Frutillas con semen a mis 16 años
Cuando descubrí lo delicioso y morboso que era mezclar la comida con semen propio y ajeno. (Incluye fetiche de comida y orina)..
Hola, esta es la continuación de un relato que escribí hace más de un año y que por motivos personales jamás pude continuar relatando, actualmente tengo 21 años pero lo sucedido esa vez fue a mis 16 años, aún tengo muchos recuerdos muy marcados en mi mente y aunque quizás no recuerde alguno que otro detalle todo lo ocurrido fueron cosas que probablemente no olvidaré. Los invito a leer mi relato anterior por si tienen dudas aunque incluso si leen solo esta parte podrán entender las cosas.
Una vez que sentí el semen caliente y espeso de Ricardo en mi cara mi excitación aumentó aún más, no solo había probado nueve cargas de semen fresco en un hot dog, sino que también ahora había recibido un facial de tres trallazos en mi rostro mientras otros seis chicos (aparte de Ricardo y de mí) me miraban atentamente. Yo no sabía cuál sería el siguiente movimiento en esa situación, ¿se arrepentirían de lo sucedido? ¿Me juzgarían de por vida? Simplemente me quedé sentado en el sofá esperando a que alguien dijera algo, Camilo aún estaba a mi lado en un estado un poco de shock. El otro chico que se había estado tocando junto a Ricardo ya había guardado su pene en su pantalón y todo estaba en silencio.
«Esto jamás debe salir de aquí», dijo finalmente Tomás, el anfitrión de la fiesta y el dueño de casa, «quien se atreva a hacerlo será excluido de nuestras reuniones y haremos que lo echen del equipo, ¿entendido?», continuó, todos asintieron, incluido Camilo y yo, que seguía con el semen en mi cara para entonces. «¿No piensas limpiarte?», preguntó Alexis, yo asentí y me paré del sofá, fui al baño con la supuesta intención de lavarme la cara, pero al verme en el espejo la situación me excitó muchísimo, saqué mi celular de mi bolsillo para guardar el momento para siempre con una foto y procedí a lamer los restos de semen que tenía en la cara, primero con mi dedo índice me saqué lo que tenía en la cara y lo degusté, sabía amargo, pero también pensaba en que era sabor a hombre, luego seguí limpiando un poco más pensando en lo espeso que se sentía en mi boca, lo mantuve en mi lengua por un tiempo para alargar el placer, en eso estaba cuando Luis abrió la puerta del baño (que yo había olvidado cerrar, pues mi primera intención había sido lavarme la cara y no saborear el semen de Ricardo) y me vio en ese estado, me miró sorprendido y simplemente me dijo «perdón, no quise interrumpir, creí que ya habías salido», cerró la puerta y se fue.
El resto de la fiesta transcurrió con relativa normalidad, parecía que todos habíamos acordado olvidar lo sucedido y hacer como que nada había pasado, Camilo parecía un poco más estable aunque no era el mismo que hacía unas horas antes de que probara el semen de otros hombres por primera vez. Seguimos bebiendo, fumando y conversando sobre cualquier cosa menos sexo (probablemente el solo hecho de mencionarlo era demasiado considerando el contexto), finalmente me fui a mi casa a eso de las cuatro de la mañana en un Uber. Llegué cansado a casa así que me dormí rápidamente, al despertar me dolía el cuerpo y la cabeza producto del alcohol, bajé a comer como pude a eso de las doce de la tarde, saludé a mi familia y cuando me preguntaron sobre cómo la pasé obviamente mentí y dije que todo estuvo bien, terminé mi almuerzo y fue cuando mi lujuria se incendió al abrir el refrigerador a buscar alguna fruta o algo para comer como postre, fue cuando vi unas salchichas que me recordaron a la noche anterior, decidí que repetiría la experiencia de probar semen en mi comida, busqué en el refrigerador mi víctima y unas frutillas llamaron mi atención, había visto videos porno en que jugaban con frutillas (fresas en otros países) y crema y creí que reemplazar lo segundo con mi propia leche sería ideal.
Procedí a tomar unas pocas frutillas en una taza pequeña y subí a mi habitación, cerré la puerta con llave, busqué una porno en la computadora, terminé eligiendo un video de Bukkake Boys, la situación era realmente morbosa y me recordaba a lo que había hecho la noche anterior, en el video un chico estaba centrado en el centro mientras más de diez hombres terminaban eyaculando en él, su cara estaba totalmente empapada de semen, algunas cargas incluso en sus ojos pero él seguía disfrutando y sonriendo, la verdad es que sentía envidia pero una excitación enorme, una mano en mi propio pene, sintiendo la suavidad de mi glande, sintiendo cargas eléctricas al tocarme, mi otra mano tocando mi abdomen levemente marcado, sintiendo cómo mis abdominales en desarrollo detenían mis dedos ligeramente, estaba a punto de tocar el cielo, imágenes de mí sentado viendo cómo esos chicos me veían degustar su semen fijamente, todos los ojos en mí mientras estaba en mi momento más cerdo, el sabor amargo del semen y la mezcla de espesores, la temperatura de ese semen recién exprimido, el pan húmedo y la salchicha con un sabor empapado de hombría, frente a mí ese chico con la cara llena de semen, similar a cuando Ricardo había depositado tres cargas calientes y espesas en mi cara, no aguanté más, me paré como pude y eyaculé en las frutillas que estaban sobre mi escritorio, vi cómo esas frutillas se empapaban de mi masculinidad, fue una de las eyaculaciones más grandes que he tenido hasta la actualidad, sin mentir debo decir que fueron unos ocho chorros, yo estaba realmente excitado entre el video, la situación de la noche anterior y lo que había visto en mi ordenador.
