Inesperado encuentro dark
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cy50.
Preparar los disfraces, vestirnos y maquillarnos fue el inicio de la diversión.
Mi esposa E se puso una falda negra con estoperoles y una media con liguero negras de calaveras y una blusa semi transparente negra, muy sexy.
Por mi parte me puse también un liguero negro, medias y una capa negra larga y nos maquillamos acorde a la noche.
Arribamos al sitio, en San Pedro de los Pinos y poco a poco fue llegando una variopinta multitud. algunos con vestuarios verdaderamente magníficos y muy originales. Poco más de una hora después, llegó un grupo de muchachos y chicas que se instalaron junto a nosotros, la multitud ya era bastante grande por lo que el espacio era ya muy restringido, así que terminamos prácticamente pegados unos a otro. Al voltear a ver al grupo de junto me encontré con la mirada de un hombre de unos 30 ó 32 años verdaderamente hermoso.
Cabellera larga y de rizos, negra brillante, con unos ojos maquillados en negro y azul, profundos y bellos y que se clavaron en los míos mandando el inequívoco mensaje de “me gustas”. Desde luego sin tardanza, atendí a su mirada y sonriéndole le dije, ¿qué onda?… está padre tu disfraz, el cual consistía en una especie de faldón negro como de charol, y un blusón blanco con vuelos y encajes, como del siglo XVI. Se veía muy bello.
En poco minutos estábamos en una orilla en amena plática que derivó al poco rato en temas personales y sexuales, ya que hablando del tema dark y de éste estilo de vida; me dijo que le divertía, pero que en realidad la parte dark de su vida era más bien la sexual. Desde luego esto me entusiasmó sobremanera ya que el tipo estaba más que interesado en llagar a este tema y no escondía su interés por mi, lo cual además de halagador ahora se tornaba misterioso.
Sólo algunas preguntas de mi parte y el tipo sin reparos comenzó a decirme que le gustaba el sexo tanto con hombres como con mujeres, pero que sus prácticas eran un tanto desconcertantes para algunos ya que en pocas ocasiones él participaba activamente, al menos penetrando o siendo penetrado, sino que más bien a él le apasionaba masturbarse viendo a otros teniendo sexo, pero después de que él realizara su intervención… siguió por ese camino y “su intervención” siguió siendo un misterio por otro rato. Yo creo que estaba simplemente midiendo mis reacciones y evaluando si decirlo o no. Al poco rato sintió claramente que no habría ningún problema y que hallaría apertura de mi parte, por lo que finalmente se decidió a explicar en qué consistían sus intervenciones.
Yo esperaba ya algo inusual y seguramente perverso y me imaginaba que sus dichosas intervenciones tendrían algo sucio, o al menos eso esperaba ya que mientras más veía su hermoso rostro, más se me antojaba tener sexo con él y mientras desarrollaba su relato, yo fantaseaba con besarlo y me lo imaginaba defecando sobre mi, me imaginaba embarrando mi cuerpo con sus dulces excrementos, deseaba besarlo con la boca plena de su delicada miel marrón y fantaseaba con toda un gama de cerdeces que me fascinan. Me preguntaba cómo tendría la verga, la quería ver dura y arrogante ante mis ojos y también me frustraba un poco el que me dijera que él no participaba casi nunca de ese modo; desde luego que el “casi” me dejaba algunas esperanzas de que al llevarlo a nuestra cama decidiera meter su varonil instrumento en mi culo, o al menos el poder verlo penetrando a mi mujer, verlo encima de ella, moviéndose rítmicamente penetrando su culo, ver su bello cuerpo varonil dándole una buena cogida por el ano a mi nena, ya que me gusta en extremo verla gozar, verla tener uno y otro orgasmo mientras disfruta de una rica y dura verga y desde luego que si se puede y el invitado está dispuesto a participar en nuestros juegos, me gusta mucho que la penetren mientras ella expulsa directo en mi boca su carga completa de suave mierda, delicioso complemento al gozo visual de verla penetrada.
Pero todo esto, en dicho momento eran puras fantasías y el amigo dark seguía con su relato y como dije, al fin llegó la última confesión que no sólo era perversa y sucia, sino que fue determinante para que en ese momento decidiéramos que esa noche nos iríamos a la cama los dos y si mi nena así lo quería, seríamos los tres. Al iniciar su confesión, tan sólo llevaba unas cuantas palabras, lo detuve y corrí por mi mujer E para que oyese el increible relato. Ya instalada junto a mi y previa y breve introducción, nos dispusimos a escucharlo y yo aun más entusiasmado ya que ella me había dicho que el tipo también le gustaba mucho. ¡La noche prometía en grande!
