HUMILLANTES VACACIONES EN PAÑALES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde hace seis meses todos los miércoles a las 7:00 am llego a casa de mi amo, ya en la sala me desvisto, previamente me he rasurado todo el cuerpo cuidadosamente, pongo el collar de perro color rosa del cual cuelga un dije que dice Puppy y su correspondiente correa alrededor de mi cuello y no sin un poco de esfuerzo meto el dildo con forma de cola de cochino en mi ano, me pongo en cuatro patas y espero a mi amo. Si para cuando el despierte no esta todo esto hecho me espera un castigo que puede ir desde nalgadas hasta 24 horas con el mismo pañal.
Caer en esto fue mi culpa, mientras trabajaba en el negocio de mi amo robe dinero sin darme cuenta de que una cámara oculta grababa mi delito. Con esta prueba él me hizo decidir entre ir a la cárcel o ser su esclava durante tres años, cinco días a la semana o más si él lo decide (aunque me sigue pagando, para que yo no tenga que buscar otro trabajo y mi familia no sospeche).
“Es una pena dijo que un culo como el tuyo vaya a prisión”.
Soy una mujer promedio, mido 1.63 y peso 60 kilos, soy llenita sin ser gorda, tengo senos grandes, copa C. Alguna vez mi amo me dijo que a él le gustaban las chicas de trasero grande por que eso hacia lucir más el pañal.
En un día común mi amo despierta regularmente a las 7:30 am sin decir nada me toma por la correa, me lleva a la parte de atrás del jardín la ata y va a la cocina a preparar mi desayuno. La gran mayoría de las veces el desayuno consiste en cereal servido en un plato para mascota el cual obviamente tengo que comer sin usar cubiertos o manos y una botellita de medio litro de jugo y una botella de un litro de agua. Al dejarlo se despide de mí dándome una fuerte palmada en el trasero y sale a correr una media hora.
En cuanto regresa desata mi correa y me conduce al sótano donde me quita el dildo entonces inmediatamente yo me subo a un cambiador tamaño adulto, me acuesto boca arriba, él me ordena que alce el culo y desliza dos gruesos pañales debajo de mi, antes de cerrarlos aplica talco, asegura las cintas de los pañales y deja que me pare. Ahorita ya no lo hace pero los primeros tres meses esposaba mis manos a los lados de la mesa. Posteriormente me pone uno de los varios vestidos u overoles que tiene guardados, todos de corte infantil, propios de una muñeca en tonos pastel y una falda cortísima que deja que el enorme pañalquede completamente a la vista. Mi atuendo lo completan unos zapatos negros y unas calcetas blancas. A veces después de vestirme agarra fuertemente la parte trasera de mi pañal y me pregunta:
-“¿Por qué te pongo pañales Puppy?”
-“Porque soy una bebé muy cochina que se hace popó y pipí en el calzón”, tengo que contestar.
Esto es así desde que el primer día que inicie mi vida de esclava tras comer y después ingerir demasiado alcohol el amo me tomo por sorpresa y me puso unas esposas que después sujeto de tubo en el techo de la sala de estar y me dejo ahí. Obviamente después de algunas horas me dieron ganas de orinar y posteriormente de hacer popó y no tuve otra opción que hacerme en mi calzón mojando por consecuencia la alfombra en la que estaba parada, la cual después de que el amo hiciera el teatro de regañarme por ser una niña cochina, de que me pusiera en su regazo para darme una tunda de nalgadas y de posteriormente pañalearme tuve que lavar.
Una vez que estoy completamente vestida el amo me quita la correa no así el collar y me da la lista de quehaceres, los cuales yo empiezo inmediatamente y lo mejor que puedo ya que cualquier falta puede terminar en un castigo. Mientras yo estoy en eso el desayuna y se pone a trabajar en la computadora.
Obviamente después de la gran cantidad de líquidos tomados en el desayuno a la hora de haber empezado comienzan a darme ganas de hacer pipí así que termino de tender la ropa o lo que este haciendo y voy junto a mi amo a hacer la DANZA DE LA PIPÍ, la cual consiste en tocar la parte de enfrente de mi pañal mientras muevo de lado a lado mi cadera y digo “BEBÉ, PIPÍ” (durante el día siempre tengo que pedir permiso para mojar o hacer popó en el pañal). Normalmente el amo deja que baile unos minutos y después me da su autorización para mojar mi pañal, acto seguido tengo que darle la espalda, abrir las piernas, flexionarlas ligeramente y alzarla falda de mi vestido para después orinar mientras muevo la cadera de lado a lado. Cuando termino me doy la vuelta y digo aun alzando la falda de mi vestido “BEBÉ COCHINA HIZO PIPÍ” y sacudo mi pañal.
El amo tienta el pañal, me da una nalgada y me ordena que beba una botellita de agua de medio litro y vuelva a mis labores. Lo que hago inmediatamente, rogar por un cambio es inútil, no se hará hasta que él lo decida.
Hacer las labores domesticas con el pañal mojado no es fácil ya que se vuelve más pesado y el constante movimiento afloja la banda de la cintura por lo que comienza a resbalarse.
Aún con las dificultades como a la 1 de la tarde mis deberes ya están terminados así que aprovecho para ir a hacer de nuevo la DANZA DE LA PIPÍ. Como el pañal esta ya mojado no es raro que haya escurrimientos, por lo que después de que digo la frase “BEBÉ COCHINO HIZO PIPÍ” el amo señala hacia el piso y me regaña.
-“Que bebé tan cochina eres. Mira lo que has hecho Puppy, ve por el trapeador y limpia este desastre”
-“Pipí”, respondo. A menos que el amo me instruya a decir algo diferente “pipí y popó son regularmente las únicas palabras que esta permitido salgan de mi boca.
Después de que limpie el amo me ordena que me ponga en cuatro patas, me pone la correa y me lleva a una esquina de la casa donde pueda observarme, previamente pone unos periódicos en donde voy a pararme y me ordena que me ponga de pie y me quede viendo hacia la pared.
Esto es irritante porque en realidad no es mi culpa yo preferiría hacer en el baño, el patio o en otro pañal pero sus ordenes son las únicas que valen así que tengo que aguantarme, cuando esto comenzaba al tercer día la segunda vez que me dieron ganas de hacer pipí cuando todavía hacia el quehacer salí al patio fingiendo que iba a guardar la escoba al pequeño cobertizo y creyendo que mi amo estaba absorto en sus labores me puse en una parte del jardín donde no me viera, me quite el pañal y me orine en el pasto. Sentí un gran alivio hasta que levante la vista y lo vi parado en la puerta.
Su mirada me perforaba, intente levantar el pañal pero él me grito que lo dejara ahí, me puso la correa y la ato en un lugar cerca de la puerta, intente rogarle que me disculpara pero sólo me grito “silencio” y me dio una fuerte nalgada, entro a la casa y tras una hora regresó me tomó de la correa y me guio al sótano, me ordeno que me parara, me esposo y me llevo a una mesa donde me hizo inclinarme de modo que mi pecho quedara sobre la mesa, tomo mis manos y ato las esposas en el otro extremo de la mesa, puso una barras de metal entre mis piernas y esposo mis tobillos a cada lado de modo que no pudiera cerrarlas, así mi trasero quedo libre de obstáculos, el vestido no me cubría ya que era muy corto y el pañal se había quedado en el jardín. Se quito su cinturón y las nalgadas comenzaron, yo empecé a llorar desde la primera y a rogarle que me perdonara, a la decima nalgada él se detuvo y me dijo:
-“¿Cuál es la regla número 1 sobre tu pañal Puppy?”
– “Nunca tocarlo sin su permiso amo”
-“Exacto ahora después de cada nalgada vas a repetir Puppy nuca debe tocar su pañal sin el permiso de su amo, para que se te quede bien grabado y aprendas a ser una buena bebé”
-“No amo por favo…” y la nalgada no me dejo terminar la frase. “PUPPY NUNCA DEBE TOCAR SU PAÑAL SIN EL PERMISO DE SU AMO” alcance a decir y así fue durante 10 nalgadas más.