Se imaginarán que lo siguiente que hice fue comer esas frutillas, ¿no? Error, luego de terminar en ellas llegó el momento post corrida en la que comienzas a cuestionarte las cosas, ya no estaba excitado, aún no tenía el fetiche de comida lo suficientemente desarrollado como para hacerlo, simplemente no pude ni acercarlas a mí, cerré el video porno y apagué la computadora, limpié los restos de semen de mi pene con papel y pensé en botar esas frutillas, pero me detuve, ¿y si más tarde volvía a excitarme y querer probarlas? Decidí que lo mejor sería dejarlas ahí y que más tarde decidiría qué hacer con ellas, yo las veía con una mezcla de asco y curiosidad, seis frutillas empapadas de mi propio semen, me imaginaba su sabor dulce mezclado con lo salado y amargo de mi propio semen, la idea me gustaba y disgustaba a la vez.
La siguiente hora transcurrió de forma normal, me quedé en mi teléfono viendo redes sociales y escuchando música, seguía pensando en lo sucedido pero tampoco quería volver a masturbarme, había sido muy reciente. «¿Qué haces», un mensaje de Luis, «nada, aquí, en Insta, ¿y tú?», respondí, «igual», unos segundos breves en que no supe qué responder frente a esa respuesta tan seca, apenas y habíamos hablado, estábamos en el equipo y compartíamos pero no era de mi grupo cercano, «quedé pensando en lo de ayer», dijo, el mundo se me vino un poco abajo, no me sentía listo para afrontar lo que había hecho, «creía que todos ignoraríamos todo y que evitaríamos mencionarlo», respondí, «ya, bueno, fue un juego entre amigos», dijo, «pero más bien es por lo que ocurrió después», ¿después?, pensé, fue entonces que recordé su interrupción en el baño mientras yo probaba el semen de Ricardo que estaba en mi rostro, decidí hacerme el loco para ver si efectivamente era eso, «¿a qué te refieres?», una pausa breve, «lo del baño, nunca pensé que serías tan cerdo», eso me dolió un poco, no esperaba esa respuesta, me sentía humillado, «lo siento, fue la calentura, de verdad que me avergüenzo», dije, «oye, que no lo digo a malas, de hecho, creo que me excitó un poco verte así», ¿le excitaba?, su respuesta me sorprendió un poco, «¿te gustaría probar el mío?»
«¿Cómo? ¿Estás bromeando, no?», pregunté realmente anonadado, no lo podía creer, mi amigo me estaba proponiendo probar su semen, ¿acaso le atraían los chicos como a mí? «Eh, que tampoco vamos a hacer nada más, no me gustan los hombres, me gustan las mujeres, solo me excitó verte comer mi semen en ese hot dog y luego el de Ricardo, solo eso, ¿aceptas? Si no quieres, entonces ignora esto y hagamos como que yo no vi nada ni dije nada». Dejé su chat abierto unos minutos, yo necesitaba pensar con claridad, no sabía si estaba dispuesto a dar un paso así, la situación me calentaba claramente, pero por otro lado pensaba en que nuestra amistad quizás ya no sería igual, finalmente luego de unos diez minutos y algunos «oye» y «¿sigues ahí?» finalmente acepté, «¿cuándo y cómo?», fue entonces que Luis me confesó que estaba muy caliente y que se estaba masturbando mientras hablábamos, me dijo que ahora mismo de ser posible, me dijo que en su casa no podía porque compartía habitación con su hermana y que quizás en la mía, me lo pensé un poco, mi familia estaba ahí, pero la excitación me ganó, le di mi dirección y le dije que se apresurara.
