Juan el de la “Obra”
Relato de como un hombre chacal, macho, con marcas de que venia de su trabajo mezcla y arena de la obra, me hace señas de tocarse el bulto en pleno vagón del metro..
Hola, hace mucho tiempo que quiero escribir pero no me animaba o mas bien era falta de tiempo, ya fuera por la escuela o por el trabajo, pero el día de hoy aquí en espera de abordar mi vuelo y con muchas horas de espera me daré la tarea de relatar lo que pase con este Chacal que me hizo sentir como si fuera su mujer.
Primero que nada esto paso cuando yo estaba haciendo mi internado medico en la ciudad de Mexico, mi rotación de ese mes era en un hospital del centro de la ciudad; justo detrás del zocalo. Y yo vivia por el sur de la ciudad por lo que tenia que hacer primero un gran recorrido por la linea azul, soy una persona de baja estatura, rollizo, y siempre trato de mantener este look de niño intelectual.
En aspectos sexuales, siempre me he identificado como gay, nunca tuve conflictos de identidad sexual, como quien dice soy un “Golden Gay” el 95% de las veces soy pasivo, ha habido sus claras excepciones las cuales contare si gustan, siempre he pensando que nací en el cuerpo correcto, sin embargo en el momento e tener relaciones sexuales sale a relucir demasiado mi lado femenino, en el cual fantaseo con ser una mujer, la cual gime y es poseída por su hombre; es por ello que siempre mi afán de estar sexualmente con hombres masculinos o como bien denominamos “chacales”. Disculpen si ya me alargue mucho con el contexto, pero así es como a mi me gusta leer los relatos; donde por detalles no se escatima.
Bueno ahora si, a lo que nos compete: Era un Sábado por la mañana como las 9am yo venia saliendo de guardia; muy cansada por cierto y siempre que pasaba esto; me encantaba sentarme en la alameda que esta detrás de bellas artes a solo ver la gente pasar antes de meterme al metro. Después de 10 minutos sentado y tomar un café del oxxo decidí emprender el camino al departamento donde me la pasaría durmiendo todo el día. (Según yo).
Cuando subí al metro lo hice en el penúltimo vagón del tren sin embargo a conforme avanzábamos en el trayecto sucede que una pareja inicia una pelea y me dio mas pena a mi, que camine al ultimo vagón ya que era de esos trenes donde puedes caminar entre vagones.
Cuando llego al tercer vagón, me doy cuenta que solo habían 3 personas y el era de las últimas personas que se encontraba en el vagón. Sentado con su pantalón sucio de trabajo, moreno, chaparrito, con una mirada que te incitaba a saber más de él, muy coqueto. Hicimos contacto visual de inmediato tanto que me hizo incomodarme un poco, mejor dicho intrigarme. Yo más que estar caliente; estaba cansado. Sin embargo no podía para de verlo, al darse cuenta se empezaba a tocar el bulto, lo acariciaba, con una delicadeza con esas manos ásperas por su trabajo, y obviamente que se cercioraba de que yo lo estuviera viendo.
Después de una estación estación recorrida recibí la gran señal de todos los chacales, mientras se acariciaba ese gran bulto, que cada vez se hacía más buluptuoso y evidente debajo de su mezclilla, me guiñó el ojo y me hizo ese movimientos de cabeza; señalando que lo siguiera.
Sin dudarlo fui tras de él, sin miedo, solo quería saber a donde pararía esto, al bajar del tren y estar en el pasillo me saludo muy formal:
Ch: Hola soy Juan, qué onda a donde vas?
Yo: Hola yo soy Mike, iba a mi casa porque vengo saliendo del trabajo y tu?
Ch: también estaba en el trabajo pero me sacaron porque se dieron cuenta que vengo oliendo a alcohol.
Yo: ah ok… y qué onda? Quieres seguirla o qué onda?
Ch: No, ya se antoja algo más (y aquí se apachurra ese mega bulto que estaba por reventar el pantalón)…
Yo: a si? Pues vamos, tienes lugar? (Ya no quise preguntar qué es lo que se le antoja, además de que ya era evidente se notaba que era uno de sus primeros acercamientos con otro hombre; se notaba muy nervioso e incómodo).
Ch: No, no tengo lugar pero vente. Ahí vi cerca unos motelillos.
Nos fuimos en busca de un motel, paso por un six de chelas y cuando llegamos al cuarto enseguida se tomó una, no se si fue para terminar de darse el valor de lo que haríamos o por seguir su borrachera.
Después de que se pasó la cerveza de un solo sorbo me jalo de la mano y me empezó a besar, muy apasionado. Tenía un sabor evidente a cerveza, me tomaba de la cintura duro, y sentía lo rasposo de su mano, inmediatamente sentí ese aroma a macho, una mezcla entre sudor, desodorante y a hombre. A decir verdad era muy rico, era embriagante. Se quito la camisa. Y vi un pectoral bien definido, por su trabajo (después me enteraría que era eléctrico en la construcción de edificios). Axilas muy peludas, que emanaban a chuparlas, un caminito por debajo del hombligp muy tentador, todo eso en tinte muy moreno, un moreno hermoso de color de piel.
Le desabroche el cinturón muy despejadamente y abrí el botón. Y salió ese rico aroma a cenitales sudados de un día de trabajo. Llevaba una trusa desgastada la cual estaba muy húmeda,
Ch: ahí lo tienes putita, todo tuyo….
Continuará…
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