Húmeda por ti Kitty…..
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Karla_patito.
A lo lejos llamó mi atención, caminaba despacio, sin prisas, el contoneo de sus caderas al caminar se me hizo en exceso femenino, muy sensual, cabello largo, delgada sin llegar a parecer flaca, de hecho era linda su figura, vestía un top de licra deportivo que permitía admirar unos senos firmes y su abdomen, una minifalda deportiva (cómo las que se usan para jugar al tenis) leggings de licra negros súper ajustados como una segunda piel, alpargatas de plataforma anudadas a sus tobillos que estilizaban su figura, una chamarra atada a la cadera anudada de lado, quizá es lo que me llamó la atención, además de su deslumbrante sonrisa y mochila al hombro, a leguas se notaba que iba o venía del gym, al menos eso creí.
Quizá sintió mi insistente mirada porque a unos 10 metros de distancia se percató y sus ojos se cruzaron con los míos para no perder el contacto, venía directamente a mi mesa, estaba tomando un café mientras esperaba la llegada de Mariana (estaba en un café con mesas al aire libre) y fumaba un cigarro para calmar la impaciencia, al llegar, su sonrisa se hizo más amplia y me terminó por cautivar; – “Hola, quieres sentarte?”, le dije, -“Claro, por qué no?” respondió. Le tendí la mano y me presenté: “Mi nombre es Karla Patricia, mis amigos me llaman Karly y en casa me llaman Patito, me puedes decir como gustes”, “hola, muchos gusto” respondió, “me llamo Kitty y me puedes decir mi amor” te acercaste no estrechaste mi mano pero me besaste en ambas mejilla, al estilo europeo, yo me quedé pasmada, no esperaba algo así, seguramente lo pudo observar en mi cara porque soltando una carcajada agregó: -“No te espantes, así soy yo, directa, espero no te incomode, pero si gustas, puedes tomarlo a broma, que aquí no pasa nada” –“eso es lo malo” conteste yo, ahora la sorprendida fue Kitty, -“Cómo? No capté”; ahora la que rió fui yo; -“Pues eso, que lo malo es que no pasa nada, porque si pasara, seguramente sería muy bueno”; – “Tú crees Karla?”; -“No, no lo creo….. estoy segura que así sería”
El timbre de mi teléfono nos interrumpió y disculpándome contesté, era Mariana que me llamaba para avisarme que tenía un imprevisto de último momento y no podía reunirse conmigo como habíamos quedado, la desilusión se dibujó en mi cara, mi adorada Mariana me prometió tratar de desocuparse lo más pronto posible y quizá podríamos aún rescatar la tarde… bueno, no sé qué es lo que Kitty intuyó porque dijo: -“ánimo Karly, quizá el destino nos tenía esto planeado”, nos tenía? Me quedé pensando, acaso no era una excelente oportunidad pasar la tarde en compañía de tan sensual mujer? Claro que lo era!!! mi rostro se iluminó con una sonrisa y le invité: -“quieres tomar algo?” pregunté, -ummm… pues yo quisiera tomar-té” respondió con una pícara y sensual sonrisa, me puse de mil colores, pero respondí –“pues tú sólo pide, ya sabes, aquí estamos para complacerte” y seguimos con ese flirteo por un rato más, hasta que por los nervios, tomé otro cigarro y ofrecí uno a Kitty extendiendo mi mano con la cajetilla, -“no fumo y tu tampoco deberías hacerlo, te hace mal” y estrechó mi mano entre sus manos, una corriente de electricidad recorrió mi columna vertebral, el simple roce de sus manos me hizo sentir de todo!! Pedí la cuenta, me urgía estar con Kitty, pagué y nos pusimos a caminar tomadas de la mano.