Reinició su plática retomando el tema de que su pasión sexual es sobre todo el ver a otros, dos ó más tener sexo, y dijo: antes me gusta iniciar la relación besándome y jugando cachondamente con cada participante por separado y excitarlos todo lo posible y cuando ya están muy calientes, mi gran deseo es ver a cada uno acostado(a) boca arriba y recorrer con la lengua sus cuerpos sin desvestir, —o al menos con algo de ropa cachonda,— hasta que logro unas enormes e incontenibles ganas de vomitar. Al decir esto hizo una pausa en espera de nuestra reacción y al ver que estábamos más que encantados con su relato, continuó. Cuando al fin logro ese deseado éxtasis, vomito poco a poco sobre el cuerpo de esa persona, sobre su ropa ya que me sobre excita ver mi vómito cómo mancha y escurre sobre la ropa y después vomitarme en el rostro y en la boca de cada uno. –Tengo, decía, una habilidad increible para vomitar cantidades que los sorprenderían si lo vieran. Posteriormente y dejando a la primer persona toda llena de mi inmundicia, ahora la emprendo con el segundo participante, al que igualmente voy vomitando poco a poco hasta llegar a su rostro y al deseado momento de vomitar dentro de su boca. Después me pone loco defecar sobre cada uno, adornar sus cuerpos con mis excrementos y el éxtasis mayor y es cuando me vengo como enloquecido es verlos así, adornados con mi vómito y mi cagada copulando, cogiendo como cerdos, besándose, compartiendo con sus besos todos mis jugos, mientras yo me masturbo viendo el perverso espectáculo. Y sí, algunas veces, pero pocas, decido, que si me dejan, penetro a alguno o incluso a veces deseo ser penetrado, pero la mayoría de las veces me masturbo ah! y eso sí, me encanta cuando ya están cogiendo los otros, mirar de cerca y vomitarme sobre ellos y si aun puedo cagarme también, pero sobre todo vomitar que siempre puedo. Ahí es cuando mi leche sale como chorros y tengo unos orgasmos fuera de este mundo.
¡Quedamos extasiados escuchándolo, boquiabiertos y con lo ojos como platos!
Este cabrón perverso pensamos, es una puta maravilla y una fantasía hecha realidad, no sólo está hermoso, no sólo es bisexual, sino además es una atascado puerco perverso, exactamente como nos gustan.
La primera que habló fue E – guao! le dijo, qué maravilla, vaya que eres perverso, me encanta. No todos los días conoce una a alguien como tu, eres muy guapo! ¿no crees, mi vida? – totalmente de acuerdo, le dije, nos dejaste maravillados!
Ahora el que tenía los ojos de plato era él, – ¿de veras? preguntó, ¿les gusta? porque estoy acostumbrado a que me vean con cara o de loco o que yo soy quien está bromeando y más bien salen corriendo. —Pero para nada papá, le dije, la verdad es que nos gustas y lo que cuentas, está muy cerca de las prácticas sexuales de nosotros… nos gusta tener sexo con todos y cada uno de los fluidos corporales, ¡todos! o sea, saliva, gargajos, orina, excremento, mocos y vómitos y bueno desde luego semen, con eso te digo todo. –¡No mamen! es lo único que acertó a decir.
Mi nena, dijo – pues no sé qué estamos esperando, porqué no vamos a casa?, él respondió, me encanta la idea, sólo les propongo antes ir a cenar, necesito un par de pizzas para poder actuar, mirándonos con ojos juguetones y traviesos. Que no se diga más, dije, vámonos que además yo también muero de hambre…
Varias pizzas, que son perfectas para los sucios fines que llevábamos en la mente y una par de cervezas cada uno, nos quitaron el hambre y nos dieron el suficiente material para poder jugar más tarde. Una vez en casa preparamos rápidamente la cama con las sábanas desechables y los plásticos en el piso y me senté plácidamente en mi sillón favorito a ver a nuestro bello invitado iniciar sus cachondos juegos besando y manoseando a mi nena que ya estaba muy cachonda la muy puta. La besaba con pasión y metía sus manos entre sus tetas, levantando su falda y metiendo sus dedos ya en el coño ya en el ano y dándoselos a chupar a ella. En un momento empezó a jalar desde su garganta sus mocos hasta que pudo formar un enorme gargajo que escupió sobre el rostro de ella.
