La Amiga de Isabel.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Steelhard.
Hacía por lo menos dos años que no tenía ningún contacto con mi prima Isabel y su familia.
Cuando me llamó invitándome a su cumpleaños no deje de extrañarme, pero me agarró medio distraído y no supe encontrar excusas, así que acepte y apenas colgué el teléfono ya estaba arrepentido.
Siempre me había resultado una engreída difícil de tragar, su padre, mi tío, tenía mas plata que los ladrones, y ella, desde pequeños se encargó de que todos sus primos notáramos la diferencia.
Yo acababa de comprar mi primer departamento, para lo cual vendí mi auto, y quedé al borde de la ruina, pero valía la pena el esfuerzo. Otro motivo mas por el cual ir al cumpleaños de Isabel me resultaba tedioso.
Me mude al barrio de Belgrano, en la capital federal de Buenos Aires, y ella vivía en las lomas de San Isidro, en una especie de palacete en uno de los lugares mas exclusivos del conurbano. Llegar allí sin auto solo era posible en remis, y como dije estaba sin fondos.
Pero ya estaba hecho, el próximo sábado a la noche vería algunas caras que hacía años no veía.
Conseguí que una amigo me llevara en su moto, con lo cual me ahorre una buena cantidad de billetes. Toque el portero visor y espere que alguien, seguramente algún personal de limpieza me abriera la gran reja de entrada.
Isabel salió a mi encuentro con su acostumbrado tono falso de alegría. Primo tanto tiempo sin verte, que alegría que hayas venido, y ofreció de mala gana su mejilla para que le diera un beso.
Como te va Isa? (yo sabía que toda la vida le había molestado que la llamara simplemente Isa) Feliz cumple, cuantos van?, mmmm vos tenes 2 menos que yo así que oops ya van 27, como pasan no Isa?.
Y le entregue un Cd de regalo que seguramente tiraría en algún rincón sin siquiera abrir.
Je je primo, siempre tan amable, no hacía falta el regalo. Pasa al jardín ya llegaron casi todos.
Una cosa segura tenía de bueno el cumpleaños, mi tío Alfonso preparaba unos asados de novela y tenía los mejores vinos para acompañarlos, por lo menos no me iría de ahí con el estomago vacío.
Pasados los saludos de rigor de tíos, primos y desconocidos varios, me acomodé en un sillón del jardín a escuchar charlas intrascendentes, discusiones aburridas de política y observar a todos a ver como le sentaba el tiempo transcurrido.
Debo admitir que mi prima, físicamente estaba cada vez mejor, seguramente con la buena vida que llevaba y horas de gimnasio, tenía un lomo importante. Buen culo, tetas abundantes, y un rostro muy agradable, eso hasta que abría la boca y se arruinaba todo.
En fin, según me entré estaba al final de su carrera de filosofía y letras, y de todos los invitados a la fiesta, me había llamado la atención poderosamente una chica que no dejaba de seguir a Isa por todos lados. De estatura media, llevaba un vestido muy pegado al cuerpo, con medias negras todas rotas y borseguies que desentonaban absolutamente con el resto del atuendo.
Tenía muy buen cuerpo y lo que mas sobresalía era la redondez y tamaño de su culo. Verla de atrás era un espectáculo asombros.
Quien es esa piba? le pregunte Fernando, mi primo y hermano de Isa.
Cual, la culona?, contestó, es una compañera de estudios de Isabel, pero si no fuera mi hermana juraría que son tortas, porque se la pasan todo el día juntas hasta pera ir a cagar.
No esperaba semejante descripción pero eso me despertó aún mas mi curiosidad, y como el resto de la fiesta, salvo la comida y bebida eran un plomazo, me dediqué a observarlas detenidamente.
Efectivamente no se despegaban jamás, donde iba Isa, iba Lucrecia (así se llamaba).En un momento ya bastante tarde y cuando la mayoría de los viejo ya se había ido, pareció que algún problema surgió entre ellas, ya que se apartaron de los demás y sin escucharlas pero sin dejar de verlas me pareció que discutían acaloradamente.
Finalmente y con cara de pocos amigos las dos se acercaron donde estábamos el resto.
Una se sentó por una punta y la otra bien distante.
Yo había comido y tomado como para un mes de ayuno, así que me levanté y pregunté al grupo. Alguien va para el lado de Belgrano y me puede alcanzar?.
Como un resorte salto disparada Lucrecia y dijo Yo, yo te llevo.
La cara de Isa se puso roja, pero la cuestión ya parecía decidida.
Saludamos a los que quedaban y salí detrás de Lucrecia, mirando fijamente su tremendo culo hasta un Audi A3 negro que me dejo boquiabierto.
Subí, me dijo, como te llamabas?, perdonáme pero tu prima ni siquiera nos presentó.
Mario, me llamo Mario, estás segura que no te molesta alcanzarme?. No, para nada voy para ese lado y además necesito ir con alguien, estoy muy caliente y si me voy sola capaz me estrello contra un árbol.
Me senté y trate de averiguar que le pasaba.
