Julio Cesar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Les voy a contar una historia que a mi me parece fantástica y si, lo que más me gusta son las bragas de mi cuñada, me vuelven loco, me fascinan.
Mi cuñada es una mujer casada, sin hijos, es una auténtica diva, mide aproximadamente un metro con setenta centímetros, piel blanca, delgada y con un cuerpo increíble, sus caderas no son exuberantes pero están liadísimas, de su pecho ni hablar, pequeño pero perfectamente delineado.
Todo comenzó cuando viví un mes aproximadamente en casa de mis suegros, mi esposa y yo recién tuvimos un hijo y su mamá nos ayudo el primer mes.
Mi cuñada en aquel entonces tenia a su novio, el cual actualmente es su esposo, un tipazo al cien por ciento.
En algunas ocasiones ellos en la sala tenían sus encuentros amorosos, los cuales yo alcanzaba a oír desde la habitación de mi cuñado, encuentros que a pura sombra alcanzaba a ver, todo lo hacían por encima de la ropa, y alcanzaba a escuchar la voz entrecortada de mi cuñada tratando de disimular que estaban viendo la televisión, eso me prendía y me volvía loco. Escuchar esa voz entre cortada de mi cuñada, era perfecto-
Después de un encuentro que eran a casi diario. Mi cuñada se quito sus pantalones de mezclilla y los dejo en la baño. Alcance a verlos y no pude aguantar las ganas de olerlos, el aroma es perfecto, delicioso lo que podía sentir desde ese momento. Paso mucho tiempo para que pudiera volver a tener ese olor tan perfecto.
En una ocasión mi cuñado salio a un viaje de aproximadamente dos meses, mi cuñada nos visita todos los días y acostumbra a llevar su bolsa con la ropa que va a usar por las tardes. Fue en ese momento cuando pude sentir completamente el olor y sabor de las bragas de mi cuñada.
Se cambio y se fue con sus suegros al café. En ese momento dejo su bolsa en mi cuarto, siempre es muy cuidadosa con eso, lo dejo por debajo de la cama, me asome porque buscaba mis zapatos y sorpresa me lleve al ver su bolsa, el corazón me palpitaba a mil por hora, sin pensarlo tome la bolsa y ahí estaba su pans, su blusa y sus calzones.
Los tome y corrí al baño, comencé a ver que se encontraban empañados, creo que se había masturbado, cosa que después supe que si. En ese momento comencé a olerlos y a tocarme de una manera desesperada, sentía por primera vez ese olor, deseaba tanto tenerla conmigo. El olor era perfecto, nada olía mal, todo estaba perfecto, termine y desde ahí solo pienso en el momento de tener su ropa intima para poder sentirla totalmente.
Pensé, como darme cuenta si efectivamente se masturba, para esto compre una película porno, la deje encima de donde están los cepillos, el gel, así, la deje acomodada de tal manera que solo yo sabía como estaba la película y en que posición estaba. Sorpresota me lleve cuando regrese a casa y la película estaba acomodada de otra manera, solo ella estaba en la casa por la mañana, y asi me di cuenta que se daba rienda suelta con esta película porno.
En una ocasión nos fuimos a visitarlos a donde viven, no viven ya en la misma ciudad por cuestiones de trabajo de mi concuño, pues resulta que por la mañana ella se baño y estábamos dispuesto a salir al centro comercial, mi concuño no se encontraba en la ciudad, había hecho un viaje de varios días, para esto en cuanto termino de ducharse, se llevo su ropa intima a la lavadora, y guau, sorpresa la mía al ver muchos calzones de ella algunos con rastros de evidente secreción vaginal y otros pero para nada, una pequeña línea preciosa y con un olor perfecto.
Tome varios y corrí derechito al baño, fue un autentico festín, usa unas tangas preciosas y además que también los calzones de abuelita que usan estan preciosos, bueno, sentir su olor intimo, guauuu, indescriptible, cuando de repente escucho, vamonos al centro comercial y yo con ellos en la mano y regados en el baño, no supe que hacer, bueno termine y me corrí como nunca, sintiendo ese olor increible. Pense, ¿Qué hago con esto?, definitivamente no podía irme al cuarto de lavado a dejarlos y decirles, perdón tome esto y ya no los ocupo. Los puse en mis calcetines y me termine poniendo unos, me sentía super bien, verla a ella y saber que tenia puesto su ropa y sentirla era asombroso.
Salimos y yo todo el día con ellos, no podía ni caminar, en cuanto regresamos me puse como loco y los regrese todos.
Creo que ella se dio cuenta que esto, la verdad no lo se, hizo un comentario de que su suegra había urgado su ropa, pero desde ese momento es súper cuidadosa al dejar toda su ropa, de repente me da picones con eso, no se si sea mi alucinación pero se que si lo hace. Y desde ese momento lo único que pienso es volver a tener su ropa intima y sentir ese olor perfecto que tiene. La próxima semana viajamos a donde ella vive, solo espero tener la oportunidad de volver a tener su ropa intima. El masturbarme pensando en ella, sentir ese olor tan rico y sentir con mi lengua su sabor es algo que recomiento al cien por ciento, es una experiencia indescriptible.
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