El espeso gargajo lleno de mocos se veía gelatinoso y grueso, y escurría poco a poco en la cara de E, muy cachondo, él lo lamió y lo regresó a su boca tragándolo de nuevo, luego se hincó acercando su rostro al coño de ella, apartando un poco sus bragas y escupió de nuevo otro espeso y gelatinoso gargajo que se pegó a los labios vaginales y en seguida, comenzó lo mejor, ya que en ese momento soltó la primera bocanada de vómitos. ¡Hermoso! qué maravilla, no cabe duda que la pizza es de lo mejor para tales juegos. El vómito multicolor, lleno de inmundicias, espeso y viscoso, salía por la boca de él a borbotones, esparciéndose sobre las bragas de E y sobre su falda negra. Se veía por demás apetitoso, el asqueroso manjar corría despacio y denso sobre la ropa negra destacándose los colores y aumentando el placer visual, haciéndolo absolutamente deseable; realmente me tuve que contener para no correr a lamer su coño batido con la hermosa inmundicia, mi verga estaba tan dura que era doloroso, y E gemía de placer, pidiendo más y más. Tocó el turno a su torso que el bello ejemplar cubrió despacio y prolijamente con su espeso vómito, toda la ropa era un asco, escurría bellamente por todo el cuerpo y él lo lamía y tragaba de nuevo su sucio vómito para de nuevo expulsar otra deliciosa bocanada de porquería. Al fin decidió acercarse al rostro de ella, y despacio vomitó sobre ella quien abriendo la boca recibió sólo parte del sucio manjar para en pocos segundos recibir de lleno la descarga completa, un chorro enorme de inmundo vómito que llenó en un momento toda la boca y se derramó sobre su rostro dejándola totalmente cubierta de vomitada. El olor era estimulante y la vista era en extremo excitante, deseaba lamerla, deseaba penetrarla así adornada con toda esa maravillosa delicia, realmente luchaba para no masturbarme ya que de mi verga salían gotas enormes de miel. Nuestro bello cerdo todavía acercando su rostro al pelo de mi mujer, vomitó sobre su mata negra, dejando su cabellera deliciosamente adornada con su vómito de colores. Ella ya se retorcía de placer, era justo el momento que él estaba esperando para dejarla.
Al fin me pidió, me ordenó que me acostara sobre la cama junto a ella, acercó su rostro al mío y recibí su lengua entera dentro de mi boca sintiendo el sabor de sus vómitos, sus manos me recorrían todo el cuerpo y atenazaron mi verga endurecida y la restregaba contra su cuerpo y posteriormente su verga dura debajo de su ropa la restregaba contra la mía, de pronto y para mi placer se quitó su faldón y al fin nos dejó admirar en todo su esplendor su hermoso miembro que mostraba un dura erección. Una verga grande y gruesa, temblorosa que de inmediato quise meter en mi boca, pero él la apartó y sólo se acariciaba muy suavemente con la punta de sus dedos sus güevos y su hermosa verga. Se acercó a mi pene aun debajo de mis bragas de encaje y comenzó a lamerme y poco después por fin recibí un primer chorro de rica y tibia vomitada sobre mi calzón, el sólo escuchar cómo vomitaba me excitaba aun más, apartó mis bragas descubriendo mi pene y descargó dentro otro tibio chorro de inmundicia, mi verga saltaba de felicidad y las ganas de que llegara a mi rostro eran ya incontenible, pero el tipo tomó su tiempo, mucho tiempo, despacio y esmerándose en cubrir cada parta de mi cuerpo sobre mi ropa de su rico vómito, tardó una eternidad en al fin llegar a mi rostro, besarme intensamente y vomitarse sobre mi para después ordenarme – abre la boca puta cerda, ahora te voy a dar mi preciado vómito. Abrí todo lo que pude y lo veía fijamente para no perder el más mínimo detalle, para gozar del placer de ver cómo salía el chorro espeso, inmundo, viscoso, multicolor de sucio y delicioso vómito que al fin me dio, llenando mi boca de su porquería y salpicando todo mi rostro una y otra y otra vez; tres veces llenó mi boca de su preciado manjar y tragando todo lo que pude mi placer iba en aumento, terminó conmigo vomitando en mi pelo una par de veces, lo que me dejó gozando el delicado placer de sentir despacio cómo escurría espeso y tibio sobre mi rostro, sobre mi cuerpo. Junto a mi, E se masturbaba duramente pero cuidando de que su cuerpo siguiese cubierto de las delicadas porquería de nuestro invitado. Ya entonces llevaba no sé cuanto orgasmos la muy puta cerda.