Estas bien? Podes manejar?, le pregunté. Si si quedáte tranquilo, ya se me va a pasar. Arranco el auto y manejando a muy baja velocidad enfilo hacia Av. Del libertador, que nos llevaría hacia la ciudad.
No dije mas nada sabiendo que sola iba a contarme algo.
Hace no se cuánto que esperaba esta noche, empezó, es un día especial, su cumpleaños, teníamos todo planeado, sería un noche para el recuerdo, y ahora me viene con que no puede salir?, con que la mamá le pidió que se quedara con ella?. Me explicás que hago ahora con todo lo que vengo acumulando?, me hago una paja y listo?, no creo, ni así se me va a pasar.
Perdonáme, le dije, no quiero ser metido, pero me podrías explicar mejor la situación?.
Lucrecia paro el auto, me miro, dudo un instante y soltó. No, mejor dejálo ahí, es un problema nuestro, no lo vas a entender.
Ok conteste.
Hizo 200 metros mas y freno de nuevo.
Si, mira, la cuestión es bastante fácil, Isabel y yo tenemos algunos gustos “particulares” en la cama y como somos muy pero muy amigas desde hace un par de años que los compartimos entre las dos.
Son pareja? le pregunté. No, en realidad a las dos nos gustan los hombres, pero ya te digo, tenemos un par de gustos muy especiales que preferimos compartir exclusivamente entre nosotras.
Bastante asombrado con esta revelación sobre mi prima no podía quedarme con la intriga.
Bueno ya que me contaste esto solo faltaría que me digas cuales son esos gustos “particulares” tal vez yo te pueda ayudar, dije sintiendo que mi pija se ponía cada vez mas dura.
No, ni ahí te lo voy a contar, es algo muy nuestro.
Ok dije, y esperé…
Aceleró, volvió a bajar la velocidad. Giro su cara mirándome a los ojos, era realmente linda. Tu prima es adicta a mi período y yo soy adicta a su mierda, soltó con sinceridad brutal.
Debo haber puesto una cara muy extraña, estaba medio boludo por tanto vino y lo que me dijo no terminaba de caer en mi cabeza.
Como que adicta a tu período?
Si, así como oís una vez por mes le doy la regla y ella se la devora, de la misma manera que yo me devoro lo que me regala de su estupendo culo.
Para hoy teníamos planeada una noche de scat brutal. Hace dos días que vengo acumulando. Y ahora me voy sola a mi casa, te parece justo?
Volvió a clavar los frenos, de la misma manera que me clavo los ojos, decíme, total ya estoy jugada, y vos me resultas muy piola, te animas a tener sexo muy sucio conmigo?.
A quien tengo que matar contesté sin darle tiempo a reaccionar.
Jajajaj sos rápido,vamos, pero por favor no le digas a Isabel nada, no se como lo va a tomar
Quien es Isabel? le dije para dejarla mas tranquila.
Ya a esta altura mi pija quería salir volando de mis pantalones.
Cambió de rumbo tomando por ruta panamericana hacia la zona donde abundan los hoteles alojamiento, como no podía ser de otra manera entro en el mas caro y exclusivo de todos, Los Jardines de Babilonia, se llama. Un hotel de lujo con habitaciones temáticas y que por una importante suma permiten la realización de las mas variadas actividades y cantidad de personas.
El conserje parecía conocerla, Buenas noches Lucrecia, la habitación está lista como lo pedíste, que disfruten la noche.
Decile a las chicas que les voy a dejar muy buena propina, hoy pienso ensuciarla mas que nunca, como gustes contestó el conserje, podes dejarla arruinada si lo preferís.
Nunca supo que con Lucrecia no entraba Isabel como habitualmente, estaciono el coche y subimos por una corta escalera hasta la puerta que daba a la habitación.
No voy a entrar en detalles arquitectónicos, solo decir que además de la descomunal cama que dominaba la habitación había una tina en el centro que casi se asemejaba a una pileta de natación pero vacía y absolutamente blanca.
Nunca en mi vida había siquiera soñado que me entregaría de tal manera a una noche de sexo bizarro como el que estaba a punto de conocer.
Lucrecia entro se saco los horribles borseguies mientras me preguntaba.
Antes de que siquiera empecemos, estas seguro que no te vas a arrepentir?, lo que te voy a hacer es realmente muy extremo y no soportaría que me dejes calentita en mitad de la sesión, ya bastante nerviosa estoy por no tener acá a Isabel.
Te voy a ser sincero, nunca tuve oportunidad de probar el sexo sucio pero te aseguro que ganas no me faltan y me voy a esmerar para que no te arrepientas.
Ok dijo, y sin mas se me acerco y nos besamos por primera vez en la noche.
Estábamos parados, metiéndonos las lenguas muy profundamente uno a otro y frotándonos furiosamente los cuerpos.
No me aprietes el vientre, me pidió, estoy muy llena de caca y tengo miedo que se me escape.
Cada vez la cuestión me gustaba mas y mi erección ya superaba todas las que había tenido antes en la vida.