Llegamos al estacionamiento y como el control remoto me estaba fallando, abrí la puerta del pasajero directamente con la llave, al abrir la puerta, Kitty se paró detrás de mí, me abrazó por la cintura repegando su cuerpo contra el mío y pegando su cara aspirando el aroma de mi cabello mientras su boca buscaba mi cuello, yo sólo atiné a abrazarme tomando sus manos y a inclinar mi cabeza hacia atrás para sentir esos tiernos besos que Kitty depositaba en mi cuello, mi respiración se aceleró cuando sus manos comenzaron a bajar recorriendo mi cintura, mis caderas, hasta llegar a mis muslos y detenerse un momento ahí, para luego buscar mis muslos por la parte interna para subir lentamente a mi entrepierna, subiendo en el recorrido mi vestido, sentir sus manos candentes en mis ingles estaban ocasionando que una deliciosa humedad comenzara a surgir de entre mis piernas y un suave gemido brotara desde el fondo de mi ser cuando ambas manos se juntaron en mi monte Venus, sobre el triángulo de mi tanga, volteé mi rostro para buscar el de Kitty y como recompensa, un beso tierno y fresco se posó en mis labios, mis manos buscaron a mi espalda sus caderas, por debajo de la chamarra que llevaba anudada y me encontré con unas pompis suaves y firmes que comencé a sobar con ternura, no sé cuánto tiempo estuvimos así, pero un tipo inoportuno, a lo lejos nos gritó: “cochinas!!” sacándonos de nuestra ensoñación, yo sólo atiné a guiñarle al tipo y a mandarle un beso soplando a mis dedos, me sonreí y le pedía a Kitty que nos moviéramos de ahí, no sin antes embriagarme con un exquisito beso; ella me correspondió y después se desató su chamarra de la cintura y recogió su maleta, se agachó para acomodarla dentro del auto antes de subirse y madre mía!!!! Qué lindo trasero pude contemplar, al inclinarse su pequeña falda se subió completamente y esos leggings, súper ajustados me mostraron unas maravillosas pompis y lo mejor, no usaba interiores y sus labios se marcaban deliciosamente en esa deliciosa licra!!! No resistí y pasé mi dedo de manera traviesa entre sus exquisitos labios sobándola una y otra vez, estaba mojadísima!!! Ella se dejó hacer por unos instantes, luego poco a poco se enderezó, tomó mi mano que había estado jugando en ella y de una manera súper sensual y cachonda, besó mis dedos y los lamió, yo estaba a punto de trepar por las paredes así que le sugerí fuéramos a mi departamento, cosa que obviamente aceptó.
Fui a tomar mi posición en el volante y mientras daba la vuelta al auto, me percaté que antes de sentarte te anudas nuevamente la chamarra a la cintura, cosa que yo atribuí a que estabas mojada en tus fluidos y querías evitar manchar la vestidura, no le di mucha importancia y puse en marcha el auto; comencé a conducir, no podía poner atención al camino ya que mi mirada invariablemente paraba en tus hermosas piernas, mi mano en automático comenzó a acariciarte y te acercaste a mi apoyando tu cabeza en mi hombro y comenzaste a soplar en mi oreja, quién te dijo que eso me excita!!?? Mi mano subía y bajaba por tus piernas y de pronto sentí una deliciosa tibieza que comenzaba a acariciar las mías haciendo a un lado mi tanga, su chamarra no me dejaba ir más arriba y le pedí que se la quitara, entonces Kitty me explicó que era su fetiche, lo mismo que el uso de los leggings, wooow!! Quedé sorprendida de que tuviera fetiches y entonces le confesé el mío por las medias y la lencería… con su mano entre mis piernas, con un dedo casi dentro de mí, me propuso hacer un intercambio de fetiches en mi departamento, a lo cual accedí gustosa y súper excitada, no sé como volé, pero en un santiamén habíamos llegado al estacionamiento.