Llegó el momento de los manjares sólidos, nuestro adonis, se bajó los calzoncillos, posó su trasero sobre el rostro vomitado de E y comenzó a pujar despacio. La cerda de E abría grande su sucia boca para dejar entrar todo lo posible del regalo que venía, sus ojos ansiosos se movían expectantes, dejaban ver el incontenible deseo que tenía de recibir los sólidos desechos fecales de nuestro hermoso vampiro y desde luego yo igual que ella esperaba con impaciencia el bello momento en el que el orificio anal se hincha abriéndose poco a poco y deja salir despacio la deseada miel.
La suave mierda salió al fin mostrando su marrón brillante ante nuestra expectante visión, despacio la gruesa serpiente de rica caca creció hasta alcanzar por fin la boca de mi mujer quién sólo emitió un largo y profundo suspiro mmmmh!. Su boca se llenó poco a poco del oloroso manjar y nuestro invitado comenzó a mover en pequeños giros sus bellas nalgas para poder cubrir, no sólo la boca de ella, sino todo su rostro de la pasta marrón. Después se colocó sobre sus tetas aun con el brasier que mostraba el colorido vómito y depositó sobre las mismas otra generosa cantidad de aquel majar, la puta se retorcía de placer y aspiraba fuerte para estimularse con el intenso olor de los excrementos que invadían nuestro sentidos. La enorme verga de él saltaba y dejaba salir gotas de transparente miel que yo deseaba desesperadamente lamer; deseos que tuve que contener. Mostrando una habilidad de experto, fue moviendo poco a poco hacia abajo del cuerpo de E dejando caer pequeños mojones de suave cagada que iban adornando el vientre hasta llegar al coño en el que dejó caer una generosa cantidad de su hedionda materia fecal. Se detuvo a observar con lujuria su sucia obra y juntando más mocos en su garganta escupió un enorme y viscoso gargajo sobre la boca y el rostro de ella que calló sobre el mojón de mierda, mientras parado sobre la cama por encima de ella se acariciaba su bello miembro erecto y hermoso.
Al fin se posó sobre mi, a la altura de mi verga que saltaba de excitación, se puso en cuclillas sobre esta y depositó uno suaves, tibios y deliciosos mojones de cagada, aun más suave que la anterior, con su mano esparció su dulce materia sobre mi verga. El placer fue delicioso, sentir su mano varonil y fuerte tocando mi pene, cubriendolo de su deliciosa caca, para hacer lo mismo con mi güevos. Mis gemidos lo decían todo, el cabrón lo gozaba intensamente soltando estimulantes palabras: — te gusta verdad cerda?, me gusta ver que disfrutes de mi asquerosa cagada suave y deliciosa, quiero verte comerla también puto… quiero ver cómo se besan con mi suciedad en sus bocas de letrina, quiero verlos gozar de mis sucios fluidos…—
Al igual que con mi mujer, movió su cuerpo despacio en este caso subiendo en dirección a mi rostro y en el camino dejaba caer suaves mojones de tibia caca, para al fin arribar a mi rostro. —ábreme bien la letrina puto, me dijo, voy a cagar dentro de ti. —Claro que si papi, le contesté y abrí lo más que pude my boca que aun contenía los residuos de su vómito. La visión era por demás excitante, su ano se hinchaba y abría despacio y yo acerqué mi rostro para olisquearlo, gozando del hedor que me resulta uno de los olores más estimulantes en la vida. El intenso olor a sus excrementos puso a volar mi mente y mi cuerpo sintiendo temblores por todos lados y con una creciente ansiedad, casi desesperado diría yo por recibir su bello y asqueroso manjar que finalmente depositó dentro de mi boca. Despacio sus tripas descargaron todo su fecal contenido dentro de mi boca y sobre mi rostro y yo gozaba al máximo del sucio alimento que saboreaba dentro de mi boca y que comencé a masticar muy despacio rompiendo los trozos de caca entre mis muelas sintiendo en cada mordisco, cómo explotaba el intenso sabor de su ricos excrementos, invadiendo mi paladar, y todos mis sentidos; este acto, el de masticar despacio la cagada de otro, es para mi una de las más hermosas y placenteras sensaciones, es como recibir la más poderosa de las drogas que hace que mi cerebro vuele, incluso me mareo y mi corazón empieza a latir aceleradamente al tiempo que mi verga se pone enloquecida de placer, así que el sentir su cagada suave en combinación con sus espeso vómito dentro de mi boca era para mi el paraíso y si agregamos la visión de mi mujer junto a mi tirada en la cama literalmente bañada en vómitos, mierda y espesos gargajos la excitación era aun mayor.