Medio a los tropezones llegamos a la cama y revolcándonos, sin dejar de besarnos, nos fuimos arrancando la ropa.
Una vez que la tuve desnuda pude ver que realmente estaba tremenda. Tenía unos pezones enormes, parados, oscuros que pedían a gritos ser mordidos y chupados.
Totalmente depilada tenía la concha rosada y absolutamente mojada.
Se separo un minuto de mi, se levanto y fue hasta una mesa donde había unos vasos enormes que tomo y trajo hasta la cama.
Tengo mucha sed, dijo, necesito tomar algo ya. Tenéme los vasos que los voy a llenar.
De pie sobre la cama se puso en cuclillas indicándome que le acercara los vasos de a uno para comenzar a llenarlos con su orina.
La visión de Lucrecia llenando con su pis esos vasos fue hipnótica y ya me moría de ganas de tomarme un trago de ese líquido amarillo bastante oscuro.
Los lleno a punto de rebalsarse me dejo uno y agarró el otro, estiró la mano como para brindar, y al mismo tiempo nos llevamos cada uno su vaso a la boca.
Era fuerte, saladísimo, pero me resultó delicioso, sería por la calentura, realmente esta mujer me estaba volviendo loco y no dudaría en hacer nada de lo que me pidiera, al instante.
Tomamos dos tragos largos, pero quedaba mucho aun, cerra los ojos, me pidió, se lleno la boca y me baño la cara y parte del cuerpo, después me empezó a pasar la lengua como chupando un helado, seguimos así tomando despacio cada gota, disfrutándolo.
Jadeaba, estaba exitadísima. Necesito mierda dijo, vení, me tomo de la mano y me llevo a la tina, entramos, se puso de espaldas y me ofreció el hermoso culo para que la penetre.
Estoy toda llena de caca, metéme la pija bien fuerte para que no se me salga toda.
Con mi saliva unte su estrecho culo y la punta de mi verga, y alli fuí, lentamente y con fuerza empezo a entrarle, primero la punta, después un poco mas.
Realmente a medida que la penetraba sentí que me encontraba con el culo lleno de mierda.
Lucrecia ya aullaba, metéla, metéla me voy a cagar en tu pija gritaba.
Me volvía loco, la sentí hacer fuerza y la saque para que pudiera descargarse, en un movimiento rápido me acosté en la tina, dejando que toda su mierda cayera como una catarata sobre mi pija y mi vientre.
Lucrecia estaba acabando con solo cagar, se retorcía y hacía mas fuerza, parecía que nunca se iba a vaciar.
El olor a mierda lleno la habitación, pero lejos de darme asco me exitó aún más.
Sentía toda esa carga caliente cayéndome ensima y Lucrecia empezaba a relajarse y darse vuelta.
Sin siquiera dudarlo, se puso de rodillas delante mío abriéndome las piernas y haciéndose lugar para llegar cómodamente con su boca a mi pija, se la hundió hasta la garganta, la tubo que abrir mucho para que le cupiera toda la mierda que tenía ensima, yo no la podía ver, y eso me molestaba, quería ver con detalle como se la devoraba, Mostráme, le pedí, enseñame como se disfruta la mierda, le rogué.
Siguió un rato casi sin escucharme, yo solo podía escuchar el ruido que hacía, los chasquidos de la caca en su boca, y su jadeo, estaba en éxtasis.
Finalmente levanto su rostro, toda su cara estaba enbadurnada de mierda. Sus ojos destilaban satisfacción, se pasaba la lengua por los labios como un niño devorando un dulce.
Tal era el goce que transmitía que no me quedo mas remedio que levantarme, ir hasta su cara y besarla con hambre. Pasarle la lengua y jugar con ella y su tremendo sabor, amargo, asqueroso, pero absolutamente erótico.
Se separó un poco de mi y tomo con las dos manos una gran cantida de mierda que aún había en la tina, primero se la pasó por los pezones, y me invito a chuparlos, cosa que hice al instante. Me quede así mordisqueandolos y sintiendo como se deslizaba parte de esa crema por mi boca hacia afuera. Después se paso por el resto del vientre, se untó dos dedos con una buena cantidad y se los clavo en la vagina, mientras se llevaba la otra mano totalmente embadurnada a la boca, volvía a deleitarse, se babeaba en mierda en una coreografía asquerosamente embriagadora.
Seguimos creo facilmete por una hora jugando, comiendo, inventando con la tremenda cantidad de mierda que Lucrecia habáa acumulado y volcado para los dos.
Ya me dolían los huevos y le pedí por favor que tenía que acabar.
Tomo el poco resto de caca que quedaba esparcido, me lo unto en la verga y volvió a chuparla con fuerza, no hizo falta mucho, dos o tres sacudidas y la leche empezó a salir como de un volcán. Fue la mejor acabada que tuve en mi vida.
Todos sucios, malolientes pero absolutamente encantados, nos tiramos en la cama, abrazados, sin ganas siquiera de sacarnos esa deliciosa mugre de ensima y nos quedamos dormidos.
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