Al terminar liberó mis tobillos de la barra y desato las esposas de la mesa pero no me las quito, saco un calzón normal de algodón, me lo puso y me encerró en mi jaula (que es lo suficientemente ancha para meter un colchón y suficientemente alta para que me pueda hincar) y se fue.
Pasado un rato vino con comida y agua para mí y se volvió a ir.
Al poco tiempo me dieron ganas de hacer popó, me aguante porque debía pedir permiso para hacer y no tenía pañal, pero el amo no bajo y el dolor comenzó a ser demasiado insoportable por lo que entre sollozos me hice popó. Tuve que quedarme el resto del día en la jaula con el calzón sucio y en el colchón mojado. Pasaron horas hasta que el amo regreso a verme sólo para hacerme beber agua, darme de cenar en mi plato para mascota y ordenarme que moviera el culo para enseñarle mi calzón sucio.
-“¿Qué hiciste Puppy?
-“Popó”, respondí
-“He hiciste bastante. ¿TE QUEDÓ CLARO POR QUE LAS BEBES COCHINAS COMO TU DEBEN TENER PAÑALES CUBRIENDO SUS CULOS?”, me pregunto con una sonrisa burlona en el rostro mientras tocaba mi sucio trasero con una varita de madera.
-“Sí amo”
Después de oír mi respuesta se fue y no regreso hasta el siguiente día. Me sacó de la jaula, me quito las esposas y el calzón el cual había mojado en dos ocasiones y en el que había vuelto a hacer popó, tendió un plástico sobre el cambiador y me ordeno que me subiera, sentí un gran alivio al saber que al fin iba a quedar limpia.
El amo sujeto mis brazos a cada lado del cambiador, me limpio con toallas para bebé y deslizobajo mi culo unos pañales que se veían algo mal trechos –resultaron ser los pañales que había dejado en el jardín-. Después me puso el talco pero antes de cerrar los pañales coloco el calzón con popó en ellos y entonces los cerro, al darme cuenta de esto no pude evitar comenzar a llorar.
-“Popó no”, le dije.
– “A callar o te doy otra tanda de nalgadas” me dijo con voz firme.
Después tomó un plumón y escribió en la parte de atrás del pañal “AMO MI PAÑAL CON POPÓ”. Ese día el amo me obligó a hacer sentadillas, lagartijas y labores domesticas con el pañal sucio, no obtuve un baño y un cambio hasta en la noche, además tuve que lavar el colchón. Es por eso que ahora prefiero obedecer.
Tras un rato mirando a la pared el amo me toma por la correa y me lleva al jardín a comer.
Después de comer sigo ayudando a mi amo ahora con cuestiones de oficina así que tomo asiento en un escritorio al lado del suyo y comienzo mis labores (tengo una botella de agua de la cual constantemente bebo. Entre las 4 y las 5 comienzan los retortijones. Me paro y ahora debo hacer frente a mi amo la DANZA DE LA POPÓ, así que comienzo a flexionar las piernas mientras toco la parte trasera del pañal y repito la frase “BEBÉ, POPÓ”. En cuanto el amo da su autorización tomó periódico me pongo en cuclillas sobre el y comienzo a zurrar. Mientras yo zurro de vez en cuando siento como mi amo toca la parte trasera de mi pañal a veces con su mano a veces con el pie mientras me recuerda lo cochina y lo cagona que soy.
Una vez que termino me paro y digo “BEBÉ COCHINO HIZO POPÓ” mientras toco mi pañal y lo sacudo, después de esto el amo trae para mi unos calzones de hule para evitar escurrimientos, la mayoría tienen escritas en la parte de atrás cosas vergonzosas como “Amo mi pañal”, “Bebé cochino” o “Popó”, otros tienes colas de conejo o de cerdito o estampados.
Después de esto regreso al trabajo lo cual es bastante incomodo pues es horrible el tener que sentarse con un pañal sucio. Al terminar mis labores el amo me pone la correa y me lleva a una caminadora eléctrica que hay en el sótano para que me ejercite por una hora, es un alivio poder caminar un rato lo ultimo que quiero cuando el pañal esta muy sucio es estar sentada.
El amo normalmente termina de trabajar a las 7 y de ahí sale, va un rato a su negocio y regresa a las 9:00 – 9:30 de la noche. Por mi parte en cuanto termino con la caminadora no me queda más que esperar pues la correa esta asegurada en uno de los manubrios.
Al regresar el amo se toma su tiempo y en cuanto lo cree conveniente baja y desata la correa. Normalmente yo lo recibo con la DANZA DE LA PIPÍ.
Después de esto me lleva al baño y ahí se pone unos guantes, me desnuda, me quita el pañal, lo único que permanece es el collar me mete a una tina y yo me pongo en cuatro patas con el culo dando hacia donde esta la regadera. El amo comienza a lavar mi trasero cuidadosamente. Una vez que estoy completamente limpia comienza a llenar la tina, se quita los guantes y comienza a jabonarme todo el cuerpo poniendo gran atención en los senos y el culo, cuando termina me permite que me siente y me lave el pelo. Terminando esto me seca bien y después pueden pasar dos cosas: si el amo esta muy cansado o va a salir simplemente me pone dos pañales, mi calzón de hule y otro bombacho de tela, una camisa y me encierra en la jaula.
O como paso hace quince días antes de que el amo comenzara sus vacaciones me ordeno que me subiera al cambiador, me pusiera en cuatro patas y acto seguido sacó el lubricante y empezó a masajear mi ano para al cabo de unos minutos insertar el dildo con forma de cola de conejo, también me puso una diadema con orejas después de eso me tomo por la correa y me condujo al cuarto de la tv ahí puso música, al oírla inmediatamente supe lo que seguía el amo tomo asiento se bajo el pantalón, empezó a masturbarse y me ordeno que bailara, le gusta que mueva el culo. Después de un rato me ordeno le mamara el pene, así que me puse frente a él y comencé a trabajar. Cuando se sintió satisfecho me aparto y me ordeno que me pusiera de pie y puso entre mis piernas una barra de metal que a cada lado tienen sujetadorespara los tobillos lo que me obliga a mantener las piernas abiertas. Después aseguro una cadena en la parte de en medio de la barra que al final tiene unas esposas me obligo a agacharme para que pudiera asegurar mis muñecas. Después se puso detrás de mí me dio una nalgada y me pregunto:
-“¿De quien es este culote?
-“Suyo amo”, conteste
-“¿De quien son estas chichotas?”, dijo agarrando mis pechos
-“Suyas amo”
Después de esto comenzó a cogerme, mientras ocasionalmente me daba una nalgada, hasta que se corrió.
Una vez que termino me libero, tomó asiento, prendió la tv y me ordeno que le trajera una cerveza cuando regrese tomo la cerveza y después me coloco en su regazo de modo que pudiera seguir acariciando mi culo y dándome más nalgadas.
Cuando le dio sueño bajamos al sótano, me puso los pañales, la pijama y me metió a la jaula.
COMIENZAN LAS VACACIONES
Hace tres semanas el amo decidió tomar vacaciones (de esto yo no sabía nada por lo que esperaba un día“tranquilo”).
Así el primer día que fue un jueves el amo llego a sacarme de mi jaula, cuando yo todavía estaba dormida eran como las 6:00 am.
Mi pañal como es usual en las mañanas estaba bastante mojado y me había hecho popó. El amo me quito mi pijama e inmediatamente después me puso una blusa blanca de mangas abombadas que me llegaba al ombligo y saco un overol de tela amarillo pastel de falda muy corta (a lo mucho cubría medio pañal), después me miro unos momentos como quien contempla una obra para ver si falta algo más.
