Fijación anal
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Barelovv.
Hola a todos, ésta es la primera vez que voy a escribir un relato, es acerca de una fantasía cumplida hace unos días, y espero no estar en la categoría equivocada.
Soy un joven mexicano, 1.60 de estatura, piel morena, muy delgado y con un temperamento muy tranquilo, aunque en la intimidad admito que he tenido mis etapas muy intensas, y es que a veces la excitación me ha llevado a experimentar cosas que la mayoría calificaría de no convencionales, pero en esta ocasión les vengo a platicar de algo que parece que poco a poco deja de ser tema tabú, aunque con sus ciertas restricciones, y es el hecho de masturbarse con la ayuda de un dildo o consolador.
Desde mi despertar sexual (aproximadamente 9 o 10 años) recuerdo que me la pasaba mucho fantaseando con situaciones y personas que me mostraran como se llevaban a cabo los actos sexuales, y a pesar de ser un niño muy curioso no tuve la fortuna de tener demasiadas experiencias con otras personas, al menos no las que me hubiera gustado, pero si algo recuerdo mucho era que aunque mi placer a través del pene siempre ha sido punto clave dentro de mi sexualidad, mi ano también me provocaba mucha curiosidad y sobretodo ganas de explorarme tanto por el exterior como por el interior.
Es así como recuerdo que mi excitación me hacía tener la curiosidad de insertarme algo dentro del ano pero al mismo tiempo me daba miedo el lastimarme, incluso las primeras experiencias que tuve al tratar de introducirme los dedos fueron dolorosas, y el hecho de que nadie me explicara la manera correcta de hacerlo me hizo tener que hacer muchos experimentos con diversos objetos; el primero de ellos fue, si mal no recuerdo, un lápiz por el lado de la goma, y a ese siguieron, alternando con las imprescindibles experiencias con mis dedos, algunas velas cuidadosamente moldeadas para suavizar la punta, así como un humectante labial de labello que recuerdo que fue, desde que lo vi, con su hermosa y perfecta figura, uno de mis objetivos, de esos que se te meten a la cabeza y piensas en ellos todo el tiempo, hasta que lo tienes en tus manos, y simplemente lo introduces en tu cuerpo para poder calmar esa ansiedad de tener algo que presione las paredes de tu recto.
Al superar mi adolescencia, y al haber por fin conocido lo que era la vida sexual activa, y en consecuencia, al haber sufrido la frustración de no poder hallar a la primera un amante bien entrenado para poder satisfacer y educar los placeres que se disfrutan solo a través de la entrada anal, seguí experimentando con algunos objetos y a su vez me fui volviendo más y más bueno con los dedos, pero los que saben de lo que les estoy hablando entenderán que el meterse los dedos es casi como masturbarse con la palma de la mano, tú controlas el placer, sabes con qué ritmo hacerlo y por lo tanto es posible alcanzar un orgasmo (o varios) en poco tiempo, pero al final eso, comparado con el placer de sentir el roce de algo distinto a tu propio cuerpo, un agente externo, algo que sabes que no es parte de ti, un amante o un juguete, son experiencias bien distintas. Y así poco a poco, leyendo, preguntando y reuniendo información, aprendí sobre las reglas básicas del mundo anal, aprendí que la higiene es importante, aprendí sobre autocontrol y lo más importante, aprendí lo que significa tener un orgasmo anal completo, ese donde explotan tus mucosas anales y es como si eyacularas, de como tus músculos se contraen y estiran al ritmo adecuado para lograr esta sensación y que es algo que, aunque no sustituye el placer de eyacular por el pene, abre un abanico enorme de posibilidades en el sexo para los que hemos tenido la fortuna de experimentarlo de esa manera.
La primera vez que vi como un hombre tenía un orgasmo anal fue con un tipo al que le estaban haciendo fisting, y fue maravilloso observar todo, sin perderme ningún detalle, de todo el proceso de estimulación hasta llegar a la explosión acompañada de deliciosos jugos anales con sabor salado y lo mejor del caso, es que vi, que a diferencia de una eyaculación por el pene, el orgasmo anal no depende de una erección, y es posible tener múltiples orgasmos sin tener que esperar demasiado tiempo entre uno y otro, con la única limitante del cansancio físico, pues eso también lo aprendí, que era algo agotador, pero que bien ejecutado, valía la pena cada gota de sudor.
Entre mis diversos aprendizajes del placer anal también descubrí que los que ya estaban en un nivel diferente al mío (las personas que hacen fisting por ejemplo) tenían algo en común. El uso de los dildos era como un entrenamiento para ellos, tanto para la parte del control físico como para la preparación del cuerpo para soportar objetos de mayor tamaño dentro del recto y/o los intestinos. Si bien, el hecho de que algo invada el espacio interno del recto o los intestinos por primera vez resulta inevitablemente doloroso, con paciencia y dedicación, este dolor se puede convertir en un exquisito placer que se vuelve a la larga adictivo para el cuerpo. Y fue así como empecé en el dulce mundo de los juguetes sexuales, que, además de estar diseñados para ese fin, me facilitaban el trabajo, pues descubrí también que existen pocos objetos de uso cotidiano con las características adecuadas para ser buenos juguetes sexuales sin peligro a lastimarse. Pero mi placer con los dildos fue creciendo de manera exponencial, era como si por primera vez tuviera a la sartén por el mango y mis orgasmos se convirtieron en parte fundamental de mi vida, tanto así que incluso cuando llegaba a estar con un amante inexperto, de esos que te causan frustración, lo único en lo que podía pensar era en insertarme alguno de mis objetos, uno de mis juguetes, y moverlo sin detenerme hasta poder por fin explotar en placer y desahogar la ansiedad que para ese momento ya no significaba nada para mí.