Bajé a avisar a mi familia, nadie se sorprendió pues no era primera vez que alguien del equipo de básquetbol iba a casa, llegó luego de unos veinte minutos, se notaba recién duchado y su pelo estaba aún húmedo, le dije a mi familia que estaríamos en mi habitación jugando en mi ordenador, subimos a mi habitación y nos sentamos en mi cama, «¿estás seguro de esto?», pregunté con un poco de dudas, «ya estoy acá, ¿no?», dijo, «además, aún estoy un poco caliente?», dijo mientras se acomodaba el short deportivo que ya le marcaba un paquete en erección, decidí poner música para que mi familia no escuchara nada. Luis puso una porno hetero en el ordenador, fue entonces que notó las frutillas en mi escritorio, descifró que lo que estaba sobre ellas no era crema sino que mi propia leche y se rio, «realmente eres un cerdo, qué morbo» y comenzó a desvestirse totalmente, pude observar su cuerpo marcado, nada espectacular pero marcado, sus brazos eran fuertes, sus abdominales estaban marcados y su V era increíble, sus piernas delgadas pero hermosas llenas de pelos, estaba solo en bóxer, calcetines y una cadena en su cuello que lo hacían lucir varonil, finalmente se desvistió totalmente, liberando su hermoso pene de 18 cms, volví a observar el grosor de su miembro, sus venas hacían un camino perfecto entre su pelvis y el glande rosado que ya liberaba líquido pre seminal. Mientras tanto, yo seguía en el borde de mi cama, «si quieres tocarte está bien, es raro solo ser el único en esta situación», dijo, a diferencia de él, el desnudarme completamente me avergonzaba un poco así que solo levanté mi camiseta levemente y bajé mis pantalones lo suficiente para liberar mi miembro, él se sentó frente a mi escritorio y yo podía notar sus músculos tensarse con sus movimientos, incluso sentado sus abdominales se podían marcar, la situación me tenía al límite y parecía que a él también, notaba algunos gemidos reprimidos de su parte, pensé en acercarme a él pero no quise cruzar esa línea sin su consentimiento.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, creo que el tiempo no fue mucho producto del morbo, «quería echarte mis hijos en tu cara esta vez, pero creo que será más divertido que pruebes este postre», dijo riendo un poco antes de comenzar a pararse y comenzar a gemir un poco más alto, sus músculos se tensaron, sus brazos fuertes marcaban más sus venas, sus abdominales parecían de piedra bajo sus pequeños pero hermosos pezones rosados, se puso de puntillas para acercarse al tazón de frutillas, sus pantorrillas se tensaron, su hermoso y ahora mojado pene comenzaron a bombear cuatro cargas de semen, era una oda al cuerpo humano ver a ese semental entregando su hombría para el posterior deleite en mi paladar, ya podía imaginarme su textura espesa y la temperatura caliente en mi lengua, estaba en un trance cuando Luis acercó el tazón con frutillas hacia mí, «vamos, aprovecha mientras está fresco».
Tomó una de ellas como olvidando que mi semen había estado ahí previamente, «quiero ser yo quien te entregue mi leche de macho», dijo, me acercó la frutilla a la boca y yo solo procedí a abrirla mientras seguía masturbándome suavemente, comencé a saborear la frutilla, estaba fría por dentro producto del tiempo que llevaba en mi habitación pero caliente por fuera, sentía cómo estaba empapada de semen, era una mezcla muy extraña pero fabulosa, en algunas partes estaba fría pero en otras estaba hirviendo con masculinidad fresca, «quiero que me mires a los ojos mientras saboreas mi hombría», dijo Luis cuando me acercó la siguiente apenas yo había terminado la primera, la misma sensación, un sabor agridulce, una textura confusa pero deliciosa, yo observaba sus ojos verdes llenos de lujuria, una sonrisa que claramente disfrutaba la situación, quedaban dos frutillas, yo miraba a ese hombre desnudo y justo cuando una arcada quiso impedirme terminar la cuarta frutilla fue que terminé eyaculando, esa simple arcada fue el punto de clímax para mí, el sentir a mi cuerpo rechazar ese alimento me provocó una excitación increíble, su semen era muy espeso y lo sentía en la garganta y al devolverse a mi boca por un segundo simplemente terminé por eyacular sobre mi propio abdomen y piernas, Luis esperó a que yo terminara de correrme y me pasó la taza, «frota estas frutillas sobre tu semen y cómetelo», me ordenó, seguí sus órdenes a pesar de mis remordimientos post corrida, limpié la parte baja de mi abdomen con una frutilla y la saboreé, mi semen solo añadió un sabor salado que me volvió aún más loco, la textura era increíblemente cerda y morbosa, terminé mi última frutilla luego de limpiar mi cuerpo con ella y miré fijamente a Luis a los ojos, él parecía deleitado por toda la situación.
Nos quedamos así unos segundos, me pasó papel para que limpiara los últimos restos, él comenzó a vestirse en silencio, se puso la camiseta y subió sus pantalones aunque dejó su pene afuera, yo solo lo observaba confundido, no sabía qué decir, fue entonces que me quitó el tazón ahora prácticamente vacío con apenas unas gotas de semen en él, «¿sabes?, dicen que es bueno mear luego de correrse», dijo mientras comenzaba a orinar dentro de la taza, yo no lo podía creer, era algo realmente inesperado para mí, escuchaba el líquido caer en el fondo de ella y cómo comenzaba a llenarse, finalmente luego de unos pocos segundos se detuvo, me acercó la taza devuelta, podía notar cómo surgía vapor de ella, «si quieres que esto se vuelva a repetir, bebe mi orina, demuéstrame lo cerdo que eres».
Que delicia , quiero amigos así , continúa