-“Sacude el culo Puppy”, así lo hice y de paso se me ocurrió decir “popó” con la esperanza de que hubiera habido un error y conseguir un cambió de pañal pero a l fin lo único que pude limpiar fueron mis dientes después el amo me ordeno que lo siguiera al garaje, y comencé a sentircalosfríos “No se atrevería”, pensé “a sacarme así”. Error me ordeno que me metiera a la parte trasera de la camioneta, la cual esta techada solo se comunica con la parte del frente por una pequeña escotilla. Mis pies no se movían. El amo irritado cerro la puerta trasera de la camioneta, abrió la puerta del garaje, se subió al carro y lo estaciono en la banqueta. Bajo del auto, camino hasta donde yo estaba y me tomó de la mano, me dio una fuerte nalgada y me condujo hacia afuera. Mientras él cerraba el garaje yo veía para todos lados con la esperanza de no encontrar a nadie. Otro error varios carros pasaron en lo que esperaba para subir al auto aunque sus conductores por suerte iban tan ensimismados que al parecer no notaron mi predicamento. El amo me tomo de la mano y me llevo a donde estaba la camioneta y me pidió que sacudiera mi pañal, así lo hice después de eso me dio una fuerte nalgada, abrió la parte trasera de la camionera y con un tronido de dedos me indico que subiera, esta vez mis pies se movieron velozmente. Mi miedo aumento al ver dos maletasgrandes y mi pañalera, una bolsa rosa que en letras grandes dice PAÑALES DE PUPPY. Me acomode en una colchoneta y unas cobijas que había ahí y poco después la camioneta arrancó.
Al cabo de unos minutos llegamos a una gasolinera, había bastantes autos formados y por ende bastante gente, me puse nerviosa ante la posibilidad de que el amo decidiera hacerme bajar aquí por suerte no fue así y después de cargar gasolina seguimos nuestro camino.
A los 20 min la camioneta se detuvo de nuevo. El amo se bajo abrió la cabina y me ordeno que bajara y que trajera mi pañalera.
-“No espere am…” empecé a balbucear pero él me calló diciendo en voz alta:
-“Oh bajas rápido o te doy una tunda de nalgadas aquí mismoPuppy. Y recuerda que lo único que puedes decir ¿Es?”
-“P…popó”, dije y baje del auto.
Las piernas me temblaban, había tráfico y aunque no mucha pero había gente deambulando por ahí. Comencé a seguir a mi amo intentando cubrir los pañales con la parte de atrás de mi vestido pero era imposible su contenido hacia que colgaran más de la cuenta eso aunado a su grosor no me permitía caminar normalmente, se balanceaban y crujían. Una pareja pasó a nuestro lado, yo baje la cabeza para ocultar el rostro lo más que pude estaba tan nerviosa que se me salió un chorro de pipí, pude oír risas y como uno decía “¿Viste?, ¿¡lleva pañal!?”, “si pude olerlo también” mis mejillas comenzaron a arderme de la vergüenza al mismo tiempo que sentía como un hilo de orina bajaba por una de mis piernas.
CLARA
Por fin entramos a un local,una distribuidora donde puedes comprar pañales al mayoreo así como otros artículos médicos ahí nos recibió una mujer de unos 30 años llamada Clara, más alta que yo como de 1.70, rubia, bastante bonita, llevaba un vestido de tirantes con estampado floral, en fin una de esas personas que tienen cara de ser tiernas, de no matar ni una mosca. La manera en como saludo a mi amo me indicó que se conocían.
– “Así que esta es Puppy, ¡que bonitaaaa¡, moría por conocerla. Huy que pañal tan sucio no cabe duda que eres una bebé muy cochina…jajajaja. Hola Puppy”, dijo Clara mientras agarraba palmeaba la parte trasera de mi pañal.
– “SaludaPuppy”, demando mi amo.
-“Popó”, respondí, Clara no pudo más que reírse mientras yo quería que me tragara la tierra.
-“Clara ¿tendrás mi pedido?
-“Por supuesto, a Puppy le van a encantar sus nuevos pañales, iré por las cajas. ¡Aah! O ¿No quieres cambiarla y probarlos de una vez?”.
-“Hubiera estado bien pero Puppy hizo un berrinche hace un rato cuando salíamos de casa, así que se gano unas horas extras con su pañal sucio”
-“Estoy de acuerdo, LOS BEBES BERRINCHUDOS MERECEN SER DISCIPLINADOS PARA QUE ENTIENDAN CUAL ES SU LUGAR. Las cajas están arriba en mi departamento, ¿no quieren pasar a desayunar algo?sirve y conoces las instalaciones.
Mi amo acepto el ofrecimiento de Clara y después de que esta cerrara el local subimos por unas escaleras a su departamento.Mientras subía comencé a notar que las bandas de los pañales estaban ya muy aguadas y se me resbalaba así que intente caminar lento para que no se cayeran. Por fin llegamos al departamento, a primera vista era un lugar bastante grande pero acogedor.
-“Vengan por aquí”, nos dijo Clara señalándonos otras escaleras que conducían al tercer piso del del edificio. La escalera terminaba en un descanso que daba a una puerta. Cuando entramos ante nuestros ojos se desplego lo que parecía una guardería, había un corral y unas sillas altas entre otras cosas pero todo a escala adulta, ahí nos recibió una chica de cabello castaño llamada Susana de la misma edad que Clara un poco más baja, llevaba un mandil y preparaba unas mamilas. Dejo lo que estaba haciendo para venir a saludar a mi amo, también parecía conocerlo.
-“Y esta debe ser Puppy, que adorable, ¿Por fin te decidiste a dejarla con nosotros?”.
-“No, por el momento Puppy viene conmigo pero tal vez pronto requiera de sus servicios”, contesto mi amo mientras acariciaba mi cabeza.
-“Ven para que veas nuestras instalaciones, por el momento sólo tenemos dos huéspedes y a Sissy”, dijo Clara mientras nos conducía a una de las habitaciones (había 4 puertas).
Parecía el cuarto de una niña, de una bebé sólo que al igual que antes todo era tamaño adulto, en la cuna un “hombre”, vestido con un mameluco rosa dentro del cual por el bulto en la parte que sobresalía y el olor se podían adivinar unos pañales tan gruesos y sucios como los míos nos observaba, hincado, agarrado de los barrotes mientras succionaba un enorme chupón. La cuna- jaula le impedía salir estaba cerrada con una gran cadena y un gran candado.
-“Esta es bebé Darla su mami la dejo con nosotros mientras esta en Las Vegas con su nuevo novio”. Nos explico Susana
Al verme bebé Darla pareció inquietarse y comenzó a mover sus caderas y a acariciar la parte de enfrente de su pañal.
-“Parece que bebé Darla quiere jugar con Puppy, desgraciadamente es tan traviesa que su mami nos instruyo que mantuviéramos encerrado su pequeño pipí en una jaula”, explicó Clara dirigiéndose a mi amo. “Veras los amos, amas, mamis o papis nos dejan una lista de lo que sus bebés necesitan y nosotras la seguimos al pie de la letra no importa cuanto puedan quejarse los bebés, la disciplina es lo más importante en nuestra guardería. Eso me recuerda vamos al siguiente piso para que veas lo que pasa cuando alguien no se comporta”.
Cuando iniciábamos nuestro camino hacia el cuarto piso las bandas de mis pañales por fin cedieron y se cayeron revelando su hediondo contenido. Me quede petrificada. El amo vino hacia míy me ordeno que me subiera inmediatamente mis pañales. Hice caso rápidamente ante la burlona mirada de Clara y Susana. El amo saco de mi pañalera un calzón bombacho color amarillo con una colita de cochino y me lo puso.
-“Esa colita si que va Puppy…jajajaja”, dijo Susana.
