La Cualquiera
Una historia de vida de una chica normal, con gustos no tan normales..
El siguiente es el primer capitulo de una mini serie que estaré publicando de manera esporádica, la cuenta una joven que vive en el exterior y estará el resto del mes en mi ciudad, por lo que voy a aprovechar para publicar su historia aquí a medida que me la va redactando poco a poco, no hace falta decir que es bajo su consentimiento así que sin más les dejo la historia.
La Cualquiera
Prologo: Siempre supe que aparentar ser una chica normal era solo la máscara de mi verdadera personalidad. Me di cuenta que había algo diferente en mi, algo no era igual con las demás chicas porque yo tenía costumbres diferentes y sabía que nadie lo hacía, por la situación de mi familia todo esto era mi secreto guardado a 7 llaves y absolutamente nadie supo hasta que decidí abrir el juego. Desde muy pequeña conocí el concepto de sentir placer, como desde los 6 años me masturbo a diario, recuerdo que bañándome sentía que al lavarme la vagina sentía una sensación rara y la curiosidad me llevó a tocarme cada vez más, de todas formas no fue hasta los 9 o 10 años que sentí el impulso por meterme cosas. Empecé con un cepillo de dientes como normalmente pasa en esos casos, creo que por su forma, tamaño y grosor. Cuando eso ya no fue suficiente para hacerme llegar, empecé a buscar un nuevo juguete y pude encontrar el consuelo a mi necesidad en un utensilio de cocina que sirve para servir la pasta, es como una cuchara pero es más ahuecado y tiene como dientes arredondeados en el borde, el mango por otra parte era propicio para el uso que quería darle por lo que pasó a dejar de estar en la cesta de utensilios culinarios a estar debajo de mi mesa de luz. Cada noche cuando tocaba la hora de dormir podía darme placer bajo las sábanas, así fue por mucho tiempo cada noche me hacía caricias a mi misma hasta llegar al orgasmo y luego de quedarme agotada, ponía mi juguete bajo la almohada y me dormía satisfecha, al despertar lo guardaba celosamente bajo mi mesa de luz y allí se quedaba hasta la noche siguiente.
De esa manera me di placer desde los 6 hasta los 13 años, y un dato curioso es que no pensaba en hombres ni nada, es más en mi mente una cosa no tenía ningún vínculo con la otra, no fue hasta empezar la secundaria cuando las hormonas por mi desarrollo me hicieron sentir deseo por los chicos, pero ya no era como en la escuela que quería tener un noviecito sino que me llamaba la atención el físico en los varones, fue cuando supe que los mismos tenían pene y saber su forma automáticamente me dio toda la información necesaria para poder comprender como todo funcionaba.
Debo aclarar que soy hija única, a lo que nunca tuve hermanos pequeños para ver su sexo y saber que tenían pito, por mi mente nunca pasó que los hombres tenían geniales diferentes, por otro lado nunca tuve acceso a contenido adulto, mi familia es muy religiosa por lo que nunca tuve ningún tipo de contacto, ni en la tele porque era muy controlado lo que veía, ni de ninguna otra manera ya que al día de hoy tengo 26 años muchos podrán intuir que en mi época no era tan fácil el acceso a la pornografía. Cuando llegó mi primer periodo a los 11 años no sabía nada de pq estaba sangrando, pedí para ir al hospital y todo, podía haberme lastimado por meterme cosas y eso me dio miedo ya que no sabia que decir, junte coraje para hablar con mamá que estaba herida y quería ir al doctor que tal vez me había golpeado ella me vio y supo que pasaba por suerte yo no dije nada, me explico de la manera ortodoxa que pasaba que la mujer estaba maldita por lo del paraíso, que Eva desobedeció y bla bla bla, de esa manera me dijo que eso pasaría todos los meses y me enseñó a usar adherentes para no ensuciarme. Como pueden notar estaba todo propicio a que yo fuera una ignorante en ese sentido a lo que se dieron las condiciones adecuadas para que no supiera nada con respecto al sexo hasta llegar a las clases de educación sexual y fue en ese periodo donde descubrí mi sexualidad de verdad, pq pude saber lo que quería y pasé a desearlo, de masturbarme con la mente en blanco pase a hacerlo pensando en los chicos que me parecían más atractivos y eso me generaba mucho placer a la vez que me hacía tener los orgasmos de manera más espontanea. Estaba todo claro yo ya era una pequeña ramera y lo sabía, cosa que me dejaba orgullosa de mi misma y me volvía muy segura a la vez.
