Historias de dos mujeres.
– Si y ahora que me confesaste el último viernes… Que te encantan los pendejos ¿no? – Si, me enloquecen, en encanta calentarlos, cuando les muestro, como sin querer mis bombachita en la escuela..
Historias de dos mujeres.
- Lo que te voy a contar… No sé, si realmente hacerlo, pero…
- Bueno si ya tuviste la intensión, es por algo ¿no?
- Si claro, bueno. Pero es para nuestros viernes de películas.
- Dale, tú sabes es el tenor de lo que charlamos. Y lo mejor siempre son y serán los detalles.
- Soy una… Te aguantaras hasta la noche.
- No me queda otra… Yo llevo las bebidas.
Todos los viernes por las noches, una noche en la casa de una y al siguiente en la de la otra. Fue así como los viernes pasaron a ser sagrados. Pues su esposo de Mili, al tener un cargo preponderante en la iglesia, ella quedaba libre los viernes, Mary no tenía ningún inconveniente pues había quedado viuda, y hacía dos años de la muerte de su marido.
- Bueno, ya me voy, ya llega el micro. Nos vemos a la noche… Besos.
Como en toda historia, siempre se realiza una descripción de los personajes.
Mili, es maestra de primaria de quinto a séptimo grado. Y Mary lleva la contabilidad de su iglesia y también ayudaba en algunos eventos a realizarse, para recaudar fondos. Describir la figura de ambas no es importante. Y diría que ambas son de buen ver. Pero por la magnitud de sus trabajos, deben usar ropas que ocultan o disimulan sus atributos más bonitos. Pero después de todo la sexualidad es más mental, que física. Y que sus condimentos son los que dan el sabor, el gustito… El morbo, el transitar por la delgada línea de lo prohibió, e ir dejando atrás los tabúes.
En la Noche. Prepararon algo para picar y ver una película. En principio era una película picaresca o romántica un poco subida de tono en las escenas. Y con el tiempo fueron aventurándose algo más y ya eran pornográficas. Hasta se vestían de manera de quedar cómodas. Para cuando llegara el momento impostergable de tocarse sus sexos. Y como el tiempo lleva consigo la confianza, ambas terminaban en una sesión de masturbación desesperada, cada vez más desesperada y despojada de todo pudor. También fueron adicionando contarse historias para excitarse aún más. Ambas fueron descubriendo su lado más oscuro, y disfrutando ese camino, también encontraron que no eran las únicas que disfrutaban de esos placeres tan morbosos y descabelladlos.
- Es tan excitante, como lo que vos me contaste los días pasados. Pero la vez que me lo relataron, me moje toda, cosa que me pasa con ciertos temas en especial.
- Y mí también. Si la primera vez que me contaron cosas como estas. Fue la chica que trabaja en casa. Recuerdo que fue tan picante, tuve que disculparme y pasar al baño. Fue cerrar la puerta tras de mí, y matarme con una fabulosa paja. Estaba tan roja, que tarde más de quince minutos en reponerme.
- Me gusta que me cuentes eso, pues al fin encuentro alguien tan cochinita como yo, además, me gustas porque decís las cosas por su nombre.
- Bueno gracias, lo que pasa que, ya voy conociendo tus gustos, que son según creo, muy similares a los míos.
- Si y ahora que me confesaste el último viernes… Que te encantan los pendejos ¿no?
- Si, me enloquecen, en encanta calentarlos, pienso siempre como esas pequeñas pijitas, se van levantando, cuando les muestro, como sin querer mis bombachita en la escuela.
- Lo mismo yo, me dediqué a estudiar Psicología infantil, para aplicarla en la iglesia, pues advertí que iba a tener un contacto más profundo con ellos. Pero bueno ya contadme, que de solo saber que me vas a contar algo realmente excitante, ya estoy super caliente.
- Te molesta, si me toco un poquito, ya me está picando. (rieron las dos)
- Estábamos hablando, con esta amiga, que te conté anteriormente. Era una tarde de lluvia, yo había quedado en ir a buscarla, pues habíamos planeado salir de compras y después tomar algo por allí. Pero todo se frustro pues una pequeña lluvia se fue poco a poco transformado en tormenta y todo sucedió en unos minutos, por lo cual decidimos no salir. Yo tenía una bronca, pues me encanta salir de compras mirar vidrieras. ¿y qué te miren no? Ella como para calmar mi bronca decidió que iba cocinar unos escones y que tomáramos él te, y que conversemos allí en su casa, ya que el motivo verdadero era encontrarnos y hablar ya que hacía, varios meses que no nos veíamos. Pasamos por todos los temas habidos y por haber, vos sabes cómo somos nosotras, cuando comenzamos. Bueno una cosa trae la otra y no sé cómo llegamos al tema de incesto.
- A mí me parece, bastante raro.
- Raro, no te creas.