-“Veremos tu castigo ahorita que regresemos a la guardería”, me dijo mi amo
Seguimos nuestro camino hacia el cuarto piso, este era completamente distinto, la decoración en la estancia era casi nula. Llegamos a la primera puerta, el cuarto era muy oscuro, no había ventanas, había una celda al fondo, dos jaulas y de los muros colgaban látigos, paletas de cuero de varios gruesos y varios tipos de dildos. En la celda una mujer joven de cabello castaño a la que no habíamos visto por la falta de luz al interior de la celda camino hacia la reja, estaba atrapada en una camisa de fuerza que mediante unas correas impedía que un pañal sumamente sucio se resbalara de su cadera
-“Cambien mi pañal, por favor”, comenzó a decir la chica entre sollozos.
-“Bebé Tina, pateo a Susana antier mientras se le ponía el pañal, así que ahora tendrá que pasar 48 hrs con el para que aprenda a quererlo y a apreciar un cambio. Todavía te faltan cinco horas” dijo Clara en un tono autoritario que no tenía nada que ver con el de la mujer que nos había recibido.
Dejamos a Bebé Tina y nos dirigimos a la siguiente puerta, lo único que había en ese cuarto era un hombre como de unos 36 años, cabello castaño, robusto sin ser gordo, aunque se notaba que el ejercicio no era lo suyo, sin embargo no era feo de cara. Yacía en el suelo acostado de lado sus manos estaban atadas detrás de su espalda y en su cuello tenía un grueso collar de cuero del cual salía una correa que estaba sujeta a su muslo por medio de un cinturón de cuero alrededor de este. Como sí lo anterior no fuera suficiente para mantenerlo inmovilizado el rededor de su pene y genitales tenía anillos de cuero, el anillo de los genitales estaba sujeto a una correa de unos diez centímetros de longitud atada a un aro que sobresalía del piso, para rematar tenía metidas en el ano una bolas –valga la redundancia- anales y se veía que había recibido una buena tunda de nalgadas. Al parecer pese a la incomoda posición en la que se encontraba había conseguido quedarse dormido pero despertó en cuanto Clara habló.
-“Esta es Sissy, solía ser mi esposo, pero en vista de que no sirve para eso decidí convertirlo en mi juguete personal, vamos Sissy acabo tu castigo”. Clara se acercó a Sissy y desato sus genitales, libero su muslo, tomó la correa y aún con las bolas metidas en el trasero lo hizo avanzar en cuatro patas.
-“Vamos abajo para desayunar”, dijo Clara amablemente y la seguimos.
-“Clara creo que tomare tu oferta de cambiar de una vez a Puppy”, dijo mi amo
Un momento después estábamos de regreso en la guardería me llevaron al baño. Después de lo que había visto seguí obedientemente todas las instrucciones que se me dieron sin importar que esta fuera la primera vez que iba a ser cambiada enfrente de tanta gente: Susana, Darla y mi amo, Clara y Sissy habían ido a otra habitación.
El amo saco mi correa de mi pañalera, me la puso, me ordeno que me pusiera en cuatro patas y me llevo al baño. Ahí ya en la tina me quito el pañal.
-“¿Quieres uno de sus nuevos pañales?” pregunto Clara que venía entrando.
-“Sí por favor”, contesto mi amo. Para después comenzar a lavar mi culo. Una vez estuve limpia tiro de mi correa y me guio al cambiador, iba completamente desnuda.Cuando entre al cuarto bebé Darla abrió los ojos más grandes de lo que lo había hecho antes.
-“Apuesto a que ahorita bebé Darla quisiera ser un hombre adulto y no estar atrapado en sus pañales, pero me temo que eso no va a suceder, jajaja”, dijo Susana. Yo me sentía muy avergonzada sin importar que otros en ese lugar estuvieran en una situación parecida a la mía el ser exhibida de esta manera resulta muy humillante. Pero la cosa no paro ahí. De repente el amo tomo asiento en una silla, me ordeno que me parara para después tirar de mi brazo y acomodarme en su regazo para sin previo aviso comenzar a darme una serie de nalgadas.
-“Esto le pasa a las bebes cochinas que dejan caer sus pañales”, dijo Susana entre risas.
Contabilice 20 nalgadas tal vez fueron más llego un momento en que el ardor en mi trasero me impedía concentrarme. Por fin el amo me dejo pararme y me ordeno subir al cambiador. Susana le entrego los nuevos pañales eran de color rosa pastel. El amo me los puso al igual que el correspondiente talco, me puso mi vestido, el calzón bombacho con colita de cochino y de más cosas. Al terminar de nuevo dejamos a bebé Darla sola. Los nuevos pañales eran más gruesos que los que traía y hacían más ruido.
En la cocina Sissy que ahora vestía un traje de sirvienta francesa que dejaba ver que su pañal de color rosa pastel preparaba el desayuno. Yo fui puesta en una de las sillas para bebé y los demás se sentaron en la mesa. Sissy nos sirvió dos hotcakes con miel a cada uno y jugo de naranja a mí en un vaso entrenador al resto en un vaso normal. A pesar de las nalgadas estaba hambrienta así que los comí con gusto, al terminar el amo pidió que me sirvieran leche y seguí bebiendo mientras Clara le enseñabalas según ella “ventajas” de mis nuevos pañales, de las que el amo habpia adquirido cuatro bolsas.
-“Son muy absorbentes te mostrare, Sissy tienes permiso de usar tu pañal”, dijo Clara
Sissy se paro frente a mi amo alzo su falda y comenzó a orinar, una vez que termino Clara le ordeno que flexionara y abriera las piernas para que mi amo pudiera tentar el pañal.
-“Si ya veo que son absorbentes, estoy seguro de que Puppy les dará buen uso, ¿verdad Puppy?”
-“Popó”.
-“Mientras traigas la cola de cochino vas a decir OINK”, ordeno mi amo.
-“OINK”, respondí.
Al terminar de desayunar nos dirigimos a la planta baja, nos despedimos de Sissy, Clara y Susana. Clara para hacer mi salida a la calle más tortuosa me regalo un chupón igual al de bebé Darla. En la calle había el triple de tráfico de carros y gente. Para colmo además de mis notorios pañales, mi cola de cochino, el chupón gigante y mi pañalera, iba cargando dos de las cuatro bolsas de pañales las cuales al ser transparentes impedían ocultar su contenido, mi amo que llevaba las otras dos se tomo su tiempo para abrir la cabina de la camioneta. Debido a que en la esquina de esa calle hay un semáforo había carros esperando la luz verde, mi amo que estaba del lado de la banqueta ya había abierto la puerta y estaba metiendo los paquetes mientras yo esperaba impaciente del lado de la calle. De repente sentí como alguien jalaba mi cola de cochino, un tipo en el carro más cercano a nosotros había estirado la mano por su ventana para jalarla mientras me decía “Cochinito OINK, OINK”, pude oír risas de hombres, por suerte la luz verde se puso y el carro arranco, pero el susto provoco que un poco de pipí se me saliera y de alguna manera el amo se dio cuenta.
-“¿Vas a hacer pipí?, si no pides permiso te va a ir muy mal Puppy”
-“Bmbmbmmbi”, fue lo que logré decir con el chupón en mi boca mientras flexionaba mis piernas y tocaba mi pañal. Estaba en eso cuando vi venir a un camión lleno de gente y sentí como las piernas me temblaban, el amo dio su autorización y comencé a orinar oí gente riendo pero yo cerré los ojos y no quise ver quienes eran cuando termine balbucee algo parecido a “Bébe cochino hizo pipí” mientras sobaba mi pañal y lo sacudía.
Después de esto mi amo por fin me dejo subir a la camioneta. Las lagrimas se me salían, no podía creer toda la humillación que había recibido ese día y apenas eran las 11 de la mañana.
EN CASA DE SONIA
Tras aproximadamente hora y media de camino llegamos a un rancho que pertenecía a una amiga de mi amo a la que ya había tenido ocasión de conocer de nombre Sonia. El rancho es bastante grande y en el centro tiene una casa de dos pisos que es también amplia.