Capítulo 1: Sintiendo el aroma
El conocimiento obtenido en las clases de educación sexual en secundaria, me decía como todo se sucedía, mis colegas se reían de todo y se la pasaban bromeando en esa media hora de clase, que a mi se me hacía extremamente corta yo estaba realmente atenta a todo, no me gustaban las interrupciones porque se perdía el hilo de la clase y yo quería saberlo todo pero no me animaba a preguntar nada, por lo que tenía que descubrirlo a medida que la clase avanzaba. Las clases eran una vez a la semana a lo que esperaba ansiosa toda la semana para poder tener esa materia por media hora.
Fue en una de esas clases que la pedagoga mencionó el tema de los olores corporales, y eso fue un tema que me causó demasiada curiosidad, porque nunca había pensado que los aromas te harían sentir más deseo o excitación, ella mencionaba que tanto el hombre como la mujer tienen sus fragancias características, que cada persona tenía una diferente y por ende a cada uno se le podía sentir diferentes matices que le podían agradar a la pareja del individuo/a. Yo estaba tomando notas mentales de todo y como siempre fui buena en almacenar información, no fue difícil recordar cada parte, a medida que ella seguía hablando yo me imaginaba todo eso y de manera inconsciente estaba tocándome por encima de la ropa, me di cuenta a tiempo antes que nadie me viera, yo me sentaba casi al fondo ya que mi apellido comienza con la letra P y nos sentábamos por orden de lista así que yo estaba casi al fondo, sentada al lado de la pared que no tenía ventanas ya que al otro lado de la misma estaba el corredor que daba al patio. Me detuve y me puse algo paranoica con miedo de que alguien me hubiera visto, miraba a todos lados y después de notar que nadie me estaba viendo me sentí más tranquila.
La clase terminó con unas explicaciones sobre higiene íntima para evitar infecciones, malos olores y otras cosas que vienen de la mano de la correcta o errónea limpieza de esa zona. Nada más toco el timbre me fui al baño pq sentía muchas ganas de orinar, me senté y orine un chorro fuerte, no lo supe en ese momento pero yo me había excitado mucho en esa clase al punto de tocarme, como nunca el saber algo me había puesto así eso era nuevo para mí. Pase a sacar papel higiénico de la mochila y cuando me limpié pude notar que venía acompañado de un líquido viscoso, yo sabía que cuando hacía mis trabajitos en casa solía mojarme lo que ayudaba a lubricar mi herramienta para posteriormente darme placer de manera más adecuada. Pero nunca me había mojado así, me volví a limpiar y esta vez salió menos ya que a la primera pasada habría salido bastante líquido, una bombilla se encendió encima de mi cabeza y pensé: Si lo huelo?. Eso hice metí mi dedo índice para deparar me con que estaba mucho más húmeda de lo que creía, saque el dedo lleno de mis flujos y lo pasé a examinar, era transparente pero viscoso, se podía comparar con la viscocidad del acondicionador de pelo, puede que parezca una comparación vaga pero fue la única que pude encontrar en ese momento. Lo acerque a mi nariz y lo olfatee, tenía un olor muy rico que yo jamás habría pensado explorar, como les digo jamás fue una posibilidad en mi mente, pude comprobar que la profesora estaba en lo correcto y si me sentía bien al oler esa esencia que venia de mi vagina, no pasó mucho antes de que decidiera probar su sabor, me dio algo de asco pero todo fuera por experimentar…
Los seres humanos tenemos esa mala costumbre de juzgar el libro por la tapa, creer que no nos gusta algo solo por su apariencia u origen, por lo que muchas veces estamos completamente equivocados ya que no tenemos el don de la adivinación y si bien en casos como la vainilla el aroma se compara con el sabor que tiene casi al 100%. En mi caso era diferente, al meterme en dedo sobre la lengua pude sentir el sabor salado al principio, lami todo lo que había en el dedo y al sacarlo de la boca, seguí explorando los sabores, de salado paso a sentirse algo ácido pero no lo suficiente para ser desagradable, al final de ese pude sentir otro matiz, algo de dulzor hasta que los líquidos de mezclaron por completo con mi saliva que no era poca para ese momento y ya no pude sentir más nada que fuera diferente, me traje la saliva que tenia sobre la lengua y me dieron muchas ganas de tocarme ahí mismo, estaba fascinada con el nuevo descubrimiento, pero faltaba poco para acabar el recreo que es de 10 minutos y solo te da para ir al baño, comprarte algo para merendar o estirar las piernas cada 2 horas de clases. Yo tenía hambre entonces me levanté la ropa y fui donde la tienda de la escuela para comprarme algo. Al llegar me compre una croqueta de papa con carne y queso, para acompañar un vaso de gaseosa sabor naranja.
