Garganta estrecha
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Álvaro, tengo 21 años apenas ,soy heterosexual y tal vez aún no haya recibido la mejor mamada de mi vida, pero creo que hace un par de meses recibí la mejor hasta ahora.
Todo comenzó un domingo en casa de mis papás, no había mucho que hacer, más temprano por la mañana había jugado un partido de futbol en el deportivo de la colonia y al volver a casa después de tomar un refresco con los del equipo (ganamos 3-0) hacía tanto calor que no me quedaban ganas de hacer nada.
Cuando llegué no había nadie en la casa, me extrañé pero luego recordé que irían a casa de mi abuela que vive a hora y media de allí, por lo cual no regresarían hasta la noche.
Salí a prender el calentador de agua y pronto vi que ya no había gas, no sin antes revisar por todos lados del calentador, lo que me dejó sucio y todavía más sudado que el partido de fut.
Entré otra vez, comencé a ver un partido en canal 2 y prendí la computadora un rato, cosas que uno tiene libertad de hacer cuando no se tiene novia. 5 meses antes había terminado con mi última novia y desde entonces no había tenido ninguna preocupación de atender a nadie.
Me metí a facebook, comencé a responder las notificaciones y a los 10 minutos un chavo gay que me agregó hace mucho, de esos que conociste 5 minutos en la fiesta de un amigo y ya te agregan. Me preguntó si lo recordaba, y le dije que sí, pero que no tenía idea de su nombre, (tenia uno falso en face)
Pronto comenzamos a platicar mejor, escuela, amigos y cuando llegamos a la vida amorosa sacó el cobre.
Me preguntaba cosas acerca de porqué no tenia novia, mis hobbies, el equipo de futbol y aprovechaba cualquier comentario para decirme lo rico y sexy que le parecía, sin darme cuenta yo también me excitaba.
Realmente desde que terminé con mi novia no había tenido sexo ni ganas de tenerlo, desde los 13 años también dejé de masturbarme ya que me cansaba (tardo mucho en venirme) y no le veía sentido a hacerlo.
Comencé a tener una erección que se me marcaba en los shorts del uniforme y por un momento me dieron ganas de dejar la conversación, él era gay y a mí no me gustan los hombres. Pero entonces me mandó un video donde él aparecía mamandole la verga a un wey y no pude más.
Le dije que la verdad se me había antojado y él me invitó a ir a su casa. Tenía 27 años y vivía solo, y lo mejor de todo es que estaba a seis calles de mi casa. Le comenté que antes quería bañarme pero que tenia que pedir un tanque de gas y él me dijo que me bañara en su casa, que solo llevara mi ropa.
Salí deprisa con mi mochilita de juego con un cambio de ropa. Aún tenía las calcetas y todo el uniforme menos las espinilleras, y caminaba muy rápido sintiendo mi verga palpitar apretada contra mi muslo.
Al girar en su calle lo vi parado donde me dijo que estaría esperándome y noté que era bastante más alto que yo. Yo tenia 20 años entonces y él 27. Llegué, nos saludamos y sin perder tiempo nos metimos a su casa.
Me invitó a sentarme en el sillón forrado en ese cuero que lo hace a uno sudar mucho, y además el sol caía sobre el sillón en ese momento, por lo cual ardía la piel de tocarlo.
Me ofreció agua por ver mi sudor y acepté. Me tomé dos vasos grandes en menos de 5 minutos. Platicabamos de nuestro amigo en comûn, de mi escuela y del partido de la mañana.
Me felicitó por el gol que metí y puso su mano en mi muslo, a centímetros de donde palpitaba mi glande y me puse nervioso.
Él me miró y mencionó lo duros que tengo los muslos mientras subía su mano y rozaba mi verga por encima ddel short.
Me dolía ya el palpitar, sentía las venas hinchadas y un calor en los testículos muy fuerte.
Me deslizó el short y comenzó a rozar su cara contra mi boxer y mi bulto. Le daba pequeñas mordidas y dejaba mi boxer mojado de saliva. Y de repente lo bajó de golpe.
Sentí un alivio cuando mi verga salió de la presión del boxer y ahora palpitaba fuertemente casi morada y con el glande hinchado. Las venas estaban saltadas y podía ver su color.
Él se quedó viéndola palpitar y me dijo que no esperaba eso.
la saludó con un besito en el glande y la olió, sentí un poco de pena por ir tan sudado, pero él se excitaba con el olor a verga sucia.
Lamió todo mi tronco como si deseara quitarme todo el sudor, pero yo ya ansiaba que se metiera mi verga en la boca.
Jugó con mis bolas succionandolas un poco y subió hasta la punta de un lengüetazo.
Sentía su aliento en mi glande ensalivado y por fin comenzó a comer verga.
Metía mi glande en su boca y lo lamía por dentro. Sentía sus dientes rozarlo y me gustó mucho, además de ese sonido de chupón cuando lo sacaba de sus labios.