El amo bajo del auto y abrió la puerta trasera de la camioneta para que yo pudiera bajar, Sonia que ya nos esperaba se acercó a saludar a mi amo yo como esclava que soy no merezco tal atención.
Sonia es una mujer de 45 años nada femenina, no es fea pero su arreglo personal es demasiado simplón, muy simpática con aquellos que no considera sus esclavos.
-“Cindy, Candy vengan inmediatamente aquí y ayuden con las maletas”, grito Sonia.
Cindy y Candy son sus esclavas, la primera una morena como de 1.60 de estatura delgada de senos medianos y la otra una rubia casi de la misma estatura pero con más curvas, ambas llevaban por única ropa un gag ball o mordaza de bola en su boca y un arnés que evitaba la salida de un vibrador en el ano que claramente estaba encendido ya que se podía ver el cable deslizándose por sus piernas pero que dejaba al descubierto la parte de enfrente completamente rasurada.
Detrás de ellas venía un hombre alto, rubio, que claramente se veía que se ejercitaba su nombre es Hans, es de Alemania aunque habla suficiente español. Hans estaba acompañado de su esposa, Rose quien también es su esclava, una mujer rubia de piel muy blanca y ojos verdes que mide 1.70, gordita de más o menos 88 kilos, de todas las mujeres allí presentes era la de senos más grandes ella avanzaba en sus cuatro patas, Hans la guiaba por medio de una cadena que salía de su correspondiente collar, el atuendo lo completaba un dildo con forma de cola de cochino y una nariz también de cochino por lo de más estaba completamente desnuda.
-“Y esta marranita como siempre con sus pañales, y ahora hasta chupón trae. Mira Hans Rose va tener compañera de juegos”, dijo Sonia mientras agarraba mi cola de cochino
-“Sí eso veo, jajaja, ¿No estas contenta Rose?”, dijo Hans mientras le daba a sus esposa en el trasero con una palmeta de madera. Rose no contesto Hans no le permite hablar.
-“Enséñale a Hans y a Sonia como mueves la cola Puppy”, me ordeno el amo mientras me quitaba el chupón.
-“OINK”, dije mientras flexionaba las piernas para mover la cola.
-“A cuatro patas vamos”, me ordenodespués tronando los dedos, tomo la correa y me guio al interior de la casa
-“Los cuartos están listos suban a descansar un rato y a ponerse cómodos y nos vemos aquí en una hora, ok”, le dijo Sonia a mi amo y a Hans.
Todos subimos al segundo piso y nos encerramos en nuestro respectivo cuarto, el de mi amo tenía una cama –para él por supuesto- y una colchoneta en el piso para mí.
En cuanto entramos al cuarto el amo amarro mi correa a una de las patas de la cama, se acostó un rato y se durmió, después de tanto estrés yo también estaba muy cansada así que hice lo mismo en cuestión de segundos me quede dormida.
Al cabo de lo que parecieron ser minutos (habían pasado 2 horas) sentí un tirón en el cuello y me desperté, el amo tiraba de mi correa así que me incorpore, tenía su pene erecto fuera de su pantalón, me ordeno que me parara y me quito el calzón de hule, los pañales, el vestido, los zapatos y las calcetas,me señalo un dildo que estaba sujeto en posición vertical sobre una pequeña caja de madera.
-“Métetelo en el ano”, me ordeno
Me coloque en cuclillas sobre el pene de plástico de unos 5 cm de diámetro previamente lubricado y tras unos cuantos jadeos y forcejeos lo pude introducir yo estaba en esto cuando tocaron a la puerta instintivamente me detuve e inmediatamente recibí un regaño “¿Quién te dijo que pararas?” y un golpe en las nalgas con una palmeta de cuero, así que seguí. El amo contesto la puerta e invito a pasar a la persona, era Sonia
-“Vaya llegue en buen momento, jajaja, vamos marranitamueve ese culo es un buen ejercicio”, me dijo. “Toma te traje lo que me pediste”, Sonia le entrego a mi amo un a botella de agua de medio litro.
-“Bueno te dejo con tu puerquita”, se despidió Sonia.
Después de que Sonia se fue el amo camino hacia mí y me jalo de la correa me empujo a la cama me tomó por el culo y comenzó a cogerme, antes de venirse saco su pene recogió rápidamente mis pañales y eyaculo sobre ellos. Después me ordeno que me parara y me los puso, ya que los pañales estuvieron en su lugar estiro la parte trasera de las bandas y hecho talco. Me entrego la botella de agua para que me la tomara y restregó fuertemente la parte trasera de mi previamente mojado pañal para que su semen se esparciera por mi culo.
-“A partir de ahorita a cualquier cosa alguien te pregunte o te diganlo único que puedes contestar mientras traigas esos pañales es popó ninguna otra palabra y si alguien te toca el pañal o te da una nalgada lo sacudes ¿queda claro?”
-“Popó”, respondí.
Después de esto sacó un vestido color rosa de la maleta que yo no había visto antes, con las mangas esponjadas y encaje en las orillas la gran diferencia estaba en que este vestido dejaba mis senos completamente al descubierto ya que entre las mangas se hacia un gran cuello en u. Me lo puso al igual que las calcetas y los zapatos.
-“Bien. En cuatro patas”, ordeno el amo tomando mi correa.
Al bajar pude sentir un aroma a carne asada, tenía hambre. Sonia nos encontró en el recibidor
-“Así debe ser con las chichis al aire, jajajaja. Deja a Puppy aquí con las demás para que ayude en la cocina. Hans ya esta en el jardín asando la carne”, dijo Sonia mientras tomaba mi correa y me llevaba a la cocina.
-“Cindy aquí te dejo esto”
-“Si ama”
Apenas Sonia nos dejo me incorpore, Cindy me pidió que picara la cebolla y el tomate. La esclava de Sonia había sido liberada de su gag bally ahora sólo vestía un corsé de cuero negro alrededor de la cintura dejando sus senos, vagina y nalgas al aire y el collar de perro. Rose también estaba en la cocina ayudando, lo único que llevaba puesto era una tanga rosa con una colita de cochino, sus orejas y su nariz también de cochino. Al terminar con lo que estábamos haciendo nos llevamos todo al jardín de atrás lo primero que llamo mi atención era el gran asador de carne en el que Hans volteaba bistecs y salchichas (como ya dije tenia hambre) hasta que un grito de Candy desvió mi atención Sonia le había metido una botella de cerveza en el ano, después se la saco e hizo que Candy que llevaba un vestido de mucama francesa cortísimo lamiera lo que se había caído mientras nosotras acomodábamos lo que habíamos llevado en la mesa que se encontraba en el centro del jardín. En eso sin darme cuenta mi amo se acercó a mi por la espalda estiro la parte trasera de mi pañal y orino en el, yo sólo me quede parada mientras sentía como el liquido caliente se escurría por mi culo. Al terminar me dio una palmada y yo sacudí mi pañal como se me había ordenado previamente.
-“Jajajajaja, ahora veo que si puede ser útil tener a una mujer en pañales”, grito Hans eufórico.
Para colmo de la vergüenza yo también me orine, lo que hizo que comenzara a gotear por suerte el amo que en ese momento se alejaba para volver junto a Sonia y Hans no se dio cuenta.
Sonia se acercó a nosotras y le pregunto a Cindy si ya habíamos terminado, Cindy respondió que si por lo que Sonia les puso a ella y Candy sus correas tomo la mía y la de Rose y nos ordeno a todas que nos pusiéramos en cuatro patas, nos guio hasta el otro extremo del jardín donde había un gamellón (esa pila de madera donde comen y beben los cerdos y otros animales de granja) y ato nuestras correas a unas cerca de madera detrás del gamellón. Desapareció dentro de la casa y al cabo de unos minutos regreso con una gran olla vertió el contenido en la pila y nos dijo que lo quería ver limpio o nos daría una tunda. Lo que nos habían servido eran frijoles y arroz. Comenzamos a comer atrás se oían las risas de nuestros amos que se habían sentado a la mesa. Cuando ya casi nos habíamos acabado nuestra comida creí oír a Sonia diciendo algo de un laxante, deje de comer inmediatamente aunque si esto era cierto ya había ingerido suficiente como para no salvarme.