El timbre volvió a sonar y pase a la próxima clase, no recuerdo si era matemática o literatura. Como se habrán dado cuenta no era muy sociable, si me hablaban respondía y si me invitaban a algo participaba pero no era jamás la que iniciaba un diálogo o invitaba a alguien para hacer algo, el último timbre sonó y yo me retire del edificio hacia a donde mi padre me estaba siempre esperando en el auto, ya que mi casa estaba lejos de ahí y no habían paradas de colectivo, la más próxima estaba como a 1km, por lo que mis padres siempre me iban a buscar, me sobreprotegían siempre y en todos los sentidos. Abro la puerta del coche y mi papá estaba hablando por teléfono con uno de sus colegas, (toda la vida el trabajó como técnico en reparación de lavarropas, aire acondicionado y microondas, oficio que le enseñó mi abuelo y el se especializó yendo a la universidad). Me senté a su lado y le di un beso, salimos de ahí y yo iba mirando hacia el paisaje citadino, mientras pensaba todo lo que había pasado, estaba como en las nubes y trataba de procesar todo lo que dimos en la clase junto con lo que yo había hecho en aquel baño. Mi estado de concentración se vio interrumpido por el toque de mi papá en mi hombro.
*Papá: Ale estas bien?.
*Yo: Si papi, porqué?.
*Papá: Te estoy hablando y no me respondes ¿estas distraída o que?.
*Yo: No pa, es que dimos un tema que me llamó mucho la atención.
*Papá: Que tema? Contame a ver.
Me asusté mucho, como le iba a decir eso a mi padre, me matarían si supieran algo, inmediatamente improvisé y compare lo que había pasado con alguna cosa que se me iba ocurriendo, a lo mejor el sin saberlo me daba una opinión que me ayudara a entender todo a la vez que el ignoraba todo.
*Yo: Es que en la clase de literatura, hablamos sobre que cada persona tiene un gusto diferente con respecto a que tema le gusta consumir, hay gente que le gusta el drama, otros el romance y así, la profe nos dijo que cada uno tiene gustos únicos y que nos gusten cosas diferentes es bueno, yo siento mucha curiosidad por la filosofía y me quede pensando en eso, que opinas?
*Papá: Me parece bien mi amor, me agrada que estés interesada en tus estudios, aunque prefiero que leas la biblia, de ella siempre puedes aprender algo diferente.
Mi padre al igual que mi mamá siempre ponen su religión ante todo, son de esas personas que siempre están hablando de dios, agradeciéndole y creyendo que sus vidas son regidas por el. No se si te diste cuenta pero ya en ese momento yo solo seguía la corriente, no me gustaba ser religiosa en lo más mínimo, pero no se los hacía saber.
Yo: Si papá ya lo se, solo que me quedé con eso y bueno me distraje un poco.
El resto del camino fuimos hablando de cosas familiares, de mi tía que iba a venir a quedarse en casa unos días y que vendría acompañada por mi prima Jenny, que me lleva 3 años. Cuando de pronto el demonio de la curiosidad una vez más se hizo presente, pasamos por el puesto a cargar combustible y había un sujeto en una moto de esas todo terreno, me llamó la atención su ropa, estaba con una bermuda verde y una física celeste que dejaba verle los brazos un poco musculosos, fue inevitable en ese momento imaginar su pito, nunca me había pasado pero esa fue la primera vez que en mi mente sexualice a un hombre. El cerro el tanque de la moto, la arrancó y se fue, yo lo vi cuando se fue, otra vez mi trance se vio interrumpido por la voz de mi papá, que le pagaba al muchacho de la gasolinera.
Aquí fue cuando uní los cables, y pase a ver a mi papá, es un hombre grande, yo siempre fui baja de estatura por mi mamá, pero el mide como 1.90 trate de detenerme a mi misma, pero el demonio anteriormente mencionado no me permitió, mire abajo y esta vez me puse a imaginar a mi papá, podía ver el bulto en sus jeans, pero miraba disimuladamente para que no se fuera a dar cuenta. Subió el vidrio y retomamos el camino, el cual fue muy incómodo porque me iba condenando a mi misma por haber pensado en eso a la vez que algo en mi me decía que siguiera, el resto del recorrido fui evitando hacer contacto visual, solo miraba por la ventana.
