo un collar de bolas que iban desde bien pequeñas hasta mas grandes. Una a una fueron entrando, hasta quedar solo un hilo pendiendo hacia afuera.
De un tiron las saco, las lamio como un delicioso manjar para que no volviese a contraerse, sus dedos jugaban en ese hoyo sin cesar.
Entra el joven rubio a la habitacion nuevamente completamente desnudo y con su verga erecta en la mano, el negro se quito el short desplegando un pene de aproximadamente 25 cms.
Ambos montaron a la chica como si fuese una yegua, metiendo sus grandes y gordas vergas dentro de ese agujero, salieron y entraron cuantas veces quisieron, haciendo caso omiso a las suplicas de ella.
Cuando ya se sentian satisfechos, abrieron su boca y vaciaron todo su semen obligandola a tragarlo todo.
Saludaron al publico y se retiraron.
Los espectadores se levantaron y tambien salieron de la sala, imitandolos nosotros.
Una vez en el pasillo, sin habla por lo presenciado, Ignacio nos sugirio entrar a otra de los cuartos.
En este habia una gran vitrina la cual exponia diferentes objetos, consoladores de todos los tamaños y formas imaginables, correas, esposas, puños con puas de metal, latigos, mascaras, pinzas, infinidad de articulos sado.
Los visitantes entraban y tomaban lo que les gustaba y se iban para otra sala, nosotros inexpertos, eramos tan solo espectadores de todo.
Entramos a la habitacion contigua, unas veinte o mas personas se encontraban ahi formando un gran circulo, como pudimos nos fuimos acercando hasta poder ver que sucedia.
Una pareja estaba ubicada en el centro, ella con ojos vendados giraba y luego se paraba delante de alguna persona, la señalaba con un baston y le decia que fuera al medio.
Eligio a un hombre de unos 40 años, se quito la venda y comenzo a desvestirlo lentamente, el señor no parecia asustado, todo lo contrario.
Desnudo se ubico en el centro, cada uno de los presentes le mamaron la verga, excepto nosotros que nos habiamos excluido del circulo.
Luego se tendio en la alfombra y la mujer comenzo a verter sobre su espalda diferentes liquidos, los cuales desembocaban en su ano, una vez alojados alli ella los relamia dilatando su esfinter considerablemente para luego introducirle un consolador rugoso como con puas de goma.
El hombre no dejaba de masturbarse mientras era embestido por dicho instrumento.
Su leche cayo sobre la alfombra, la cual limpio con su lengua sin dejar rastro.
Cuando termino volvieron a repetir la actuacion inicial, esta vez una chica fue la elegida.
Arrodillada fue abriendo braguetas y levantando polleras al tiempo que su lengua mamaba todos los orificios y penes que se le brindaban, posteriormente se recosto desnuda, los hombres hicieron un circulo delante de ella y la bañaron de leche, dejandole paso a las mujeres que paradas sobre la joven le dieron una maravillosa lluvia dorada.
A esa altura de la noche y del show presenciado, la excitacion de los tres era incontrolable y decidimos irnos.
Ni bien subimos al auto, nos sentamos los tres en el asiento trasero yo en el medio y Martin e Ignacio cada uno a mis lados, sus vergas se apoderaron de mi boca, las mame hasta no dejar una gota de leche en ellas.
Luego me sente sobre la pija aun tiesa de Martin mientras tanto Ignacio metia su lengua en mi vagina introduciendola lo mas profundo posible, las manos de Martin apretaban mis pechos, cuando senti el torrente de semen dentro de mi ano, mis jugos inundaron la boca de Ignacio.
El transito de la mañana nos desperto en la puerta de Fidelio.
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