A la media hora después de que nuestros amos acabaron de comer fuimos liberadas para ir a limpiar la mesa y lavar los platos esto nos tomo otra media hora y al terminar fuimos llevadas del nuevo al jardín, mi amo y Sonia estaban discutiendo sobre los planes que tenían para nosotras cuando de repente Rose que se encontraba hincada al lado de su esposo comenzó a gemir mientras se tocaba el estomago.
-“¿Qué sucede Rose tienes ganas de cagar?”, pregunto Hans fingiendo sorpresa a lo que Rose contesto moviendo su cabeza de arriba abajo. Casi inmediatamente Candy y yo también comenzamos a quejarnos. Así que cada quien tomo a su esclava incluyendo a Cindy que todavía no presentaba síntomas y nos llevaron de nuestras correas a la parte trasera del rancho, anduvimos un buen trecho durante unos 15 min entre el pasto, rocas pequeñas se incrustaban a veces en nuestras rodillas y encima de eso la parte trasera de mi pañal que de tanta orina había comenzado a hacerse bolas se balanceaba entre mis piernas pero quejarse era inútil nuestros amos llevaban o palmetas o varillas para irnos arreando, Rose era la que más se rezagaba y cada vez que se detenía a pesar de su llanto Hans le respondía con un golpe de la varilla en su gran trasero, lo que provocaba que se sacudiera haciendo que también se moviera la cola de cochino. Para Cindy y Candy la situación no era menos difícil ya que Sonia a la más mínima queja de sus esclavas les daba nalgadas e incluso las empujaba dando un pisotón en sus nalgas con su tenis de suela gruesa, por mi parte el amo parecía niño con juguete nuevo y usaba cualquier excusa para usar su palmeta. Por fin después del tortuoso recorrido llegamos a un espacio donde no había mucho pasto y la tierra era más suelta.
Para cuando llegamos Cindy presentaba también síntomas. Por medio de un piedra papel y tijeras los amos decidieron quien iría primero. Sonia gano la primera ronda. Se acercó a Candy y le quito la correa
-“Candy demuéstrales como lo hace una perra bien entrenada”, ordeno.
Candy no perdió tiempo y en sus cuatro patas busco un lugar, cabo un hoyo con sus manos, se puso en cuclillas y comenzó a hacer. Yo cerré los ojos en ese momento y sólo podía oírla pujar.
Cuando termino se oyeron aplausos, cuando abrí los ojos Candy cubría lo que había hecho con tierra. Hubo un nuevo piedra, papel y tijeras en el que Hans resulto el ganador por lo que libero a Rose de su tanga y supongo que iba a ordenarle que fuera como lo había hecho Candy pero eso no pudo ser por que en cuanto Rose hizo el intento por avanzar no pudo contenerse más y se hizo donde estaba, ensuciando los zapatos de sus esposo, Sonia y mi amo se rieron pero Hans se enfureció y ni bien Rose había terminado le dio 5 golpes con la varilla y le dijo que se preparara para el castigo en cuanto regresaran. Un juego más y llego mi turno al principio supuse que el amo me quitaría los pañales y haría lo que las otras pero no fue así me ordeno que hiciera la Danza de la popó, por un lado sentí alivio no quería que tantas personas me vieran cagar como si fuera un perro así que me incorpore e hice lo que se me había pedido
-“Bebé, Popó”, dije mientras flexionaba mis rodillas y sacudía la parte trasera de mis pañales, después de repetir esto unas tres veces el amo me tomo de la cintura y me bajo los pañales, me quede helada. Los demás se empezaron a reír.
-“Vamos en cuclillas, muéstrales como se usa un pañal Puppy”.
Me puse en cuclillas pero de los nervios hasta las ganas de hacer se me quitaron, el amo enojado comenzó a darme en el culo con la palmeta después del tercer golpe por fin pude comenzar a cagar. Podía sentir la mirada de todos centrada en lo que hacía mi culo y mis mejillas quemándose de la vergüenza. Una vez que termine me puse de pie y comencé a sacar un pie de uno de los agujeros del pañal pero el amo tiro de mi correa que nunca había soltado y me subió los pañales sin importarle los sucios que estuvieran después me dio con la palmeta y me ordeno terminar la danza.
-“Bebé cochino hizo popó” dije entre sollozos.
-“Puppy realmente amas tu pañal con popó como me había dicho tu amo”, dijo Hans mientras tentaba la parte trasera de mi pañal a lo cual como mi amo me había instruido tuve que responder sacudiendo mi pañal y contestando “POPÓ”. Hans repitió esto tres veces más. Mientras tanto Sonia que también se reía fuertemente le ordeno a Cindy que se diera prisa e hiciera lo suyo, así lo hizo, fue la más afortunada ya que incluso su ama estaba entretenida burlándose de mi y aprovechando para tocarme las tetas, le gustaba tomarlas entre sus manos y hacerlas rebotar. En cuanto
Cindy termino emprendimos el camino de regreso, mi pañal pesaba, se resbalaba y se balanceaba a cada paso que daba (iba en cuatro patas), el amo parecía gozar eso y me pateaba la parte que colgaba a cada minuto.
Por fin llegamos al jardín. Sonia permitió que sus esclavas se fueran a lavar inmediatamente con la manguera ante mis envidiosos ojos que veían como se alejaba la posibilidad de librarme de mi hediondo pañal mientras era conducida junto con Rose al establo.
Apenas habíamos llegado al establo Sonia nos dio alcance y le dio a Hans unas esposas que este le puso a Rose después le ordeno que se parara y sujeto las esposas a una cuerda que colgaba en lo alto del techo lo que impediría que tuviera posibilidades de defenderse o escapar.
-“Vas a aprender a obedecer a tu amo. Saca las nalgas”, grito Hans, Rose así lo hizo mientras Hans se quitaba el cinturón para darle a su esposa 20 golpes en su sucio trasero, Rose se retorcía como una gelatina mientras gritaba. Yo por mi parte seguía en cuatro patas al lado de mi amo que disfrutaba del espectáculo al igual que Sonia.
Terminado lo anterior las esposas de Rose fueron liberadas de la cuerda y Hans la guio a uno de los apartados del establo (que por cierto no tenia ningún caballo) le permitió que se sentara y sujeto las esposas a unos aros que colgaban en la parte baja de la pared de madera del cubículo. Después de eso mi amo me condujo a un cubículo al otro extremo del establo Sonia le dio unas esposas que el inmediatamente me puso y las sujeto de la misma manera que las de rose.
-“Vámonos a descansar, la fiesta comienza a las 9:00”, dijo Sonia
-“Puppyte tienes que quedar aquí porque sino vas a apestar el cuarto se una buena cochinita y descansa, vas a tener mucho trabajo en la noche”, me dijo mi amo en tono amable.
Apenas me quede sola comencé a llorar. Podía ver popó en mi entrepierna y en las orillas del pañal y por más que buscaba como no lograba acomodarme y al cabo de un rato el revoltijo de pipí, popó y semen de mi pañal comenzó a provocarme escozor. Como a las dos horas Candy vino me quito las esposas para volvérmelas a poner de manera que mis brazos quedaran detrás de mi espalda, me dejo un traste con agua y un plato con comida, parecían tortillas remojadas en caldo con arroz, me dijo que mi amo ordenaba que me lo comiera todo o me castigaría así que lo hice. Después puesto que ya estaba libre de los aros pude recostarme y medio descansar.