Tomadas de las manos nos dirigimos a mi departamento, mil mariposas revoloteaban en mi vientre y una deliciosa comezón entre mis piernas que clamaba ser atendida, de los nervios, no encontraba las llaves en mi bolso y Kitty me observaba divertida, por fin encontré las llaves y abrí, entramos al departamento y no bien había terminado de cerrar la puerta, cuando Kitty se abalanzó sobre mi espalda y me repegó en la puerta, sus dulces labios se apoderaron de mi cuello y sus manos jugaban en mis hombros, apenas pude hacer la cara de lado, buscando sus labios, pero me tenía aprisionada y no lo pude lograr, sin embargo, su cálido aliento comenzó a soplar en mi oído, su lengua comenzó a jugar en el contorno del lóbulo de mi oreja y logró arrancarme un suspiro, me estaba volviendo loca, tímidamente trataba de zafarme pero no lo lograba, me moría por beber el néctar de su boca, por comenzar a quemarme con su piel pero Kitty no me dejaba, sus manos ya bordeaban mis pechos y yo sentía que mis piernas ya no me podían sostener, estaba súper excitada y necesitaba apagar mi fuego con esa hermosa criatura.
Me tomó por la cintura y lentamente sentí como dejó de hacer presión, quise darme la vuelta pero en sentir como sus manos comenzaron a avanzar a mi vientre me detuve y por instinto separé mis piernas, no esperé mucho, arremangó mi vestido para poder maniobrar y una de sus manos comenzó a acariciar mi monte de Venus por encima de la tanga, para corresponder busqué con mis manos ese firme y hermoso trasero para sobarlo, apretarlo, para llenarme de electricidad con ese exquisito cuerpo de Kitty, más electricidad recorrió mi espalda cuando sus labios besaban mi nuca y comenzaba a desprender los broches de mi liguero, ya no aguanté más y en un acto de dulce rebeldía, me giré intempestivamente y tomé su cabeza entre mis manos y comencé a comerme su boca a besos y sin dejar de besarla, la fui empujando hasta la sala, la tumbé sobre la mesa de centro y sin más preámbulo, le alcé el top y ante mi surgieron un par de lindas bubis, no grandes ni pequeñas, pero si exquisitas, comencé a acariciarlas con ambas manos, primero por los bordes, siguiendo el contorno, luego apretándolas por la base para comenzar a deslizar mis manos hasta que las palmas quedaron justo en sus pezones y entonces comencé a estrujarlas dulcemente con los dedos, tomé sus pezones entre mis dedos y comencé a pellizcarlos suavemente, haciéndolos girar entre las yemas de mis dedos, mis labios comenzaron a besar su abdomen y en ese momento Kitty tomó mis manos que aún jugueteaban sus pezones y ahora ambas los acariciábamos; mis labios subían lentamente hasta llegar a la base de esos adorables volcanes, mi boca comenzó a devorarlos, metiendo uno de sus senos en mi boca hasta donde podía y luego succionando hasta formar un vacío para que entonces mi lengua comenzara a juguetear en su pezón, repitiendo la operación una, y otra y otra vez, Kitty gemía y sólo atinaba a jugar con mis cabellos, yo de reojo pude ver el rostro de éxtasis que ella tenía. Muy despacio, comencé a parar en mi accionar, pausando mis besos, mis caricias, hasta que me detuve para colocarme completamente encima de ella y comenzamos a besarnos, tierna, suavemente, sin prisas, de esos besos que una comienza a dar después de un orgasmo, aunque aún no lo habíamos tenido, poco a poco me incorporé y extendí mis manos para ayudar a Kitty a incorporarse y nos dirigimos a la recámara, abrí las puertas del closet y abrí las cajoneras donde guardaba mi lencería, le pedí a Kitty que escogiera lo que más le agradara y ella me respondió que no, que yo la tendría que vestir a mi gusto, “ok, respondí, pero para poder vestirte, primero tengo que desvestirte”, ella se paró ante mí y levantando los brazos me dijo: “soy toda tuya” y su rostro volvió a dibujar esa hermosa sonrisa; entonces caminé hasta ella y le saqué el top, luego me repegué a su espalda y comencé a desanudar de la cintura su inseparable chamarra, mientras desabrochaba su falda me embriagaba con el perfume de sus cabellos, solo dejé que la falda se deslizara por si sola hasta el piso y con el pretexto de recogerla, me deslicé por su espalda recorriendo con mis manos ese par de lindas piernas sobre sus leggings, levanté la falda y la arrojé a la cama y después su chamarra, la cual me coloqué sobre mis hombros, desaté las correas de sus alpargatas y la descalcé