Al terminar de cagarse sobre mi rostro, el amigo soltó sobre su mano un último mojón de suave caca y se la llevó a su boca recogiendo un poco y aspirando profundamente su olor y el resto lo usó para cubrir su enorme verga erecta.
Ahora sí —dijo— me gustaría verlos retozar juntos, quiero verlos coger batidos en mis heces, en mi vómito, quiero verlos compartir mis sucios gargajos. Se ven muy bien así adornados de mi, decía y se movía su verga dura.
Se sentó en un extremo de la cama y nosotros rápidamente nos abrazamos en un intenso y profundo beso en el que la dulce mierda pasaba de boca en boca. Nos lamimos recogiendo con la lengua los gargajos viscosos y espesos que colgaban de nuestros rostros y que al besarnos formaban un hilillo que nos unía. Los dos nos dedicamos con pasión a lamer nuestros cuerpos recogiendo ávidos parte de toda aquella inmundicia, tragándola y escupiéndola también, besándonos de nuevo una y otra vez, hasta que ella no pudiendo contenerse más, al besarme dejó salir un sucio chorro de vómito que contenía ya no sólo la cena, sino también parte de la cagada que ya había tragado y parte del sucio vómito que ingirió, por lo que el chorro era en verdad deliciosamente asqueroso, uno de los vómitos más cerdos que recuerde y que me produjo un riquísimo placer, no sólo al sentirlo ingresar a mi sucia boca, sino al tragarlo, apestoso, sucio, viscoso, inmundo. El cabrón que se masturbaba despacio junto a nosotros , sólo dijo —qué asco! qué maravilla, me encanta, son unos asquerosos cerdos los dos, los adoro putas— y nosotros seguimos retozando y revolcándonos uno contra otro hasta formar un 69. Mu puntita esposa, chupó mi verga un rato lamiendo la caca de nuestro invitado y desde luego el vómito que la cubría y yo hice lo propio con su coño, recogiendo con la lengua toda la vomitada y la dulce cagada que lo cubría para de inmediato pasar a lo que nosotros llamamos el 96 que es la misma posición, pero cada uno dedica su atención al orificio anal del otro cagando los dos al mismo tiempo. Es una de la mejores posiciones para el sexo, ya que une el delicioso placer de cagar, de vaciar la tripa, con el perverso placer de hacerlo en la boca de otra persona y además el maravilloso placer de recibir la cagada de esa persona en la boca y comerla poco a poco directo de la misma fuente. Créanme, es simplemente la gloria y en esos momentos adicionalmente teníamos toda la materia fecal de nuestro amigo y sus espesos vómitos con los que generoso nos cubrió.
Después de esta maravilla de 96, en el que pasamos mucho tiempo de maravilloso gozo, puse a mi nena boca arriba, abrí sus piernas y de un tajo metí mi endurecida verga hasta el fondo de su asqueroso culo batido de mierda, oh qué pinche placer más maravilloso, sentir cómo se desliza la verga entre la cálida cagada suave y apestosa, y su estrecho fundillo aprieta mi pene. Delicioso, así que la comencé a bombear por el culo duro y rápido y ella se retorcía de gozo, —dame más papi, dame duro, sácame todo— hasta que logró que me vomitara sobre su cara y dentro de su boca y sobre sus ricas y sucias tetas; después de haberme tragado una cantidad enorme de la mierda de nuestro amigo, de tragar sus asquerosos vómitos, después de comerme toda la enorme cagada de ella y de recibir y tragar también su vomitada, tenía en mis entrañas tanta porquería que el acceso de vómito fue como cascada, enorme, espeso, delicioso, el sentir cómo mi estomago liberaba toda esa inmundicia, el placer de vomitar, y hacerlo sobre ella, dentro de ella, de ver mi vómito cómo cubrió su cara y su cuerpo, el olor y el color de la guacareada inmunda, era maravilloso y para nuestro placer esto hizo que nuestro amigo sin poder contenerse más se puso sobre nosotros y comenzó a vomitar de nuevo sobre nuestras caras y dentro de nuestras bocas y a besarnos y ya sin contenerse, el puto me ordenó, síguetela cogiendo cerda, pero ábreme tu asqueroso culo… y oh maravilla teniendo yo bien clavada mi verga en el fundillo de ella, él se puso detrás de mi y clavo en mi culito de puto se enorme verga y me cogió como loco al tiempo que los tres seguimos vomitando y escupiendo y retorciéndonos de placer, éramos como una masa sexual de carne, mocos, saliva, cagada y vómitos y en poco rato íbamos a añadir el semen de nosotros dos.