Llegamos a casa ya pasadas las 19:30, mi mamá había hecho unos canelones de carne con salsa, cabe mencionar que es una de mis comidas favoritas, cenábamos temprano por lo que me saque el uniforme y fui a la mesa, mi papá por haber trabajado todo el día fue a bañarse y quede con mi mamá hablando en lo que el venia a comer, charlábamos sobre mi tía y que irían por ella a la terminal de buses a las 5 de la mañana por lo que cuando llegarán me iban a llamar para saludar y eso antes de irme a estudiar otra vez, era un jueves a la noche por lo que ese viernes luego de volver de clases tendría todo el fin de semana para estar con mi prima.
Papi bajo ya aseado y se sentó a comer, se había perfumado y todo, siempre uso la misma fragancia, pero jamás le había prestado tanta atención como le ese día, no podía dejar de tener pensamientos sucios de como sería verlo desnudo y como era su miembro viril. Mis padres agradecieron como de costumbre antes de cada comida, cerré los ojos esperando que terminaran de una vez, al terminar dijimos Amén y cenamos.
Termine mi comida, me levante y lavé el plato junto al vaso que había usado para tomar licuado de frutas. Luego les dije buen provecho y subí a bañarme, normalmente me baño y me voy a mi habitación, allí me quedaba mirando la tele y o haciendo alguna tarea pendiente de la escuela después de haberme duchado.
Veo mi ropa de dormir, siempre era ropa vieja que no usaba fuera de casa, un short amarillo y una blusa violeta que me quedaba algo floja por lo que era muy cómoda, yo para dormir no usaba brasier ya que en ese entonces estaba en desarrollo apenas eran visibles mis senos, por lo que me quedaba más cómoda sin ellos apretando mi busto. Entre al baño y me saqué la ropa, siempre me baño con la ropa interior puesta, al final del baño me la saco y la lavo bien, para dejarla semi limpia la canasta de la ropa, es una costumbre que me inculcaron desde muy niña. Me bañé como siempre me encantaba quedarme ratos bajo la ducha cosa que hoy en día ya no hago por cuidar el agua, me sequé y fui a poner mi ropa en el cesto, abro la tapa y el planeta se detuvo, quede lo que tal vez fue un segundo mirando pero sentí como si el tiempo mismo se hubiera detenido, allí estaban los calzoncillos de mi padre, unos boxers marrón claro, no pude pensar en otra cosa, lo tomé y me cuestione sobre lo que iba a hacer en ese momento, puse mi ropa dentro de la canasta y me senté en el inodoro con los bóxer de mi padre en las manos, mil cosas pasaban por mi mente yo estaba ahí con la ropa interior usada de un hombre, poco me importó que fuera de mi padre, por lo que la lujuria se apoderó de mi. Tome la pieza de ropa con las dos manos y me la llevé a la cara, di una esnifada profunda y pude sentir todos los aromas mencionados por mi profesora, era increíble el olor al sudor del macho, mezclado con un poco de olor a orina que normalmente se queda en una parte específica de la prenda, pude recorrer todo el perímetro de esos boxers dando vueltas sobre los mismos lugares, donde había estado su pene ya que era donde estaba la marca característica a su vez al estar al lado opuesto de la etiqueta y tener ese olor anteriormente mencionado que era maravilloso, por su parte donde pude intuir que había estado su culo por ser el lado de atrás también me daba gusto ese aroma a sudor de culo limpio, no se si me explico pero era muy rico…
Me acomodo para levantarme y note algo diferente, me había puesto muy mojada como antes en la escuela, pero seguramente en mayor cantidad porque pude ver la ropa interior manchada y eso no era normal, me estaba babeando la vagina como un perro hambriento esperando su comida, me puse de pie y coloqué los boxers sobre el lavatorio, me abrí de piernas e hice a un lado mi bombachita, pasé dos dedos por mi sexo y los saque empapados ni si quiera lo pensé, lleve los dedos a la boca y saboree mis jugos, para después volver a introducir mis dedos para sacar más y más, estaba adicta a mi propio líquido vaginal, supe en ese momento que podía usar esos bóxers para algo más que mojarme como la calentona que era.
Puse los boxers dentro de la toalla y me fui a mi cuarto, los saqué de ella y los puse bajo la almohada, volví al baño para dejar la toalla y bajé al comedor, mis padres aun estaban en la mesa, haciendo cuentas ya que estaban pensando cambiar de auto y un conocido tenían un semi nuevo a buen precio. Los acompañe un ratito pero en mi cuarto la energía de mi demonio emanaba llamándome al placer, les dije a mis papis que me iba a dormir ya, porque quería estar despierta cuando llegara la tía Nanci. Me dieron un beso de buenas noches y me fui casi corriendo, pero a la vez disimulaba, algo me decía que podían darse cuenta….