Pero como bien lo había dicho antes, suelo ser poco convencional a veces, y a pesar de que admito que tengo muchos límites, a veces me gusta llegar a ellos simplemente para corroborar que estoy ahí. Entonces fue cuando en una película de anime hentai vi algo que me dejó impactado, en este momento no recuerdo el título de la película, pero recuerdo perfectamente esa escena donde una especie de secretaria llega con su jefe y se disponen a copular, entonces ella sin más ni más se levanta la falta y en lugar de traer ropa interior la muy cerda trae un arnés de cuero con forma de calzón, lo que me dejó boquiabierto fue cuando al desabrocharse el arnés se observa que de hecho servía para sostener dos dildos de muy buen tamaño que ella traía dentro de sus orificios anal y vaginal, y al retirarlos se ve como escurren ambos líquidos y eso me pareció la idea más excitante que podía haber visto jamás. Era algo así como una especie de entrenamiento de nivel superior, se me ocurrieron demasiadas posibilidades y entonces supe que tenía de hecho una nueva fantasía, o más bien un nuevo objetivo.
Obviamente antes de cumplir mi objetivo tuve que agotar los posibles escenarios e investigar dónde podía conseguir ese artefacto tan maravilloso, pero dado el hecho de que soy muy delgado y mi anatomía es la de un varón, el conseguir uno de esos dispositivos se tornó una tarea no tan fácil, aunque también pude aprender otras cosas, por ejemplo, hasta ese momento todos mis juguetes habían sido con la forma de un pene, y gracias a que investigué sobre los arneses con consolador aprendí que de hecho la mayoría van acompañados de un plug anal, que es, de hecho, más adecuado para el orificio anal por la forma que tienen. Pero como la imagen que traía en la cabeza iba directamente ligada a lo que vi en esa película, sigo teniendo el deseo de poder sentir lo que es tener un arnés con un consolador en forma de pene dentro de mí. Ahora que, al no poder conseguir el artefacto en ninguna sex shop local, consideré en algún punto la parte de los plug anales como una alternativa mientras lograba conseguir mi objetivo final.
Fue así como lo vi, recuerdo, aquella vez en una sex shop que está por el metro chilpancingo, un juguete de color rosa con forma de palito con bolitas, de esos que están diseñados para los que empiezan a explorar la zona anal, con bolitas que iban desde unas pequeñas, con un diámetro de aproximadamente un centímetro al principio, y que iban aumentando poco a poco hasta la última que era como de 2 cms. He de confesar que mis dildos siempre fueron, de hecho, de diámetros de 3 cms en adelante, y ese juguete podría haberme parecido algo para principiantes en ese momento, pero mi mente giró 360 grados en ese momento y se manifestó una fantasía que era, en la práctica, tan posible como el hecho de que tenía ese artefacto frente a mis ojos. Ahora, como un leve paréntesis voy a comentar rápidamente cuál fue siempre mi pero en los butt plugs tradicionales, y es el hecho de que la base suele ser muy gruesa, pues parte de su funcionalidad, pero para cumplir mi fantasía necesitaba algo discreto, algo que no se viera debajo de la ropa, y fue así como al detectar la suave y delgada base del juguete del que les platico, vi que, aunque su funcionalidad original como succionador para fijarse a la pared, piso, etc. era redonda, era lo suficientemente delgada como para ser cortada a manera de solo dejar una línea que se adaptara al contorno de mi cuerpo y pasara por completo desapercibido que traía algo así introducido dentro de mi cuerpo. La siguiente parte de mi fantasía era algo de hecho más sencillo, y eso consistía en simplemente ir a trabajar un día entero con aquel hermoso objeto dentro de mí sin que nadie lo supiera. Y así lo hice, recuerdo que mi día empezó muy atareado, y las manos me temblaban de la emoción, y aunque yo sé que muchos dirán que la fantasía completa hubiera sido alguna experiencia de sexo en la oficina como la de la película que les platicaba, me permito recordar que de hecho en mi día a día soy simplemente un chico muy tranquilo y con un perfil bajo, además de que no existe en estos momentos un prospecto adecuado y lo suficientemente confiable para llevar a cabo esa parte, pues me gusta mantener una buena imagen como empleado, pero lo del diminuto plug anal es cosa distinta, pues ese nunca me iba a delatar con nadie, y eso era perfecto para mí.
Recuerdo que las primeras dos horas fueron las más difíciles, pues no podía dejar de temblar de la emoción, hacía hasta lo imposible para que controlar el temblor de manos y piernas, y afortunadamente ese día la mayoría se fueron temprano de la oficina, aunque sí fue necesario que acudiera unas 3 veces al baño a expulsar y limpiarme el exceso de muchosa anal segregada por la enorme excitación que estaba experimentando, a veces me recargaba sobre la silla para sentir el rose del objeto contra mis paredes rectales, a veces me inclinaba hacia adelante para relajarme un poco, pero ese día fue maravilloso, cuando llegué a casa lo primero que hice fue sacar mi dildo más grande y cambiarlo de lugar con el pequeño plug, metiéndolo y sacándolo muchas veces hasta explotar de placer, una y otra, un par de veces más, fue algo hermoso, y ahora estoy buscando un juguete de un diámetro mayor, pero con la misma característica de discreción que me permita llevarlo sin que se note en absoluto.
Espero que les haya gustado mi relato, un poco largo, pero pues por algo se empieza, ojalá tenga oportunidad de en un futuro compartirle más experiencias 🙂
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