La dulce Candy
Una adolescente escapa de casa para ir a una fiesta y vuelve ebria, por lo que su única salida es dormir en la casa de la mascota de la familia, sin pensar de que eso terminaría con su fin de su virginidad .
Desvirgada por la mascota de casa:
Aquella vez Candy, había vuelto borracha de una fiesta, solo tenía 15 años, y había salido sin permiso de sus padres. Su cuarto estaba en la parte de atrás, cerca al patio trasero en donde Tony, el perro guardián tenía su casa de amplio tamaño, como para que entraran tres perros fácil. Candy estaba muy borracha, y apenas podía mantenerse en pie. Si su madre la descubría, estaría en graves aprietos. A su padre no le molestaba que saliera, pero debía volver antes de la medianoche, y sin signos de haber bebido alcohol.
Solo que estaba vez la discusión la había ganado la madre, ya que su hija tenía muy bajas calificaciones en el colegio, y no la había dejado ir al cumpleaños de su mejor amiga, amiga que lo había organizado dentro de una discoteca.
A Candy no se le ocurrió mejor lugar donde esconderse que dentro de la casa de Tony, al menos hasta que se le pasara la borrachera. Nadie la buscaría ahí, y podría dormir tranquilamente hasta el mediodía.
Su madre la fue a buscar a eso de las 9 de la mañana, molesta porque no escuchaba sus gritos, y empezó a aporrear la puerta, y como Candy no abría, abrió la puerta y se dió con la sorpresa de que su hija la había desobedecido por vez primera, y se había ido de fiesta. Y ni siquiera se había molestado en volver. << La muy sinvergüenza >> .
Pero volvamos un poco en el tiempo, o mejor dicho a la madrugada de ese día en particular. Candy había vuelto borracha, y como no quería entrar a su cuarto por miedo a que la escucharan. Tranquilizó a Tony, que empezó a saltar alrededor de ella y dar pequeños ladridos de jugueteo.
—Shhhh perrito, ven vamos a dormir pero no ladres, shhhhh
Entro gateando a la casa de la mascota de la casa, y se echó de costado, levantando un poco su culo pero, fuera de vista de la puerta de ingreso para que nadie la mirara cuando pasaran a tender la ropa o lo que fuera. No hubiera pasado nada malo, si ella no hubiera salido aquella noche con un vestido color beige corto, ceñido al cuerpo y esa casaca jean que se sacó y la usó como cabecera. Rápidamente empezó intentar a dormir…
Pero Tony no se la dejaría tan fácil, estaba demasiado animado y jadeaba ansioso, como si aquella humedad entre las piernas de ama Candy, hubieran despertado su sentido lascivo. Así que empezó a hurgar en su trasero, metió su hocico bajo su vestido, y lamió todo lo que pudo sobre las bragas de la joven ebria, que hace una hora antes había sido rechazada por el chico que la gustaba, solo porque una chica más bonita que ella había aparecido de repente en la fiesta, y había llamado la atención de ese maldito hombre perro que había querido por novio. Inevitablemente aquello no iba dejar a Candy indiferente, tan mojada como estaba, sintió que estaba recibiendo el mejor sexo oral de su vida, y casi que no le importaba que fuera Tony, el maldito afortunado. Sin saber bien a qué llevaría aquello, se quitó lentamente su calzoncito rosa y se lo llevó a la boca. Se olió a sí misma, estaba sobre excitada, y lamió esos jugos naturales suyos, mezclados con la saliva de Tony. Aquello era tan distinto a lo que había imaginado que sería su primera vez, ni siquiera había visto el pene de un chico, y ahora tal vez hasta podría ser cogida por el falo de un perrito chusco bien desarrollado, si es que ella decidía en esos momentos ponerse en 4.
La luna llena hacia que entrara luz ahí dentro, era una noche en la que se podía ver a pesar de la oscuridad. Y entonces Tony intentó montarla, cuando aun ella seguía de costado y sin bragas, era una posición incómoda y su culo debería estar un poco más arriba.
Tony jadeaba ansioso, y volvió arremeter su hocico y lengua en la raja de Candy, que cada vez se sentía más caliente, y húmeda a la vez. Hasta empezó a gemir por momentos, y sentía que el corazón se le aceleraba. <<Sin duda, estoy loca>> pensaba ella… Entonces se corrió después de agitar su mano izquierda en su clítoris por unos segundos, mientras la lengua de Tony la lamia desde su orto y toda la vulva.
Tony no quería esperar más, comenzó a aullar y llorar sobre excitado, mientras que Candy, quería que se callara, y acariciaba para contenerlo ya dándole la cara. Tony la lamió en sus labios, esos labios pintados de rojo que sabían a fresa. <<Al menos besas mejor que ese idiota>> se dijo a sí misma.
No pensó en otra cosa sino en aquella humillación que sufrió en la fiesta, la que la volvió loca y para ella no había otra cosa que hacer. Se puso en cuatro y agachó su cabeza en la cabecera que había hecho con su casaca, así estaba bien, tenía su culito en pompa para que Tony encontrara su entrada bien húmeda. Candy no había pasado de dedearse con su dedo anular, pero eso de ser desvirgada y por un perro ni siquiera había pasado por su mente nunca. No sabía que podría sentir, el dolor, y las consecuencias que sus actos iban a acarrear. Pero en esos momentos, ella solo parecía ser llevada por su embriaguez e ira.
Tony no quiso esperar más, y brinco sobre su trasera, aferrando sus patas delanteras en la cintura de Candy, que sentía que su embriaguez se iba evaporando poco a poco. Sentía que aún podía parar aquella locura suya, pero un segundo después Tony había dado en el clavo, y había empezado a martillar salvajemente dentro de la vagina de la dulce Candy, que se mordió la lengua para no gritar. Quería quitarlo de encima pero estaba siendo sometida por Tony, que con su aspecto de malo la miraba fijamente con la lengua afuera. Candy sentía que se rompía, quería que Tony parara, pero su cuerpo no reaccionaba. <<Estoy siendo violada por el perro de la casa>> pensó aturdida.
Tony se corrió dentro de ella, y cuando se abotonó con ella, Candy sintió que se corría como una cerda. Luego pasó sus patas a un solo lado para que queden culo con culo pegados. Candy se desplomó de costado, y obligó a Tony a estar más abajo de lo normal; hasta que se bajó su erección y sus huevos salieron de la vulva de su ama. Vulva que Tony lamió hasta dejar limpió mientras ella dormía como la mala niña que había sido.
Pero no quiso salir de la casa de Tony hasta después del mediodía cuando se le hubo pasado la borrachera.
Ufff tu relato me puso súper caliente