- Buenos, quizás… bueno yo sé… Que hay asquerosas, pero…
- Que hay, hay, escucha esto. Una amiga, de mi pueblo de donde yo vivía de chica, vino hace poco a visitarnos, yo la invite pues ella no pudo venir para mi casamiento, y se quedó dos semanas, ella y su hijo. Te imaginas yo contentísima, además el hijo, que tenía 13 años igual que el mío, ellos desde el primer día, se llevaron de mil maravillas. Me contó que, tenía relaciones con su hijo, te puedes imaginar…
- Yo, como no me lo podía imaginar, mi mente viajo a mil por horas cuando me lo dijo, mi conchita, se mojó al instante, ya sentía que mi humedad, era apenas contenida por, mis bragas. Pero, yo puse la mayor cara de estúpida.
- Yo te puedo creer…
- Créelo, la muy guacha, se acostaba con su hijo.
- Qué barbaridad, pero como empezó esa relación enferma, pues me imagino que esto, no se da de la noche a la mañana.
- Claro que no, pero eso no es nada, cuando termine de contártelo, no vas a poder creer…
- ¿Hay más?
- Claro…
- Pero dame más detalles como nos gusta a nosotras, las putitas ocultas.
- Te comienzo a contar. Ella se había, quedado sola, pues la pareja la abandono, dejándola embarazada, dos meses antes de tenerlo, volvió a vivir con la madre, y lo tuvo. Entre ella y la madre lo criaron. Y con la ayuda de la madre, ella pudo salir a delante, tener una vida normal, poder cumplir con el trabajo, y poder criar a su hijo. Pero al estar sola… Ella me decía que eso la relegaba bastante como mujer, pues no tenía tiempo, para salir y conocer un hombre, ya era demasiado el tiempo que la ocupaba como secretaria de la presidenta de una compañía materiales eléctricos, y ya era demasiado la ayuda de la madre con su hijo. Pero como vos sabes, a todo se acostumbra una. Bueno mi vida era de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Bueno la madre viuda. Sin esposo, el único refugio lo encontraba en la iglesia y cuidar a su nieto. Ella me mostró fotos de la madre, una autentica chupa asirio, una mojigata en pinta, que incluso la recriminaba si usaba alguna ropa algo más provocativa.
Los tres vivían en una casa de dos habitaciones, su nene dormía con ella salvo algunas veces que dormía con la abuela. Las noches que dormía con la abuela, ella aprovechaba a tratar de calmar sus ansias, pasaba varias horas masturbándose y así pasaba toda la noche, hasta caer dormida con las manos entre sus piernas. Ella todos los sábados había tomado como un ritual, de bañarlo. Pues los días de semana lo hacia la madre. Mes tras mes ella, iba apreciando el desarrollo de su niño. Date cuenta de que era la única pijita de la casa. El niño era tratado como un rey por las dos mujeres que lo atendían día y noche.
Ella toda una madre, pero casi sin darse cuenta, (Ya sabes la sangre caliente llama) le fue dedicando más tiempo al lavarlo y más precisión al secarlo en sus partes íntimas. Una de las primeras alegrías que le dio su chico, fue una tarde que mientras lo enjabonada se le paro, no lo podía creer, pues no sabía que a esa edad ya se les podía parar. Así que, a partir de allí todos los sábados repetía la misma ceremonia.
Tomo como precaución cerrar la puerta con llave antes de báñalo, cosa que antes no hacía. Por si su madre, entrara de improviso, y también por lo que ella podría llegar a pensar. Moriría de vergüenza si su beata madre, se enterara que estaba haciendo con su vástago. Aun sin leche, ella se excitaba como una adolescente y comenzó a añorar el momento en que podría verlo eyacular por primera vez. Comenzó a realizar acciones para acelerar ese acontecimiento. Y ella se metía en la tina con él y una vez los dos desnudos metidos en la bañara, tomaba más dedicación al enjabonarlo para hacérsela parar, y una vez paradita ella como jugando con él lo masturbaba lentamente dando tiempo al placer, con una mano y con la otra se metía los dedos por sus dos agujeritos. Y eso doy fe, porque ya en otra oportunidad, ella le encantaba meterse cosas en el culo.
- Y a vos…
- Donde te crees donde tengo mis dedos. Y subiendo la falda, para dejar ver a su amiga, se podía ver a había corrido sus bragas he insertado sus deditos en ambos agujeros.
- Ok, yo también mientras te cuento me voy a pajear un poquitito, pero siempre que recuerdo sus palabras, me mojo como loca…. continuo.
El nene todavía no tenía leche, pero ella le encantaba vérsela parada. Poco a poco, la calentura que la invadía todos los sábados, con el tiempo ella se fue volviendo más osada jugando en la bañera…. y en esos juegos lo abrazaba y lo recostaba contra su pecho, jugaban a que él era más chico, que era nuevamente su bebe, incitando a que vuelva a mamar de sus pechos, y en esos juegos el agua de la tina disimulaba, sus dedos que se perdían entre la desesperación de tocarse entre sus piernas y la pijita paradita de su nene, la cual terminaba frotándosela sobre su estómago.