Así seguimos unos minutos, que fueron de intenso placer al sentirme penetrado por este macho cerdo; después sacó su verga de mi ano y nos acomodó para que al tiempo que yo metía mi verga en su culo de putito, él penetro el sucio coño de ella y nos dimos así otro rato delicioso, mientras con las manos los tres recogíamos cuanta porquería nos rodeaba, caca, y vómitos sobre todo y nos la restregábamos en la cara y en el cuerpo, metiendo nuestros dedos en las bocas de los demás para provocar aun más vómitos y al fin con un último acceso de sucia vomitada que salió de mi boca directo en la boca de él, con un grito enorme soltó parte de su leche en el culo de ella, y sacando rápidamente su eyaculante verga de su culo, la metió en mi boca donde terminó de vaciar su cremoso y blanco semen, mientras yo soltaba la mía en la cara de ella y el último chorro en la boca de él que agachado seguía gimiendo y diciendo improperios, insultos y no sé que tanto más. Desde luego la ventaja nos la llevaba ella que simplemente había perdido la muy puta la cuenta de cuantas veces se había venido, pero en esos últimos momentos también terminó con un ruidoso orgasmo y por fin los tres batidos hasta lo indecible de las más asquerosa y deliciosa inmundicia quedamos tirados en la cama sobre un increible y hermoso charco, más bien lago! de sucios fluidos de los tres.
Unos minutos de reposo y relajación, tirados sobre aquel amasijo de suciedad, bañados e invadidos por los extremos hedores de todo aquello nos cayeron de maravilla y poco a poco regresamos a la vida. Nuestro amigo nos dijo — créanme, es muy, muy raro que yo me una a la acción, casi siempre mi placer es sólo masturbarme viendo el sucio y maravilloso espectáculo, pero nunca había estado con una pareja como ustedes. Son unos cerdos en extremo, me han dejado maravillado, son una fantasía hecha realidad, me fascinaron, los adoro, me quiero casar con ustedes, es el mejor sexo que tenido en toda mi vida, en verdad, lo juro… los dos están hermosos, los dos tienen cuerpos muy cachondos y los dos son más cerdos de lo que yo podría imaginar, aun no lo creo. En verdad hace como 3 años o algo así que no tenía sexo, o sea penetraba y menos me penetraba alguien, es la mejor noche de mi vida, quiero llevarme su sabor y sus olores conmigo, no quiero bañarme nunca! y nos reímos.
Después de un rato me levanté de la cama y sal´pi a la cocina y regresé con unos buenos vasos de agua y otro de whisky para cada uno y ya más relajados conversamos un poco y completamente inusual en nosotros le preguntamos al amigo, ¿quieres dormir aquí? o prefieres irte a casa? ya es tarde son más de las 5 de la mañana y él preguntó ¿en verdad? ¿me dejarían dormir con ustedes? yo le dije, mira es rarísimo que esto suceda, pero sí, en verdad nos gustaría, así que si quieres, encantados.
Decidimos dormir sobre la cama así como estaba, la suciedad, la porquería y los olores eran en verdad para espantar al más pintado, pero esto era quizá el estímulo en los tres, así que después de un buen rato al fin quedamos dormidos.
El despertar bajo un indescriptible hedor a mierda y vómitos, con la sensación de toda aquella inmundicia ya seca pegada a nuestros cuerpos, nuestra cabellera pegosteosa y hedionda y la cama aun con charcos de la más asquerosa porquería, con trozos de caca aquí y allá, fue todo un descubrimiento, toda una nueva situación para los tres que desde luego desató las acciones que algún día les contaré.
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