Luego subí nuevamente acariciando muy lentamente sus piernas hasta su cintura y comencé a despojarla de esa prenda que Kitty tanto adora, los bajé lentamente pegando ahora mi mejilla en su piel, besando sus muslos mientras ella levantaba una y luego la otra pierna pasa quedar completamente desnuda, Kitty me incorporó y me besó, me dijo: “es mi turno” y me quitó su chamarra de mis hombros, la tomó entre sus manos y la llevó a su cara aspirando profundamente, sonrió y dijo: -“¿Qué quieres? Me encanta hacer eso” sonreí con ella, me dio la vuelta y bajó el cierre de mi vestido y lo dejó deslizarse hasta que quedó en mi cintura, luego desabrochó mi bra dejando mis bubis al aire, yo tomé sus manos y las coloqué sobre mis pechos, ella los acarició y depositó un tierno beso en cada uno de mis pezones, luego se sentó en la cama y terminó por quitarme el vestido, me contemplo por unos momentos y luego besó mi ombligo, sus manos se posaron sobre las tiras de mi tanga y comenzó a bajármela hasta quitármela, terminó de desabrochar las ligas del liguero y después me lo quitó, sólo faltaba que me quitara las zapatillas y las medias, me pidió que apoyara mi pie sobre la cama para desabrochar las zapatillas y eso hice, al subir mi pierna mi sexo quedó exactamente en su cara y de pronto, se arrodilló y hundió su cara en mi sexo wooow!!!
Comenzó besando mis labios vaginales de una manera exquisita, yo solo atiné a empujar su cabeza acompañando el recorrido de sus labios y mis caderas comenzaron a acompasarse a sus lamidas, me hacía gemir de placer, su lengua me penetraba mientras que con su nariz me masajeaba el clítoris aaaaaahhh, que rico!! …. pero la detuve (no sé de dónde saqué el coraje para hacer eso, ya que estaba a punto de venirme), la idea era intercambiar fetiches y aún estábamos por la mitad, así que le pedí que pusiéramos manos a la obra para que, ahora sí, pudiéramos dar rienda suelta a nuestra pasión, a regañadientes, terminó de desvestirme y ahora sí, comenzaríamos con el intercambio de fetiches.
Para sorpresa de Kitty, tomé sus leggings y comencé a ponérmelos, éramos más o menos de la misma talla, bueno, ella unos centímetros más alta que yo, pero la idea de usar esa prenda llena de sus fluidos se me había antojado desde que habíamos dicho lo de intercambiar fetiches, me los coloqué y me anudé su chamarra a la cintura, Kitty compartiendo mi idea, comenzó a vestirse con mi ropa, se colocó las medias, las sujetó con el liguero y se colocó mi tanga, nos paramos una frente a la otra contemplándonos por instantes, segundos, minutos, horas, que se yo!!!, Extasiándonos una a la otra, luego, lentamente me acosté en la cama y estiré mi mano para llamar a Kitty, nos recostamos una al lado de la otra y nuestras miradas seguían perdidas en los ojos una de la otra, nuestros rostros se fueron acercando lentamente hasta que un beso, luego otro y otro más comenzamos a dar rienda suelta a nuestros instintos.
Mis manos recorrían sus piernas, la sedosidad de las medias me enloquece y más cuando una tibia piel, que no es la mía, las portan, lo mismo hacía Kitty, sus manos exploraban cada centímetro de sus leggings sobre mis piernas, me incorporé un poco para contemplarla, lo mismo hizo ella hasta que terminamos hincadas en la cama, una frente a la otra, las distancias se acortaron y juntamos al mismo tiempo nuestros pechos y nuestros labios, para juntarnos más yo la tomé del trasero y comencé a acariciárselo, estrujárselo, mientras los besos se hacían más intensos, su mano apareció entre mis piernas y comenzó un lindo masaje, era raro sentir su mano sobre los leggings… pero me estaba gustando, además mi humedad comenzó a mezclarse con la humedad que Kitty había dejado ya en tan deliciosa prenda.