Abrí la puerta de mi cuarto, encendí el aire acondicionado y apague la luz, solo la luz del televisor iluminaba el cuarto de manera suave lo que hacía una penumbra agradable, me baje el short hasta los talones, levante la mesa de luz sacando mi objeto y saque los boxers de abajo de la almohada, tenía uno en cada mano y no podía creer lo que estaba a punto de hacer, rápidamente la realidad me llamó y fui a hacer algo más. Me subí los shorts y puse mi mochila tras la puerta para de alguna manera frenar la entrada de mis padres en caso que decidieran entrar a la habitación.
Volví a la cama y esta vez estaba muy segura, me saque la ropa por completo quedándome totalmente desnuda, me acomode y volví a oler aquella pieza de ropa, tocándome me di cuenta que solo la expectativa me había hecho mojarme como antes, tome el utensilio y me lo metí sin dar vueltas, con la mano dominante me lo introducía, con la otra sostenía los calzoncillos en mi cara, cada vez me excitaba más, y de manera proporcional me metía más rápido ese objeto, lo saque y pude ver como el líquido hacia un hilo al salir de mi vagina, me lo puse todo en la boca y volví a introducirlo en mi.
Estaba casi corriéndome cuando vi mis senos, tenía los pezones duros, nunca me había pasado, y si pasó no le preste atención, sin dejar de meterme aquel objeto, puse los boxers en mi cara, tapándola y con la otra mano me toqué el pezón derecho descubriendo que tenía otro punto para darme placer, así me quedé metiendo un utensilio culinario por la vagina, oliendo los boxers usados de un macho con todo su sudor impregnado y tocándome ya ambos pezones, la excitación era enorme.
Faltaba poco para llegar al orgasmo, cuando pasó por mi mente una locura, que el objeto fuera el pene de mi padre. Que maldito morbo! Solo el pensarlo me hizo venirme, di un gemido largo para detenerme en seco creyendo que podían haber oído algo mis padres, oculté todo y me hice a la dormida, pero pasados unos instantes nada pasó me relajé por completo tirándome en la cama, ese orgasmo sin duda había sido el más intenso al que yo había llegado, me senté en la cama y sentí las nalgas frías, me levante y note que había mojado toda la cama dejando una mancha de jugos en el centro, limpie el utensilio y lo guardé en su lugar, deje los boxers en sobre la almohada y pensé que podía hacer, se me ocurrió una brillante idea, me arrodillé y con la lengua limpie todo lo que pude saboreando una vez más los líquidos producidos por mis orgasmos.
Me quedé de rodillas unos segundos sintiéndome muy bien y satisfecha, me puse la ropa y fui al baño con los boxers bajo la blusa, entre, abrí la tapa para ponerlos bajo mi ropa para que no se dieran cuenta y jale la descarga del inodoro para parecer que había ido a mear, salí del baño y no vi a mis padres, caminé a mi cuarto, me acosté y quede un rato largo pensando en eso, terminando la noche con otro orgasmo causado solo con mis dedos recostada sobre mi lado derecho, ya que aún estaba caliente por todo.
Así fue como descubrí el verdadero placer y gusto por los hombres, diría que desde ese día fue cuando me descontrolé por completo y pase a ser lo que soy hoy, esa noche fue cuando murió una niña ignorante y nació una mujer insaciable sedienta de placer.
Continuara…..
Dejen sus comentarios con respecto a que les parece, estoy preparando los próximos capítulos, esta serie será corta por lo que no tendrá demasiados, recuerden que su calificación me ayuda a mejorar y traerles más historias, sin más un fuerte abrazo.
Me esta gustando mucho esta historia, por favor síguela contando.
Lo bueno es que nosotras conocimos las caricias por parte de los primos. Tan cercanos…
Al leer el relato, recordé una situación similar con la trusa de mi papá. ¡Era increíble! No sólo era disfrutar el olor, también gocé con el sabor que tenía adelante la parte endurecida, seguramente por semen o presemen seco.
Muy pocas veces pude tener la ropa íntima de mi padre al alcance. Sin embargo, una de mis aficiones fue recolectar vellos y aspirar aromas varios cuando iba a las casas de mis primos.
¡Lindos recuerdos!
Me encanto tu relato
Delicioso conocer todo ese despertar sexual dejando la inocencia, llegaste a sentir placer también tocando te en la calle o en la escuela? Quizás algo de exhibicionismo?