"GORDA PALIZA"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ay..! qué cosa mi loca suerte!!! Lorna, mi hermosa vecinita que desde que nacimos me atrapó enamorándome de ella ya desde niñitos, supo, al entrar a nuestras edades del amor adolescente, atraparme en un loco estado de calenturas atroces por ella, en la que quedé por ella como poseído, y centro del más desenfrenado goce dejándome hacer por ella, todas las cosas que hacerme ella deseaba.
A los 13 años "oficializamos" por decirlo de alguna manera nuestro noviazgo ante nuestras respectivas familias que ya por descontado sabían de lo nuestro, aunque ya desde mucho antes, mi gorda y hermosísima Lorna sabía ya de agarrarme en esos andurriales de niño, y desnudarme por completo para hacer con mi cuerpo de niño calentón y lujurioso, el juguete erótico que siempre supo ella disfrutar a sus anchas.
Fué a nuestros once años, me acuerdo, cuando comenzó aquella loca cosa de "enloquecer" yo de amor por sus pies: Jugábamos me acuerdo uno de esos tantos juegos de niños allá en un parque cercano a nuestras casas, y en la soledad hermosa y cómplice de aquel lugar, Lorna se descalza y comienza a deslizarme sus olorosas y húmedas plantas por la cara, sumergiéndome ahí mismo en una sorpresiva avalancha placentera que me hacía disfrutar de eso con un exagerado placer erótico que de inmediato comenzó a ascender como una impresionante hoguera en mi ya latente insinuar erótico de mi adolescencia incipiente. Recuerdo que con maliciosa lujuria comencé yo a lamerle y chuparle los sudados pies, mientras ella captaba ésa mi caliente y lujuriosa pasión, riéndose felíz y "triunfal" por tan sorpresivo "hallazgo" en el sentir de mis pasionales deleites.
"Ahhhhh, bandido…conque te gusta ésto, ehhh?" -recuerdo que Lorna me dijo en cuanto comencé a lamerle los pies- y ya, a partir de allí…mi hermosa noviecita gorda comenzó a manejarme a su antojo haciéndome hasta estallar en placeres de locura refregandome los pies por toda mi física humanidad cada vez que encendido en amores eróticos deseaba verme. Obviamente, aquéllo fué craciendo y creciendo, cobrando un cuerpo y una dimensión tal, que ambos nos hicimos cómplices en ese mutuo goce de disfrutarnos en aquella cosa que a los dos nos ponía encendidamente cachondos. Los pies de Lorna vivían practicamente dentro de mi boca, y su gusto y olor estaban ya establecidos en mi paladar. Juntos planeábamos maneras de buscar las formas de que sus pies sudaran más y más, y reíamos cuando veíamos los "óptimos resultados" que lográbamos cada vez que las sintéticas medias o las cerradas sandalias que elegíamos para tales efectos, los resultados esperados así lo hacían a las mil maravillas. Entonces…las sudadísimas plantas de Lorna iban derechito a mi cara, y ya, mi lengua comenzaba a trabajar en ellas.
Cierta vez Lorna jugaba con mis genitales como siempre lo hacía en aquéllas mis sesiones de lamidas de sus pies, cuando el orgasmo monstruoso que me hizo llegar con sus manoseos y cosquillas, arrancó mi primer eyaculación de adolescente que ella contempló con aquél su grito de "Éeeeeepale!!!" y de inmediato su carcajada, y enseguida, su otro grito de "Iuuuuujuuuuuuu!!!" "¡Leche, mi amor…ya tenés leche!!!"-recuerdo que fueron sus primeras palabras luego de aquéllas sus exclamaciones de gritos y risas al verme eyacular, y haciéndome cómicas morisquetas, me decía ya anunciándome: -"Así que a partir de ahora…preparáte para las "ordeñadas" que voy a darte!!!" Y yo, aún gemía y gemía y suspiraba y bramaba acosado por aquel orgasmo atróz que ella había sabido arrancarme junto con toda la leche de mi primer acabada. Ayyy! la que me esperaba con mi linda gorda!!!! Si: aquéllo, comenzó a ser una loca vorágine de amor desenfrenado en el cual juntos buscábamos las maneras de que ella pudiese exprimirme de la mayor manera posible. Yo era su esclavo, los dos así lo decíamos, y aquéllo así estaba ya establecido y así seguiría por siempre siendo.
Cierta vez, me acuerdo, en la cual juntos ella y yo andábamos cojiendo por el monte y Lorna hacía cosas conmigo que demostraban la dominación continua que sobre mí tenía, fuimos descubiertos por una vieja bruja de esas curanderas y dueñas de ciertas sabidurías acerca de los misterios de las plantas y sus propiedades, y apareciéndosenos a las carcajadas cuando Lorna estaba encima mio desnudo meta bombearme y bombearme follándome como energúmena, así comenzó la bruja a decirle: "Paaaaaaaaaaaaaaaah, que sabés "amasarlo" lindo a tu noviooooo!!! -y agregó-: Pero si vos querés, puedo enseñarte ciertas cositas con las que podrás sacarle "muuuuucho más provecho", jajajajajajajajajajajajaaaaaaa!!!!"
Ya, Lorna aceptó maliciosamente sonriente el ofrecimiento, y juntos ya los dos vimos que ahí, iríamos a aprender "ciertas cosas" que irían a aumentar aún más ese provecho que sabía ella sacar de mi cuerpo. La bruja…comenzó su enseñanza: -"Ves esta planta..? bien…si le escurres esta baba que ella de su hoja suelta, y se la frotás en los huevos a tu novio, en cosa de minutitos nomás, lo tendrás diez mil veces más caliente, y podrás hacer con él lo que se te ocurra que él te lo agradecerá, como veo que sabe agradecerte muy bien todas las cosas que hace rato le estás haciendo, jaaaaaa jajajajajajajaja!!!!!" Lorna reía y me miraba, y mirando esas hojas me miraba, y me dirigía socarronas morisquetas maliciosas…yo…resignadamente, reía.
Un erotismo mayor, iba inundando todo mi ser..! Las carcajadas de la vieja bruja se perdían con ella en el monte, mientras sus más obscenos comentarios hacia lo que iría a pasarme también con su alejamiento se perdían, y Lorna iba ya arrancando hojas de aquélla a las que ya, comenzaba a extraerles aquella prodigiosa sustancia. Con las manos repletas de aquella vegetal baba, Lorna comenzaba ya, a refregarme los testículos mientras su rostro dibujaba en su mirar hacia mí, las morisquetas más maliciosamente lujuriosas que puedan imagirarse…sus pies…estaban ya, deslizándose por mi cara. Si: aquéllo, entre nosotros, era un amor en el cual yo, era posesión absoluta de Lorna, mi gorda linda,que cada vez acrecentaba más su dominación sobre mí en aquello que no era otra cosa que la más continua y deliciosa…"GORDA PALIZA".
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