-Te juro, me lo contaba con lujos de detalles, y cada palabra revelaba, el fuego de su vagina ardiendo por su hijo.
-Que guacha no? Seguí…
Como te dije cada sábado fue más, y más. osada… Un sábado, mientras lo secaba, ella quedo en una posición, que el deseo, se desato por completo, para no parar nunca más. Se la comenzó a chupar, mientras lo chupaba, al ver la cara de susto de su hijo.
– No te asustes mi amor. Vos sabes que mamita te la toca cuando se te para, para bajarte, y eso te gusta ¿no?
– Si, mami… Siento calorcito.
– Bueno, como la tienes paradita de nuevo, y estaba muy sequita. Mama, te va a poner un poquito de saliva. Yo sé que te va a gustar más. ¿te molesta si te pongo salivita?
– No… No me molesta.
– Bueno mi vida quédate así quietito, que mamita te la va a chupar, un ratito vas a ver cómo te va a gustar mi amor.
Lo sentó en la tapa del bidé, ella comenzó a chupársela tratando de llevarse a la boca toda completita con huevitos y todo.
- La muy turra, se los metió a ambos en su boca y jugaba con la lengua por sus bolitas.
- Mas amor y dedicación imposible, le dio una masturbada de lujo.
- Pero, lo peor viene ahora, ella olvido esta vez de cerrar la puerta del baño, y en el mayor estado de calentura, al abrir los ojos, vio a su madre apoyada en el marco de la puerta. Con una toalla cubriendo su cuerpo.
- ¡Mama!
- Veo, que tes estas divirtiendo.
Se largo a llorar, perdón mama…. no sé me que me paso… Necesitó un hombre.
- Calma, hija que vas a asustar al nene…. Está bien, mi amor.
- Me deje llevar, estoy muy sola…
- Lo se mi amor, todas lo necesitamos alguna vez… Te lo digo como mujer. Vos siempre me viste como tu madre, pero mírame ahora como mujer. Yo te estoy viendo ahora como una mujer desesperada. Yo sé lo que es estar sin un hombre…
Su llanto, iba disminuyendo, pues la madre había comenzado acariciándole la espalda, sino que fue lentamente bajando su mano hasta llegar a sus nalgas. Y entre ellas comprobó lo mojada que estaba su hija.
- Hijita, yo soy una mujer que está en tu misma situación, y yo también sufro, pero creo que entre las dos nos tenemos que ayudar.
Para ese momento los dedos de su madre ya estaban en su conchita y se introducía fácilmente en su interior.
- Mama…
- Hija esto, no lo tiene que saber nadie…Sabes… ¡Promételo!
- Si mama…
- Afuera todo igual, aquí dentro algo va a cambiar…
- Deja mi amor, relájate mama te va a ayudar, no te preocupes. Nadie nunca va a saber nada de esto. Esto va a ser un secreto supremo de nuestra familia.
- .. Esto está mal…
- Quietita linda, yo sé lo que nos gusta a las mujeres, también sé que te encanta pajear a tu hijo. ¿Te calienta mucho la pijita de tu hijo?
- Si, mami me vengo… cuando acaba en mi boca…
- Y como no te va a calentar si es la pijita de la casa, y está en pleno crecimiento. Es hermosa… Desde hoy el será nuestro machito.
- No, mi amor, ¿vos quieres a tu mami y la abuela no?
- Si abuela.
- Anda seguí chupándosela despacito a tu hijo, tomate todo el tiempo que necesites, sin pensar, que alguien puede descubrirte, ni hoy ni nunca. Que yo me encargo de vos, mi amor.
La madre tomo, la pija de su nieto, y la volvió a depositarla en su boca de su hija, después se dedicó a masturbar a su hija.
Su mayor orgasmo llego, cuando, su hijo acabo tres borbotones de leche en su boca. El placer fue inesperado, sorprendente y sublime. A todo ello se sumó a que su madre se encontraba en el piso boca a arriba chupándole la conchita a su degenerada hija. Una hermosa hija de puta.
- Te puedes imaginar, acabo con la leche del hijo en la boca y acabo en la cara de su madre, la cual degusto los jugos de su hija. La abuela recibió todo el flujo, que por su abundancia aprecia que la hija se estaba orinando encima de ella. Eso colmo calentura y alegría. Pues era la confirmación de aceptar tal relación prohibida. Tremenda fue la calentura, termino con la mano pajeándose, citando algún santo…. te imaginas el santo de las degeneradas….
Ella me contó que después se turnaban para llevar a su hijo a sus camas y el nene creció teniendo relaciones con la madre y con la abuela.
- Que hijas de puta… Como habrá gozado esas inmundas…
- Mira mi concha esta roja tengo tres dedos metidos…. acabo…
- Acaba… y piensa, los litros de leche que le habrá succionado a su hijo estas guachas…
Continuará… Habrá más historias.
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