Oscureció, no me gustaba estar ahí sola a oscuras, tenía miedo de que el hedor de mi pañal atrajera a algún insecto. A lo lejos comenzó a oírse música. Pasó un rato hasta que Candy y Cindy regresaron para liberarnos a Rose y a mi y nos llevaron a un cuartito contiguo al establo donde nos peinaron y maquillaron, Cindy sacudió mi vestido, limpio mis senos y acomodo mi pañal el cual por el peso se me estaba resbalando. Candy se puso unos guantes y limpio el trasero de Rose, al ver esto le pregunte a Cindy si podía hacer lo mismo conmigo a lo que respondió secamente con un “No”. Cuando estuvimos listas nos condujeron con nuestros amos que nos esperaban en la puerta trasera de la casa.
Hans recibió a Rose con una nalgada y le ordeno que alzara el culo para que el pudiera ponerle su dildo con cola de cochino. Por mi parte en cuando llegue con mi amo pensando que me cambiaria el pañal comencé a hacer la “Danza de la popó” pero el amo me ordeno que me aguantara y rápidamente se puso a inspeccionar mi pañal para después poner unos pedazos de cinta adhesiva alrededor de este para reforzarlo y evitar que se cayera. Después nos condujeron a una parte del jardín donde habían sido puestos unos toldos en los que un grupo de gente acompañaba a Sonia, eran 2 mujeres y tres hombre. Todos se divertían y aplaudían a un chico algo regordete que bailaba en una tarima con un tubo en medio, el hombre rubio de unos 25 años llevaba solamente una tanga roja y ligueros del mismo color, después me entere de que era el esposo-esclavo de una de las mujeres ahí presentes de nombre Antonia.
-“Bravo, Julia”, le gritaban al hombre que había finalizado su danza casi al mismo tiempo que nosotros llegábamos.
El silencio se hizo, todos se nos quedaban viendo. Hans comenzó a avanzar entre los presentes. Conforme Rose (que iba en cuatro patas) pasaba enfrente de ellos estos le daban nalgadas, tocaban sus enormes senos o movían su cola de cochino provocando que ella gimiera.
Mientras tanto el amo me había ordenado que me parara y en cuanto Hans tomo asiento me presento a los invitados y me ordeno que saludara como una buena niña. Así que tome las puntas de la falda mi vestido e hice una pequeña reverencia mientras decía “Popó”, lo que provocó la risa de los presentes que hacían comentarios como “Que bebé tan linda”, “¡Hay! ensucio su pañal”, “Es la bebé con los senos más grandes que he visto” otros tocaron mi pañal dándome golpes en el trasero, a todo esto yo tenía que responder “Popó” o sacudir mi pañal según fuera el caso, provocando más risas.
Después de esto el amo tomó asiento y yo me arrodille a su lado pude ver que cada quien llevaba a su esclavo o esclava aunque ninguno traía pañal. De pronto alguien pregunto, ¿quien es el siguiente en hacer su show?, mi amo no perdió un segundo y dijo Puppy, todos aplaudieron, me quito la correa y me ordeno que subiera a la tarima. Las piernas me temblaban todavía no me reponía de la vergüenza inicial y las ganas de hacer popó eran cada vez más fuertes. El amo fue hacia una mesa donde estaba unalaptop y programo la canción “Asslikethat” al escucharla supe cual era la coreografía y a pesar de mis nervios y la pena comencé a bailar. No es un baile muy complicado básicamente es darle la espalda a los presentes, agarrar el tubo, abrir la piernas y flexionarlas mientras sacudo el culo del lado a lado, hacia adelante y hacia atrás o en círculos al ritmo de la música después de esto me volteo de frente al publico y hago lo mismo. Al terminar la canción me puse de pie he hice una reverencia a lo que todos respondieron con fuertes aplausos y carcajadas.
Cuando estaba a punto de bajarme de la tarima el amo me dijo que ahora podía hacer la “Danza de la popó”, me quede petrificada, con un hilo de voz dije “Bebé Popó” mientras comenzaba a sobar mi pañal, todo estaba en silencio.
-“Que dijiste Puppy, habla fuerte”, ordeno mi amo
-“Bebé, popó”, dije lo más fuerte que pude. El amo dio su autorización y ante todos los presentes TUVE QUE PONERME EN CUCLILLAS Y HACER POPÓ EN MI YA SATURADOS PAÑALES. Las carcajadas no se hicieron esperar y mis lagrimas tampoco.
-“Bebé cochino hizo popó”, dije con la voz entrecortada una vez que termine. El amo que estaba respondiendo a algo que le había preguntado una de las mujeres no me hizo caso.
-“¿Qué quieres bebé?”, pregunto uno de los presentes.
Yo me quede, parada en silencio con mi pañal goteando. El amo me volteo a ver y supe a mí pesar lo que tenía que contestar:
-“Popó”, dije
-“¿Qué?, pero si por lo visto ya tienes bastante”, dijo el hombre entre risas. Los demás lo acompañaron.
Después de avergonzarme un poco más el amo me saco de la tarima y me llevo a un extremo de la tienda donde me puso mi correa y la aseguro a una de las patas de la mesa donde estaba la laptop.
He de haber pasado como dos horas en ese rincón. En ese lapso el amo se acercó para darme agua y se volvió a ir para ver como los demás esclavos tomaban su turno para subir a la tarima y ser humillados por sus amos. Estaba cansada, el pañal me molestaba podía sentir el monte de popó en mi trasero sin importar como me acomodara, además de que la comezón aumentaba a cada minuto.
De repente Sonia empezó a decir mi nombre lo que no eran buenas noticias. Quería usarme para jugar pónganle la cola al burro o en este caso al cochino y mis pañales iban a ser la pizarra para poner la cola. El amo fue por mí, me ayudo a subirme a la mesa y ahí me puse en cuatro patas para que mis pañales quedaran a la vista de todos. El juego comenzó, la cola había sido medio dibujada en un pedazo de cartulina y tenia cinta adhesiva en un extremo. Alguien comento que no sería difícil guiarse sólo había que seguir el olor. Pero debido a que Sonia alentaba a jugar bromas a todo el que participaba y a que algunos ya andaban pasados de copas al final sólo dos le atinaron al blanco.
Cuando el juego acabo el amo me tomó de la correa y me llevo a la casa, subimos al cuarto y ahí por fin me quito los pañales y me dio un baño rápido de la cintura para abajo. Dejó que yo me secara mientras él iba a la maleta a sacar mi siguiente atuendo que consistía solamente en una cola de conejo que se sujetaba por medio de una cinta alrededor de la cintura y las respectivas orejas. Mis rodillas estaban muy cansadas y lastimadas de tanto andar a gatas así que aunque me llevo de la correa de regreso al toldo me permitió ir a pie, había bajado bastante la temperatura. Cuando llegamos Rose estaba en la tarima en cuatro patas, completamente desnuda mientras Hans le masajeaba el ano con sus dedos.
-“Por fin llegan”, dijo Hans al vernos.
El amo me ordeno que yo también subiera a la tarima y me pusiera en la misma posición que Rose de manera que él también pudiera comenzar a masajear mi ano. Todos los demás amos nos miraban mientras bebían y hablaban entre ellos. En este punto la vergüenza ya se me había pasado, me alentaba el no ser, por lo menos la única desnuda y estaba feliz de haberme deshecho del apestoso pañal, pensaba que lo que pasaba es que Hans y mi amo nos estaban preparando a Rose y a mi para tener sexo anal, me equivoque. Nos metieron a cada una un vibrador de esos que tienen forma de capsula. Debo admitir que después de unos minutos se empezó a sentir bien tanto que no pude evitar gemir y sacudir el culo. Esto éxito a mi amo que se puso delante de mi y me ordeno que le mamara el pene.
Sin embargo cuando más estaba gozando Hans se acercó y mi amo saco su pene de mi boca y me ordeno que me colocara detrás de Rose de manera que nuestro culos quedaran frente a frente. A ambas nos retiraron los pequeños dildos.