Abrió un poco más la boca y se metió unos cuántos centímetros más de carne dura en su boquita, llegaba ya a la mitad de mi tronco y podía sentir cómo frenaba mi verga con su lengua y comenzaba a moquear y salivar más, eso me excita.
Lo hacía con una velocidad constante, no me rozaba hasta entonces con los dientes el glande, pero sentía su lengua moviéndose dentro de su boca, de vez en cuando dejando salir por las comisuras un poco de saliva que lamia de inmediato. Yo ya sudaba muchísimo de la espalda y el pecho por el calor.
De repente tomó aire con la nariz, y súbitamente trató de introducir toda mi verga en su boca, pero fue en vano, ya qie su misma lengua la frenó y me la dobló por el choque.
Me dolió un poco, pero él mantenía todo lo que le cupo adentro, respirando por la nariz y con la boca abierta, escurriendo gotitas de saliva en mis bolas y pubis. Lo tomé de la nuca y moví mi cadera un poco en círculos, haciendo presión en su nuca intentando acomodar mi verga para que entrara más, pero su lengua estorbaba.
Se la sacó porque le faltaba el aire , tomó más, lo vi muy rojo de la cara, sudando todo, pero me dijo que ahora sí podría.
Me animé a ser más rudo esta vez.
Volvió a clavarse lo que le cupo antes y tuvo una arcada, pero esta vez lo tomé con ambas manos de la cabeza, la levanté y la volví a bajar de golpe mientras levanté mi cadera y logré esquivar su lengua hundiendo toda mi verga en su boca, hasta que su nariz chocó con mi abdomen.
De inmediato tuvo una arcada muy violenta y escuché un sonido raro de su garganta, y él quiso empujarme para respirar, pero aferré su cabeza con ambas manos y además, arqueé más mi cadera para que la poca verga que queda dentro del pubis saliera y se le hundiera más. Él dejó de intentar sacarla, pero como no podía respirar por la nariz ya que mi abdomen la bloqueaba, tuvo que hacerlo por la boca, y al abrir los labios para tomar aire vi algo que me excitó como nunca!
Una carga de espesa saliva blanca salió de su boca y cayó con un sonido de salpique sobre mi abdomen, él tomó aire y más saliva salia de su boca sobre mî. Sentía la vibración en mis manos de como él aún hacia esfuerzo por sacársela, así que retiré una mano y le permití sacarse lo suficiente de carne como para respirar.
Mientras él se reponía yo jugué un poco con la saliva espesa que ya me escurria por al lado de mis bolas hasta el culo, y por ni abdomen hasta inundar mi ombligo. Con los dedos la esparcí por mi piel y cuando juzgué que ya había respirado suficiente le quité la mano de mi verga, lo sujeté con fuerza por la nuca y comencé a coger su garganta con fuerza.
Mis nalgas no tocaban ya el sillón lleno de saliva por lo arqueado que estaba, y mientras penetraba en su garganta me excitaba oir el chapoteo de saliva dentro de su boca y ver como salían cargas de aquella baba blanca, mezclada con mocos y lágrimas.
cuando lo oía lloriquear me excitaba y clavaba toda mi carne en su boca, dejándola ahí mientras movía mi cadera en círculos, lo que lo hacía tener arcadas y lloriquear más.
Cuando hice eso por tercera vez él ya no pudo más.
Movía en círculos la cadera cuando sentí un apretón de sus manos en mis muslos, oí un tosido violento y una explosión de vómito color crema me salpicó todas las bolas y mi abdomen.
yo tampoco pude más.
Aferré su cabeza con ambas manos mientras el olor a vómito y cerveza me llegaba al olfato. Comencé a cogerle la boca con más violencia mientras vomitaba más y lloriqueaba, me dio un par de golpes en los muslos quizá para indicarme que lo dejara en serio, pero era muy tarde.
con todas mis fuerzas lo tomé de la nuca y arqueé al máximo mi cadera mientras los chorros de semen de 5 meses se disparaban en su garganta directamente, sentí las palpitaciones fuertes de la corrida en mi verga, y descargué toda esa leche en su garganta. Lo peor fue que con la venida me llegó una sensibilidad en el glande, y con el roce de su garganta comencé también a descargar la orina del agua que tomé, pero esta vez no iba a poder obligarlo a bebersela.
Apenas oriné 3 segundos y los chorros comenzaron a salir de su boca hacia mi vomitado abdomen y él comenzó a toser de verdad, me empujó con fuerza, sacó toda mi verga de su boca (yo seguía disparando meados esta vez por todo el suelo, el sillón y mi pecho) y apenas pudo respirar un poco volvió a meterse mi glande en la boca, que se llenó rápidamente de orina que él se tragó, así dos veces hasta que terminé.
Él se lamió los labios, chupó mi verga dormida por fin, la soltó con un sonido de chupón y me indicó dónde bañarme.
la mejor mamada de mi vida.
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