Nos colocamos en posición para hacer un rico 69, pero comenzamos por acariciarnos las piernas, no estaba loca por mis medias que ahora usaba Kitty y obvio, ella por sus leggings que ahora yo portaba, acariciaba con mis mejillas sus piernas y besaba y lengüeteaba el sedoso tejido de las medias mientras sentía unas tiernas y delicadas manos que masajeaban mi trasero y una lengua que humedecía mis muslos, oh dios, estaba en la gloria!!! Lentamente mi lengua viajó a su entrepierna. Mi lengua recorriendo su geografía, la socava, la saborea, la juega, la disfruta, toda ella me sabe a durazno o fresas, según los derroteros del viaje. Irme con ella es estupendo, venirme, indescriptible y eso es lo que sucedió, no pude más y en un gemido ahogado y prolongado tuve un delicioso y húmedo orgasmo. Entonces para compensarla me dediqué a comerme su sexo, suave, tierna y salvajemente, besando sus labios, mordiendo su clítoris y penetrándola con mi lengua. Quizás lo que más se aproxime a la sensación de dos cuerpos femeninos entrelazados sea la de una caída libre a la embriaguez. ¿Y cómo poder describir de otro modo lo que produce en mi cerebro la humedad que fluye por mi entrepierna, cuando mis otros labios la beben y ella entre espasmódicos gemidos parece reventarse de placer?
Me incorporé sobre la cama y así como estaba Kitty recostada de lado, me monté en una de sus piernas tomando la otra abrazándola a mi pecho, esa sublime sensación de las medias acariciadas por mi sexo por mis piernas que aprisionaban su muslo y más el placer de sentir su pierna acariciada por mis pechos a la vez, qué más podía pedir!! Lentamente con mucho amor y con más pasión, la comencé a cabalgar, suave, sin prisas fue subiendo poco a poco por su muslo hasta que mi vagina invadió la de ella, ese calor, esa humedad, esa pasión emanada desde el fondo de nuestras entrañas reavivó el fuego y la pasión se apoderó de ambas, comenzamos a frotarnos, a amarnos, a disfrutarnos, quizá por los leggings que aún traía puestos provocaban en mi las ansias de sentir más el roce de piel con piel y me llevaban a frotarme con más pasión, con más necesidad de sentir a mi adorada Kitty, en un momento dado, cambiamos posiciones y yo me recuesto para que ahora ella sea quién cabalgue sobre mí.
Cuando sus caderas se mecen sobre mí y me arrastra a su mundo de desvarío, estoy tan a su merced, que ella bien podría matarme en ese instante, pues no hay nada comparable con esa suave cabalgata, donde toda la piel y los sentidos se entregan como en un sacrificio. Estar con ella piel a piel es la más pura de todas las verdades. Cuando mi amada acomoda su piel tibia en la mía, sus curvas gemelas me trazan el camino que debo seguir. Mis dedos la tocan cual si fuera guitarra, piano, o que se yo, según nos va creciendo el ritmo de los acordes internos. Y hay tanto amor en su boca que me derrite cada vez que me besa, me adelgazo entre sus brazos y me reconozco más tierna y dulce de lo que jamás pensé.
Al unísono, en un himno de placer entonado por nosotras en un concierto de gemidos de placer, llegamos a un orgasmo pleno y delicioso, mi alma parece desprenderse de mi cuerpo y encontrar al alma de Kitty en el paraíso del placer, y así, abrazadas quedamos exhaustas y satisfechas recostadas en la cama, Kitty toma una manga de su chamarra que aún llevo anudada a la cintura y la impregna de nuestro coctel de orgasmos mientras me besa tiernamente, de ahora en adelante, me llamaré Karla Patricia de Kitten…….
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!