Inicio scat
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por track.
Llevabamos casados varios años y supongo que como todo en la vida el sexo acabó siendo también algo rutinario y aburrido. Quizás el exceso de trabajo, quizás la falta de interés. Lo cierto es que tuvimos una época de casi nada de sexo y el que haciamos resultaba poco gratificante.
Cierto día estaba en la ducha y ella entró en el baño porque no podía aguantar más. Se sentó en el retrete y me llegó el olor de lo que hacía. Sin querer se me puso muy dura. Aparté la cortina del baño y la miré mientras defecaba mirándome a mi al mismo tiempo. La polla no la había tenido así de dura en mucho tiempo. Años. Ella me miraba y yo me detenía en su cuerpo ya con algunos kilos de más pero en ese momento brutalmente sexi. Ella se extrañó al principio de mi cara de deseo, peor luego se quedó mirándome y separó las piernas. Levantó la camisa que llevaba puesta y me mostró su sexo sin depilar como a mi me ha gustado siempre.
Salí de la bañera y la levanté. Le dí la vuelta con la cara a la pared y el culo sucio y en pompa. La penetré de golpe por el culo y la follé como un bestia sujetándome a sus pechos duros. Ella gemía y se masturbaba el coñito mientras mi polla la taladraba por detrás. Nos corrimos como locos ambos a la vez. El olor a sexo y mierda era brutal en el pequeño baño pero lo mejor era la pasión que había vuelto de golpe.
Ella se dió la vuelta y nos besamos en la boca. Restregandonos como anguilas encendidas. A pesar del orgasmo salvaje teniamos ganas de más. La lamía por todo el cuerpo. Metí la lengua en su culo y en su coño. Le mordí los pechos y me deleité con sus olores. Todos ellos. Ella me chupó la polla sucia caliente y muy sensible. Me sobaba los huevos y me metía los dedos en el ano. Ambos estabamos encendidos. Le meti la polla en el coño y tuvimos nuestro segundo orgasmo en diez minutos.
Luego nos duchamos y nos limpiamos bien. En el salón hablamos durante horas de lo que habíamos experimentado, como si fueramos recien conocidos. Fué algo mágico. De golpe estabamos uno frente al otro y parecía que no llevabamos más de diez años juntos.
Por la noche ella me preguntó: ¿te gustaría que me cagara sobre ti? Yo estoy desenado que me cagues encima. Yo lo deseaba también. Las dos cosas. Experimentar. Dije que si y ella se desnudo. Se puso sobre mi que estaba tumbado en la cama. Me beso en la boca y me acarició con sus pezone sel pecho y con el vello de su sexo el mio. Se colocó a horcajadas sobre mi y vi como se meaba y cagaba sobre mi. No podía resistir jugar con mis dedos en sus agujeros, lamer su piel. Saborearla en todo su explendor. Nos restregamos los cuerpos llenos de mierda y meadas y follamos con autentica pasión.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!