Hans fue a su asiento, debajo de la silla saco una maleta y de la maleta un dildo bastante ancho de doble cabeza el cual empezó a untar con bastante lubricante, en ese momento supe lo que iba a pasar a Rose y a mi nos introdujeron el dildo para que empezáramos a penetrarnos mutuamente de la misma manera en que se ve en la película Réquiem por un sueño. A pesar de todo el lubricante el dildo no fue difícil de introducir en mi ano y el amo me dio varias nalgadas ordenándome que aflojara el culo. Por fin entro. Con Rose no hubo tanto problema, se veía que ya había hecho esto antes.
Una vez que el dildo estuvo en su lugar, Hans lo encendió poniendo la vibración al máximo, la música comenzó y Rose y yo empezamos a movernos. Para mi fue muy difícil al principio a pesar de los azotes en el culo que el amo me propino con la palmeta de cuero. Hasta que de repente empezó a sentirse mejor y pude ir al ritmo de Rose. Sonia se acercó a ver el espectáculo y no perdió oportunidad para jugar con mis tetas que se balanceaban como a ella le gustaba. Mi amo se limito a masturbarse. Después de un rato por fin entre gemidos logramos venirnos.
Después de que nos libraron del dildo cada una fue con su amo, ahora era el turno de ellos de cogernos mi amo no perdió tiempo tomó asiento,me puso sobre sus piernas y empezó a penetrarme esta vez en la vagina y a pesar de que estábamos rodeados de gente logre tener un orgasmo (la verdad es que los demás no nos ponían atención estaban muy ocupados ya sea jugando con sus propios esclavos o viendo a Cindy y Candy que estaban dando espectáculo en la tarima).
Cuando nos venimos a dar cuenta ya empezaba a amanecer. Sonia comenzó a instruir a Cindy para que se encargara de organizarnos a todos los esclavos y la ayudáramos a limpiar. Mi amo aprovecho ese lapso para ir al cuarto y traer lo necesario para cambiarme, así que enfrente de todos me pidió que me acostara en la tarima y me puso mis dos pañales reglamentarios (que por cierto eran los que le había comprado a Clara) y por suerte también un pans lo cual agradecí mucho.
Los amos se fueron a dormir y los demás comenzamos a limpiar nos llevo unas dos horas levantar, barrer y lavar los trastes. Cuando terminamos Cindy que había recibido instrucciones de cada uno de los amos de lo que debía hacer con su respectivo esclavo comenzó a llevarnos a unos al establo y a otros como a mí al cuarto de nuestros amos. Cuando llegamos al cuarto mi amo estaba profundamente dormido. Cindy amarro mi correa a la pata de la cama y se fue. Caí dormida casi de inmediato.
VIERNES
Cuando desperté el amo ya no estaba. Logre ver el reloj de la pared eran casi las 12:30 pm. Dieron las 2:00 y no regresaba, empecé a desesperarme estaba aburrida, tenía hambre y sed y el pañal mojado. Como a las 2:30 Cindy entro al cuarto y sin decir nada me dejo un plato con dos pedazos de pizza y una botella de agua. Le di las gracias buscando iniciar conversación pero no hubo respuesta simplemente se dio la vuelta y se retiro. Comí mi pizza y seguí esperando a las 4:00 pm por fin entró mi amo yo casi inmediatamente después comencé a hacer la Danza de la pipí para que el amo me permitiera mojar mi pañal. Una vez que termine me bajo el pantalón del pans y reviso mi pañal.
-“Aún no haces popó, entonces esta bien”. Dicho esto me subió el pantalón, me ordeno que me quitara la sudadera y me dio una camisa azul para que me la pusiera, me dejo peinarme y me quito el collar de perro.
Bajamos las escaleras, de los que habían estado en la fiesta sólo quedaban Hans, Rose, Antonia y su esclavo Julia y por supuesto Sonia, Cindy y Candy.
-“¿Así la vas a llevar al super?, a leguas se nota que lleva pañal”, dijo Antonia.
-“Puppy tiene que aprender a amar sus pañales”, respondió mi amo mientras apretaba la parte de atrás de mi pañal. Yo comencé a sentir escalofríos pero pese a que miré a mi amo con los ojos más suplicantes que pude termine metiéndome a la cabina de la camioneta junto con Julia que iba vestido con camisa y pantalón, como un hombre normal, en la parte de enfrente iban Antonia y mi amo. Julia me sonreía pero hablaba poco yo lo agradecía porque sinceramente no tenía ganas de hablar con nadie incluso comencé a anhelar regresar a la jaula en el sótano de la casa del amo sobre todo cuando empecé a sentir ganas de hacer popó.
Tras hora y media de camino llegamos al estacionamiento del super. Eran las 5:30 más o menos. Sonia le había dado a mi amo una lista de cosas que necesitaban para la cena de ese día y las comidas del siguiente por lo que era algo larga eso añadido a que era viernes por la tarde y en el super había bastante gente me decía que íbamos a tardar más de una hora en hacer las compras y yo ya no aguantaba las ganas de hacer popó.
A pesar de que intente en un principio caminar despacio para que el pañal no se moviera tanto e hiciera ruido esto no funciono ocultarlo era imposible y no tenía escapatoria así que camine mejor lo más normal que pude aunque eso tampoco era fácil ya que el grueso de los pañales y el dolor de estomago me lo impedían. Antonia y mi amo se repartieron la lista y cada quien agarro un camino distinto. Al principio nadie parecía notarlo hasta que llegamos a donde están las carnes frías había 10 gentes esperando que las atendieran y varias se me quedaron viendo aunque no hicieron comentario alguno sí fruncían el ceño o intentaban disimular la risa. Después fuimos por pan, botanas y bebidas, mi amo parecía estar en un día de campo e iba tranquilamente eligiendo con cuidado cada artículo que ponía en el carrito, yo intentaba encontrar la manera de disimular mi pañal lo más que me fuera posible pero las risas que oía a mis espaldas y comentarios como “no te rías quizás esta enferma” me decían que no lo estaba consiguiendo. Por fin a las mil y quinientas terminamos y nos fuimos a formar pudimos ver que en otra caja Antonia y Julia también ya estaban haciendo cola para pagar. Cuando llegamos por fin con la cajera aprovechando que mi amo estaba distraído buscando el dinero para pagar yo me retire lo más que pude y me hice popó, sabía que habría consecuencias por no hacer la Danza de la popó pero en ese momento nada me parecía más humillante.
Una vez que todo estuvo empacado en el carrito comenzamos el recorrido de regreso al carro seguidos por Antonia y Julia, el pañal y el pans parecían ocultar el olor de la popó y por un momento pensé que me saldría con la mía y que mi amo no se daría cuenta hasta más tarde pero todo se vino abajo cuando llegamos al auto. Cuando estábamos subiendo las cosas a la camioneta mi amo se me acerco por detrás y me abrió la parte de atrás del pantalón y el pañal.
-“¿Te zurraste?”, pregunto en un tono que no podía significar más que problemas.
-“Amo perdóneme es que me daba…”
-“Silencio”, ordeno sin gritar pero firmemente.
El amo le pidió a Antonia y a Julia que se subieran al auto, cerro la parte de atrás de la camioneta y me llevo junto a la puerta del conductor, ahí me bajo de un tirón el pantalón y me ordeno que sacara los pies, yo comencé a llorar y rogar pero él me dijo que si no obedecía me iba a quitar también la camisa, así que lo hice. Le di los pantalones y antes de cerrar su puerta me dijo que cuando la camioneta estuviera fuera del estacionamiento lo alcanzara.
La camioneta comenzó a avanzar, ante mi desesperación, hasta ese momento nadie me había visto aún, la camisa que me llegaba a la cadera no cubría para nada el pañal. Aun temblando en cuanto vi que la camioneta llegaba a la entrada del estacionamiento comencé a caminar lo más rápido que pude, eran unos 10 metros más o menos de camino atrás de mi pude oír a alguien diciendo “mira una mujer en pañales, saca el celular”, pero no voltee ni me detuve estaba más preocupada en que no se me callera el pañal y quedara expuesto su
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